La desestabilización de un continente

Desde EEUU hay un propósito de tomar una posición más ofensiva y de control sobre el continente, expresa Ana Esther Ceceña.
15/03/2015
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Ante los recientes acontecimientos que marcan el acontecer político en el continente, con un notable matiz desestabilizador, comunicadores y comunicadoras del Foro de Comunicación para la Integración de Nuestra América,  entrevistaron a Ana Esther Ceceña, economista mexicana, investigadora en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y coordinadora del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica.

 Para la estudiosa, las acciones desestabilizadoras que están sucediendo en Venezuela, y en particular la declaratoria de Estados Unidos respecto a que este país latinoamericano constituye una amenaza “extraordinaria e inusual” para su seguridad nacional, definitivamente hay un propósito de tomar una posición más ofensiva y de control sobre el continente.
 
Según Ceceña, hay una estrategia articulada en el continente: “Una de las características del control es que se aplican medidas de diferente carácter para fraccionar las respuestas. Hoy, por la coincidencia con otros asuntos que están pasando en el continente, adquiere mayor importancia. Cuando todo empieza a coincidir en el tiempo hay que empezar a leerlo como parte de una estrategia articulada. Por ejemplo, lo que está pasando en Argentina, donde no es tan claro mostrar la participación de EEUU”.  
 
En el caso de Cuba, el acercamiento es otra de las estrategias norteamericanas, aunque no tan radical, ante el fracaso del bloqueo. Están probando una nueva estrategia basada en lo que se denomina smartpower, una intervención más en el terreno de la penetración cultural, señala la investigadora, quien precisa que lo se está buscando es abrir la Isla al escenario mundial, abrir Estados Unidos a Cuba.
 
Como la penetración es en el campo cultural, son los jóvenes los que interesan, en ellos hay más avidez de conocer el mundo y en ellos se puede sembrar más fácilmente, según plantea esta estrategia, la idea de que son los jóvenes los que tienen que transformar, tienen que reclamar al país un cambio sustancial.
 
“Esto coincide con el momento en que se ajustan las correas en otra parte del continente, no es que es otra cabeza de turco, lo que a EE.UU.  no le gusta son todos estos procesos en los que se desafían su liderazgo continental. Quienes desafían eso son la cabeza de turco que EEUU quiere cortar”, y en este caso sobresale Venezuela.
 
Más allá del contexto regional, a lo interno Estados Unidos también se está viviendo momentos de crisis, que pueden haber repercutido en la declaración de Obama del 9 de marzo contra Venezuela.
 
De acuerdo con Ana Esther Ceceña, la avanzada sobre Venezuela es estratégica. Si bien es cierto que hay matices en el debate interno entre republicanos y demócratas, la política exterior hacia el continente no depende del gobierno de Obama, en ese sentido va más allá. “No podemos pensar que un cambio de política interna coyuntural puede solucionar el problema de la intervención de EEUU en el continente a través de Venezuela. Por otro lado la importancia de Venezuela en términos petroleros incide en la política interna, pero no solo en términos continentales, sino a nivel mundial”.
 
A lo interno, la nación norteamericana tiene una situación complicada en lo social, con crecientes conflictos, intolerancia y autoritarismo del gobierno, que está redefiniendo relaciones con las supuestas minorías, de latinos y negros, lo que obliga a redefinir las estrategias de Estado. “Todo esto va a pesar en las presiones hacia Obama en la política continental. No es fácil distender la relación con Cuba, aunque los intereses detrás del restablecimiento de relaciones con la Isla benefician tanto a demócratas como a republicanos. Hay que leer con más detenimiento cada uno de los pasos, los matices que tienen que ver con definiciones coyunturales y aquellas que tienen que ver con la política de control hemisférico, de seguridad, de construcción de la fuerza que está desde hace mucho planteada en las estrategias norteamericanas de hacer del continente su espacio plataforma frente al resto del mundo”.
 
