En medio de todas las dificultades que tenemos en un país en desarrollo como el nuestro, la buena noticia es que la posibilidad real de terminar el conflicto armado cada vez se hace más real.

Claro, a los críticos siempre les parecerá que las cosas no van bien, que todo es un montaje y demás expresiones y seguirán predicando, seguramente con una audiencia más precaria, que se trata de priorizar la venganza que la búsqueda de la paz; pero esas voces es legítimo que se sigan escuchando, porque eso es lo propio de la democracia, respetar las opiniones distintas, aunque algunos cuando tienen algún poder, justamente no lo hagan.

La Mesa de Conversaciones, que tiene dos buenos equipos de negociadores y eso es fundamental en un proceso tan complejo como el actual, buscando cerrar medio siglo de enfrentamiento fratricida, ha mostrado tener una gran solidez; ha podido superar dos crisis en los últimos meses, la de la retención o secuestro del general Álzate en el Choco y la originada por la ruptura del cese unilateral de acciones militares, con la consecuente disparada de los hechos de violencia, y se lograron superar y en cierta medida podemos decir que la Mesa de Conversaciones ha salido fortalecida de las dos crisis. El 20 de agosto cumplimos el primer mes del nuevo cese unilateral de hechos de violencia por las Farc y de la suspensión de bombardeos por parte del Gobierno y los resultados en términos de hechos de violencia relacionados con el conflicto no se habían presentado desde 1974, según los reportes de las instituciones que hacen seguimiento del mismo; esos datos probablemente no les dice mucho a los ciudadanos urbanos que han vivido el conflicto armado en los últimos años más por la televisión, pero para los compatriotas de las zonas de conflicto armado es un alivio extraordinario en su vida cotidiana y un anticipo, que debemos trabajar para que se vuelva permanente, de lo que esperan con la terminación del mismo.

Adicionalmente, la Mesa de Conversaciones y las distintas subcomisiones han seguido trabajando con gran empeño y de manera muy positiva. Empezó a trabajar la subcomisión jurídica para buscar los desarrollos del “sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición”, acordado por las dos delegaciones, un tema bien complejo como se sabe pero sobre el cual seguramente van a encontrar fórmulas satisfactorias para todos; la subcomisión militar trabaja de manera muy seria en lo relativo a los diseños del cese de fuego bilateral definitivo y la dejación de las armas, cómo serán los sistemas de verificación, para lo cual el aporte del delegado del secretario general de la ONU y del delegado del presidente de Uruguay van a ser de la mayor importancia, así como en la definición de las zonas prioritarias para avanzar en los procesos de desminado humanitario, un tema igualmente de gran sensibilidad para los pobladores de los territorios donde se ha desarrollado el conflicto armado y que tampoco les dice mucho para los colombianos del mundo urbano; la subcomisión de género, ha seguido reuniéndose con delegaciones de mujeres para avanzar en definir cómo introducir el enfoque de género en los acuerdos finales, entro otros temas.

Pero no solamente las noticias que vienen de La Habana son muy alentadoras, sin descartar que puedan volverse a presentar de nuevo dificultades y crisis, porque no hay que olvidar que estos proceso no son lineales, ni se trata de un proceso de capitulación en el cual una parte le dice a la otra qué debe firmar, no, se trata de construcción conjunta de acuerdos. También del lado de la mesa exploratoria entre el Gobierno y el ELN vienen rumores positivos, confirmados parcialmente en declaraciones del propio jefe del ELN, en el sentido de que pronto se formalizará la Mesa de Conversaciones y entonces la posibilidad de cierre definitivo del conflicto armado ojalá sea una realidad con las dos insurgencias.

- Alejo Vargas Velásquez, Profesor Universidad Nacional, Colombia.

Twitter: @alejovargasve

Publicado el Domingo 29 de Agosto de 2015 en El Colombiano