El General en su laberinto:
De impugnaciones, ascensos y paz social
24/12/2013
- Opinión
Caso Milani/ Entrevista a Eduardo Anguita
La Tecl@ Eñe entrevistó al periodista Eduardo Anguita para conocer su opinión acerca del ascenso a teniente General del Jefe del Ejército, César Milani. Anguita realizó un extenso análisis que abarca el debate sobre el pliego de ascenso, la labor del CELs en cuanto a recabar información sobre impugnaciones para promociones militares, las denuncias que pesan sobre el Jefe del Ejército por la firma del acta de desaparición del soldado Agapito Ledo y sobre la importancia del sostenimiento de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia para la consolidación de la paz social. Anguita también revela datos hasta ahora desconocidos, obtenidos mediante una conversación personal del periodista con Milani hace veinte días atrás.
-Conrado Yasenza: ¿Cuál es su visión sobre el ascenso de Milani? ¿Hubiese sido preferible retirar el pliego, esperar a que se desarrollara una investigación judicial más exhaustiva y una vez dictado el fallo promover su ascenso o denegárselo?
-Eduardo Anguita: Me parece que tu pregunta está abierta a una respuesta razonable si uno toma las pistas de cuándo se empezó a discutir el pliego de César Milani, que fue alrededor de junio de éste año, y que en julio se aceleró obviamente por la designación de Milani como Jefe del Ejército. Pero de ningún modo esto implica que tenga que darse simultáneamente el ascenso. No necesariamente debe ocurrir eso. Alguien puede ser general de división y al mismo tiempo puede estar a cargo de la Jefatura Mayor del Ejército. Este es un primer detalle pero no menor. Lo que generó el debate no fue el cargo que desempeña Milani, porque esto es un resorte exclusivo del Poder Ejecutivo, sino con qué grado lo hace. Cuando la presidenta decide ponerlo a Milani al frente del ejército de inmediato se promovió el ascenso. Esta propuesta delineó una suerte de novedad, y digo novedad porque su expediente ya había sido bajado en otras oportunidades, en ocasión de otros ascensos porque estos necesitan que el Ejecutivo avale su legajo y que el legajo sea observado por organismos pertinentes. Cuando digo organismos pertinentes me refiero a que dentro del Ministerio de Defensa está el organismo de Derechos Humanos y existe otra área que sería la Jefatura de personal o como quiera llamarse, no recuerdo el nombre exacto, pero hay un área que tiene que ver con el desempeño profesional que permite evaluar si cuenta con las condiciones suficientes para ejercer el grado máximo. Dentro del organismo de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa se evalúa si hay elementos que pudieran impedir esa promoción. Hay que recordar que a esta área se le dio vital importancia durante la gestión de Nilda Garré. ¿Qué se hace ahí? Digamos que se recaba información, vía la Secretaría de Derechos humanos y vía el área de jurídicos del Ministerio de Defensa, para ver si los militares promovidos para su ascenso tienen causas o han sido nombrados en alguna causa sobre Derechos Humanos, y digo nombrado porque no necesariamente debe haber imputación o procesamiento. Quiero referirme al CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) Desde hace muchísimos años, mediados de los 90 sin duda, el CELS es una de las organizaciones que ha sido convocada sistemáticamente en materia de Derechos Humanos y promociones militares, porque independientemente que haya sido convocada o no, el organismo realiza sus propias referencias. Hasta acá, nada decisivo pero sí importante porque esto fue en julio de 2013, pero hay una historia que demuestra que durante 15 años hubo infinidad de personas que no pasaron porque de pronto el ejecutivo vio la inconveniencia de meterse en problemas con las organizaciones de derechos humanos, y donde el CELS desaconsejó en muchas oportunidades la promoción de determinados militares. Esta historia, estos antecedentes, no se tuvieron en cuenta y esa fue la combinación que resultó explosiva. En primer lugar, cuando a Milani lo promueven salta inmediatamente una situación que, por lo menos a efectos de lo que era el poder ejecutivo, la Secretaria de Derechos Humanos y el Ministerio de Defensa, no se había tenido en cuenta, y que era un dato muy importante: Es la denuncia que realizó Ramón Alfredo Olivera, ex detenido en forma ilegal, cuyo padre también había sido detenido de manera ilegal. Olivera denuncia su detención en Agosto de 1984 ante la Comisión