Entrevistadores/as del Foro, desde la sede de ALER, en Quito, Ecuador
Para Ceceña, ya hay una invasión en Venezuela, aunque no en el concepto de lo que sucedió en Panamá años atrás, sino en lo que  se denomina el “espectro completo”, que abarca muchos aspectos y dimensiones de la vida, como es el caso de la guerra económica con la intención de provocar un debilitamiento de la sociedad, del Estado. Esta forma de agresión permite, si no invadir directamente, al menos descomponer lo suficiente como para que esa invasión sea rampante, mediante grupos y mecanismos desestabilizadores.
 
“La declaratoria es una declaratoria general y mientras se mantenga, Venezuela se ve como una amenaza, como lo fue en su momento Osama Bin Laden, el campo socialista, o como lo es ahora el Estado Islámico, y esas amenazas se combaten militarmente, y sí se están creando esas condiciones”.
 
En respuesta a la pregunta de Eduardo Tamayo, de ALAI, respecto a la importancia de Unasur en el conflicto de Venezuela, la investigadora mexicana aclaró que la organización tiene un papel fundamental porque es un espacio heterogéneo, pero con una territorialidad definida, es la instancia desde donde la subregión comprendida en Unasur tiene que establecer sus reglas para dirimir conflictos.
 
Una declaratoria de Unasur es importantísima porque indica que no coincidimos con que Estados Unidos tenga que intervenir en la región, justificando que hay un problema de seguridad hemisférica. La seguridad hemisférica no está en riesgo si Unasur dice: “nosotros, que tenemos Venezuela adentro, no la consideramos una amenaza a la seguridad regional” y eso es clave en este momento, es además una defensa frente a todo tipo de intervenciones.
 
Más allá de Venezuela, en el continente se viven otras situaciones de desestabilización, como es el caso de Brasil, pues llama la atención la coincidencia temporal, que apunta a una misma dirección.
 
“Llama la atención la aceleración de las movilizaciones que tienden a crear inestabilidad en el caso brasileño”. En el mismo momento que Venezuela está siendo acosada, Brasil no tiene condiciones para apoyarla, y resulta más complicado tomar posturas en común, ya sea para mecanismos como Unasur como para el resto de las naciones y movimientos que apoyan a estos países.
 
“Esa diversidad de acciones hace que la respuesta se fragmente y sea más débil que en otras condiciones. Tenemos que tener una visión de conjunto que nos permita leer qué puede haber de coincidencia en acciones que están sucediendo en varios países, en un reforzamiento de políticas de compromiso,  de establecimiento de prácticas autoritarias en México, Perú, Honduras, cómo se va creando de forma simultánea, cómo se va desestabilizando de diversas formas”.
 
En el caso mexicano, la reforma energética está permitiendo que los territorios queden sometidos a la inversión extranjera, justificada legalmente. “No es que solo entran las empresas y nos pueden quitar las tierras, el petróleo, no solo la nación se pone en riesgo, sino que se pone en riesgo el mantenimiento de la nación, ¿cuál va a ser el elemento cohesionador, si cada una de las regiones está siendo descompuesta y desestabilizada?”
 
Según Ana Esther Ceceña, no es solo que las empresas van a entrar a las comunidades a invertir, sino que el propio funcionamiento político y social se está dando sobre unas bases interventoras en el territorio, impidiendo que la sociedad mexicana sea la que disponga de su patrimonio, en contubernio con el Estado mexicano.
 
Otro ejemplo es lo que está sucediendo contra Argentina, acciones de desestabilización económica y política, que evidencian el afán de controlar esa parte del territorio, y no exactamente contra un gobierno determinado, sino que “son políticas del capital internacional, de la construcción hegemónica que tienen que ver con el mantenimiento de la hegemonía en el mundo, con independencia del gobernante”.
 
Para Estados Unidos, ante el empuje de otras potencias hegemónicas como China y Rusia, se trata de mantener el control cultural de los pueblos, que este continente acate las reglas del juego del capital.
 
https://www.alainet.org/en/node/168257
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