La política exterior mexicana y sus vicisitudes (IX)
- Opinión
9ª parte
Decíamos que en México –ampliando el criterio- en Latinoamérica y el Caribe, se requieren consensos políticos puntuales entre izquierdas y derechas, respecto de la política exterior, obtenidos dentro de los órganos de consenso regional para -entre otras cosas- recuperar el terreno perdido frente al narcotráfico y fortalecer las instituciones del Estado a fin de garantizar la estabilidad interna, en nuestro caso, principal carta histórica de negociación con Estados Unidos.
La fórmula para lograr una política exterior exitosa sigue siendo sostenida por estrategias internas eficaces, en base a un proyecto nacional consciente y delimitado. La dependencia de la Región, de acciones que realizan los imperios en su afán hegemónico planetario, que se prueban en su “patio trasero” –nosotros del estadounidense- son una limitante poderosa para lograr un crecimiento económico saludable, sustentable y sostenido.
Para algunos países de la Región no es obstáculo tal presión externa –probablemente con diferentes decibeles de intensidad- como ocurre en el Estado Plurinacional de Bolivia, adonde la sobriedad y el buen uso de los recursos le permiten transitar por su propia senda. Que más prueba: en el 2016 crecerá su PIB por encima del 4,5%, multiplicándole por cuatro el de 2006 y a pesar de la contracción económica mundial, de corrientes en contra, “el país andino crece sostenidamente”. La razón es sencilla: Evo Morales no confió jamás en los ciclos de la economía mundial. Al inicio de su mandato (2006), el país construyó un orden económico propio, vinculado con el exterior soberana y sagazmente. Nacionalizó los hidrocarburos para edificar una “casa propia”, justa en respuesta social y efectiva en fomento económico, desintegrando el “mito genial” que nacionalización resta poder de crecimiento.
A medida que el gobierno de Evo repotenciaba el cometido del Estado en la economía –subordinando al mercado- tampoco se fueron inversiones extranjeras directas ni hubo salida de capitales. El ahorro interno creció a niveles históricos. Hoy Bolivia tiene reservas (38% PIB) para afrontar desde luego el actual shock externo. El ahorro no es solo público, hay significativo crecimiento del privado. De todos los orígenes, Bolivia posee un ahorro de 48.000 millones de Dls. con un PIB de 38.000 millones de Dls. Podrá apoyar inversiones productivas para los próximos años, lidiando la limitación externa.
“Bolivia optó por una economía eficazmente precavida”. No arrastrada por los vaivenes de los precios de las materias primas. Supo construir su cinturón de seguridad económico-financiero, sin urgencia de sacrificar los derechos sociales de su población. Lo logró mediante una deliberada resolución de configurar un mercado interno. La redistribución de la riqueza producida, al mismo tiempo que satisfizo principios de justicia social, fue esencial como procedimiento para ampliar la demanda interna. De allí que el consumo creciera por el incremento logrado en los ingresos producto de estrategias aplicadas en la distribución. Allí funcionan políticas impulsoras de empleo y programas sociales: para niños (Bono Juancito Pinto); mayores (Renta Dignidad) y mujeres embarazadas (Bono Juana Azurduy) que fueron y son decisivas. Ver: Alfredo Serrano. http://www.alainet.org/es/articulo/181383
El Banco Mundial afirma que Bolivia es campeón planetario en mejorar los ingresos para el 40% de la población más pobre. El país se fue desendeudando socialmente, sin necesidad de mayor endeudamiento financiero; la deuda pública actual es del 19% del PIB. La inversión pública no paró de crecer (879 millones de Dls. en 2006, a 6.396 millones de Dls. programados en los Presupuestos Generales del Estado para 2016. El incremento de la inversión pública llega al grado que la formación bruta de capital fijo es mayor que el recurso reservado a los salarios públicos. Ver: http://www.bancomundial.org/es/country/bolivia/overview
El gobierno de Evo culminará su elegibilidad en el 2020. Buscando sostener un crecimiento alto, continuar la reducción de la pobreza y mejorar el acceso a servicios básicos. A principios de 2016 fue aprobado el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social (PDES 2016-2020) “Desarrollo Integral para Vivir Bien”. En él se prevé, en seguimiento al modelo social comunitario y productivo, que el crecimiento persevere en alrededor del 5%, reduciendo la extrema pobreza del 17% al 10%. Para lograrlo inserta un generoso programa de inversiones públicas, a financiarse con ahorros acumulados en la bonanza, créditos del Banco Central de Bolivia (BCB) y endeudamiento externo. Entre otras áreas, se contemplan inversiones en infraestructura, exploración de hidrocarburos, industrialización de gas natural (fertilizantes y plásticos) y generación termo e hidroeléctrica. También invoca un mayor dinamismo del sector privado y de la inversión extranjera directa. Ver: http://www.boliviawdc.org/es/comunicados-de-prensa/84-comunicado-de-prensa-junio-11-2015
