La ruta histórica de las FARC (III)
- Opinión
La historia de las Farc es la historia de las luchas campesinas y sociales por la tierra, los derechos y la dignidad. Es la historia del pueblo de Colombia en resistencia heroica y en la batalla por la emancipación.
Hay quienes quieren extirpar de la memoria colectiva nacional la epopeya de los campesinos colombianos en su movilización contra los poderes de la oligarquía y de potencias extranjeras.
En la conciencia de las nuevas generaciones deben permanecer los nombres de muchos combatientes que han participado durante décadas en esta titánica lucha por la reforma agraria, las libertades democráticas, los derechos y la soberanía nacional.
Jacobo Prías Alape, Ciro Trujillo, Manuel Marulanda, Jaime Guaracas, Raúl Valbuena, Jacobo Arenas, Raúl Reyes, Isauro Yosa, Alfonso Cano, Jorge Briceño y muchos otros permanecen en la memoria de las masas campesinas y populares.
Antecedentes
Los antecedentes de la conformación de las Farc se remontan a los años veinte en la lucha por la tierra, en la organización de Ligas agrarias y en la autodefensa campesina, por lo que comienzan siendo un movimiento agrario que toma posteriormente las armas como mecanismo de defensa, resistencia y supervivencia ( http://bit.ly/2mObBVm ).
Para establecer las raíces, entender la fundación y caracterizar el desplazamiento histórico de las Farc, es necesario asumir que previamente ya existía un capital social y cultural, formado desde los años 30 del siglo XX en muchas de las regiones donde se materializó la constitución de dicho grupo armado, de tal forma que, su surgimiento y consolidación sólo es posible comprenderlo a partir de la existencia de este capital social y no solamente a partir de los potenciales militares de la misma ( http://bit.ly/2mObBVm ).
La historia de las Farc hunde sus raíces en las luchas agrarias del Partido Comunista en los años treinta y en las expresiones de autodefensa campesina planteadas por dicho Partido durante el periodo de la violencia bipartidista agravada con el asesinato de Gaitán y la entronización del autoritarismo conservador. (1945-1964).
Varios son los hilos de continuidad que ligan los conflictos agrarios de las décadas anteriores con la creación de las Farc en 1964 y su evolución posterior: su arraigo campesino, la trascendencia de las reivindicaciones agrarias en su discurso político, la persistencia guerrillera en determinadas zonas, la cercanía política e ideológica con el Partido Comunista, el liderazgo de Manuel Marulanda Vélez, las trayectorias familiares de muchos guerrilleros, la conversión de la agresión estatal a Marquetalia en el episodio fundador de las FARC, etc (http://bit.ly/2mObBVm ).
La historia de los orígenes de las Farc tiene una territorialidad específica que en lo esencial compromete la violencia desarrollada en los departamentos de Tolima, Huila y Cauca, y las formas como la población campesina se organizó para resistirla.
El Partido Comunista y las autodefensas agrarias
El incremento de la violencia a finales de los años cuarenta dio como resultado la activación de movimientos campesinos que se encontraban prácticamente inactivos. Las persecuciones iniciadas por los gobiernos conservadores de Mariano Ospina Pérez, Laureano Gómez, Roberto Urdaneta, y a su vez de las bandas armadas creadas para la persecución de campesinos liberales y comunistas, dieron como resultado que las personas que habían participado en su mayoría en los movimientos agrarios de los años anteriores, volvieran a la organización, esta vez no a favor de la reivindicación de sus derechos, sino en defensa de su vida. En éste período la venganza y la represión configuran al movimiento campesino, y a los territorios donde se llevaban a cabo estas acciones, por la gran cantidad de personas que tuvieron que abandonar sus tierras y ubicarse en otros territorios, llevando allí la conciencia de organización, de lucha y de defensa, que hicieron posible la consolidación de las denominadas posteriormente, Repúblicas Independientes ( http://bit.ly/2akHvAl ).
La autodefensa, se concibe desde el principio como un tipo de organización al mismo tiempo política y militar para responder a la violencia del enemigo. Defiende los derechos de las masas, da una respuesta a la agresión reaccionaria y se constituye como una etapa de formación y de educación para librar luchas más elevadas en determinadas condiciones. Es un proceso de politización y de organización de las masas que las conduce a la convicción de la necesidad de la lucha armada, como forma superior de la lucha de masas, que abre los caminos para los desenlaces revolucionarios por vías no pacíficas ( http://bit.ly/2mObBVm ).
La violencia de los años 50
El período de la Violencia comprendido entre 1946-1958, constituye uno de los más importantes procesos socio-políticos del siglo pasado y de imprescindible conocimiento para comprender la dinámica de las estructuras y los procesos socio - económicos y socio - políticos colombianos en la segunda mitad del siglo XX ( http://bit.ly/1CZDgUx ).
En esos años, en la transición de los grupos de autodefensa de masas a movimientos guerrilleros, fueron determinantes factores como: la desigualdad social en el campo, los conflictos por el acceso a la tierra, la lucha bipartidista y la influencia del Partido Comunista. Estos factores tuvieron una fuerte incidencia en la organización campesina y posteriormente en la conformación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Resulta importante para el objeto de este trabajo presentar a nivel general el contexto, las características y regiones en que se da la resistencia política durante el período de la violencia, en la medida en que de ella se nutre el proceso posterior que dará origen a las guerrillas de las Farc.
Esta parte se inscribe en el periodo de análisis denominado de los conflictos sociales, políticos e ideológicos y cuya característica esencial es el paso de un modelo de confrontación centrado en los partidos por el control del poder del Estado a un modelo de confrontación en el que aparece como eje fundamental la lucha revolucionaria por la transformación de la sociedad y del Estado ( http://bit.ly/2mObBVm ).
Resistencia campesina en los años 50
Si bien después del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán muchas de las organizaciones campesinas de la época quedaron sin dirección, el Partido Comunista junto con el Partido Liberal tomaría la orientación de algunos de ellos en la defensa de los movimientos campesinos, y para resistir en el período de la Violencia. En respuesta a los ataques del gobierno conservador que mediante el uso de bandas como los Chulavitas y los llamados pájaros, buscó expandir su influencia en el campo e imponerse mediante el uso de la fuerza a lo largo del país. En muchas regiones tras el asesinato de Gaitán, se presentaron revueltas, en las que campesinos liberales y comunistas se enfrentan a las autoridades conservadoras y a pesar de haber sido acciones aisladas, -sin una organización o dirección que las comandara hacia la toma del poder o hacia la claudicación del régimen conservador-, terminarían siendo el motor del inicio del período conocido como la violencia en la historia de Colombia (Medina, 2009). En muchos lugares del país fuera de las ciudades, después del asesinato de Gaitán, algunos liberales esperaban órdenes de la dirección del Partido, para continuar con las acciones contra el gobierno conservador, pero al no tener respuesta, se fueron disipando y aquietando, sin embargo, en el Partido Conservador quedó el temor de una insurrección que representaba un fuerte contrapeso en su mantenimiento del poder si llegara a consolidarse.
