A menos de dos semanas de las elecciones en Ecuador, Rafael Correa encabeza holgadamente las encuestas, con grandes posibilidades de obtener una victoria –su reelección- en primera vuelta. ¿Qué podemos esperar de un nuevo mandato del candidato de Alianza País y cómo impactaría un nuevo triunfo suyo en el contexto latinoamericano? Un análisis del Socialismo del Buen Vivir, a raíz de las propuestas realizadas en la campaña electoral.
Los números y las diferencias entre los candidatos
Diversas encuestas, dadas a conocer en los últimos 30 días, otorgan a Correa una clara ventaja de cara a la elección del próximo 17 de febrero, que incluso le permitiría ganar en primera vuelta. La empresa privada “Market”, en un estudio realizado a mediados de enero, otorga al candidato de Alianza País el 49% de intención de voto, seguido por un 18% del ex banquero Guillermo Lasso –Movimiento Creo- y un 12% del ex presidente Lucio Gutiérrez. Detrás se ubican Alberto Acosta y Álvaro Noboa, con un 6% y 4% respectivamente. Según la encuestadora “Perfiles de Opinión” la brecha es aún mayor, con Correa en un 63%. Lasso 9%, Gutierrez 4% y Noboa 2%. (1)
Un tema como las relaciones internacionales puede servirnos para ilustrar las profundas diferencias que hay entre los candidatos antes de adentrarnos en las propuestas de Correa. Guillermo Lasso declaró recientemente a EFE que el ALBA (Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América) constituye un “imperio del tercer mundo”, tras lo cual afirmó que, en caso de ganar, impulsará el ingreso de Ecuador a la Alianza del Pacífico. Luego aseguró que en materia comercial dará prioridad a la firma de acuerdos con EEUU y la Unión Europea. Similar postura tiene el ex presidente Lucio Gutiérrez, quien señaló al canal Ecuavisa que el ALBA es un “club ideológico” y “chistoso”, calificando además a Correa de “títere” de Hugo Chávez.
La propuesta del Socialismo del Buen Vivir
En el programa de gobierno 2013-2017 de Correa se pueden ver las “35 propuestas para el Socialismo del Buen Vivir”, cuyo lema principal es “gobernar para profundizar el cambio”. Así, desde la presentación de ese extenso documento (139 páginas), se anuncia que “la Revolución Ciudadana promete profundizar y radicalizar su programa: un canto a la justicia, a la dignidad, a la soberanía, al socialismo y a la verdad”. De esta manera se retoma un ideario independentista con origen en Bolívar, Sucre, Manuela Sáenz y Eloy Alfaro Delgado (a quien se cita en la introducción con su “Nada para nosotros, todo para la patria, para el pueblo que se ha hecho digno de ser libre”).
Ahora bien, ¿cuáles son los ejes nodales planteados? Para comenzar, profundizar la mejora en la calidad de vida de los trabajadores y las mayorías populares, algo que se demuestra en la caída de la desigualdad por ingresos medida por el coeficiente de Gini: mientras en 2006 el 10% más rico obtenía 28 veces más ingresos que el 10% más pobre, en 2011 dicha brecha se redujo 10 veces. Esto se vincula con un segundo logro de la Revolución Ciudadana, que también está enunciado en el documento: “el rescate de lo público y la reconstrucción de un Estado que había sido desmantelado por el neoliberalismo salvaje y la indiferencia de la burguesía”.
Sin embargo, la propuesta de Alianza País va más allá. Y aquí indudablemente podemos mencionar como antecedentes la idea de “Socialismo del Siglo XXI” en Venezuela, y el “Socialismo Comunitario del Buen Vivir” que impulsa el gobierno del MAS en Bolivia. Veamos: en el apartado “Principios y orientaciones para el socialismo del Buen Vivir”, el programa de gobierno de Correa propone “una transición hacia una sociedad en la que la vida no esté al servicio del capital o de cualquier otra forma de dominación. Afirmamos, de modo radical, que la supremacía del trabajo humano sobre el capital es innegociable y que la defenderemos en todos los espacios de la vida social en que pueda ser vulnerada”.
Esto, sumado a los esfuerzos por cambiar la matriz productiva; la búsqueda constante de la democratización de los medios de producción; el horizonte de la soberanía energética; las tareas cotidianas para promover una verdadera “economía social”; el llamado a una revolución en el conocimiento; y la construcción de poder popular –desde las bases- como ejes de la propuesta del “Socialismo del Buen Vivir” plantean una perspectiva que objetivamente es antagónica al ideario de Lasso y Gutiérrez.
En definitiva, se dará una batalla crucial el 17 de febrero próximo en Ecuador. Se enfrentarán dos proyectos de país y de continente: uno de horizonte emancipatorio -representado en el ALBA, experiencia clave para entender el cambio político, económico y social ecuatoriano-, contra una hipotética nueva sumisión a los capitales norteamericanos y europeos, y un realineamiento en el marco de la Alianza del Pacífico (como hemos visto con las declaraciones de Lasso y Gutiérrez). Un nuevo triunfo de Correa, con un programa como el que se presenta, sería otro claro golpe a la política de EEUU en nuestro continente, tras la rotunda victoria de la Revolución Bolivariana en Octubre pasado.
Juan Manuel Karg
Licenciado en Ciencia Política UBA
(1) NDLR: Según una encuesta de la consultora Market, dada a conocer el 1º de febrero, Rafael Correa alcanzaría la reelección a la Presidencia de la República con un 59,4% de la votación nacional, seguido por el banquero Guillermo Lasso con el 11,6%; Lucio Gutiérrez 5,3% , Alberto Acosta, 3.1%. Fuente: El Ciudadano