Francisco, pueblos indígenas y bosques en el Perú

22/01/2018
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Foto: Red Eclesial Panamazónica
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Veo que han venido de los diferentes pueblos originarios de la Amazonia: Harakbut, Esse-ejas, Matsiguenkas, Yines, Shipibos, Asháninkas, Yaneshas, Kakintes, Nahuas, Yaminahuas, Juni Kuin, Madijá, Manchineris, Kukamas, Kandozi, Quichuas, Huitotos, Shawis, Achuar, Boras, Awajún, Wampís, entre otros. También veo que nos acompañan pueblos procedentes del Ande que se han venido a la selva y se han hecho amazónicos. Gracias por vuestra presencia y por ayudarme a ver más de cerca, en vuestros rostros, el reflejo de esta tierra. Un rostro plural, de una variedad infinita y de una enorme riqueza biológica, cultural, espiritual. Quienes no habitamos estas tierras necesitamos de vuestra sabiduría y conocimiento para poder adentrarnos, sin destruir, el tesoro que encierra esta región, y se hacen eco las palabras del Señor a Moisés: «Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa» (Ex 3,5) (Jorge Bergoglio, Papa Francisco, Puerto Maldonado, Madre De Dios, Selva Amazónica, 19 de enero 20171

 

Ya se fue el Papa Francisco y hay que volver al mundo real... ¿Qué no dijo y que no se atrevió a decir en su reciente visita al Perú? ¿Qué mensaje les dejó a los pueblos indígenas amazónicos en Puerto Maldonado? ¿Cuál es la importancia que para defender Nuestra Casa Común tiene la Amazonía y los bosques? ¿Qué se puede impulsar desde los pueblos indígenas para un uso racional y sostenible de los bienes comunes que esta región le proporciona al planeta? Estos son algunos temas que planeo en esta breve reflexión, post Francisco.

 

Lo que no se atrevió a decir

 

Comencemos por lo que no dijo. No quiero ser aguafiestas pero hubo al menos cuatro temas que claman al cielo y a Francisco la gran mayoría de la población del Perú. Por un lado, la lamentable protección de curas pederastas, tal como el caso de Figari y Sodalicio, avalado por el Cardenal Cipriani: no basta llorar, pedir perdón como en Chile2 y designar extemporáneamente un interventor cuando las víctimas de estos horrendos crímenes claman desde hace varios años3.

 

En segundo lugar, Francisco permitió que pudiera reunirse con el Presidente Pedro Pablo Kuczynski y los aprofujimoristas del Congreso de la República que han mentido, ha habido impunidad e indulto negociado para el sátrapa Fujimori – condenado a 25 años por ladrón y genocida - y existen indicios suficientes de corrupción en cantidades siderales, en el marco de Lava Jato: para todos estos impresentables Francisco no debería solicitar reconciliación y perdón sino algo muy sencillo: JUSTICIA SIN OLVIDO.

 

En tercer lugar, en Puerto Maldonado se reunió con representantes de los pueblos amazónicos, pero no hizo referencia alguna a los representantes del Ministerio del Ambiente y el gobierno que no han hecho mucho por mitigar los daños ambientales, sociales y culturales de la minería informal y delincuencial: lamentablemente, avalar este desastre con simples declaraciones es ser cómplice y borra con el codo toda la retórica de la “Laudato Si” que alguna vez denominé “Manifiesto Ecologista”.

 

Por último – pero hay más “olvidos” – en Lima permitió la presencia feliz al lado suyo del cardenal del Opus Dei Juan Luis Cipriani para el que los Derechos Humanos siguen siendo “un cojudez”, sumado a otros desprecios contra las mujeres humilladas y los humildes en general 4y tampoco le dijo algo directo, que se sepa, al Presidente PPK en Palacio de Gobierno que estuvo acompañado… por sus 40 lobistas y mafiosos.

 

No lo sabemos, pero ojalá que estos temas hayan sido mencionados e informados por los 100 jesuitas que se reunieron con Francisco en la Iglesia de San Pedro al retornar de Puerto Maldonado. Ojalá que con sandalias, Francisco vuelva al camino de las “Las 3 T” de Santa Cruz de la Sierra en el 2014, Tierra, Techo y Trabajo5

 

Lo que sí dijo

 

No obstante, sobre esto último el día anterior a su partida, luego de preguntarse por qué todos los expresidentes – Humala, Toledo, Fujimori y García – están presos, fugados o pedidos por corrupción dijo lo siguiente: “No descuidemos el futuro de la dirigencia de los pueblos. Si solo entienden el lenguaje de la corrupción, estamos fritos ... También está el fenómeno de los paraísos fiscales, muchos de los cuales están en América Latina, con este capitalismo liberal deshumano, donde se endeuda la gente ... La crisis no es solo en Perú, es un problema que sufre América Latina, una gran desconfianza. El caso Odebrecht es simplemente una anécdota chiquita, el quid pro quo que no es la sana negociación política, sino te tapo esto y tú me tapas esto. Hay una crisis por corrupción. Uno llega a una posición y acusa de corrupto al anterior, y los dos tienen algo de razón... la corrupción se ha generalizado…”. Algo es… peor es nada.
 