La conservatización de Colombia
Esto impulsó la conservatización de todo el país, para demostrar que el régimen se mantenía con más rigor que antes del asesinato del caudillo liberal. Lugares que se encontraban prácticamente aislados del poder del Estado fueron reconocidos como regiones donde los conservadores atacaron la anterior organización liberal: nacería así la guerrilla como respuesta a esa persecución. A su vez, la situación política del país llevó a la postergación de la lucha por la tierra entre los campesinos, tras fragmentarse en una lucha partidista donde los más afectados serían ellos mismos, sin importar su filiación política. El campo quedaría rezagado del desarrollo y del crecimiento económico que se dio durante el período de 1949 a 1958 en la industria – gracias al uso de la violencia-, la lucha política sobrepasaría los intereses de los campesinos. La supervivencia, impulsaría la organización en la guerrilla para defenderse y organizarse contra el gobierno conservador, contra las bandas que perseguían a los liberales y a los comunistas, para responder ante la violencia, representando un retroceso en la lucha campesina y en los logros sobre la tierra que habían obtenido anteriormente. Las luchas contra el sistema de hacienda, quedaron en el pasado, la lucha por el poder bipartidista se impuso sobre los demás ideales y muchos tuvieron que conformar o hacer parte de una guerrilla liberal o comunista para defender sus vidas y la de sus familias de la represión del partido conservador. Lo ganado en años anteriores por los campesinos oprimidos, quedará atrás debido a que la violencia y la persecución obligaron a muchos a abandonar sus tierras, e hizo que la lucha campesina retrocediera y se concentrara prácticamente en la simple defensa de la vida (Medina, 2009).
Los hechos del sur del Tolima
Debido a su importancia histórica en la conformación de las Farc, es necesario observar los hechos acaecidos en el sur del Tolima donde se ubicaron en lo fundamental los núcleos guerrilleros comunistas. Estos se localizaron del siguiente modo.
Chaparral.
A partir de 1949, en Chicalá, Horizontes, La Marina, Irco, todos en el municipio de Chaparral (Pizarro, 1991).
Rio Blanco
A partir de 1950, El Davis, en el municipio de Rioblanco.
Ataco
Paujil y Peña Rica-San Miguel, en el municipio de Ataco.
Nuevos núcleos guerrilleros
A partir de 1951, Córdoba y Sucre en el municipio de Chaparral; a partir de 1952, el Davis II (Chaparral), El Cambrín (Rioblanco) y Saldaña o El Infierno (Ataco). A partir de 1953, Calarma en los límites de los municipios de Ortega y Chaparral. Los futuros comandantes de las guerrillas comunistas tuvieron todos, casi sin excepción, su origen o su debut militar en esta región del Tolima: Jacobo Prías Alape, Ciro Trujillo, Manuel Marulanda, Jaime Guaracas, Raúl Valbuena, Isauro Yosa y muchos otros (Pizarro, 1991).
Medófilo Medina estableció las siguientes etapas de la resistencia armada comunista en la zona: 1. Agrupamiento inicial y comienzo de la respuesta armada; 2. El desplazamiento de la Columna de Marcha; 3. El establecimiento en El Davis y la actividad conjunta liberal-comunista; 4. Los enfrentamientos y la reagrupación de fuerzas; 5. Dispersión y transformación ( http://bit.ly/2akHvAl ).
El Davis
Por su valor histórico en la conformación de las guerrillas comunistas inicialmente y de las Farc en los años 60, es importante detenerse en el caso de El Davis.
Algunos guerrilleros comunistas, junto con sus familias bajo la columna de marcha, llegan a El Davis (Chaparral), donde se encuentran ubicados los combatientes de las guerrillas liberales del sur del Tolima y son invitados a quedarse, constituir un destacamento fuerte y crear un Estado Mayor Unificado para todo el Sur del Tolima (Medina, 2009). Éste será conformado, aunque no para todo el sur del departamento y coordinará algunas acciones para ambas.
El Davis, representa la unión de los comandos guerrilleros del sur del Tolima contra el régimen conservador. Para el gobierno conservador, la organización en El Davis, representaba una amenaza por la fuerte oposición que allí se generaba y por la fuerza que tomaban las guerrillas en su trabajo y actividad. Además, la organización mantiene la influencia de los Partido Liberal y Comunista en la región, acción que el gobierno busca exterminar, para imponerse allí mediante la fuerza. La unión de ambas guerrillas presentaba dificultades por las diferencias ideológicas, en sus métodos y fines de lucha; diferencias que en la lucha campesina pasaban inadvertidas por el Partido Conservador, por la fuerza que adquirían en combate y en los ataques que llevaban a cabo. En un principio representaban una fuerza solida contra el régimen y sus bandas armadas, pero internamente se distanciaban cada vez más, para los liberales fue nuevo y contrario que se hablara en la guerrilla de lucha por la conquista del poder para los obreros y campesinos y de liberar a la patria de la explotación imperialista y oligárquica. Para los liberales la lucha se presentaba de manera espontánea y para ellos significaba básicamente defenderse y obtener ganancias de la situación (Medina, 2009). La acción en El Davis, permitía a ambas guerrillas ampliar su territorio, llevar a cabo una acción política cada vez mayor, e incrementar y concientizar a muchos combatientes, representando una oposición fuerte frente al gobierno. Sin embargo, la influencia de la guerrilla liberal llegaba a ser más amplia que la del núcleo comunista, cubría un mayor territorio, por lo tanto, no sólo ideológicamente, la acción de las guerrillas comunistas molestaba a las guerrillas liberales debido a que no esperaban que la influencia comunista se extendiera en sus territorios, sino solamente se unieran para hacer frente a los conservadores, mientras volvía el partido liberal al poder. Las guerrillas liberales eran una organización que respondía a la necesidad de la defensa mutua, pero a largo plazo esta guerrilla esperaba que el Partido Liberal retomara el poder y finalizar así sus actividades militares.
En El Davis, el Partido Comunista era la fuerza dirigente que mantenía en el Estado Mayor del Destacamento una comisión política en representación del Comité Municipal del Partido en Chaparral. La disciplina partidaria contribuía a elevar la disciplina militar que regía la vida del Destacamento. La unión continuaba gracias a la dirección del PC, pero, los problemas internos se incrementaban cada vez más. La dirección del Partido Liberal, se oponía a la unión de las guerrillas porque esta significaba una oposición bastante fuerte no sólo para el régimen sino para la acción política de las elites. Además, los combatientes liberales, no tenían un mayor compromiso en la lucha, ni buscaban alcanzar mayores logros a lo largo del territorio nacional, sino controlar un ámbito local mientras coordina acciones de resistencia frente a la opresión del gobierno conservador, y obtener con ello ganancias económicas. Cuando en el Estado Mayor Unificado se quiso poner en práctica el tipo de organización militar que rigió la vida de la Columna y que se practicaba en los Destacamentos comunistas, surgieron conflictos con quienes no estaban habituados a una organización regida por normas de forzoso acatamiento. Estaban acostumbrados a obrar por cuenta propia y hacían las cosas como y cuando querían. Cuando el PC impulsó una mayor disciplina y control a los combatientes en El Davis, la lucha individual de muchos, se vio obligada a ser conjunta, más organizada y obtener triunfos colectivos: alcanzar mayores logros organizativos y obligarse a compartir sus ganancias entre todos los combatientes, iba en contra de las aspiraciones de los guerrilleros liberales. A su vez, en este período no solamente se acrecentó el número de combatientes, se dieron los primeros intentos de coordinación interregional, razón por la cual tanto la dirección liberal como el gobierno conservador, buscaron la forma de dar fin a esta unión cuyo número de combatientes aumentaba cada vez más, para evitar que éstos conformaran una sola guerrilla en todo el territorio nacional, que hiciera un contrapeso fuerte al gobierno y que se impusiera sobre ambos partidos, al tener un fuerte apoyo popular (Medina, 2009).
