La COP18 de Doha, el desarrollismo y los peligros para Venezuela de los efectos del Cambio Climático

Emiliano Terán Mantovani

14/12/2012

Opinión

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Hemos pasado la página de la COP18 en Doha. "Es un acuerdo increíblemente débil", afirmaba la representante de la Red de Acción por el Clima ―Climate Action Network International― Samantha Smith[1], al evaluar los documentos finales de la Conferencia, aunque la jefa de la delegación de Venezuela en esta cumbre, Claudia Salerno, no dudó en expresar que se habían logrado resultados “históricos”[2]. Al final nada de que sorprendernos, tomando en cuenta que se trata de una reunión corporativa y sumamente excluyente, con cada vez menos expectativas generales, y donde la voz de los pueblos es prácticamente inexistente en la construcción global de soluciones ante esta trascendental crisis.

Lo cierto es que se aprobó una segunda fase del Protocolo de Kyoto ―Portal Climático de Doha (Doha Climate Gateway)― para el período 2013-2020, que contiene algunos agregados que podrían catalogarse de favorables[3]. Sin embargo, dudosamente pudiéramos calificar esta Conferencia como un éxito, pues como parece ya costumbre, las reducciones de emisiones establecidas no son acordes a la gravedad del problema ―un rango propuesto entre 25% y 40%, cuando lo planteado por la ciencia es entre 40 y 50%―, agregándole el hecho de que tampoco se fijaron los volúmenes de esos recortes. Preocupa sobremanera que, adicionalmente a Estados Unidos, que no forma parte de este tratado, Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Rusia se retiraron del mismo ―estos 5 países representan en total al menos el 25% de las emisiones de CO₂ del planeta― lo que sumado a que 3 de los “BRICS” como China, India y Brasil, tampoco tienen obligaciones de reducción por ser considerados “países en desarrollo”, hace evidente la gran debilidad de este convenio.

Hay que agregarle a esto la falta de compromiso de transferencia tecnológica, así como de apoyo financiero para la adaptación de los países más vulnerables del planeta a las catástrofes climáticas, dejando en stand by los 100 mil millones de dólares prometidos por los países “desarrollados” para 2020, a pesar de que el Estudio Económico y Social Mundial de 2009 del Departamento para Asuntos Sociales y Económicos de las Naciones Unidas, había calculado que anualmente se debían destinar a estos países en riesgo climático unos 500 a 600 mil millones de dólares[4].

Las críticas que formularon organizaciones como WWF[5], Oxfam o Greenpeace, al catalogar la cumbre como “fracaso” fueron contestadas por nuestra representante Claudia Salerno, al afirmar que si “los Estados aplauden en las Naciones Unidas” y consideran que han logrado un acuerdo que llevarán a sus países con orgullo, son los propios representantes de los Estados quienes tienen mayor capacidad de hacer una ponderación sobre lo que le conviene a los mismos, y no estas “ONGs transnacionalizadas”[6]. El problema clave aquí no es reivindicar o acusar a estas organizaciones internacionales, sino más bien comprender que el Estado, antes que la viva expresión de sus pueblos, es un engranaje de la máquina de la economía-mundo capitalista, una intermediación entre el capital y la naturaleza, y como tal es el administrador del mito del «desarrollo» y de la gestión extractivista, a pesar de que éste pueda ser un espacio en disputa, o un campo de contradicciones[7]. Ha sido precisamente este ideal de «desarrollo» y este afán extractivo el que nos ha conducido a esta crisis ambiental y climática que se agudiza con el pasar del tiempo, por lo que es bastante problemático pensar que si “los estados aplauden en la ONU”, los pueblos por ende también van a aplaudir.

Esto nos lleva a preguntarnos cuál está siendo el papel del Estado venezolano no sólo en la geopolítica del capitalismo, su función en la División Internacional del Trabajo, sino qué tipo de gestión está llevando a cabo ante la crisis de Calentamiento Global. La Vicecanciller Salerno expresó que, ante el Cambio Climático provocado por las emisiones de GEI de los países “desarrollados”, Venezuela llevaría a la COP18 en Doha la alternativa “ecosocialista” como modelo para la preservación del ambiente, para hacerle frente al capitalismo[8]. Este planteamiento resulta bastante paradójico si notamos que la alternativa “ecosocialista” que propone Venezuela está fundamentada en un proyecto que pretende convertir a nuestro país en una “Potencia Energética Mundial” basada primordialmente en la duplicación de la producción petrolera nacional de 3 a 6 millones de barriles diarios para 2019, junto a nuevos proyectos de minería en todo el territorio nacional[9], lo cual supone no sólo una profundización de nuestra articulación con el mercado capitalista globalizado ―que en teoría combatimos― y toda su maquinaria de emisiones de GEI, sino que además aumentaremos nuestras propias emisiones internas.