Asimismo, en su haber está que en Trujillo condenó el feminicidio y en Lima hizo otro tanto con la corrupción existente que atenta contra la ética, el desarrollo y La Paz.

 

Pero lo más destacable fue que en Puerto Maldonado, Francisco fustigó al extractivismo neoliberal salvaje – el grande, el informal y el delincuencial -, defendió a los Pueblos Indígenas en general y a los pueblos Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV), repitió conceptos de su “manifiesto ecologista” de mayo del 20156. Le agradeció a los indígenas Arturo y Margarita que expusieron su situación: “Nos visita en esta tierra tan olvidada, herida y marginada… pero no somos la tierra de nadie”. El Papa comentó: “Y es algo que hay que decirlo con fuerza: no son tierra de nadie. Esta tierra tiene nombres, tiene rostros: los tiene a ustedes”. Francisco informó que “con este espíritu convoqué un Sínodo para la Amazonia para el año 2019”.

 

Puerto Maldonado fue su principal púlpito en el Perú y, por lo que dijo frente a 3,500 representantes de pueblos indígenas, se desató una grita histérica de la derecha conservadora, lo que en Perú conocemos como DBA o derecha bruta y achorada. Por mencionar algunos, el periodista ultraconservador y fujimorista Aldo Mariátegui escribió: ¿Cuál es la ideología de Francisco? Es jesuita, lo que ya de arranque te anuncia que muy posiblemente es un “progre” caviar, dado que esta intelectualizada orden religiosa es muy conocida por sus posiciones de izquierda, especialmente en su rama latinoamericana. Y algunas frases suyas hubieran sido impensables en Juan Pablo II. Decir que no le ofende si le llaman marxista o que “son los comunistas los que piensan como los cristianos” debe haber hecho revolcar a Wojtyla en su tumba, luego de todo lo que este sufrió en Polonia bajo la ocupación estaliniana y de que el marxismo –esa especie de religión atea– considera a la religión como “el opio del pueblo”7.

 

Pero también el periodista de la derecha dizque democrática (DDD), Jaime de Althaus reaccionó así, intentando distraer el blanco de Bergoglio: La Amazonia no está amenazada por ‘grandes intereses económicos que dirigen su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro’ como dice el Papa, sino por la minería ilegal, la coca, las migraciones campesinas que han deforestado 10 millones has., y el oleoducto de la estatal PETROPERU8.

 

Madre de Dios: Joya de la biodiversidad del Perú… aún

 

En esta región, que es aún la joya de la biodiversidad del Perú, dirigiéndose a los indígenas amazónicos Francisco dijo: Probablemente los pueblos originarios amazónicos nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora. La Amazonia es tierra disputada desde varios frentes: por una parte, el neo-extractivismo y la fuerte presión por grandes intereses económicos que dirigen su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales. Por otra parte, la amenaza contra sus territorios también viene por la perversión de ciertas políticas que promueven la «conservación» de la naturaleza sin tener en cuenta al ser humano y, en concreto, a ustedes hermanos amazónicos que habitan en ellas. Sabemos de movimientos que, en nombre de la conservación de la selva, acaparan grandes extensiones de bosques y negocian con ellas generando situaciones de opresión a los pueblos originarios para quienes, de este modo, el territorio y los recursos naturales que hay en ellos se vuelven inaccesibles. Esta problemática provoca asfixia a sus pueblos y migración de las nuevas generaciones ante la falta de alternativas locales. Hemos de romper con el paradigma histórico que considera la Amazonia como una despensa inagotable de los Estados sin tener en cuenta a sus habitantes”.

