Gran paso hacia el fin del conflicto armado
- Opinión
El 23 de septiembre conocimos los colombianos y la comunidad internacional las bases del acuerdo logrado entre el Gobierno colombiano y las Farc que daba cuenta de un avance sustancial en un tema considerado de los más complejos de este proceso de conversaciones.
Se trata del acuerdo acerca de un “Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición”, que en esencia crea, en lo relacionado con el componente de Justicia, una Jurisdicción Especial para la Paz, con Salas de Justicia y un Tribunal para La Paz -con magistrados colombianos y algunos internacionales del mayor reconocimiento- que asumirá la competencia y juzgamiento de todos los delitos relacionados con el conflicto armado interno y cometidos por todos los actores. Esto significa que esta jurisdicción especial que se crea se encargará de los delitos cometidos por miembros de las guerrillas, de miembros de la Fuerza Pública y de otros responsables, incluidos civiles o funcionarios públicos; con esto se está recogiendo en buena medida la sugerencia hecha por el expresidente César Gaviria, en febrero anterior, sobre la necesidad de un sistema de justicia transicional especial para todos los actores incursos en delitos en el marco del conflicto armado.
Adicionalmente se establecen unas modalidades de juzgamiento, penas y sanciones, tanto para aquellos que voluntariamente colaboren con la verdad, como para quienes sean renuentes a hacerlo o los que definitivamente se sitúen en una posición de rechazo en la colaboración con la verdad y la justicia. También se establecen penas restrictivas de la libertad en condiciones especiales, que fluctúan entre cinco y ocho años. Con lo cual se cumplen los estándares internacionales.
Todo indica que esta jurisdicción especial tendrá capacidad de cierre de todos los procesos bajo su conocimiento, lo que significa que la jurisdicción ordinaria queda liberada de esta tarea. Adicionalmente el sistema está orientado a estimular la colaboración de todos los implicados en términos de la Verdad, algo fundamental que han exigido las víctimas.
Esto, sumado a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, va armando el conjunto de acuerdos necesarios para hacer realidad que las víctimas están en el centro de este proceso de terminación concertada del conflicto armado y en esa medida se convierte en una contribución de Colombia a la llamada justicia transicional, que es en esencia un sistema de justicia en construcción en el marco de la comunidad internacional, para finalizar conflictos armados internos o enfrentamientos armados de condiciones similares.
Pero más allá de estos avances, que racionalmente son difíciles de descalificar, las dos delegaciones se han comprometido con una decisión audaz de establecer la fecha del 23 de marzo de 2016 para firmar el Acuerdo Final y dos meses después iniciar el proceso de dejación de armas -que algunos, de manera distorsionadora insisten en decir que las Farc no van a entregar las armas, cuando es claro que serán depositadas bajo la protección de terceros países o las Naciones Unidas y serán sacadas de circulación-. Y es una decisión audaz porque están pendientes de acordar dos puntos de la agenda, el de ‘terminación del conflicto’ y lo relacionado con ‘refrendación e implementación de los acuerdos’, puntos que para evacuarlos en los seis meses establecidos van a requerir un trabajo intenso de la Mesa de Conversaciones y las subcomisiones respectivas. Claro, es evidente que si existe la decisión política de las Farc y del Gobierno podrán construir los acuerdos respectivos y honrar las fechas acordadas.
El gran interrogante que sigue gravitando es cuándo se va a formalizar la Mesa de Conversaciones con el ELN, porque el calendario que se establezca con esta insurgencia puede terminar incidiendo en los tiempos acordados en la Mesa con las Farc, si se mantiene la tesis de dos Mesas de Conversaciones y un único proceso de terminación del conflicto armado.
Domingo 27 de Septiembre de 2015 - El Colombiano
- Alejo Vargas Velásquez es Profesor de la Universidad Nacional, Colombia
Twitter: @alejovargasve
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