De vaina no matan a Piedad
- Opinión
La semana pasada en la conocida ciudad de Quibdo, provincia del Chocó, se encontraba la líder afrocolombiana y exsenadora Piedad Córdoba Ruiz, reuniéndose en una de las regiones de mayor población afrocolombiana, pero al mismo tiempo unas de las más pobres.
La exsenadora, inhabilitada por 18 años para participar en cargos políticos, ha sido unas de las mujeres afrodescendientes más emblemáticas, a todo riesgo de las Américas y el Caribe, que busca la paz de Colombia, país que vive una guerra interna de más de medio siglo. “Les voy a contar cómo fue la cosa, fue gravísima. Alcancé a ver al tipo cuando me iba a disparar, bueno, no sé ni cómo hice yo para correr con tacones”, fue lo que escuchamos en un mensaje de voz que ella envió al mundo desde el lugar de los hechos. Piedad, desde hace tiempo, aún excluida ilegítimamente de sus aspiraciones políticas, es una referencia ineludible para el diálogo entre las Farc, ELN y el gobierno colombiano.
Secuestrada por los paramilitares
El asesinato selectivo de líderes colectivos afrocolombianos es una constante en ese país. Piedad, como mujer afrocolombiana, lideresa y política, no ha podido escapar de los atentados contra su persona, que comenzaron cuando los paramilitares la secuestraron el 21 de mayo (Día de la Afrocolombianidad), en el sector El Poblado de Medellín en 1999.
Freddy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, fue quien ejecutó la orden del máximo líder de las Autodefensas Colombianas, el paramilitar Carlos Castaño Gil.
Para ese momento, los movimientos afrocolombianos comenzaron a exigir su liberación y cuando estaba en cautiverio, los paracos le decían que había una “mancha negra” en la ciudad exigiendo su liberación, según comentó Piedad una vez que conversamos en Washington DC, en un foro afrodescendientes.
Para ese momento vivía en el exilio en Montreal con sus cuatro hijos en un garaje y como servidora doméstica. Unos años después tuve la oportunidad de hablar con Piedad junto a dos asesores en Caracas, Jaime Gómez y Jimmy Viera. Gómez fue descuartizado y desaparecido, lo cual significó un duro golpe para Piedad. Luego la desaparición de su hija Nathalia por largo tiempo.
Posteriormente Chávez invita a Piedad a Venezuela y se va a convertir en una piedra fundamental en el diálogo de paz entre las Farc y el gobierno colombiano, poniendo en práctica la liberación de muchas personas que tenían secuestradas por mucho tiempo en sus campamentos en las intrincadas selvas colombianas.
Piedad, Fidel, Chávez y la paz
En el 2010, Piedad viaja a Cuba y solicita una reunión con Fidel para tratar el tema de paz en Colombia, que ahora está a punto de concretarse y donde lamentablemente no se han incluido ni a los afrocolombianos ni a los indígenas, sabiendo que es en sus territorios donde el conflicto se ha agudizado más en las últimas décadas.
Lo cierto es que al terminar esa reunión, en el 2010, entre Fidel y Piedad, el comandante en jefe escribe lo siguiente: “Hace tres días se publicó la noticia de que el Procurador General de Colombia, Alejandro Ordóñez Maldonado, había destituido e inhabilitado por 18 años para ejercer cargos políticos a la prestigiosa senadora colombiana Piedad Córdoba, por supuesta promoción y colaboración con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
Frente a una medida tan inusual y drástica contra la titular de un cargo electivo de la más alta institución legislativa del Estado, ésta no tiene otra alternativa que recurrir ante el propio Procurador que engendró la medida”.
Era lógico que tal arbitrariedad provocara un fuerte rechazo, expresado por las más diversas personalidades políticas, entre ellas exprisioneros de las Farc y familiares de los que fueron liberados por gestiones de la senadora, excandidatos a la presidencia, personas que ocuparon ese alto cargo, otros que fueron, o son, senadores o miembros del poder legislativo.
Piedad Córdoba es una persona inteligente y valiente, expositora brillante, de pensamiento bien articulado. Hace pocas semanas nos visitó acompañada de otras personalidades destacadas, entre ellas, un sacerdote jesuita de notable honestidad. Venían animados por un profundo deseo de buscar la paz para su país y solicitaban la colaboración de Cuba, recordando que durante años, y a solicitud del propio gobierno de Colombia, prestamos nuestro territorio y nuestra colaboración para las reuniones que tuvieron lugar en la capital de nuestro país entre representantes del Gobierno de Colombia y el ELN.
Hoy La Habana es el lugar donde se está discutiendo la paz definitiva en Colombia, gracias a Chávez, Fidel, la presión de las organizaciones afrocolombianas y Piedad.
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