Yo sostengo
- Opinión
Sostengo que no es una guerra religiosa. Y que el terrorismo yihadista manipula los sentimientos religiosos para sumar más adeptos y cohesionarlos alrededor de una identidad. Lo hemos visto muchas veces en la historia. Sin ir más lejos el sionismo hace lo propio con la Torah. Las matanzas de Gaza no se podrían soportar en Israel sin el componente bíblico mesiánico. Se debe separar religión de política, en todas partes, también en Europa y Estados Unidos.
Sostengo que poblaciones y países musulmanes son los primeros damnificados del terrorismo del Estado Islámico, sumando innumerables víctimas. Musulmanes son también los que más combaten ese terrorismo en distintos países de Oriente Medio y África.
Sostengo que el terrorismo yihadista, financiado por Arabia Saudí y Qatar, entre otros países, ha declarado una guerra ideológica y política a Occidente teniendo en contra a la inmensa mayoría de musulmanes. No hay que olvidar, sin embargo, el componente de venganza acumulada desde que empezó todo tras el 11 de septiembre.
Sostengo que algunas fuentes económicas de la yihad las proporcionan países formalmente aliados de Occidente. Si nos fijamos en su otra fuente económica, el crudo que los terroristas comercializan, más del 50% termina en manos de compañías estadounidenses. Además, Turquía, aliado de la coalición internacional contra el EI, es otro de los principales compradores. Es difícil calcular los ingresos, pero EEUU calcula que el Estado Islámico viene ganado aproximadamente un millón de dólares diarios por venta de petróleo. Otras fuentes triplican esos beneficios.
Sostengo que los atentados de París, una barbarie, deben servir para que la sociedad europea nos unamos en la condena y en el apoyo al pueblo francés. También deben servir para oponernos firmemente a la guerra como ilusorio instrumento de solución de este conflicto.
Sostengo que los bombardeos matan a inocentes y no podrán destruir al Estado Islámico regado por múltiples territorios. Bombardear una ciudad como Al Raqa de más trescientos mil habitantes es una locura. Sólo Siria suma no menos 300.000 muertos, de ellos unos 12.000 niños según datos del a BBC. Más eficaz es cortar de raíz sus fuentes de financiación.
Sostengo que otra parte de la solución está en la implicación en el terreno de gobiernos y ejércitos de la región, no en el militarismo occidental que ya ha demostrado ser contraproducente. La ilegal invasión de Irak justificada con mentiras de armas que no existían está en el comienzo del fenómeno terrorista actual. Los tres malos presidentes de las Azores deberían ser juzgados por un tribunal internacional por crímenes de guerra. Y antes que eso, la complacencia de Occidente con la ocupación de Palestina abrió una herida en el corazón árabe.
Sostengo que debemos defendernos del terrorismo yihadista, todos: Africanos, árabes, persas, judíos, europeos, estadounidenses, rusos, chinos, cristianos, musulmanes…todos. Pero no ampliando la guerra y multiplicando el número de muertes. La guerra no es sino la expresión de la hipocresía occidental. No olvidemos que Estados Unidos financió y dio apoyo a grupos terroristas sirios como Al Nusra, contrario a Bashar al-Asad. Antes ya lo hizo con los talibanes que luchaban contra Rusia en Afganistán. Lo que si sería eficaz es una alianza entre EEUU, Rusia y Francia para dotar a la región de mayor estabilidad.
Sostengo que cada vez que Occidente monta una guerra, aunque en este caso no la inicie, deteriora más y más la estabilidad en todo el Oriente Medio. Son ya demasiadas equivocaciones. Por no hablar del lejano Afganistán donde tras 15 años de guerra los talibanes regresan con cada vez mayor fuerza.
Sostengo que estamos viviendo un tiempo crítico. Los terroristas que actúan en Europa son mayoritariamente nacidos en nuestros países. Para neutralizar a los miembros del Estado Islámico o Al Qaeda hacen falta mejores servicios de información y una coordinación policial europea que no existe. Hoy, este tipo de batallas se ganan con la inteligencia no con bombas. Por cierto, bombas de racimo vende España a Arabia Saudi. ¿Dónde acaban esas bombas?
Sostengo que querer hacer ver que los refugiados que buscan un lugar entre nosotros son nidos de terroristas, cuando en realidad vienen huyendo de ellos, es una manipulación condenable de la realidad. Me han impresionado las declaraciones que señalan a los refugiados que desean entrar en Europa como un colectivo que nos amenaza. Quienes lo dicen carecen del más elemental sentido de humanidad y responden a una ideología ultraderechista. Quienes lo dicen, algunos líderes religiosos entre ellos, viven muy separados del papa Francisco quien exhortó a que cada parroquia acoja a una familia. Al decir lo que dicen, ¿no son conscientes de que alientan el odio, la persecución indiscriminada contras los refugiados, la violencia? No es ético manipular la realidad de un modo tan grosero.
Sostengo que a algunos de los que nos advierten contra los refugiados lo que les importa de verdad es que su acogida altere la correlación inter-religiosa y cultural y la hegemonía de la Europa cristiana se debilite. El asunto del poder es, una vez más, lo que preocupa a algunos jerarcas políticos y religiosos. Es lo que está detrás de la frase “dónde quedará Europa dentro de unos años”. En su caso no funciona el que las personas deben estar por encima de las ideas.
Sostengo que el Gobierno de España se comprometió a acoger a 17.680 refugiados procedentes de Siria, Irak, Eritrea y otros países africanos, de entre los 381.442 que han logrado cruzar el mar Mediterráneo. Dos meses y medio más tarde, el número de refugiados que han ingresado a España son 12. El ritmo es tan vergonzoso que el propio presidente de la Comisión Europea Jean Claude Juncker ha declarado que al ritmo actual habrá que llegar al año 2100 para que Europa cumpla su compromiso. Entre tanto el número de muertos en los mares Mediterráneo y Egeo, sólo en 2015, supera los 3.300.
Sostengo que una vez más comprobamos que existen muertos de primera, muertos de segunda, y muertos ignorados. Nuestros muertos son importantísimos, personas únicas e insustituibles que merecen todos los honores y la atención a sus familiares. Pero también deberíamos llorar por los muertos de Siria, de Irak, de Malí. De aquí o de allí somos igualmente seres humanos con el mismo rango.
Sostengo el NO a la guerra. Sostengo que se está generando un ambiente bélico y de extensión del temor para justificar declaraciones de estados de emergencia y de sitio, lo que constituye un golpe a la democracia. Digo sí a la seguridad, pero no a la militarización. Sí a la lucha contra el Estado Islámico y afines, no al recorte de libertades.
Sostengo que la hipocresía de los dirigentes y gobiernos de la Unión Europea está pudriendo lo que en su día fue una promesa de libertad, igualdad y FRATERNIDAD. La alianza de civilizaciones no es una quimera es una necesidad.
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