 

Sobre esta región hay cinco verdades que se supone le expusieron sus asesores antes de viajar: 1) es la Capital de la biodiversidad del Perú, 2) viven allí 8 pueblos originarios (Amahuaca, Ese eja, Harakbut, Iñapari, Shipibo-konibo, Yine, Mashco Piro y Matsigenka), 3) el 90 por ciento de la minería es ilegal, 4) es la tercera región con más denuncias por trata de personas y 5) tiene cifras elevadas de violencia doméstica9. También le deben haber informado que Madre de Dios es una región semi-olvidada por el Estado, los Gobiernos, los políticos, el mercado, la sociedad nacional, pero no así por los delincuentes, los mafiosos, militares, policías y fiscales corruptos. El Papa debió cuidarse y creo que lo hizo, al recibir las quejas del gobernador regional, Luis Otsuka Salazar, minero “informal”, fujimorista, dueño de concesiones mineras en los ríos y avalador indirecto de la trata de la personas10.

 

Asimismo, Francisco no debió hacer caso a los informes triunfantes del Minam y otras instancias del gobierno sobre su fracasada lucha principalmente policial-militar contra la minería ilegal y delitos conexos. Ver un informe completo sobre esta compleja problemática a nivel nacional, que los diferentes gobiernos la encaran con una perspectiva policial-militar, agravando y dispersando el problema 11

 

Las triple fronteras amazónicas semi-olvidadas


Entre el 26 de noviembre y el 9 de diciembre estuve recorriendo una partecita del río Putumayo y otra del río Molinoes (Amazonas) en dos de las tres fronteras calientes y semi-olvidadas del Perú. Primero remonté el Putumayo hasta el Codo del Güepí entre Soplin Vargas (Perú), Puerto Leguízamo (Colombia) y Puerto El Carmen (Ecuador) y luego bajé por el Amazonas hacia el Trapecio de Leticia en Santa Rosa (Perú), Leticia (Colombia) y Tabatinga (Brasil). Nuevamente, se trata de zonas semi-olvidadas por el Estado, por los gobiernos, por los mercados, por los políticos (pocos electores) y por la sociedad civil. Pero muy presentes para los narcos, delincuentes (mineros y taladores), policías y militares, que deshacen lo poco que se avanza y violan derechos territoriales de los pueblos indígenas.
 

Lo que tenemos en estas regiones es un Estado ausente, cómplice de la deforestación, que olvida y está contra la población, especialmente pueblos indígenas, que no enfrenta a empresas salvajes y corruptas sino que las trata con guantes de seda, mientras que a los pueblos indígenas y la población en general, los trata con displicencia, olvido y violencia.

 

Una cultura canalla contra los bosques12

 

A juzgar por los indicadores más recientes de una lectura aleatoria de los medios escritos, más que crecimiento con desarrollo sostenible, respeto de nuestra biodiversidad, seguridad alimentaria e “inclusión social”, lo que están haciendo los gobernantes en el Perú de hoy, y desde hace tres décadas, es consolidar una economía, sociedad y cultura canalla - concepto usado por la economista Loretta Napolioni13-, cuyas políticas y estrategias son enemigas de los bosques, de la Amazonía, de los pueblos indígenas amazónicos y de los bosquesinos14

 

El sociólogo Francisco Durand sostiene que el Perú está fracturado15 en formal, informal y delictivo. O sea, una economía, sociedad y cultura FID. Sin embargo, sostengo que el sector “D” no sólo es tráfico ilícito de drogas (TID) sino también tala ilegal, minería delictiva, contrabando, trata de personas, prostitución, tráfico de personas (migrantes), de niños y órganos, de precursores químicos o insumos para la producción de cocaína y minería de oro y explosivos, y de armas, piratería, falsificación de dinero, biopiratería, secuestro-sicariato, ciber-piratería, corrupción y lavado de activos que es transversal a todo lo anterior.

 

Sostengo que las principales actividades de los tres azotes contra la Amazonía, los bosques, los pueblos indígenas y los bosquesinos son: 1) la formalidad neoliberal salvaje y extractivista-exportadora, que destruye recursos naturales, agua, biodiversidad, derechos, culturas y gobernabilidad democrática; 2) la informalidad como refugio contra el olvido del mercado, Estado, sociedad civil y políticos de turno, que también depreda la naturaleza, esconde indicadores de pobreza y destruye tejido social solidario, imponiendo el “sálvese quien pueda”; y 3) la delincuencia depredadora de los recursos naturales, destructora de personas, honras, instituciones, espacios democráticos y culturas ancestrales.

 

Estos son “sectores” articulados hacen sinergias entre sí y constituyen los principales azotes contemporáneos contra los derechos de las comunidades, los ciudadanos, la Madre Tierra, las fuentes y usos del agua, los bosques, la biodiversidad, la alimentación, la salud, las culturas y los derechos territoriales. Estos derechos son los primeros en ser afectados por las actividades extractivas lícitas salvajes, que se llevan a cabo sin vallas socio-ambientales y culturales similares a las que imponen legalmente países desarrollados. La situación es peor, con mayores impactos, en el caso de las actividades informales y sobre todo las ilícitas.