Provincial de la Memoria en la Provincia de La Rioja, cuando Carlos Menem era gobernador. La explicación que yo encontré en organismos oficiales sobre esa denuncia es que esa información, que el propio Olivera afirmó en un canal de televisión, no había sido glosada en la Secretaria de Derechos Humanos. Y qué quiere decir que no ha sido glosada. Bueno, que figuraba en expedientes que no habían sido chequeados. Démosle la posibilidad, sobre todo al gran Eduardo Luis Duhalde, que se le haya escapado una cosa así. Bueno ésta es la primera anomalía que surge una vez que Milani asume como Jefe del Ejército. Pero de inmediato surge otra anomalía mucho más delicada. Un viernes de julio Milani concurre en forma
espontánea al Juzgado Federal N°1 de la Provincia de Tucumán porque se había dicho que Marcela Brizuela de Ledo, la madre del soldado Agapito Ledo, se había mostrado altamente preocupada ante la designación ya que Milani había sido nombrado en el libro ”El escuadrón perdido” por la desaparición de su hijo, concretamente había sido nombrado junto con el capitán Esteban Sanguinetti que estaba al frente de un grupo de soldados del Batallón de Ingenieros 141 de la Rioja, que estaba haciendo maniobras en el sur de Tucumán, en la localidad de Monteros. El libro de José Luis D'Andrea Mohr, publicado a mediados de los años `90, menciona concretamente las circunstancias en que son secuestrados 129 soldados. Entonces la denuncia que hace la mamá de Ledo había tenido estado público, nadie puede argumentar desconocimiento. Milani se presenta entonces de manera espontánea en el Juzgado de Tucumán como lo había hecho ya en La Rioja, pero en Tucumán ocurre algo muy curioso: Se presenta un día viernes y en ese momento me llama un periodista tucumano, con quien trabajo, Ramiro Rearte, director de Radio Nacional Tucumán, y me dice que está ahí Milani. Le pido a Rearte que intermedie para darme una entrevista, por supuesto mencionando mi apellido, porque Milani me ubica. Cuando Milani termina de hablar con el juez Daniel Bejas, habla con Rearte en una muy pequeña entrevista grabada que se publica luego en Miradas al Sur el domingo. En la entrevista se desvincula de cualquier acontecimiento que lo pudiera involucrar con lo que se llamaba la deserción del soldado Ledo, deserción que a los efectos de una mirada real era el secuestro y desaparición. Yo ese domingo publicó una nota muy severa sobre las cosas que se le imputan, o por lo menos lo que se considera inconveniente sobre el caso Milani, y además agregamos la entrevista que le hizo Rearte, dejando la posibilidad para que Milani haga un descargo. Previamente hice llamados a la fiscalía del Juzgado Federal de Tucumán para saber si había algo que pudiera involucrarlo desde el punto de vista judicial y recibo por parte del fiscal Pablo Camuña el comentario de que no había nada .Cuando el domingo leo Página 12, me entero que Vertbisky publica un documento que era tremendo: Nada menos que el parte de deserción del legajo de
Ledo firmado por el teniente César Milani. Al ver la publicación lo llamo a Pablo Camuña y él me dice: De dónde pensás que sacó Vertbyski esa información; yo le digo que no tengo idea, a lo mejor de alguien del Servicio de Inteligencia que lo eligió a él. Era público que había una pelea entre la SI, que es el Servicio de Inteligencia, organismo que depende del Estado (NdR: La ex Secretaría de Inteligencia de Estado-SIDE) y el general Milani, jefe de Inteligencia del Ejército. Esas son cosas que se comentan pero no hay pruebas de nada. Yo le respondí
eso al fiscal Camuña porque fue lo primero que se me ocurrió, pero él insistió diciéndome nuevamente y ya en un tono algo socarrón: De dónde creés que lo sacó Vertbyski. Me quedé pensando y dije, claro, se lo dio Usted. Yo pude sentir lo que experimenta cualquier periodista al que no le dieron la noticia, pero más allá de eso, por mi grado de involucramiento, vi lo que en criollo sería la figura del lobo disfrazado de cordero. Camuña nunca me lo contesta pero el que sí lo hace es el general Cesar Milani con quién tuve una conversación muy extensa hace 20 días. Lo llame por teléfono, fui a su despacho y hablé con él, y ahí le pregunté si había visto el documento firmado por él sobre la deserción de Ledo, y me dice que sí, que se lo mostró el juez Bejas. Entonces yo le digo: Pero Rearte lo entrevistó a la salida y no comentó nada sobre eso, nadie sabía que ese papel había sido firmado por Usted. Yo tampoco sabía, me contestó Milani.