La columna de marcha
A mediados de 1950 los destacamentos comunistas, con objeto de librar a la población civil del asedio oficial e inspirados en la obra de Jorge Amado "El Caballero de la Esperanza" (sobre la histórica marcha de Prestes en el Brasil), y en la Gran Marcha de Mao Tse Tung, crearon una Columna de Marcha que, tras mil dificultades se instala en el extremo sur del departamento del Tolima. Entra en contacto con los guerrilleros liberales de la zona y en diciembre de 1950 se celebra en Irco “La Primera conferencia guerrillera unificada”, la cual dio a los grupos que actuaban bajo su orientación el nombre de Ejército Revolucionario de Liberación Nacional (Pizarro, 1991). Sin embargo, no tardaría mucho tiempo para que la unidad entre comunistas y liberales se quebrara, gracias no sólo a la presión que ejerció la Dirección Liberal en este sentido, sino también a factores tales como divergencia de mando, métodos a emplear en el terreno de batalla, formas de relación con la población civil, conflictos ideológicos, distribución de los bienes, etc. La guerra entre los "limpios" (o liberales limpios) y los "comunes" (o liberales sucios), tuvo ribetes trágicos. Más eficaz que la acción oficial resultó esta guerra interna que debilitó seriamente a ambas agrupaciones y que tuvo una duración de veintidós meses (Pizarro, 1991).
La presión del gobierno de Laureano Gómez sobre los núcleos con asentamiento fijo fue tan fuerte debido al incremento de la violencia en la zona, que el PC impulsa en el sur del Tolima, la creación de la llamada Columna de marcha que buscaba, “atraer la atención del enemigo, pasado un tiempo sería disuelta y sus integrantes diseminados en pequeños grupos móviles que entrarían en una nueva fase operativa”; su fin: movilizar la influencia del PC hacia otros territorios dispersando a sus combatientes y a sus familias, razón por la cual entran en contacto con las guerrillas liberales con el fin de unirse y luchar contra el gobierno conservador y las bandas que los perseguían. La columna, tras mil dificultades, se instaló en el extremo sur del departamento del Tolima. El desplazamiento implicó no sólo el abandono de la zona de influencia de los primeros comandos de autodefensa campesina, sino que produjo una acelerada militarización del movimiento, que se vio reforzada debido a los continuos enfrentamientos con la policía conservadora a lo largo de los 3 meses que duró la marcha.
La organización de la Columna de Marcha
La columna es dividida, el grupo dirigido por Jacobo Prías Alape y Pedro Antonio Marín, se establece en Rióchiquito (Cauca), desde donde propiciaría la colonización armada de Marquetalia en el extremo sur del Tolima; el grupo dirigido por Isauro Yosa Lister, se dirige hacia la región del Sumapaz; y el grupo dirigido por Andrés Bermúdez Llanero se queda en El Davis, debido a la esperanza que tenía la guerrilla comunista de quedarse en la zona, para no perder el terreno obtenido en las acciones pasadas donde ganaron alguna influencia entre la población. Pero la activación de divisorias haría imposible que las guerrillas liberales se aliaran de nuevo con las comunistas, razón por la cual, Llanero al quedarse en la zona sería influido por los guerrilleros liberales y se separaría definitivamente de las guerrillas comunistas así como el grupo que se quedó con él (Medina, 2009).
Las guerrillas comunistas
A pesar de su inicial desorganización y de la persecución del gobierno conservador a los comunistas, el Partido ubicó como núcleo de asentamiento el municipio de Chaparral (Tolima), de allí surgieron las autodefensas como respuesta a la represión y como forma de organización política impulsada por el Partido Comunista (PC). Sus primeros núcleos habían nacido en 1949 en Chicalá, Horizonte e lrco en el municipio de Chaparral, y estos contarían en un principio con pocos combatientes campesinos que luego se incrementarían en número, debido al aumento de las persecuciones y a la fuerza que adquirieron en el departamento. Los comunistas deben proceder a organizar la autodefensa de los trabajadores en todas las regiones amenazadas por ataques reaccionarios, pero las acciones armadas no deben considerarse todavía como la forma fundamental de lucha ya que en este período lo más importante es impulsar y organizar la resistencia de las amplias masas (Loaiza, 2012). Las autodefensas estaban conformadas esencialmente por campesinos, contaban con una organización coordinada desde el PC, que les otorgaba mayor disciplina, táctica, estrategia, y un alto contenido político. Además de responder a las agresiones, no se olvidaron de la lucha por la tierra, así que más que una organización de momento, fueron el resultado de un amplio trabajo político y de coordinación. Los antecedentes de los movimientos agrarios de los años anteriores, sumados ahora a la influencia y táctica del PC, preparaban al campesinado para una acción más organizada. El PC impulsa la consigna de autodefensa de masas; el 22 de octubre de 1949, como respuesta a la creciente ola de asesinatos y depredaciones, realizados por la policía y los grupos adictos al régimen, se organizaron los movimientos campesinos en pro de la defensa y a la vez se impulsó en ellos la conciencia política, para la búsqueda de una acción más organizada y para resistir a los ataques.
Ante el incremento de la represión al Partido Comunista y a su movimiento en el sur del Tolima (Chaparral) se favorece allí la conformación de la guerrilla comunista. Algunos movimientos de autodefensa se convierten en guerrilla, con el fin de sobrevivir a los ataques y por la necesidad de responder a las agresiones de forma activa y estratégica; cuando la autodefensa no era suficiente para resistir las acciones del régimen conservador, se organiza la guerrilla en torno a la defensa principalmente, sin dejar de lado el trabajo político (Loaiza, 2012). Durante este período los comunistas no consideraron la lucha armada como el instrumento para acceder al poder, la organización se basaba en la coordinación y defensa de los combatientes campesinos y de sus familias. En los años cincuenta con el incremento de la violencia en la región, muchos más movimientos tuvieron que pasar de la autodefensa a convertirse en guerrilla, dejar el trabajo de la tierra y tomar las armas. En la guerrilla se incentivaba la unión, para que ésta fuera organizada y cohesionada en pro de la lucha, no sólo por los ataques del gobierno, sino al mismo tiempo por las reivindicaciones de los campesinos. De esta manera, gracias a la influencia del PC el movimiento campesino, fue adquiriendo experiencia tanto política como militar: se preparó a los campesinos para responder ante la agresión conservadora y latifundista cuando fuera necesario y en su momento, a regresar al trabajo pacífico cuando la situación mejorara, sin olvidar el precedente de la lucha política y de la organización en la autodefensa (Loaiza, 2012).
La guerrilla comunista por su movilización y estrategia, sobresaldrá de los grupos liberales por sus métodos de lucha, por el trabajo constante en la concientización de sus combatientes y por su organización, su crecimiento no se haría esperar. Se van conformando varios grupos o destacamentos como empieza a llamárseles, en veredas distintas: Buenos Aires, Irco, La Marina, Horizonte, Ambalema, Chicalá. La preocupación central en este momento es la militar: adiestramiento y armas (Pizarro, 1991).
