Solo le queda el terrorismo y justificar una invasión militar extranjera

Guaidó se enfría y se desploma

01/05/2019
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Ayer martes 30 de abril de 2019 Venezuela sufrió un nuevo intento de Golpe de Estado dirigido por Estados Unidos. La situación fue controlada por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y toda la institucionalidad del país, pero no se descarta la ocurrencia de nuevos intentos por quebrar a las fuerzas leales y la cohesión institucional y militar en las próximas horas.

 

Esto no sería factible ni posible sin la participación de traidores dentro de las filas revolucionarias tanto a nivel político, gubernamental, dentro de nuestros cuerpos castrenses y organismos de seguridad e inteligencia. La participación del comandante de la GNB, Ilich Sánchez y del M/G del ejército desertor, Manuel Cristopher Figuera, hoy ex Director General del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), como cabecillas de la asonada junto a Leopoldo López y Juan Guaidó, confirman el peligro de cómo los traidores infiltrados que podemos tener en nuestras filas podrían poner en jaque a nuestro proceso revolucionario.

 

Guaidó ha realizado una alta apuesta en el día de ayer, y parte de su estrategia fue la de generar este hecho como catalizador y detonante que motivará a sus huestes más fascistas y reaccionarias, para impulsar una movilización de la oposición hacia el Palacio de Miraflores, con el fin de originar un enfrentamiento con el chavismo, y así dotar a los Estados Unidos del necesario casus belli para justificar la tan ansiada invasión militar de tipo “humanitario” sobre Venezuela.

 

Sin embargo, un error de cálculo y el adelanto de la operación militar de falsa bandera en el día de ayer en el Distribuidor Altamira, si bien no neutralizó del todo los posibles militares traidores con los que contaría Guaidó para lanzar el zarpazo, si afectó de manera sensible la potencia castrense para una posible rebelión en contra del actual Primer Mandatario Nacional, Nicolás Maduro.

 

Para el momento en que escribo estas líneas, se escenifican en mi país dos grandes movilizaciones. La dirigida por Guaidó, cuyo punto último de concentración no está definido; y la de las fuerzas políticas y sociales que respaldan a la Revolución Bolivariana y al actual Presidente de la República, Nicolás Maduro, en el marco de la conmemoración del día internacional de los trabajadores y trabajadoras.

 

Si bien es cierto que el despliegue de esta operación de falsa bandera ha resultado en la fuga de Leopoldo López, máximo dirigente de la organización terrorista Voluntad Popular, la misma implica una derrota táctica, ya que hiere de muerte y confirma el enfriamiento y desplome del liderazgo producto de marketing político de Juan Guaidó.

 

El discurso de Guaidó construido por Ars Publicidad se agotó desde hace rato, y eso aunado a las falsedades y recientes fracasos dados por él ante su base social, evidentemente hace que sea cuestión de tiempo que sea desechado y olvidado por sus jefes imperiales.

 

También hace que el tiempo de libertad que le quedaría al pretendido “presidente interino” de Venezuela, sea también corto.

 

No obstante, eso obliga al pueblo venezolano a prepararse, pues a partir del día de ayer martes 30 de abril, se ha iniciado una nueva arremetida desestabilizadora y terrorista contra la Patria de Bolívar y Chávez, como ocurrió en los años 2013, 2014 y 2017.

 

Hay que prepararse para una guerra popular y de resistencia, pero debe también el Estado venezolano y el sistema de justicia venezolano actuar en consecuencia.

 

Evidentemente, para el día de hoy 1 de mayo de 2019, no creo que Guaidó lancé la movilización hacia el Palacio de Miraflores, pero sí se estima la activación de diferentes actos terroristas, y la proliferación de diferentes operaciones de falsa bandera. La estrategia evidentemente apunta a la generación de un enfrentamiento entre hermanos, una guerra civil y a plantear el control de las fuerzas de seguridad y orden público del Estado de las manifestaciones y reuniones públicas con claros fines sediciosos y desestabilizadores, como represión, para así reforzar la narrativa que justifique una acción armada en contra de nuestra Patria.

 

Todo esto viene acompañado de una fuerte labor de lobby internacional. La OEA y la SIP se encuentran reunidas para tratar el caso de Venezuela. El próximo viernes 3 de mayo el denominado Grupo de Lima se reunirá para tratar el tema sobre la situación del país bolivariano.

 

Diversas vocerías de integrantes de la administración Trump (Rick Scott, Marco Rubio y John Bolton, Almirante Craig Fawler, jefe del Comando Sur de EEUU) ya vienen impulsando y buscan concretar la participación de sus fuerzas militares para la acción militar y desplegar la operación de cambio de gobierno en Venezuela.

 

No tengo complejos en afirmar que estamos afrontando en un momento particularmente peligroso de la historia republicana venezolana. Sin embargo, me quiero permitir hacer el llamado a mi pueblo con lo siguiente.

 

Primeramente, todas y todos debemos estar jugando cuadro cerrado con el Presidente de la República, Nicolás Maduro y demás integrantes del Alto Mando Político y Militar de la Revolución. El mismo Chávez nos lo advirtió el 8 de diciembre de 2012: “No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles…”

 

Pero, ante el cierre del cerco y del círculo en contra de Venezuela, evidentemente hay que apretar aún más las tuercas más que las de un submarino. Solamente los que de verdad sentimos a la Patria hasta en las vísceras y comprendimos el ideal de Chávez quedaremos en verdadera unidad, unidad suficiente para vencer.

 

 

- Juan Martorano

Abogado, activista por los Derechos Humanos, militante revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas

http://juanmartorano.blogspot.com

http://juanmartorano.wordpress.com

jmartoranoster@gmail.com

@juanmartorano

 

 

https://www.alainet.org/en/node/199618?language=en
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