- CY: ¿MIlani le dio esa respuesta?
-EA: “No sabe la cantidad de partes de detención que firmé en 40 años de servicio”. Esa fue su respuesta.
- CY: Demasiado candorosa, no le parece.
-EA: Yo le tendría que haber dicho: Usted tendría que ir a su propio legajo y ver cuántos partes de detención firmó para ver si hay otros soldados que realmente hayan desertado o que hubieran desaparecido. Pero ante una sola persona desaparecida, si Usted se entera un día viernes de Julio y me lo comenta a mí en el mes de Noviembre, bueno, me parece que un General Jefe de Inteligencia, y ahora Jefe Mayor del Ejército, es una persona con rango más que suficiente como para rever esa situación.
- CY: Pero Milani firmó el acta de deserción…
- EA: Sobre esa acta debo decirte dos cosas. Milani me dio una larguísima explicación bastante interesante en la que sostiene que lo firmó en la localidad de Famaillá, a una distancia en kilómetros bastante considerable de la localidad de Monteros. Vale decir que él no estaba en Monteros en el momento del secuestro y la desaparición del soldado Ledo. Milani me insistía remarcando deserción – no desaparición - como si estuviese hablando frente a un juez, anteponiendo el lenguaje leguleyo a los hechos que son evidentísimos. Él dice: Yo estaba en Famaillá a muchos kilómetros de Monteros y vino el sargento ayudante Morano, quién fue quién me informó, y como yo no tenía máquina de escribir lo hizo otra persona. Ahora bien, en el mes de septiembre u octubre el juez Bejas cita al entonces capitán Esteban Sanguinetti, Jefe del grupo de soldados del que fue secuestrado Ledo. Lo cita a declarar a Tucumán, le hace una larguísima indagatoria de varia horas y cuando termina la indagatoria Sanguinetti queda detenido con prisión preventiva. Lo detiene y cuatro días después le dicta la prisión, pero mientras tanto lo deja bajo arresto mediante un recurso que autoriza el código de procedimientos que permite que los primeros días quede en esa situación (que creo no puede exceder los 10 días corridos). La única concesión que le hace el juez Bejas a Sanguinetti es que fije la detención en la casa de unos conocidos en el barrio de Yerba Buena de Tucumán, es decir un permiso que desde el punto de vista procesal le permite estar en una situación más cómoda, aunque detenido. Sanguinetti en su extensa declaración dice que él le encomendó a Milani firmar esa acta de deserción, cuando no es necesario que lo firme un oficial, lo puede hacer cualquier suboficial. Por lo menos se abre un interrogante, porque Sanguinetti le dice al Juez que él ordenó que sea Milani el que lo firme.
Con toda esta larguísima explicación quiero dejar sentado lo siguiente: Tuvieron tiempo los senadores, el Poder Ejecutivo, el Ministerio de Defensa, las organizaciones de Derechos Humanos de ver todo esto. Pues bien, el CELS lo hizo. ¿Y que hizo el CELS últimamente? Le envió a Milani un listado de preguntas, que no son incriminatorias desde el punto de vista procesal, son preguntas de concepto y con las respuestas el CELS puede rever su rechazo inicial al pliego.
-CY: Un listado que incluso MIlani excedió en sus respuestas
-EA: Milani respondió y es público, figura en la página del CELS; es un descargo que al criterio del Cels y de quién te habla indica que es una persona inconveniente para dirigir los destinos del ejército. Las respuestas de Milani, desde el punto de vista de los conceptos profundos de los derechos humanos, evidencia criterios cerrados, no te diría de la Doctrina de Seguridad Nacional, pero por lo menos cerrados desde el punto de vista de lo que es Memoria, Verdad y justicia. Sobre todo siendo una persona que está mencionada en dos situaciones altamente irregulares y que lo podría incriminar judicialmente.