Las guerrillas liberales
Se conformaron, como reacción generalizada del campesinado liberal, espontánea e inconexamente en diversas regiones del país; los grupos guerrilleros iban convirtiéndose en los abanderados de una alternativa auténticamente democrática. La organización de estas guerrillas se basó en la defensa de los campesinos liberales y llegaron a contar con una gran cantidad de campesinos en sus filas para hacer frente a las agresiones del gobierno y a la persecución de las bandas armadas conservadoras. Estas guerrillas fueron la salida para muchos campesinos que huyendo de la violencia necesitaban protección y orientación, en algunas regiones tuvieron el apoyo tenue de la dirección del Partido Liberal, desde las ciudades, y de algunos hacendados liberales en el campo. La necesidad de organización contra el gobierno conservador fue la causa directa de su conformación y a pesar de las deficiencias del inicio: carencia de experiencia, ausencia de organización adecuada, limitaciones de orden subjetivo, en los llanos orientales contaron con la dirección de Guadalupe Salcedo y en el sur del Tolima, fueron organizadas por Gerardo Loaiza y los García. La dirección nacional liberal en las ciudades no esperaba seriamente que estas guerrillas acabaran con los conservadores, ni que el Partido Liberal asumiera plenamente el poder, al comienzo las guerrillas se sintieron respaldadas por el comando supremo del liberalismo, el cual no tuvo empacho en desplegar ante aquellas el señuelo del suministro de armas, pero la dirección a pesar de su iniciativa y acompañamiento a las guerrillas, no le brindó ninguna orientación estratégica, ni táctica militar. Las guerrillas liberales, no presentaban acciones contundentes para el Partido, ni para su actividad, más que la defensa y ataques contra los conservadores, acciones con resultados a corto plazo en las que se llevaban a cabo conquistas en determinados territorios conservadores, que posteriormente ocuparían gamonales liberales con intereses económicos particulares. Estas guerrillas se interesan en las comunistas por su estrategia y su organización militar, por su rápida movilización y cohesión, por lo que buscan una unión parcial y temporal, sin esperar una asimilación de su ideología, más que hacer frente a las bandas conservadoras. Dando inicio a la unión de las guerrillas liberales y comunistas en el sur del Tolima (Medina, 2009).
Los Guerrilleros liberales estuvieron dirigidos por hombres que fueron convirtiéndose en símbolos de la lucha armado y en leyendas y mitos en sus regiones; los casos de Guadalupe Salcedo, en los Llanos Orientales; Juan de la Cruz Varela, en la región del Sumapaz; El Capitán Juan de Jesús Franco, en el suroeste antioqueño; Julio Guerra, en el sur de Córdoba; Rafael Rangel, en la zona Santandereana del Carare-Opón; Saúl Fajardo, en el noroeste de Cundinamarca; Jesús María Oviedo, en el sur del Tolima, entre otros )Medina, 2009).
El Sumapaz
En la región de Sumapaz, debido a las persecuciones y a la represión del gobierno, desde Cabrera, punta de entrada al Alto Sumapaz, hasta el Duda, se consolidó una significativa franja territorial de autodefensa campesina cuyo líder e inspirador era Juan de la Cruz Varela, quien durante los años cincuenta había organizado la resistencia tomando como refugio la vereda El Palmar, del municipio de Icononzo, de donde se vio forzado a emigrar tras una brutal y arrasadora invasión militar en 1952 que dio origen a lo que se denominó la gran marcha del oriente del Tolima hacia el Alto Sumapaz. Condujo la organización campesina, y se convertiría en el líder de la resistencia y de la autodefensa contra la violencia en la región. Varela era liberal, pero “en vista de la complejidad de la situación y la inminencia de la confrontación armada, solicitó asesoría militar a la dirigencia nacional liberal. Al no obtener respaldo se dirigió al PC y en 1952 fue enviado a la región alias Ramiro Solito, quien a pasar de tener poca experiencia instruirá al movimiento sobre la organización que impulsaba el PC frente a los ataques.
La Conferencia de Boyacá (Viotá) en 1952
En Agosto de 1952, se realiza en Viotá la "Conferencia de Boyacá"' a la que asisten representantes de los frentes guerrilleros más importantes del país; esta asamblea se convierte en "La Primera Conferencia Nacional del Movimiento Popular de Liberación Nacional”; durante las deliberaciones se crea una Comisión Nacional Coordinadora, con el objeto de que se encargue de impulsar los tareas acordadas por la conferencia. Este evento reviste gran importancia en la medida en que allí se expresó la autonomía política alcanzada por el movimiento guerrillero. No obstante, el hecho más sobresaliente lo constituye la práctica legislativa que comienza a impulsarse a través de la estructuración de leyes orgánicas que determinan los parámetros de comportamiento de la vida cívica y militar en un proceso que ya se concibe como revolucionario. La primera ley del Llano se proclama el 11 Septiembre de 1952. La expedición de esta ley muestra claramente el proceso de cualificación ideológica que se viene operando en el movimiento guerrillero del Llano. Durante los primeros meses de 1953 se producen importantes avances en lo político y organizativo de la guerrilla liberal llanera. Durante este período se redactó bajo la concepción del abogado José Alvear Restrepo, "El más notable ideólogo de la resistencia llanera" como se le reconoció, la segunda Ley del Llano conocida como "La Ley que organiza la revolución en los Llanos Orientales de Colombia", la que debía ser sancionado el 18 de Junio de 1953 por una Asamblea Guerrillera. La importancia de este documento de 224 artículos consiste en el hecho de concebir la revolución como un movimiento popular de liberación encaminado a conseguir la instauración de un gobierno democrático – popular (Medina, 2009)
La polarización entre liberales y comunistas
La polarización como mecanismo facilitó el fin de la unión de las guerrillas liberales y comunistas, la base de El Davis fue destruida, no por el gobierno directamente sino por la división interna en el campesinado y las fuerzas guerrilleras (división entre limpios y comunes), las diferencias en definitiva, serían irreconciliables y les impediría combatir juntas de nuevo. Se anulan las relaciones sociales preexistentes, y la guerrilla comunista tendrá que iniciar de nuevo la Columna de marcha, para evitar ser atacados incluso por los liberales, para movilizarse a otros territorios antes que acaben con ellos y sus familias (Loaiza, 2012). Lo que impide que la influencia comunista permanezca en determinados territorios y se movilice perdiendo combatientes. Sin embargo, algunos combatientes liberales se unirían a las guerrillas comunistas como Manuel Marulanda Vélez -Tirofijo, Fermín Charry o Jacobo Prías Alape -Charro Negro, Ciro Trujillo -Ciro Castaño, entre otros, se convertirían en cuadros del Partido Comunista, importantes para el asentamiento en los nuevos territorios donde se buscaba impulsar la autodefensa, cuando disminuyera la violencia. Las guerrillas comunistas ahora denominadas comunes por los guerrilleros liberales, debían movilizarse ante la nueva situación que se les presentaba, ya que las guerrillas liberales que se autodenominaban limpios por un lado y por otro las fuerzas oficiales, los perseguían buscando el aniquilamiento de los comunistas para evitar su expansión en el país. La persecución del gobierno, y la separación con las guerrillas liberales, lleva a que las guerrillas comunistas en el plano militar establecieron varias Comisiones “rodadas” que actuarían en la condición de nuevos destacamentos móviles. De inmediato se crearon 4 bajo la dirección de Ciro Trujillo, Jacobo Prías, Andrés Bermúdez y “Lister” respectivamente. Éstos tratarían de crear las condiciones necesarias para una posible metamorfosis de la guerrilla en movimiento amplio de masas, en el lugar que cada uno encontraría apropiado (Loaiza, 2012). Se preveía ya la primera transformación guerrilla-autodefensa campesina. La influencia del Partido Comunista, gracias a la conformación de las columnas de marcha, llegará a otras zonas de colonización, alejadas del gobierno y relativamente seguras para iniciar movimientos agrarios. Los combatientes comunistas esperaban en los lugares a donde llegaban, establecer, zonas de autodefensa, desde donde, como verdaderas minorías políticas y territoriales, buscaban resistir al modelo político impuesto por el Estado (Loaiza, 2012).