 

Sostengo que no menos del 25% de la economía peruana y el 30% de la población es acosada por estas actividades ilícitas e informales, así como por el crimen organizado y la corrupción sistémica. La ingeniera forestal Lucila Pautrat, directora ejecutiva de la Sociedad Peruana de Ecodesarrollo y catedrática de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en comunicación personal y a partir de información dispersa de diversas fuentes secundarias, elaboró, en 2013, una tabla de lo que podrían ser costos de los daños ambientales, informalidad y criminalidad por un monto de más de US$ 103 mil millones, equivalentes al 52.4% del PBI del 2012.

 

Cuadro 1: Estimaciones (subvaluadas) de daños causados por actividades

ambientales, informales y criminales en el Perú 2012

(en base a fuentes secundarias)

 

Indicadores

Millones de US$

% del PBI (1)

  1. Costos de la degradación ambiental

11 352 600

4,0

  1. Informalidad económica

66 223 200

35,0

  1. Informalidad laboral: 75% de la PEA

¿?

¿?

  1. Minería informal

2 000 000

1,0

  1. Tráfico Ilícito de Drogas – TID

5 187 000

2,7

  1. Delitos ambientales

1 019 000

0,54

  1. Corrupción de funcionarios

189 000

0,01

  1. Costo de la corrupción en el Perú

7 568 400

4.0

  1. Trata de personas. 35,000 víctimas

¿?

¿?

  1. Costos de la delincuencia

9 649 700

5,1

 

103 189 000

52,4

 

(1) El Producto Bruto Interno del 2013 fue de US$ 189,250 millones, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Elaboración: Lucía Pautrat. Fuentes: Banco Mundial, PUCP, Superintendencia de Banca y Seguros, Transparencia Internacional, Presidencia del Consejo de Ministerios, Ministerio del Interior, Ernesto Ráez Luna y ex-congresista Marisol Pérez Tello.

 

Y en una exposición del 2016 la doctora Pautrat sostiene que: La corrupción genera cuantiosos daños sociales, económicos e institucionales a los ciudadanos y al Estado. A las implicancias éticas, jurídicas e institucionales de estos delitos, y la pérdida de recursos públicos, se añade la generación de condiciones de inequidad y afectaciones a la provisión de servicios públicos que exacerban los impactos de la pobreza. El 13 de diciembre del 2015, el contralor general de la República, Fuad Khoury, señaló que el costo de la corrupción en el Perú se estima en unos 11 mil millones de soles (8,94% del PBI 2015), cifra que podría duplicarse si no se actúa con firmeza y celeridad en los casos judicializados por delitos de corrupción”16.

 

Asimismo, un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el delito (UNODC por su sigla en inglés) señala lo siguiente: A partir de los montos declarados por los encuestados respecto a gastos incurridos por haber sido víctimas de la delincuencia organizada y otros delitos5, así como por adoptar medidas de protección contra los mismos, se ha estimado el costo anual que en conjunto generarían para la población peruana, llegando un total de S/. 1,705 millones. De dicho monto, casi el 83% se explicaría por la adopción de medidas de protección, las mismas que resultan ser significativamente mayores en el segmento alto de la población. Los daños por hospitalización, rehabilitación, días sin trabajar en recuperación, daño permanente por lesiones y otros, constituirían solo el 17%”17.

 

Nuestro país es un complejo de archipiélagos con el agua como eje según nos resumen Eduardo Musso18, para cuya subsistencia el manejo sostenible de los bosques es de primera prioridad en un país como el nuestro que es marítimo, boscoso, agrícola, pecuario, fluvial y no principalmente minero como se sostiene reiteradamente, sobre todo desde la década de 1990. Por lo tanto, no nos queda otro camino que aprender de nuestro pasado, leer su naturaleza y adaptarnos a nuestro territorio mirando al futuro, como hacen los pueblos indígenas amazónicos. La geografía, la ecología, la hidrología, el clima, las culturas y la demografía exigen atender y entender la diversidad y variabilidad propia de nuestro país que obliga a ordenar el territorio de acuerdo con sus potencialidades e impulsar otro desarrollo basado en otra racionalidad.

 

No obstante, para los Ministro de Economía y Finanzas, sus asesores lobistas y tecnócratas de lujo, como los denomina el actual presidente peruano de nacionalidad estadounidense, el sector “D” (delictivo) no existe o solo cuando figura demasiado en los medios de comunicación. Según esta concepción, al sector “I” (informal) hay que formalizarlo, cobrarle impuestos, darle algunas dádivas, aplicarle la ley y ponerlo bajo control penal-policial, cuando no militar.