Dado el contexto internacional, la agenda de desarrollo requerirá del sostén y fortalecimiento de su política exterior, hasta ahora ejemplo de congruencia con los requerimientos de relación externa para mantener su alto ritmo de crecimiento, sin ceder en sus principios. En el período 2006 – 2014, Bolivia pasa de país conocido por la pobreza, marginalidad y desigualdad, con una política internacional de subordinación humillante a consignas y decisiones de las potencias imperiales, a un país con liderazgo internacional. Bolivia ahora es conocida en el mundo y se caracteriza por su posición anti imperialista, anticapitalista y anticolonialista. La política exterior del Estado Plurinacional de Bolivia permitió posicionar en la agenda internacional un nuevo modelo alternativo al capitalismo, basado en el Vivir Bien.
Entre los logros más destacados de la diplomacia de los pueblos realizada por Bolivia se tiene el reconocimiento en Naciones Unidas, de: La existencia de diferentes enfoques, visiones y herramientas para alcanzar el desarrollo sostenible; reconocimiento de algunos países de los derechos de la Madre Tierra; del Vivir Bien en Armonía con la Madre Tierra como enfoque universal y eventos para su discusión internacional; reconocimiento del Día Internacional de la Madre Tierra; Informes del Secretario General de Naciones Unidas sobre la Madre Tierra y Armonía con la naturaleza; reconocimiento del diálogo intercientífico entre saberes ancestrales y ciencias modernas y la constitución de un Mecanismo Participativo para facilitar este diálogo; reconocimiento de la acción colectiva de pueblos, comunidades y poblaciones locales para la conservación de la biodiversidad y el manejo sustentable de los bosques; un enfoque alternativo a la economía verde y pago por servicios ecosistémicos en el marco del Vivir Bien, que es el de la gestión de los sistemas de vida; reconocimiento del enfoque alternativo al pago por resultados de la Reducción de la Deforestación y Degradación Forestal (REDD+) -enfoque conjunto de mitigación y adaptación para el manejo integral y sustentable de los bosques-; derecho humano al agua y al saneamiento básico; derechos de los pueblos indígenas; difusión de alimentos tradicionales como coca y quinua.
Colabora Bolivia en el surgimiento de las nuevas formas de integración y concertación política como: Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Bolivia asume liderazgo notable en estos foros de integración regional, erigiéndose en la voz de los pueblos en estos mecanismos de articulación regional. Recordemos que en el ALBA-TCP se ejecutan importantes proyectos como: Misión de Alfabetización (Yo sí puedo), Post Alfabetización (Yo sí puedo seguir); Misión Milagro (operaciones gratuitas de la vista); Misión ALBA Discapacidad (Moto Méndez) y el Proyecto Gran Nacional ALBA, Educación, Cultural y Deportivo, entre otros. Ver: http://www.boliviawdc.org/images/publicaciones/PND.pdf
Dedicar espacio a la tarea internacional de una nación que era pobre, que viene de ser un satélite de imperios e intereses capitalistas, aparentemente insustituibles, tiene como objetivo apreciar como, en el siglo XXI hay un despertar de los pueblos ancestrales o primigenios de nuestro continente, que sin temores buscan el bienestar generalizado de sus pobladores, en tanto otros se empecinan en destruir la obra de gobiernos progresistas que les antecedieron en el tiempo y cuyos logros para el rescate y fortalecimiento de la soberanía y la mejoría consistente en las condiciones de vida de sus pobladores, llevaban un paso firme, solo alterado por la acción transnacional apuntalada por los imperios, para recuperar en “golpes blandos”, el derecho del más fuerte a explotar a los pueblos en la tarea de extraer sus riquezas del subsuelo, sin importar resultados para el medio ambiente y mucho menos para los poseedores de las tierras afectadas. (Continuará)
Villahermosa, Tab. 6-Nov-2016.
Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com
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