Por más veces que el líder de la fracción de PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, asegure que “ésta es una de las legislaturas más productivas de la historia del país”, la premisa no cambia la mediocridad de sus insipientes logros a favor de la sociedad.

Y, ¿por qué sólo atribuirle solo a una persona la responsabilidad?, porque dicho personaje de la historia, representa el liderazgo de la mayor parte de los grupos representados en el recinto parlamentario de San Lázaro. Observe.

El Verde Ecologista se alía con el tricolor para llevar a cabo sus reuniones plenarias. El partido denominado “turquesa” (Panal) se sabe que responde al interés del partido en el poder. El sol azteca (PRD) hizo mancuerna con el partido del presidente Enrique Peña Nieto para avalar nuevos impuestos --que hoy tienen en jaque los bolsillos de la mayor parte de los mexicanos--. No se diga del PAN, con quien impulsó el denominado Pacto por México.

Con este antecedente, en el tintero del Congreso de la Unión quedaron más 2 mil asuntos en la congeladora parlamentaria, ya que durante estos casi tres años de actividad sólo se dieron cause un poco menos de 500, por cierto, 50 de ellas del presidente en turno.

Se destinaron recursos económicos millonarios a fin de que los legisladores cumplieran con sus funciones parlamentarias. 30 mil millones de pesos (mdp) en apoyos; 4,500 mdp para las más de 90 comisiones legislativas; 3,900 mdp en subvenciones; y 22 mil mdp para cubrir el sueldo de los 500 diputados.

Haciendo cuentas, los mexicanos pagamos un poco más de 66 mil pesos por cada una de las 459 iniciativas que fueron analizadas, discutidas y aprobadas por nuestros flamantes diputados federales.

Pero el tema más importante, es la calidad de los asuntos que se desahogaron. Se aprobó una reforma en materia energética para particulares inviertan en la explotación de nuestros recursos. Una de carácter educativa, que hasta ahora lo único que ha logrado es la resistencia de grupos magisteriales que han doblegado a estados como Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Chiapas.

Otra de carácter fiscal, que impuso nuevos impuestos como el de las bebidas azucaras y golosinas; mayor tributo para quienes compren combustibles (gasolina, turbosina, gas avión, entre otros); pago adicional para empleados y negocios independientes; entre otros muchos más.

Si esta fuera una legislatura histórica como presume el gobierno federal, por qué no se reformó el marco jurídico para beneficio de los trabajadores del campo, los empelados agrícolas, jornaleros; porque no se hizo lo mismo para el beneficio de grupos indígenas; para fortalecer la educación de los menores de edad; para generar más empleos.

Pero lo que más sorprendente es saber, por qué el Congreso de la Unión se quedó detenido tras la acusación sobre un conflicto de interés entre el presidente de la República, Enrique Peña Nieto; el secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; y otros funcionarios más, con empresarios contratistas sobre diversas casas ubicadas en Las Lomas.

“Señor Peña Nieto, comprar casas de contratistas y luego darles millones de dólares en contratos… eso es corrupción; por eso tanta gente quiere su renuncia y no nos vamos a callar”, dijo el periodista Jorge Ramos el martes 20 de abril durante la gala de la revista Time.

Punto Cero

Los más de 60 mil jornaleros del Valle de San Quintín en Baja California dan una muestra a todo el pueblo mexicano que se puede hacer retroceder los abusos de empresarios corruptos que por décadas han abusado de la indefensión de los grupos indígenas de Latinoamérica.

Los trabajadores del campo sólo piden los justo, un trato digno a sus labores. Un salario acorde a las ganancias del empresario producto del trabajo de miles de jornaleros; un día de descanso, derecho al servicio médico y aguinaldo, que según la Ley federal del trabajo, todos somos susceptibles.

- José Víctor Rodríguez Nájera es Periodista mexicano / @JoseVictor_Rdz