Mientras Venezuela se sube a la ola de los crudos no convencionales con la megaexplotación de la Faja Petrolífera del Orinoco, los cuales son los más contaminantes, y los que generan mayores emisiones de GEI ―después de las arenas bituminosas de Alberta en Canadá, los crudos extrapesados de la Faja son los que producen mayores emisiones GEI[10]―, el preliminar del plan socialista 2013-2019 coloca como quinto objetivo histórico “Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana”. De hecho, en entrevista a Telesur en Doha, Salerno afirmaba a propósito de los resultados de la COP18 y este quinto objetivo de la patria: “Es una dicha anunciar que es uno de los primeros objetivos que estaba contenido en el programa de la patria, y que a menos de un mes de haber triunfado en las elecciones, nosotros podemos decirle al mundo: Venezuela ya cumplió uno de los primeros objetivos del plan de la patria”[11].

Si podemos presumir de ser un “país muy ambientalista” como lo afirmara Salerno en entrevista con Amy Goodman de Democracy Now en Doha[12], y de que poseemos los bosques de mangle más grandes del hemisferio occidental en el Delta del Orinoco, los cuales representan sumideros naturales de CO₂, tal y como lo expusiera la jefa de la delegación venezolana en discurso en la COP18[13], probablemente esto no nos dure mucho tiempo más si se lleva a cabo la explotación masiva de hidrocarburos no convencionales en la Faja del Orinoco, que tiene en el Delta, el ecosistema más delicado de toda esta zona petrolera, el cual peligra enormemente con este plan extractivo[14], y que ya ha sido afectado anteriormente por la gestión desarrollista.

La tendencia planetaria al aumento de las emisiones de GEI es verdaderamente preocupante. El ya célebre informe de la Agencia Internacional de Energía, World Energy Outlook 2012, ha causado revuelo con sus inusuales advertencias: si queremos permanecer por debajo del límite de 2⁰ de temperatura media del planeta, con un 50% de probabilidad, debemos dejar nada más y nada menos que dos terceras partes de las reservas de petróleo, gas y carbón debajo del suelo[15]. Tanto los eventos climáticos recientes, entre los que resaltan el huracán Sandy y el tifón Bopha, que afectaran a los Estados Unidos y Filipinas respectivamente; como los escalofriantes escenarios proyectados a futuro, revelan la enorme importancia de este desafío de cambio sistémico, de transformación de patrones de vida.

Venezuela en algunos aspectos es muy vulnerable a las consecuencias de los daños producidos por fenómenos climáticos extremos. El Índice de Riesgo Climático (Climate Risk Index) elaborado por la organización Germanwatch, muestra la vulnerabilidad pasada de un país ―en este caso desde 1992 hasta 2011― de manera que sirva de advertencia ante la posibilidad de que los eventos climáticos extremos se vuelvan más frecuentes o más severos en el futuro^[16]. Para el período 1991-2010 Venezuela estuvo entre los países con mayor riesgo climático del planeta, ocupando el puesto 15, el 6to lugar en promedio anual de víctimas fatales en este período a raíz de desastres climáticos, y el 2do lugar en fallecidos promedio por cada 100.000 habitantes[17]. Esta situación mejoró, pues según este índice, para el período 1992-2011, Venezuela aparece ahora en el puesto 61 en el ranking mundial del IRC, puesto 39 en número de víctimas, y número 60 en muertes promedio por cada 100.000 habitantes[18], lo que no deja de llamar la atención por la alta vulnerabilidad y la sobredeterminación del extractivismo en el ordenamiento espacial nacional.

Según los resultados de la Primera Comunicación en Cambio Climático de Venezuela 2005, se pueden esperar cambios futuros en la temperatura y los patrones de estacionalidad de las precipitaciones ―número de meses húmedos y de los excesos de agua, principalmente―^[19], lo cual tendrá grandes repercusiones para un país con las características de Venezuela. En 2010, el país vivió la peor sequía en 40 años, que puso en estado crítico la cotidianidad de la gran mayoría de la población, lo cual fue seguido de las lluvias más copiosas de los últimos 40 años, según el Instituto de Hidrometeorología de la Universidad Central de Venezuela, con más de 30 de fallecidos y más de 70.000 damnificados, lo que constituye una advertencia ante el pronóstico de agravamiento de estos eventos climáticos, haciéndose por ejemplo, más frecuentes las precipitaciones intensas, y por ende incrementándose el riesgo de inundaciones repentinas y deslaves, principalmente graves en zonas montañosas altamente urbanizadas^[20].