 

Prácticamente todas sus políticas y “road shows” están orientados hacia el sector “F” (formal), es decir hacia los extractivistas minero-petrogasífero-pesqueros, hacia los terratenientes de nuevo cuño en fiesta de re-latifundización, hacia los banqueros corruptos y hacia los constructores inmobiliarios y de mega-proyectos quienes, según esta concepción discriminatoria, son el sector que vale la pena. Este sector crece desde hace tres lustros en el marco de la estrategia exportadora, de “piloto automático”, aunque ello haya significado y signifique quedarnos sin agua, sin bosques, sin biodiversidad, sin gente.

 

Las Triple fronteras calientes

 

El Perú tiene cuatro “triple fronteras” con serios problemas de inseguridad ciudadana entre los diversos grupos demográficos que conviven en ellas: pueblos indígenas, campesinos, bosquesinos, colonos ribereños y pobladores urbanos. Se trata del Trapecio Amazónico con Brasil y Colombia; la Zona MAP con Brasil y Bolivia; el Codo del Güeppí con Ecuador y Colombia; y el Punto de la Concordia con Chile y Bolivia. Salvo la Zona MAP, las otras tres están altamente militarizadas y/o policializadas, debido a que son zonas de frontera, a la inseguridad ciudadana que está basada en la poca presencia del Estado, una sociedad civil poco organizada, la inexistencia de partidos políticos, débiles movimientos ciudadanos y en la persistencia de varios tipos de delitos que se han desarrollado en las últimas décadas, que conviven entre ellos y se retroalimentan19.

 

En general y sobre todo en sociedades fronterizas olvidadas de los centros de poder, un encaramiento con concepto de Seguridad Nacional, es decir de “guerra”, contra estos delitos, no ayuda a mitigar los problemas sino que los dispersa y vuelve un “blanco móvil”. Una estrategia de Seguridad Humana para luchar contra el olvido y la distancia, acompañada secundariamente de inteligencia operativa y acciones policiales puntuales, parece ser la más adecuada. Estas zonas geográficas y sus entornos tienen las siguientes características básicas:

 

  1. Están siendo fuertemente impactadas por actividades con fines ilícitos y de delincuencia organizada como cultivos para drogas – principalmente coca y amapola -, tala ilegal de maderas, minería informal, tráfico de especies en extinción, tráfico de armas, contrabando y trata de personas.

  2. Son altamente vulnerables a los impactos del cambio climático, deforestación, desaparición de especies de flora y fauna y violación permanente de los derechos territoriales y culturales de los pueblos indígenas originarios, campesino, bosquecinos y habitantes urbanos.

  3. Contienen corredores biológicos de inconmensurable valor y Áreas Naturales Protegidas transfronterizas, además de ser fuentes importantes de agua dulce para consumo humano, sumideros de carbono y contenedores de enormes conocimientos tradicionales.

  4. Se están construyendo o se construirán megaproyectos carreteros – IIRSA Norte, Centro y Sur -, energéticos, extractivos - minería, gas y petróleo – y agropecuarios – biocomercio soyero, biocombustibles, etanol de caña y ganadería mayor -, que están impactando la biodiversidad, la sostenibilidad alimentaria, las culturas y las economías sostenibles de la mayor parte de la cuenca amazónica.

  5. Finalmente, están significativamente militarizadas y policializadas con proliferación de diversas formas de corrupción pública y privada, crimen organizado y en general formas antidemocráticas de relaciones sociales y políticas.

 

Fuente: Cabieses, 2016

 

La estrategia que propugnamos es de desarrollo rural integral sostenible y sustentable que defiende un proceso ecológico, económico, social y político. Se trata de una estrategia enmarcada en un modelo hacia otro desarrollo, alternativo al de la pobreza, impulsado desde abajo, desde adentro, independiente, auto-centrado, orientado a mercados locales, con participación plena de la población involucrada y con respeto a los usos culturales de su producción y consumo. Esta nueva economía y cultura alternativa a la de la pobreza, estaría basada en la diversificación agropecuaria y agroindustrial con extensiones minoritarias pero necesarias de cultivos de coca.

 

La cuenca amazónica y las áreas protegidas

 

La cuenca amazónica es la mayor selva pluvial de la tierra y una importante fuente de recursos naturales y servicios ambientales. Cubre una superficie de 8.2 millones de kilómetros cuadrados, comprendiendo territorios de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Suriname y Venezuela20. En los bosques del Perú y otras partes, la UNESCO ha determinado Reservas de Biosfera, como son los casos del Manu en Perú o Yasuní en Ecuador, que constituyen patrimonios naturales de la humanidad por ser áreas representativas de los diferentes hábitats del planeta. Estas reservas han sido concebidas, en algunos casos, como áreas de experimentación, perfeccionamiento y demostración de la unión de la conservación de la diversidad biológica con el desarrollo socioeconómico y el mantenimiento de los valores culturales asociados.