La amnistía de Rojas Pinilla y sus consecuencias
El golpe de Estado del general Gustavo Rojas Pinilla el 13 de junio de 1953, se dio en el momento en que el número de combatientes en las guerrillas liberales y comunistas aumentaba en varias regiones del país. La actividad guerrillera se empezaba a salir de control para el mantenimiento del poder del gobierno sobre todo el territorio nacional. Los partidos políticos tradicionales, veían con preocupación la situación en el campo, debido a la fuerte influencia que estas organizaciones adquirieron en diferentes regiones de frontera, donde la poca presencia del Estado, permitió en gran parte, la organización de éstos movimientos campesinos para enfrentar la violencia, aunque estos no llegaron a unificarse y a representar una oposición sólida al gobierno (Medina, 2009).
Para dar fin a la violencia, el general Rojas anuncia la amnistía para los alzados en armas. En el campo comenzaría la campaña para difundir la amnistía para todos los combatientes del país y para que todas las guerrillas de diferentes filiaciones políticas entregaran sus armas y volvieran a sus lugares de origen. Para muchos sectores campesinos la lucha perdió sentido cuando Rojas ofreció la amnistía. Esto sucedió debido a que la lucha campesina no había pasado de revestir la forma de una defensa justificada frente a la represión oficial y cuando el mismo gobierno ofrecía cesar las hostilidades muchos creyeron que ya se había logrado el objetivo principal: la paz. La amnistía de Rojas mediante sus promesas de reinserción, significó para las guerrillas la desarticulación, ya que muchos campesinos esperaban que la situación mejorara, y que terminara la persecución a los combatientes para volver a sus hogares y trabajar la tierra. El General Rojas, logró dar tranquilidad en el campo, y los primeros rumores de las entregas de algunos comandos impulsa a otros a entregarse también, volviendo una relativa paz que cubriría gran parte del territorio nacional; se entregarían en su mayoría las guerrillas liberales en todo el país, y las comunistas esperarían en la autodefensa que el gobierno diera las condiciones de seguridad para la entrega de los combatientes, más no estaban dispuestos a entregar también las armas, por el temor de ataques futuros contra ellos. Las guerrillas del Sumapaz llevaron a cabo una entrega simbólica, comandadas por Juan de la Cruz Varela, porque el gobierno no había atendido en gran medida las condiciones para su entrega. Sin embargo, Varela conservó intacta su influencia y organización en el Alto Sumapaz, hecho que no dejó de preocupar nunca a Rojas, quien hizo poco por cumplir con el pliego de condiciones presentado. La amnistía, se basó en gran parte en la entrega y desmovilización de los guerrilleros, pero no consideró establecer las condiciones necesarias para dar solución a los problemas en el campo. Se concentró en su mayoría en la entrega de combatientes y no en las garantías para el retorno a las tierras y al trabajo, ni en las condiciones que habían generado la base de la organización campesina en primera instancia. Con el fin de llevar a cabo la amnistía, el gobierno impulsó la coordinación de excombatientes de las guerrillas liberales, para que ayudaran a presionar a quienes no se habían desmovilizado y a entregarlos en caso que se resistieran, por lo que comenzarían a consolidarse algunas bandas, quienes en alianza con el gobierno perseguirían a líderes especialmente comunistas, que influyeran en los campesinos, representaran alguna amenaza para el gobierno y no se hubieran desmovilizado. La amnistía representaría prácticamente una solución a corto plazo para dar fin a los movimientos guerrilleros sin desarrollar mayores cambios, sólo desarticularlos debido al peligro que representaban para los partidos liberal y conservador, por la gran influencia que ellos estaban adquiriendo a lo largo del territorio e impedir a su vez la articulación futura de las guerrillas liberales y comunistas mediante la activación de la polarización, que posibilitó que ambos se alejaran cada vez más por su ideología política y por las diferencias resaltadas por el directorio liberal. En este gobierno la violencia colectiva se desata poco a poco, en la medida en que al pasar los efectos de la amnistía, el ánimo pacífico del gobierno descenderá y con la ayuda de las bandas conformadas por antiguos guerrilleros liberales desmovilizados, se reforzará la polarización y el Partido Comunista quedará cada vez más aislado en la búsqueda de una solución pacífica al problema de la tierra, base fundamental de la organización guerrillera de los comunistas. El PC mediante la consolidación de la táctica de la autodefensa, inicia el trabajo de concientización para las organizaciones campesinas existentes desde donde incentiva posteriormente la lucha armada, en un principio por la represión del gobierno y como respuesta a la persecución y al impedimento de su acción política directa (Loaiza, 2012).
Ahora bien, si la función de la amnistía de 1953 fue el desarme y la desmovilización del movimiento guerrillero, precisamente en el momento en que éste atravesaba un período de relativo ascenso y cualificación, las condiciones de aceptación de la misma son indicativas del nivel de conciencia política alcanzado por los diferentes frentes que operaban en el territorio nacional y de su comprensión, también diferenciada, del conjunto de la situación política.
La respuesta de las guerrillas a la amnistía de Rojas
En efecto, las respuestas dadas a la política oficial por parte de los distintos grupos guerrilleros no fueron homogéneas. Al menos cinco tipos de respuesta han sido dilucidadas: las redenciones incondicionales; las rendiciones con exigencias posteriores a la entrega; las rendiciones con exigencias previas a la entrega; las propuestas condicionadas de disolución sin promesa de entrega; y finalmente, las propuestas de conversión de la guerrilla en autodefensa sin desmovilización y sin entrega de armas (propugnada por las guerrillas de inspiración comunista). Esta última modalidad tuvo, a su vez, tres variantes regionales diferenciales no sólo por su particular experiencia histórica sino también por el papel que acertada o equivocadamente les asignaba el Partido Comunista en marco general de la resistencia: la del Tequendama, la del Sur del Tolima y la del Sumapaz. En la primera, gracias a la alianza entre el movimiento agrario y los sectores latifundistas, se logró impedir la agresión militar y la zona se mantendría como área de refugio y de seguridad de los guerrilleros comunistas; en la segunda, debido a la complejidad de los enfrentamientos (guerrillas liberales y comunistas, bandas conservadoras, Ejército, en múltiples y variables alianzas temporales) vivía en un permanente estado de tensión y conflicto; finalmente, en el Sumapaz, la fórmula adaptada permitió a los dirigentes comunistas fortalecer su implantación en la zona, mediante la conformación regional del Frente Democrático de Liberación Nacional. Con la reinserción de los alzados en armas en la mayoría de los casos o la simple desmovilización en otros, termina la primera etapa del movimiento guerrillero colombiano (Medina, 2009).
Post amnistía y nuevo ciclo de violencia
El clima de paz propiciado por la amnistía sólo tendría una corta duración. La guerrilla y los movimientos de autodefensa comunistas se habían convertido en una fuerza regional con sus enclaves en algunas áreas del sur del Tolima (El Davis), y del oriente de este mismo departamento, como Villarrica; Teruel y Riochiquito en el Huila y Cauca; Viotá y la región del Sumapaz en Cundinamarca (Medina, 2009).
