Avances y ruidos en la Mesa de Conversaciones de La Habana

15/06/2013
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Se reanudaron las conversaciones en La Habana entré las delegaciones del Gobierno Nacional y las FARC-EP abordando el segundo punto de la agenda sobre Participación Política y para ello las dos Delegaciones tendrán los insumos producidos en el Foro sobre Participación Política organizado por el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional y la Oficina de Naciones Unidas en Colombia.
 
Por supuesto que esto estuvo antecedido de los ruidos que se produjeron en las relaciones colombo-venezolanas, de una parte por la reunión sostenida entre el Presidente Santos y el gobernador Henrique Capriles cabeza de la oposición venezolana y de otra por la idea mencionada por el Presidente Santos de una eventual vinculación colombiana a la OTAN -que planteo preocupación en la región sudamericana-. Los dos fueron ruidos innecesarios que se hubieran podido evitar, aunque el interrogante es si efectivamente se querían evitar o se buscaba mandar mensajes a distintos receptores. De una parte, al gobierno venezolano en el sentido de la autonomía, sin cuestionar la legitimidad del gobierno del Presidente Nicolás Maduró, que tiene el gobierno colombiano de recibir a líderes de la oposición y en segundo lugar, ratificar las buenas relaciones que hace rato tienen los gobiernos colombianos con el gobierno norteamericano y con la OTAN, especialmente en cooperación, por ejemplo en el fortalecimiento de la Policía en Afganistán.
 
Por supuesto que esto no significa que el gobierno colombiano no valore el importante papel que ha jugado -tanto el ex presidente Chávez primero, como el gobierno del presidente Maduro después- y sigue jugando Venezuela en el actual proceso de conversaciones con las FARC, pero si pareciera ser una muestra de la autonomía que el gobierno colombiano tiene en el manejo de su política exterior, sin que esto signifique actitudes hostiles hacia los gobiernos amigos de la región suramericana. El gobierno del Presidente Maduro ya ratificó su decisión de seguir prestando los importantes servicios que ha prestado al buen clima de las conversaciones Gobierno-FARC y esa es una muy buena noticia. Seguramente habrá necesidad de terminar de recomponer la relación bilateral y en esa dirección una reunión a nivel presidencial será de gran utilidad para que las relaciones tengan el clima de confianza y vecindad que son tan necesarias para los dos países.
 
Todo parece indicar que se han superado estos ruidos y que la Mesa de Conversaciones ha iniciado a trabajar en forma sobre el segundo punto de la agenda, el de la participación política y ciudadana, incluidos de manera central el tema de derechos y garantías para la oposición, el acceso a los medios de comunicación y mecanismos y procedimientos de participación ciudadana en los distintos niveles territoriales.
 
Porque sí bien uno de los elementos centrales de este punto tiene que ver con la conversión de las FARC en un movimiento político, previa dejación de las armas, esto requiere garantías no solo de seguridad física para sus miembros -recordemos que el genocidio de la Unión Patriótica ronda la responsabilidad del Estado y la sociedad colombiana-, necesita igualmente garantías para poder actuar en condiciones de equidad con los demás movimientos y partidos políticos, lo cual plantea inevitablemente el tema más amplio de garantías para la oposición política, que incluye los temas de financiación de la política, el acceso a los medios de comunicación para difundir sus propuestas y tesis, las reglas electorales -temas como el umbral inevitablemente deberán ser considerados o la posibilidad de hacer alianzas electorales entre partidos, movimientos y grupos de ciudadanos.
 
Sin duda, en este tema como en el de desarrollo agrario, se debería aprovechar la oportunidad para introducir al sistema político y electoral colombiano las reformas necesarias para que la competencia entre las diversas fuerzas políticas se de con mayores niveles de equidad y no como sucede hoy día, donde las reglas no facilitan a pequeños o nuevos partidos y movimientos políticos adelantar sus campañas en condiciones de equidad, frente a los partidos más tradicionales que han copado la escena política desde hace mucho tiempo.
 
Esperemos que el sentido de patria de las dos delegaciones los lleve no sólo a llegar a acuerdos en un tiempo prudencial, sino que muestren generosidad en la construcción de los mismos, porque estos acuerdos no van solamente a beneficiar a los movimientos que surjan de los grupos armados, sino a la democracia en su conjunto. Igual debe suceder con lo atinente a mecanismos de participación ciudadana y como estimular la participación de la sociedad a través de los mismos en las distintas dimensiones: local, regional y nacional.
 
Y no faltarán las voces que dirán y por qué se discute eso con grupos alzados en armas y la repuesta, desafortunadamente es obvia, porque no se han hecho las necesarias reformas que requiere nuestro sistema político-electoral, por la razón que sea, y ésta es una buena oportunidad para mejorar nuestro sistema democrático.
 
Alejo Vargas Velásquez
Profesor titular Universidad Nacional, Coordinador - Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa
 
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 355
Semana del 14 al 20 de junio de 2013
Corporación Viva la Ciudadanía
 
https://www.alainet.org/en/node/76815?language=es
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