Un aumento de los tiempos de las sequías, así como de su periodicidad serían realmente preocupantes para un país como Venezuela, debido a que somos extremadamente vulnerables en términos del régimen hídrico. La distribución de la población nacional y de la infraestructura productiva se concentra prácticamente en la región norte costera, donde la disponibilidad del agua es mucho menor y de hecho ya existen problemas con el acceso a la misma ― el 85% del agua potable que consumimos los venezolanos, tiene su origen en parques nacionales―, lo que pudiera generar una situación crítica en términos socioambientales. Este fenómeno impactaría en una menor productividad agrícola, un aumento de la demanda de agua y energía para el riego, una reducción de la calidad del agua potable, posibles incrementos de la explotación de acuíferos, así como una proliferación de vectores patógenos como la malaria y el dengue, con características de epidemia^[21].

La cuenca alta del río Caroní sufriría la mayor disminución de agua disponible lo que tendrá un grave efecto sobre el embalse del Guri y la propia política energética nacional^[22], altamente dependiente de esta área para la generación de energía eléctrica. Por su parte, el Banco Mundial, en su informe Turn Down the Heat: Why a 4°C Warmer World Must Be Avoided de noviembre de 2012, alertaba del impacto previsto que tendría la subida del nivel del mar en 31 países en “vías de desarrollo”, debido a la alta densidad poblacional y a la mala planificación urbana. Sobre esto señala que sólo 10 ciudades representan dos tercios de la exposición total a las inundaciones extremas previstas en el caso de aumento de los niveles del mar: las ciudades más altamente vulnerables se señalan en 9 países, entre los que se menciona Venezuela^[23].

Es fundamental generar una discusión amplia y sensata no sólo sobre la responsabilidad de los países ricos respecto al grave problema del Cambio Climático, sino también sobre el propio papel que juegan los propios Estados periféricos en esta división de funciones que estructura la economía-mundo capitalista. Es fundamental al menos detener la acelerada marcha del tren del “progreso” y desestimular los esquemas económicos y culturales depredadores del planeta, reorientando los esfuerzos hacia formas alternativas de vida. No sólo es posible, sino sumamente necesario.

- Emiliano Teran Mantovani es sociólogo de la Universidad Central de Venezuela, investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos – CELARG, y hace parte del equipo del Foro Social Mundial Temático Venezuela.

Notas

[1] En: LEAHY, Stephen. La Cumbre de Doha sin fuerzas para frenar la catástrofe climática.

[2] En: TELESUR. Acuerdan en COP18 extender el protocolo de Kyoto. Telesur Tv. Archivo en video. Publicado el 08/12/2012 en Youtube. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=g4GLM7vdHyE.

[3] Sobre los avances y problemas de los resultados de la COP18, véase este artículo de los delegados de Bolivia en esta cumbre, René Orellana y Diego Pacheco, en: http://alainet.org/active/60198

[4] Cfr. LA VÍA Campesina. Los gobiernos redactan páginas en blanco para el futuro del planeta Las campesinas y los campesinos de la Via Campesina están enfriando el planeta. Como lo muestra La Vía Campesina, en 2009 el gasto militar estadounidense fue de 661 mil millones de dólares.

[5] Cfr. EUROPA Press. WWF tacha de 'débil e irreal' el acuerdo alcanzado en Doha.

[6] En: TELESUR. Países del ALBA lograron avances en COP18: Salerno. Telesur Tv. Archivo en video. Publicado el 08/12/2012 en Youtube. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=VCSuBXnxcz0.

[7] La idea pura del “libre mercado” es un mito. El capital necesita del Estado para materializar su proceso de reproducción, desde el proceso de “acumulación originaria” hasta incluso en nuestra actualidad de la globalización neoliberal. El mercado es libre parcialmente. La ampliación de este debate no corresponde a este artículo.

[8] Cfr. AGENCIA Venezolana de Noticias – AVN. Venezuela propone implementación del ecosocialismo para enfrentar capitalismo contaminante.

[9] Cfr. PROPUESTA del Candidato de la Patria Comandante Hugo Chávez Para la gestión Bolivariana socialista 2013-2019. 11 de junio de 2012. En: http://www.chavez.org.ve/Programa-Patria-2013-2019.pdf

[10]Cfr. HEINRICH Böll Stiftung. Friends of the Earth Europe. Marginal Oil. What is driving oil companies dirtier and deeper? p.26

[11] En: TELESUR. Op.Cit. Subrayado nuestro

[12] En: DEMOCRACY Now! Haciendo de la contaminación un negocio: hablamos con la negociadora de Venezuela en Doha-COP18. Democracy Now Es. Archivo audiovisual. Publicado el 07/12/2012 en Youtube. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=fu4xDIaBhFI.