Ante el cambio de situación política, el Partido Comunista busca transformar a las guerrillas en movimiento de autodefensa. En una resolución su dirección recomendó que si no es hostilizado por las Fuerzas Armadas oficiales, el movimiento debería considerar la conveniencia de transformarse en autodefensa de masas para garantizar su trabajo pacífico, luchar por la defensa de los derechos del pueblo contra toda clase de arbitrariedades. No obstante esta decisión, debido a múltiples problemas de orden tanto nacional como regional, el movimiento guerrillero orientado por los comunistas se debatía en la incertidumbre. De hecho, la violencia política continuó aun cuando con menor intensidad que en el pasado inmediato en todo el sur del Tolima. En los primeros meses del golpe se sostuvo el enclave de El Davis, se creó un nuevo destacamento guerrillero bajo la conducción de José A. Castañeda, "Richard", en Calama, al norte de Chaparral, y se sostuvieron permanentes contactos armados con el Ejército y con bandas de antiguos guerrilleros liberales transformados en avanzadas del gobierno.
Además, en numerosas regiones, una fuente de tensión y conflicto inevitable estalló cuando los refugiados al regresar a sus tierras las encontraron ocupadas. Este es el caso, por ejemplo, del departamento del Tolima, en el cual la violencia revivió debido a que al regreso inesperado de miles de guerrilleros a sus fincas abandonadas durante cuatro o más años significó nuevas tensiones económicas para una sociedad local ya muy traumatizada. Muchos encontraron a personas extrañas viviendo en sus tierras, y en algunos casos estas habían sido vendidas en ausencia de sus verdaderos dueños. El sur y el oriente del Tolima fueron gravemente afectados por tales ventas. Estas dos regiones serán el escenario principal de la nueva ola de violencia desatada en 1955. El mantenimiento del enclave de El Davis, se iba haciendo día a día insostenible (Medina, 2009).
La euforia de la paz que se vivió en el país a partir del 13 de junio fue, en todo caso, dolorosamente corta. En 1954 la violencia, no extirpada jamás del todo, toma de nuevo una gran fuerza. Este período de la violencia fue más bárbaro e intenso que el anterior, abarcando los departamentos del Tolima, Huila, Caldas, Valle, Cauca y un sector del Carare (Medina, 2009).
La II Conferencia Regional del Sur (1953)
Ante esta situación, el Comité Regional de Chaparral decide realizar la II Conferencia Regional del Sur, el 28 de octubre de 1953, con la colaboración de la comisión Política del Estado Mayor de El Davis.
Las Comisiones rodadas
Para la adecuada transformación en autodefensa se crearon tres comisiones "rodadas" que actuarían como destacamentos móviles, teniendo como perspectiva la creación de movimientos de masas en zonas receptivas al influjo comunista. El primero de estos grupos, al mando de Jacobo Prias Alape y Manuel Marulanda, tras fuertes enfrentamientos con los "limpios" y el Ejército regular, termina por instalarse en Riochiquito y posteriormente impulsa en el sur del Tolima el polo de colonización armada de Marquetalia. El segundo, al mando de Andrés Bermúdez, "Llanero", es aniquilado a los pocos días por los "limpios". Y el tercero, bajo la dirección de José A. Castañeda e Isauro Yosa, se instala tras múltiples escaramuzas en Villarrica. Así, pues, el Partido Comunista orientó a los destacamentos guerrilleros que influenciaba hacia el cese al fuego, pero se negó a entregar las armas y a acogerse a la amnistía. Sólo trece días después del golpe militar de Rojas, el Estado Mayor Militar de las Fuerzas Guerrilleras de la Cordillera Central de los Andes en un manifiesto en mimeógrafo había adoptado esta línea de conducta: El pueblo colombiano durante siete años de cruda violencia ha aprendido a combatir con las armas en la mano y sin ellas a sus verdugos y no está dispuesto a deponer las armas para morir de rodillas abandonando su lucha. Estas dos regiones serán el escenario principal de la nueva ola de violencia desatada en 1955 (Medina, 2009).
La guerra de Villarrica en 1955
En el año 1954, con el fin de eliminar a la guerrilla comunista del municipio, el General Rojas inicia operativos militares en la zona y Villarrica será atacada porque en 1955 el PC es declarado ilegal y las regiones en las que tiene su base social son consideradas zonas de guerra, siendo sometidas a bombardeos indiscriminados las regiones de Villarrica en el Sumapaz y Rióchiquito en el Cauca. Esta situación agudiza la lucha en el PC, sobre el papel que debe asignarse a la lucha armada. El ataque a Villarrica busca acabar con la influencia comunista y establecer la presencia del Estado en esos territorios donde las guerrillas se desarticularon bajo movimientos agrarios pacíficos, y en los que el PC continuaba la educación política (Medina, 2009).
Desde el sur del Tolima llega a éste municipio perteneciente a la región de Sumapaz, la columna de marcha de Isauro Yosa Lister, con el fin de participar en la amnistía. La columna se conformó como resultado de la separación de las guerrillas liberales y comunistas en El Davis, en principio con el ánimo de desmovilizarse y vivir dentro del ámbito legal propuesto por el gobierno del general Rojas. Los habitantes los reciben con gran acogida por el fin del enfrentamiento entre las guerrillas y el ejército y por el inicio de la paz como muchos esperaban, en todo el país. Pero estos combatientes comunistas, buscaban convertir prematuramente la zona en autodefensa, y refuerzan el movimiento de Juan de la Cruz Varela. Esta situación, llama la atención del General Rojas debido a la expansión territorial de la guerrilla comunista después de la amnistía, con el fin de desmovilizarse, pero finalmente no se lleva a cabo la entrega y se asienta en diferentes territorios del país. La columna que dirigía Isauro Yosa se asienta indefinidamente en Villarrica, e inicia el trabajo político del PC con el fin de que la población del municipio adopte la ideología de lucha y así se incorpore a ella más fácilmente (Medina, 2009).
Esta política que impulsa el Partido Comunista va en total contravía con uno de los objetivos que se propone el gobierno militar, y que más adelante se propondrá también el Frente Nacional: recuperar para el Estado el monopolio de las armas. La creación de zonas bajo autodefensa armada será una fuente de permanente tensión y conflicto, y es uno de los factores que se hallan en el origen de la guerra de Villarrica (1955).
El 4 de abril de 1955 se inician en forma los operativos militares en Villarrica con la creación del Destacamento Sumapaz, al mando del teniente coronel Hernando Forero Gómez. Con esta acción, realizada con el pretexto de combatir a los "bandoleros comunistas" que pretenden crear un fortín impenetrable a las puertas de Bogotá, el Ejército inició operaciones en toda la región, las cuales se fueron extendiendo rápidamente primero hacia el Sumapaz y después hacia el oriente del Tolima. Participaron en estos operativos alrededor de cinco mil soldados. Este contingente militar debió enfrentar la resistencia armada de unos 800 hombres de la región. En solidaridad con los campesinos agredidos, el Partido Comunista ordenó a los grupos de autodefensa asentados en Tierradentro y el sur del Tolima reactivarse como guerrilla móvil, lo cual realizaron bajo la conducción de Ciro Trujillo y Manuel Marulanda, respectivamente. A pesar de su escasa extensión y débil poblamiento, la región de Villarrica alcanzará la dimensión de un caso extremo pero ejemplar (Beltrán, 2015).
El 4 de abril de 1955, la dictadura militar publicó un decreto declarando zona de operaciones militares a Villarrica, Cabrera, Venecia, Melgar, Icononzo, Pandi, Carmen de Apicalá y Cunday. Según ese decreto los habitantes de los municipios afectados que no respetaron el toque de queda o no portaran salvoconducto militar serían tratados por las tropas del ejército como enemigos en la zona de operaciones de la campaña (Beltrán, 2015).
