Ángelo Mendoza y la resistencia juvenil en la frontera

18/06/2019
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"La juventud del partido está consciente de su papel histórico. Y nunca se rendirá". Ángelo Mendoza, miembro del Movimiento de la Juventud Izquierda Consciente en la región de Táchira, habla con pasión y competencia. Cuando lo conocimos, en la Asamblea Internacional de los Pueblos, acababa de regresar de la movilización en defensa de su territorio, atacado por el golpe de Estado con el pretexto de traer "ayuda humanitaria".

 

-¿Desde hace cuánto tiempo existe el movimiento y para qué se propone?

 

Somos una organización social de base dentro del PSUV, el partido de la revolución bolivariana. Nos dirigimos a jóvenes de 15 a 35 años. El movimiento nació inmediatamente después de la desaparición física de Chávez y propone tres objetivos: organizar, entrenar y movilizar a los jóvenes para la revolución, especialmente en este momento de ataque imperial que produce una crisis económica. Estamos dirigiendo todo nuestro activismo para producir, para romper la asfixia económica a la que está sujeta la revolución bolivariana debido a las sanciones criminales que violan los derechos humanos del pueblo y tienen como objetivo romper su resistencia. El mensaje principal que dirigimos a los jóvenes es que no debemos dejar que nos atrapen por el estómago o por el bolsillo, sino esforzarnos por garantizar la soberanía alimentaria. Somos hijos de libertadores, amantes de la autodeterminación, los jóvenes tienen una fuerte conciencia de clase, están conscientes de su papel histórico para el presente y para el futuro.

 

-¿A qué obstáculos se enfrenta el Movimiento en el Táchira?

 

Táchira es la frontera más vivida, especialmente San Antonio y Cúcuta. Debemos luchar contra la mafia del combustible, contra el bachaqueo de alimentos, contra el paramilitarismo que se desborda en Venezuela como producto de la guerra interna que se ha librado en Colombia durante más de sesenta años. Además, existe el flagelo mundial de las drogas, el narcotráfico que se dirige a nuestros jóvenes. El imperialismo, en alianza con el gobierno títere de Duque, nos ataca desde todos los lados e intenta comprar a los jóvenes para que abandonen la lucha, pero no tendrán éxito. Demostramos esto el 23 de febrero cuando intentaron invadirnos dándonos un ultimátum en la frontera. Hemos reaccionado en perfecta unión cívico-militar: los movimientos sociales, las milicias, los colectivos, que están demonizados, pero que son colectivos de trabajo, arte, poesía, voluntariado médico y educativo. Nos organizamos para defender nuestro territorio y rechazamos a los agresores.

 

-¿Cómo qué recuerdas de esos momentos?

 

El ataque real fue precedido por una guerra mediática nacional y transnacional, por una campaña en las redes sociales que tomó la forma de un ataque psicológico directo, que una vez más se centró en los jóvenes. Lo vimos con el concierto que querían organizar para mostrar su atractivo invirtiendo ríos de dinero. Dijeron que llevarían a 500.000 personas de un lado de la frontera al otro, organizaron todo un show, pero obtuvieron un máximo de 20.000 personas. Hemos organizado un concierto por la paz que hemos llamado Trump manos fuera de Venezuela. También enviamos un mensaje al pueblo colombiano, quien, al abandonar el concierto de la oposición, expresó su rechazo a la guerra contra Venezuela, que involucraría a toda América Latina y haría que todo el contexto geopolítico se deslizara peligrosamente hacia el abismo. Gracias a la resistencia popular y la capacidad de nuestra dirigencia, del presidente obrero Nicolás Maduro, hemos desenmascarado sus mentiras. Todos podían ver que la ayuda humanitaria era solo un pretexto para traer material de guerra para resucitar sus guarimbas. Pero no tendrán éxito. Los jóvenes han reiterado que la única ayuda que queremos es que levanten las sanciones y el bloqueo económico-financiero que nos permiten comprar alimentos y medicamentos, que nos devuelvan el oro que nos robaron. No queremos sus limosnas. La ayuda humanitaria de la que hablaron ni siquiera sería suficiente para cubrir la mitad de los CLAP destinados al Táchira. Lo que trajeron en su lugar fue la guerra y la destrucción, por lo que el pueblo no fue a su concierto, al que fueron los mercenarios pagados por las compañías multinacionales estadounidenses, o los representantes de las clases medias altas, la burguesía y la oligarquía colombiana y venezolana que miran a los Estados Unidos y quieren devolver el país a los años oscuros de la Cuarta República.

 

-¿Qué relación tienes con la historia antes del chavismo si creciste con la revolución bolivariana?

 

Durante la Cuarta República yo era un niño, pero mis padres, que eran revolucionarios y estuvieron en prisión y perseguidos, me explicaron las cosas. Vengo de una familia pobre, gente del barrio, también tuvimos familiares que desaparecieron por la represión durante la Cuarta República. Mis padres harán lo que sea para no volver a los asesinatos selectivos, a las persecuciones políticas y lo he entendido correctamente. Los hijos somos los primeros de la familia que han estudiado en la universidad, se han beneficiado de una educación pública gratuita y de calidad, un sistema de salud gratuito, la Gran Misión Vivienda Venezuela que ha dado hogar a más de 2.600.000 familias. Somos el quinto país del mundo en matrículas universitarias, en pocos años hemos vencido el analfabetismo y la pobreza extrema, como lo han reconocido tanto UNICEF como la FAO. Sin duda, estamos pasando por un momento muy difícil, pero el pueblo está consciente, sabe bien dónde están las responsabilidades y no se dejará someter. Este es un proceso de transformación estructural, iniciado con Chávez y continuado con Maduro, que ahora debemos profundizar en esta economía de la guerra con gran responsabilidad y decisión: junto con los trabajadores, los campesinos, los movimientos populares. Como jóvenes tenemos muy claro que la revolución bolivariana es una esperanza para América Latina y para el mundo, también la hemos visto en esta Asamblea internacional de pueblos. Tenemos una gran responsabilidad. Si nos derrotan, harán retroceder a la izquierda en todo el mundo. Pero sepa el imperialismo yanqui que no nos arrodillaremos. Y que no estamos solos.

 

Revisión Gabriela Pereira

https://www.alainet.org/en/node/200505
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