 

Cada país gestiona y desarrolla estrategias para salvaguardar estas áreas que se encuentran dentro de sus sistemas de áreas naturales protegidas. Sin embargo, el accionar de los Estados no es suficiente, debido a un presupuesto reducido y a la falta de definición de políticas ambientales y la presión antrópica de los últimos años que ha generado fuertes pérdidas de áreas boscosas. No obstante, la deforestación en las zonas de amortiguamiento de las reservas de biosfera, se ha incrementado en los últimos años. Por ejemplo, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional del Manu entre Cusco y Madre de Dios21, cuya extensión abarcaba un millón de hectáreas en el año 2005, se había registrado una deforestación de 55,477 ha. En la zona de amortiguamiento del Parque Nacional de Yasuní22, con una extensión de 656,000 ha, se registra una tasa de deforestación de 40,000 ha/año.

 

La degradación se define como la reducción de las funciones de un bosque como almacén y sumidero de carbono, de su capacidad para producir bienes y servicios ambientales y de su diversidad biológica intrínseca por causas atribuibles a actividades humanas, aun cuando la tierra todavía se mantenga como bosque. La degradación en las zonas de amortiguamiento no ha sido evaluada, pero se conoce de pérdidas de especies forestales por aprovechamiento selectivo u otras actividades de los pobladores, mermando la capacidad de los bosques y su biodiversidad.

 

En estas zonas andino-amazónicas conviven pobladores indígenas andino-amazónicos de diversos pueblos con colonos ribereños antiguos y recientes, la mayoría de ellos provenientes de la sierra, quienes presionan sobre los recursos naturales, afectando la biodiversidad y el medio ambiente en general, contribuyendo de esta forma al cambio climático y el calentamiento global.

 

La pobreza extrema de las comunidades nativas y colonos, sumada a los megaproyectos carreteros, energéticos y productivos impulsados por los gobiernos y el sector privado sin los estudios de impacto ambiental requeridos, son las dos fuentes principales de presión sobre los recursos del bosque, provocando el círculo vicioso de deforestación-pobreza-sobre explotación de recursos-magaproyectos-trata de personas-más pobreza. La trata de personas y el desarrollo de actividades ilícitas o con fines ilícitos es un fenómeno aún focalizado y pequeño, pero ascendente en diversas regiones de la zona andino-amazónica. La deforestación es causada por actividades extractivas, hidrocarburos y monocultivos en la selva húmeda tropical amazónica, minería artesanal de pequeña escala y minería ilegal

 

Hacia un etno-desarrollo sostenible

 

La propuesta estratégica debería estar centrada en la necesidad de impulsar programas -no “proyectos”- de Eco-Etno-Desarrollo Integral, Sostenible y Sustentable (EEDISS) impulsados desde las comunidades indígenas originarias de las regiones andino-amazónicas. Se trata de un desarrollo integral, endógeno, sostenible y específico de un determinado pueblo -en nuestro caso varios pueblos de una misma zona-, en armonía con su ecosistema para preservar la vida y la cultura propia, así como la supervivencia de los ecosistemas, dentro de los cambios, continuidades y transformaciones históricas operadas. El programa debería estar constituido por varios proyectos sociales, institucionales y técnico-productivos, siendo el eje estratégico de la propuesta los programas de conservación y protección de bosques que deben impulsarse desde los gobiernos locales y regionales, basados en mecanismos de Reducción de Emisiones por Evitar Degradación y Deforestación de Bosques (REDD) que son discutidos a el ámbito nacional e internacional.

 

Es lugar común entre los que discuten estos temas que el desarrollo basado en una concepción dinámica y abierta de los derechos humanos, requiere una revisión a fondo de los múltiples usos que el término ha tenido. Existen cientos de libros que discuten este tema, siendo uno de ellos el de Eduardo Gudynas del Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES)23.