Para junio, el ejército había logrado avances en su agresión a Villarrica, haciendo peligrar la capacidad de resistencia de sus habitantes, en especial gracias al bombardeo aéreo sistemático de la zona, incluso la utilización de bombas de Napalm. Ante la imposibilidad de mantener indefinidamente la lucha de posiciones fundada en el movimiento de autodefensa, el Partido Comunista recomendó, de una parte, su transformación en guerrilla móvil, y de otra, la apertura de negociaciones para buscar una salida política. Esta última se efectuó el 21 de junio de 1955 en Cabrera, con la asistencia de representantes del alto mando militar y de los campesinos del oriente del Tolima y del Sumapaz, así como de representantes del propio Partido. Sin embargo, las exigencias de los coroneles Navas Pardo y Forero Gómez de una rendición incondicional de los guerrilleros y la entrega de las armas condujo a un fracaso de las negociaciones, tras dos meses de conversaciones. Los alzados en armas insistían en conservar las armas, como garantía frente a la violencia oficial. La tregua se rompió, reactivándose la confrontación bajo la modalidad de lucha guerrillera a todo lo ancho del oriente y en la región montañosa del Sumapaz. Esto se debió a que el movimiento guerrillero de Villarrica se retiró de la zona, una vez fueron copados, para proseguir la lucha en el páramo del Sumapaz y en las selvas vírgenes de Guayabero y El Pato, donde los campesinos revolucionarios instalaron sus bases e iniciaron cultivos. A su vez, la autodefensa del Sumapaz se retiró también en forma organizada hacia el páramo. En otras palabras, la resistencia campesina no se disolvió como daban a entender los triunfalistas comunicados militares, sino que se desplazó a otras zonas prolongando el conflicto (Medina, 2009).
Como consecuencia directa o indirecta de la agresión militar de estos municipios del oriente del Tolima y el suroccidente de Cundinamarca, emigraron no menos de 100 mil personas. La confrontación armada en estas regiones de la cordillera central dará así origen a la segunda gran ola de "colonización armada". Los campesinos agredidos organizaron en su repliegue la llamada Columna de Marcha, que reunió durante tres meses de movilización hasta el cañón del Río Duda, a tres mil integrantes al mando de José A. Castañeda, 'Richard". En esta región fundaron una colonia. "La organización militar y partidista permaneció y se profundizó. Con el correr de los días, la gran colonia resolvió ampliar y consolidar la colonización no sólo por razones económicas sino como estrategia para afianzar la autodefensa. Salieron, entonces, contingentes de colonos armados y organizados hacia El Pato, hacia La Uribe, hacia el Caguán, hacia el Ariari y por fin, hacia el Guayabero (Medina, 2009). En esta forma, y en ausencia de una intervención estatal, se fue generando paulatinamente un poder local, en el cual predominaba una mentalidad más de participación social que de sustitución social. En este período, al igual que en la anterior etapa, el movimiento guerrillero de inspiración comunista se combinó con la autodefensa campesina.
En cuanto hace a las guerrillas comunistas, esta nueva etapa de autodefensa será mucho más prolongada que las anteriores, pese a algunas escaramuzas menores con el Ejército o a enfrentamientos graves con grupos de "pájaros" o "guerrilleros limpios".
Pero, la persecución a los combatientes comunistas, los obliga a movilizarse nuevamente bajo la Columna de marcha hacia territorios de frontera, y serán cada vez más excluidos, en la búsqueda de soluciones conjuntas al problema agrario (Pizarro, 1989).
La persecución al Partido Comunista por parte del gobierno, lleva a los combatientes a regiones de frontera donde establecen movimientos agrarios, que representan una autoridad alterna al Estado, donde los mismos cuadros dirigentes del PC establecen las leyes que deben regir en dichos territorios, e inician una fuerte campaña de propaganda y educación política.
Marquetalia
En 1955, Jacobo Prias Alape impulsa las acciones que dan origen a la fundación de Marquetalia. La región es conocida como El Támara, una zona selvática que ha servido de refugio para la defensa de muchas familias durante la época de la violencia y se va tornando en un lugar estratégico para el desarrollo de la lucha de resistencia. Allí, se funda el movimiento agrario más importante del PC, que se convertirá en su centro de acción rural, y será dirigido posteriormente por Manuel Marulanda Vélez, desde allí se promoverá la coordinación con los demás grupos comunistas. Era un territorio baldío de la nación y por eso el propio movimiento estaba en condiciones de entregar la tierra a quien quisiera trabajarla realizando algo así como una reforma agraria en pequeño, los bienes que tenía el movimiento fueron repartidos entre todos como una forma de comenzar a trabajar. El nuevo movimiento agrario se dio su propia dirección ajustada a las características de la nueva situación, no ya militar sino agraria. Muchos de los habitantes de la región que estaban en desacuerdo con el asentamiento de los comunistas, abandonaron estos territorios con el fin de alejarse del conflicto, a pesar de las pretendidas intenciones pacíficas de los militantes rurales del PC. En estos territorios se busca en un principio desarticular la acción militar, pero continúa de igual forma la vigilancia y la organización para estar preparados ante un eventual ataque del gobierno. Sin embargo, regresan al trabajo de la tierra, donde el mismo PC ejerce la autoridad, establece sus propias leyes y normas de acción que rigen a los campesinos de estos lugares. En el proceso de legitimación de su poder, la fuerza y la coacción emanada de las autodefensas y sus destacamentos armados se combinarán con el trabajo de propaganda y educación política tendiente a elaborar ciertos consensos y a la búsqueda de una aceptabilidad mínima dentro de la comunidad (Medina, 2009).
El Movimiento Agrario de Marquetalia funciona esencialmente como movimiento social y autodefensa campesina, entendida ésta como la forma específica de organización en torno al trabajo agrario, la producción campesina y la defensa del territorio en forma simultánea. El énfasis fundamental de estas autodefensas está centrado en la lucha por la tierra y la construcción de economías campesinas; las prácticas de autodefensa en el campo militar consisten en lo esencial en enfrentar en la zona cualquier tipo de agresión militar o paramilitar a la población.
Desde inicios de 1958 hasta 1963, el Movimiento Agrario de Marquetalia se consagra a construir la economía campesina y a defender la región de la acción de los grupos paramilitares, en particular de los llamados “limpios” cuya idea es eliminar a la dirigencia de las autodefensas campesinas. El asesinato de Jacobo Prías Alape en Gaitania, a manos de los “limpios” (Medina, 2009), quienes son dirigidos por Mariachi, abre el camino de una serie de asesinatos, expropiaciones y desplazamientos de población y anuncia una época difícil para el Movimiento Agrario de Marquetalia, que encontraría solo un pequeño respiro entre 1962 y 1964, momento para el cual se inicia la Operación Marquetalia dirigida a poner fin a lo que en el Congreso los dirigentes conservadores denominan las Repúblicas Independientes (Pizarro, 1989).