- CY: Las respuestas para un Oficial de Inteligencia son un tanto cándidas
- EA: Lo que te puedo afirmar es que las respuestas no indican que se declare un defensor acérrimo de los Juicios por los Delitos de Lesa Humanidad, de las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos. Me parece que el debate se lo merecía y se taponó, se trató de la noche a la mañana en la Comisión de Acuerdos del Senado, donde el oficialismo impuso su mayoría en el recinto sin esperar un debate público. Y también es verdad que hubo muchos senadores que tendrían que haber tenido otra actitud, tendrían que por lo menos haber planteado la duda.
Agrego dos datos más: Me resultó también inconveniente, con todo el respeto que me merece Hebe de Bonafini, la entrevista que se publicó en la revista de las Madres realizada por Hebe a Milani, y que luego fue emitida por la TV Pública. En la entrevista Milani, ante una pregunta de Hebe sobre si los militares pueden tener opinión política, responde que por protocolo no pueden tener opinión política pública, lo que no quiere decir que no tengan convicciones políticas, pero no pueden hacerlas públicas por el lugar que ocupan en la defensa nacional. Milani, pese a eso, se manifestó identificado con el Proyecto Nacional. Yo creo que esto es altamente inconveniente porque si se me dice que él puede expresarse a favor del Proyecto Nacional, la pregunta que yo le hubiera hecho es por qué entonces un general diferente a Milani no va a poder expresarse en contra de ese proyecto. Porque si el principio rige para todos, rige especialmente para los jefes, y especialmente rige para aquellos que no tengan el paraguas del poder, es decir para que si en todo caso se va a proteger un derecho de expresión, sea un derecho de la persona que está más desprotegida. Al defender los intereses de la Nación, una fuerza armada no puede estar sesgada por una bandería política.
Y por otra parte, si un jefe promueve una parcialidad política va de suyo que está estimulando, consciente o inconscientemente, a que otros jefes u oficiales de alto rango también expresen su bandera política.
-CY: Qué es un poco la historia del ejército argentino
-EA: Aquí hay un antecedente que se discutió en plena vigencia de la Doctrina de Seguridad Nacional, que fue en 1975 para la represión a la guerrilla, momento en que Isabel Martínez designa al general Acdel Edgardo Vila. Entonces había un gran debate, porque Vila decía que él formaba parte del profesionalismo integrado mientras que había otros generales, entre los que se encontraba Videla, que era quien lo seguía, que decían que ellos defendían el profesionalismo aséptico. Era una pelea de un sector que estaba embanderado con el Operativo Independencia para torturar y matar con una fachada democrática, y un sector que representaba directamente la doctrina de la Seguridad Nacional, sin amortiguadores. Lo que digo es que ahora debemos tener las Fuerzas Armadas que establece la ley de Defensa, que se votó en la época de Alfonsín y que reglamentó Néstor Kirchner en el 2007. Nosotros debemos regirnos por eso, y no que por una entrevista de Hebe de Bonafini a Milani demos por sentado este derecho que puede tener alguien a ser parte de un ejército del Proyecto Nacional. Porque entonces tenemos que dar un debate parlamentario serio para ver qué tipo de Fuerzas Armadas queremos.
- CY: Ha habido posiciones fuertemente encontradas con relación al ascenso del General Milani. A su vez Milani ha manifestado que cree que hoy contamos con unas nuevas Fuerzas Armadas ¿Cree que hay una suerte de cambio, de renovación en las Fuerzas Armadas debido al desarrollo y sostenimiento de las políticas de Derechos Humanos?
-EA: El Debate público en torno al ascenso de Milani ha generado opiniones encontradas, inquietudes, diferentes visiones y lecturas de sectores políticos y de organismos de derechos humanos. Quizás el Gobierno haya salido mal de la cuestión Milani, quizá debería haber promovido un debate parlamentario más profundo. Ahora, si se observa la perspectiva del desarrollo de las políticas de la Ley de Defensa y las políticas de Derechos Humanos, nos encontramos con lineamientos acordes, coherentes. Pero además, el sostenimiento de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia implica saber que en la Argentina, entre civiles y personal de las fuerzas armadas y de seguridad, más de 1500 personas están o estuvieron involucradas en causas vinculadas con el terrorismo de Estado, y que 400 han obtenido sentencia y más de 300 se encuentran condenadas. En ese sentido, el eje cardinal de Verdad, Memoria y Justicia ha aportado a la paz social social.
- Conrado Yasenza es Periodista-Editor/Director La Tecl@ Eñe
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