 

Según Rodolfo Stavenhagen (s/f): “...para los pueblos indígenas, desarrollo significa sobre todo la satisfacción de las necesidades humanas largamente denegadas y la equidad en la distribución de los recursos y de los beneficios del crecimiento (…) Combatir el racismo estructural resulta por consiguiente una lucha por la sobrevivencia y la equidad en el marco de contextos culturales y sociales específicos propios de los indígenas. Encarar la problemática del desarrollo desde esta perspectiva ha llevado a conceptos tales como autodesarrollo y etnodesarrollo, o desarrollo con identidad, que ahora están siendo promovidos por algunos gobiernos, agencias multilaterales y organizaciones no gubernamentales.”24

 

Este concepto ya se discutía y postulaba su aplicación práctica desde principios de los ochenta 25 y en años recientes ha sido adoptado hasta por el Banco Mundial y está siendo aplicado en los países andinos26. Asimismo, es la tesis que propugna el economista Hernando De Soto en un estudio publicado luego de la masacre de Bagua del junio del 200927. No obstante, lo que aquí proponemos tiene poco que ver con lo que proponen el Banco Mundial o De Soto.

 

En primer lugar, las comunidades nativas andino-amazónicas, como prioridad, realizan estrategias de manejo de su espacio vital con arreglo a un objetivo de autonomía y seguridad alimentaria para las familias que componen cada comunidad. En cambio, el Banco Mundial tiene como prioridad el ingreso monetario. En segundo lugar, la idea de cultura propia tiene que ver con la noción de autonomía indígena. El Banco busca la plena y total integración al mercado mundial dominado por las multinacionales financieras e industriales. En tercer lugar, para De Soto el tema de los pueblos amazónicos - como antes lo fue el de los informales y luego el de los agricultores de cocaleros - se reduce a títulos de propiedad de tierras, reducción del Estado y eliminación de relaciones comunitarias. Para los pueblos indígenas, el tema, además de respeto, es territorio en relación armoniosa con la naturaleza, presencia de un Estado plurinacional y respeto a las relaciones comunitarias. En cuarto lugar, los pueblos amazónicos originarios, que tradicionalmente han sido olvidados, han comenzado a dejar ser invisibles y se han movilizado contra las políticas y decretos del gobierno por una sola razón: respeto.

 

El eco-etno-desarrollo, integral, sostenible y sustentable que proponemos privilegia los derechos colectivos, sin dejar a un lado los individuales. La base es el equilibro entre estos dos derechos con el consuetudinario. Es una propuesta dinámica, no estática, tiene sus propios tiempos, de acuerdo a las oportunidades y a las enormes limitaciones y fracasos del “modelo occidental” de “crecimiento para el desarrollo”. La obvia decadencia del modelo actual, logra abrir paso a propuestas de eco-etno-desarrollo y cada vez más va ganando terreno. De estar reducido a trincheras en comunidades con pequeños agricultores, ahora se ve explicitado de manera formal en una declaración de los derechos de los pueblos indígenas en el ámbito de la ONU.

 

La permisividad e indolencia por parte del Estado con respecto a la intimidación, persecución y asesinato de líderes indígenas por intereses económicos, así como la permisividad frente a empresas extractivas que fomentan la división de comunidades y sus organizaciones a través de amenazas y estrategias de manipulación e intimidación.

 

Las amenazas futuras, es que se prevé́ que las tasas de deforestación en el Perú aumenten significativamente en el futuro inmediato debido al dogma irresponsable de imponer, a costa del equilibrio amazónico, un cada vez mayor crecimiento económico irracional, el aumento de las inversiones en proyectos de energía e infraestructura para satisfacer la demanda nacional, regional y mundial de energía y productos de consumo. La explotación ilegal-legal de oro, la expansión de las plantaciones de palma aceitera y la construcción de más que 50 represas de gran tamaño representan las mayores amenazas para la Amazonia peruana en el futuro inmediato.

 

Termino citando al escritor amazónico Róger Rumrrill, quien sostiene en su último libro lo siguiente: “Como en los siglos XVI, VVII y XVIII, nuevamente la Amazonía vuelve a ser la utopía esta vez por su biodiversidad y sus reservas de agua dulce, energética y también alimentaria, posibles de manejar, transformar y aprovechar sosteniblemente gracias al buen gobierno, a los instrumentos de la ciencia y la tecnología, la cultura, la educación, el conocimiento, la ciencia y el saber indígenas, en particular, y del hombre y de la mujer amazónicos, en general, y sus extraordinarias capacidades de adaptación a las radicales transformaciones y cambios que la recesión económica mundial y el calentamiento global están provocando en el planeta Tierra” 28.
 

Lima, 22 de Enero 2018

 

Hugo Cabieses Cubas

Economista peruano licenciado en la Universidad del Pacífico de Lima, consultor sobre políticas de drogas, desarrollo sostenible, manejo de bosques y cambio climático. Militante socialista.