Con el Golpe militar de Rojas Pinilla se produce la amnistía y la desmovilización de la guerrilla liberal. Los grupos a la expectativa del proceso que adelanta el gobierno regresan en busca del El Davis, en donde concurren las guerrillas de Manuel Marulanda y Jacobo Prias Alape (Charro Negro) con las guerrillas comandadas por Isauro Yosa, que conjuntamente con su Estado Mayor convocan a los dos primeros a una reunión para estudiar la situación y tomar determinaciones sobre el camino a seguir frente a la amnistía, la desmovilización y el futuro de la guerrilla. Jacobo Prias Alape reúne su grupo y el de Manuel Marulanda Vélez y los pone al tanto de la situación. Les habla de la amnistía y del indulto de Rojas, y los dejó en libertad para decidir si continúan en la lucha o regresan a EL Davis con sus familias y a sus fincas: Nosotros hemos decidido continuar en la lucha –dijo- porque sabemos que este no es el gobierno que necesitamos los colombianos. Son los militares quienes han tomado el poder y por lo tanto ellos también nos van a seguir persiguiendo. Eso va a suceder en un tiempo muy corto. La amnistía o indulto es solo una jugada o una trampa para tratar de acabar con el movimiento guerrillero. De ochenta hombres que tiene el grupo solo quedan en ese momento en la guerrilla nueve combatientes, más Marulanda y Prias Alape. Entre los planes acordados por las dos guerrillas se ha establecido que la dirección de EL Davis se va a situar en Peñas Ricas, donde esperarían durante algún tiempo a la guerrilla de Prias Alape y Manuel Marulanda que marcharía para salir del Tolima, cruzar el Huila y llegar a Rióchiquito. Tienen la intención de explorar la zona para trasladarse allí a todo el grupo. Veintiséis guerrilleros marchan hacia Rióchiquito con Prias Alape y Marulanda como primero y segundo comandante respectivamente. Semanas después de travesía y enfrentamientos llegan a los límites entre el Huila y Cauca, en un sitio denominado Rio negro. Allí dejan parte del personal, y los dos mandos, conjuntamente con siete guerrilleros, arrancan el viaje de regreso. Durante el recorrido hay enfrentamientos con el ejército y la policía en los que pierde la vida “Virgen Santa” hermano de Jacobo Prias Alape. Al llegar a la región de El Davis, se informan que el grupo de Isauro Yosa se ha desplazado de esa zona sin rumbo conocido, los dos grupos quedan incomunicados. Manuel y Jacobo se dirigen hacia la región de Nazareno, en inmediaciones de Gaitania, pero la situación en esa región está muy peligrosa porque el ejército y los liberales “limpios”, Leopoldo García (Capitán peligro) y José María Oviedo (Mariachi), habían dirigido todas sus actividades para combatir las guerrillas liberales y comunistas que sostienen una relación y persisten en la lucha contra el gobierno (Medina, 2009).
Marulanda Vélez y Prias Alape emprenden con su grupo de nuevo el regreso al Cauca y moviéndose un tiempo entre Rio Negro y Rióchiquito, donde hallan inicialmente resistencia de la población indígena y el apoyo de los colonos liberales, en particular de Miguel Madrid, quien al poco tiempo es asesinado en Nátaga, mientras hace mercado. Cuando el ejército comienza a meterse en la zona la población indígena no solo apoya a la guerrilla y se introduce con ella a la selva, sino que algunos de ellos se vuelven guerrilleros (Medina, 2009). Durante este tiempo se inicia un trabajo de planificación y organización de las guerrillas de Rióchiquito. Se comienza por el sitio de Belalcazar, municipio de Tierradentro, en donde se busca contacto con gente del Tolima que ha hecho parte del grupo de Peñas Ricas. El trabajo se hace en medio de las dificultades que hay para comunicarse con los indígenas y algunas delaciones que generan enfrentamientos y pérdidas de armas y logística (Medina, 2009).
Con la creación del comando Guerrillero de Marquetalia, la zona prospera y en pocos meses es centro de una gran actividad armada que resulta en comando superior de una importante organización guerrillera, que cuenta con gente en Chaparral, Natagaima y el Quindío. Cuando la dictadura de Rojas lanza la agresión contra Villarrica, en el Tolima, mucha gente se desplaza en 1955 hacia Rióchiquito. Entre esa gente figura Ciro Trujillo, quien llega a la región con cuatro hombres armados, lo que constituye un apoyo importante para el movimiento que se desarrolla allí.
En El Davis, pese a que la organización es más fuerte y los grupos más grandes y mejor armados, la acción del ejército y los “limpios” va reduciendo la capacidad de confrontación de los grupos. Cuando se pierde el contacto entre los de El Davis y los de Marulanda y el Charry, los primeros se van a Villarrica. Alfonso Castañeda (Richard) sale por los lados de Ortega; Ave Negra va hacia Natagaima y en El Davis se queda una compañía al mando del Capitán Llanero que sucumbe a las maniobras y engaños de los “limpios” y el ejército. En 1955, “Richard”, se desplaza a las regiones del El Pato y Guayabero, funda los movimientos guerrilleros de esas zonas. Es una época en que se produce un desdoblamiento territorial de la guerrilla que sería importante en la conformación de las autodefensas campesinas y en el fortalecimiento de movimiento agrario de los años siguientes.
La caída de Rojas Pinilla y la Junta de Generales
Finalmente, el descontento de las elites y de la población con las acciones violentas durante el gobierno del General, da como resultado que el 10 de mayo de 1957 se establezca la Junta Militar de gobierno que remueve del poder a Rojas e inicia nuevamente un período de relativa calma.
El Plebiscito y el Frente Nacional
En 1957 la Junta Militar y los directorios políticos de los partidos tradicionales convocan el Plebiscito Nacional e invitan a la población a votar por él. El movimiento guerrillero de Izquierda orienta la consigna de votar en blanco. El país está en las puertas de inicio del Frente Nacional.
El bandolerismo
El proceso de conciliación Liberal-Conservadora, resultante de los pactos de Benidorm y Sitges, logra alcanzar legitimidad a través de un plebiscito el 7 de diciembre de 1957 y, posteriormente, legalidad mediante un acuerdo constitucional en el que se establece la fórmula de la paridad y la alternación en la conducción del Estado, generándose allí un proceso de exclusión de toda fuerza política ajena a los partidos tradicionales, lo que daría origen, implícitamente, a una nueva forma de confrontación social y política que caracterizaría los años venideros.
Lejos de solucionar los problemas estructurales de orden social y político la dictadura de Rojas y los primeros gobiernos del Frente Nacional redefinieron el carácter de la violencia; un proceso de reestructuración de las formas violentas de expresión social comenzó a gestarse en el tránsito de la guerrilla liberal al bandolerismo social y político y de éste a la lucha armada revolucionaria.
La explicación del bandolerismo
Varios autores buscan dar explicación al conjunto de relaciones en torno al cual giran los aspectos económicos, sociales y políticos de la violencia; conciben el bandolerismo como una manifestación social y política que contribuye a explicar la compleja red de relaciones que se establecieron entre los campesinos y los gamonales, y entre éstos y el Estado, en un período de la historia en que la confrontación social y política se caracterizó por el empleo de mecanismos violentos. Esos autores consideran que el bandolerismo no puede ser entendido aisladamente, ni en relación estática entre los campesinos y las clases dominantes, ni como un exabrupto del proceso histórico en nuestro país; piensan, que ante todo, lo que reflejó el bandolerismo es la fragmentación del movimiento social como resultado del éxito que tuvieron las clases dominantes en su táctica de desorganización de las clases populares, que ante una serie de luchas, pero también de derrotas sucumben ante el doble juego de la amnistía y la represión. En esta medida el bandolerismo surge como mecanismo de resistencia frente al aniquilamiento de la organización campesina de la que estuvo acompañada la contraofensiva de las clases dominantes; es por esto que esos autores se preocupan por demostrar cómo el bandolerismo nace de las ruinas de un fuerte y bien estructurado movimiento campesino y cómo por razones de su origen cuenta durante largo tiempo con el apoyo de la población trabajadora rural (Medina, 2009).
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