[13] Cfr. SALERNO, Claudia. Una batalla entre los principios y los mercados.

[14] Sobre algunos de los peligros ambientales en la Faja del Orinoco, véase: TERAN Mantovani, Emiliano. Venezuela. El desastre de Guarapiche nos habla: ¿La Faja del Orinoco? No! Eso no es ningún desarrollo. Publicado en Kaos en la Red. Martes, 14 de febrerode 2012. Disponible en: http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/7791-venezuela-el-desastre-de-guarapiche-nos-habla-%C2%BFla-faja-del-orinoco?-no-eso-no-es-ning%C3%BAn-desarrollo.html.

[15] Para un análisis de dicho informe, véase: Michael Klare. Lo bueno, lo malo y lo verdaderamente horrible. Rebelión. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=160146

[16]Cfr. HARMELING, Sven. Eckstein, David. Global Climate Risk Index 2013. p.2

[17]Cfr. HARMELING, Sven. Global Climate Risk Index 2012. p.22

[18]Cfr. HARMELING, Sven. Eckstein, David. Global Climate Risk Index 2013. p.23

[19] MINISTERIO del Poder Popular para el Ambiente. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Instituto Forestal Latinoamericano (IFLA). GeoVenezuela. Perspectivas del Ambiente en Venezuela. p.127

[20] Cfr. MARTELO, María Teresa. Consecuencias ambientales generales del cambio climático en Venezuela. Resumen ejecutivo. p.2,7,11

[21] Cfr. MINISTERIO del Poder Popular para el Ambiente. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Instituto Forestal Latinoamericano (IFLA). Op.Cit. p.127

[22] Cfr. MARTELO, María Teresa. Op.Cit. p.2,7,11

[23]Brecht et al. 2012, en: THE World Bank. «Focus: Sea-level Rise Projections», en: Turn Down the Heat: Why a 4°C Warmer World Must Be Avoided. p.34. Los nueve países son Mozambique, Madagascar, México, Venezuela, India, Bangladesh, Indonesia, Filipinas y Vietnam

Fuentes consultadas

- AGENCIA Venezolana de Noticias – AVN. Venezuela propone implementación del ecosocialismo para enfrentar capitalismo contaminante. Caracas, 05 Dic. AVN. Disponible en: http://www.avn.info.ve/contenido/venezuela-propone-implementaci%C3%B3n-del-ecosocialismo-para-enfrentar-modelo-capitalista-conta. Consultado: [7 de diciembre de 2012].

- DEMOCRACY Now! Haciendo de la contaminación un negocio: hablamos con la negociadora de Venezuela en Doha-COP18. Democracy Now Es. Archivo audiovisual. Publicado el 07/12/2012 en Youtube. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=fu4xDIaBhFI. Consultado: [10 de diciembre de 2012].

- EUROPA Press. WWF tacha de 'débil e irreal' el acuerdo alcanzado en Doha. Publicado Sábado 08/12/2012 en EL Mundo. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/12/08/natura/1354992413.html. Consultado: [10 de diciembre de 2012].

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- HARMELING, Sven. Eckstein, David. Global Climate Risk Index 2013. Briefing paper. Germanwatch. Germany, november 2012. En: http://germanwatch.org/en/download/7170.pdf. [Consultado: 8/12/2012].

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- LA VÍA Campesina. Los gobiernos redactan páginas en blanco para el futuro del planeta Las campesinas y los campesinos de la Via Campesina están enfriando el planeta. Comunicado de prensa. Portal web La Vía Campesina. Publicado el Lunes, 10 Diciembre 2012. Disponible en: http://viacampesina.org/es/index.php/acciones-y-eventos-mainmenu-26/cambios-climcos-y-agro-combustibles-mainmenu-79/1565-los-gobiernos-redactan-paginas-en-blanco-para-el-futuro-del-planeta-las-campesinas-y-los-campesinos-de-la-via-campesina-estan-enfriando-el-planeta. Consultado: [10 de diciembre de 2012].

- LEAHY, Stephen. La Cumbre de Doha sin fuerzas para frenar la catástrofe climática. IPS. Publicado el 10-12-2012 en Rebelión. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=160564. Consultado: [11 de diciembre de 2012].

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Fuente:

http://forajidosdelanetwar.blogspot.com/2012/12/la-cop18-de-doha-el-desarrollismo-y-los.html

https://www.alainet.org/en/node/163344?language=en