 

3 Al terminar de escribir ésta crónica, nos llega la siguiente grata noticia desde el avión de Francisco:  https://elcomercio.pe/mundo/actualidad/papa-francisco-apoya-luis-figari-sea-juzgado-justicia-peruana-noticia-491069; y ahora ¿qué dirá el coprolálico purpurado Cipriani para el que los Derechos Humanos son “una cojudez” y las mujeres son violadas porque se exponen mucho?. Está claro que los Figaris, los Sodalicios y Ciprianis debe ir … a la reja. Y todos agradecemos a Pedro Salinas y Paola Ugaz por su valiente libro sobre este caso “Mitad monjes, mitad soldados”:  http://utero.pe/2015/10/17/estos-son-los-testimonios-mas-escalofriantes-del-libro-sobre-los-abusos-sexuales-en-el-sodalicio/.

6 Laudato Si, sobre el cuidado de la Casa Común en: http://www.vidanuevadigital.com/wp-content/uploads/2015/06/Laudato-Si-ES.pdf)

12 A partir de aquí es un resumen de lo que planteo en un artículo de próxima publicación en un libro del Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas IGWIA, titulado Deforestación en tiempos de cambio climático, coordinado por Alberto Chirif y en el que escriben otros autores. Mi artículo se titula “Coca, bosques y pueblos indígenas amazónicos”.

13 Loretta Napolioni; La economía canalla: la nueva realidad del capitalismo; Booket-Planeta; Madrid, 2008.

14 Jorge Gasché y Napoleón Vela; Sociedad Bosquesina; Ensayo de antropología rural amazónica, acompañado de una crítica y propuesta alternativa de proyectos de desarrollo Tomo I; IIAP, CIAS, CIES; Iquitos, Marzo 2012.

15 Francisco Durand; El Perú fracturado; Fondo Editorial del Congreso, Lima, 2007

16 Ver: Lucila Pautrat, Lucila. 2016. Políticas anticorrupción. Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú PUCP y Universidad del Pacífico. Marzo 2016. En: http://www.lucilapautrat.net/Publicaciones/Anticorrupcion/CIES/Politicas-Anticorrupcion.pdf.

17 Ver: UNODC-United Nations Office on Drugs and Crime. 2011. El costo económico de la delincuencia organizada en el Perú: Estudio sobre los costos directos que el crimen ocasiona al estado y las familias; Viena, 2011.

En: https://www.unodc.org/documents/peruandecuador//Publicaciones/UNODC-costo-crimen.pdf.

18 Ver: Eduardo Musso; “Perspectiva ambiental: vislumbrando al Perú real y concreto”: Lima, 2012. En: <http://blog.pucp.edu.pe/item/158462/perspectiva-ambiental-vislumbrando-a....

 

19 Ver una descripción resumida de estas en: Hugo Cabieses; “El Perú y sus fronteras calientes olvidadas”; ALAI, 31 de Octubre 2017; en: https://www.alainet.org/es/articulo/188959.

20 Ver: PNUMA-OTCA-UP. 2009. GEO Amazonía: Perspectivas del Medio Ambiente en la Amazonía. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente PNUMA Organización del Tratado de Cooperación Amazónico OTCA y Universidad del Pacífico –UP. Lima, 2009.

21 El Parque Nacional del Manu tiene una extensión de 1 600 000 ha y la Reserva de Biosfera de 3 000 000 ha.

22 El Parque Nacional de Yasuní tiene una extensión de 982 000 ha y la Reserva de Biosfera de 2 500 000 ha.

23 Ver: Eduardo Gudynas; Ecología, economía y ética del desarrollo sostenible. Coscoroba Ediciones; CLAES-D3E. Montevideo, 2004.

24 Ver: Rodolfo Stavenhagen; “El derecho de sobrevivencia: la lucha de los pueblos indígenas en América Latina contra el racismo y la discriminación”. Proyecto IIDH/BID sobre actividades preparatorias de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial y la Xenofobia; México s/f.

25 Ver: Guillermo Bonfil Batalla; "El Etnodesarrollo: sus premisas jurídicas, políticas y de organización", en América Latina: Etnodesarrollo, Etnocidio. Costa Rica. Ediciones FLACSO, 1982.

26 Ver: Tom Griffiths; “Los Pueblos Indígenas y el Banco Mundial: experiencias de participación”. Forest Peoples Programme, Julio 2005.

27 Ver: Hernando De Soto; La Amazonía no es Avatar; Lima, 2010. En: http://www.ild.org.pe/es/nativos/la-amazonia-no-es-avatar

28 Ver: Róger Rumrrill; La Amazonía: Sombras y luces. Anka Mayu Ediciones, Moyobamba, San Martín, Perú, Julio 2017. .

https://www.alainet.org/en/node/190526
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