Los musius anticonstituyentes.

20/07/2017
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Hay un viejo enemigo de la democracia y es el conjunto de pretensiones aristocráticas que tienen algunos. Así, decía Sartori al señalar que la democracia, como sistema político, no logra aun liberarse de las acusaciones terribles que contra ella hacen quienes pretenden que con tener una opinión no es suficiente. Este pensamiento retrógrado es aquel que sostiene que los analfabetas, o, los apenas escolarizados no podrían ser sujetos de la política que es un asunto complejo que se libra mejor con gente muy preparada.

 

Ahora bien, hay más de un problema en ello. El primero es que quienes suelen afirmar estos son los mismos enemigos de la educación igualitaria, publica, gratuita, determinada por las aspiraciones y vocaciones de cada quien. El segundo, que por eso mismo la educación de tan alta alcurnia como la pretendida se corresponde a un sector estático de la sociedad, casi una casta, que puede acceder a esa primera educación. El tercero, que la historia nos comprueba que los grandes hombres del arte, de la ciencia y de la política no todos –incluso quizás no los más importantes- han tenido acceso a esos círculos. Muchos se hicieron con la realidad de su pueblo, aprendieron tarde, fueron excluidos de sus escuelas…

 

Si eso no fuera suficiente hay que reflexionar sobre el tema de la representación. Si la representación es la técnica política por la cual una parte, un puñado, de ciudadanos se dedican de pleno a los asuntos públicos a favor de otros, deben ser como los otros: han de hablar su idioma, conocer sus calles, haber vivido sus dificultades y sobretodo, compartir sus anhelos sino, ¿a quién representarían? ¿Cómo esas leyes, o esa Constitución se parecerían a su pueblo o sería una herramienta para él?

 

Por ello, el asunto de la técnica es un tema diferente al de la representación. Todas las asambleas tienen profesionales que trabajan los instrumentos. Así funcionó la Asamblea Nacional Constituyente, el Congreso de la República de Venezuela y así funciona la Asamblea Nacional venezolana, la francesa, etc.

 

Valga lo planteado para contestar la opinión anacrónica y terrible expresada por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela afirmando ¿Permitirás personas de bajo nivel cultural y conocimiento nulo de las leyes pretendan forjar el futuro de Venezuela? Vamos a responder, por decencia, obviando los problemas de sintaxis y ortografía que tiene tan odiosa afirmación, para centrarnos en las obviedades.

 

¿Es Herman Escarrá, candidato a la ANC, una persona con conocimiento nulo de las leyes? ¿Es Sandino Primera, candidato a la ANC, una persona con bajo nivel cultural? ¿Lo son los abogados y estudiantes de derecho que son candidatos a la Asamblea Nacional? Primero, es evidente que en el permanente espíritu de decir no porque no, no están ni siquiera al tanto de quien es candidato. Pudiendo citar para terminar el asunto que la mujer que más años dirigió el Parlamento, por ende, que dirigió más debates sobre las leyes vigentes en la República, es también candidata.

 

Dicho esto nos vamos al centro del asunto. El primero, es la igualdad dignidad y titularidad de derechos de las personas sin distinción de raza, postura política, religión, ni grado académico. El segundo, la prohibición constitucional de la discriminación y la construcción de un requisito que no solo no existen para una constituyente sino que no existe en ningún cargo representativo.

 

Justo ayer, la ciudadana diputada Gaby Arellano, tuiteaba orgullosa su desconocimiento del Himno Nacional y ella, junto a otros, forma parte de los representantes nacionales que no culminaron sus estudios universitarios. Asunto por el cual nadie puede protestarla.

 

https://anicrisbracho.wordpress.com/author/anacristinabracho/

 

https://www.alainet.org/en/node/186947
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