Indiferencia al plebiscito nacional chileno
Importa poco, muy poco
18/10/2011
- Opinión
El gobierno chileno volvió a darle las espaldas a los reclamos. El 92 por ciento de los votantes –sobre un millón- se mostró a favor de la gratuidad educativa. Votaron chilenos en Bélgica, Suiza, Italia, Australia, Francia, Estados Unidos, México, Canadá, Colombia y Argentina.
“Es sólo una acción de un grupo gremial que ha decidido consultar a las personas en términos informales”. Con esa frase, el vocero del Palacio de la Moneda, Andrés Chadwick sintetizó el plebiscito nacional que se llevó a cabo en Chile, acerca de si la educación debe ser responsabilidad del Estado, gratuita, de calidad y sin el lucro en todos sus niveles.
La propuesta del Colegio de Profesores de Chile, fue apoyada por la Central Unitaria de Trabajadores y la Coordinadora Nacional de Padres y Apoderados y para, además de la Confederación de Estudiantes de Chile y las organizaciones de estudiantes secundarios.
Más de 1,3 millón de personas votó en el plebiscito para expresarse sobre el futuro de la educación en Chile, y el 92 por ciento respaldó la demanda de enseñanza gratuita y de calidad que desde hace más de cinco meses enfrenta al gobierno con las organizaciones de estudiantes y docentes.
Chadwick, restó importancia a la iniciativa del gremio magisterial al señalar que “ni siquiera alcanza a constituir una presión para el gobierno”. El vocero del ejecutivo se apoya en el hecho de que la consulta no es vinculante, al ser una auto-convocatoria de la ciudadanía; y le resta importancia al resultado abrumador del plebiscito, que exige cambios urgentes en la política educacional actual.
A su vez, el presidente del Movimiento por la Consulta y los Derechos Ciudadanos, Edgardo Condeza, destacó que “es la primera vez en la historia de Chile que se organiza un plebiscito nacional por los mismos ciudadanos; es la primera vez en la historia de Chile que se realiza una consulta en 30 ciudades por los ciudadanos; es la primera vez que votan los chilenos en el exterior, y nunca en Chile se había implementado un sistema de votación por Internet”.
Pero es la misma indiferencia de siempre, la que devolvió el gobierno nacional al reclamo popular. Ya desde el miércoles, la Confederación Chilena de Estudiantes (Confech) cerró definitivamente la puerta a mesa de diálogo con el gobierno al confirmar la noche del sábado que no continuará en esa instancia.
La vocera de los estudiantes, Camila Vallejo, responsabilizó directamente al Ejecutivo del quiebre del diálogo y señaló que “hubo un diseño concertado por parte del gobierno para que esta mesa de trabajo no prosperara”.
“Se nos cerraron las puertas y eso hay que recalcarlo aquí. No fuimos nosotros los estudiantes los que quisimos romper con esta mesa, sino que fue el mismo gobierno porque no tenía la capacidad política ni la voluntad de atender las demandas de la gran mayoría del país”, enfatizó mientras recordaba la inicial negativa del presidente a la gratuidad de la educación en su famosa frase “Nada es gratis en la vida, alguien tiene que pagar”.
Sin embargo, pareciera que el gobierno no piensa lo mismo acerca del futuro político del país. Es decir, ¿acaso creen en el ejecutivo que, rechazos a la mesa de diálogo, un alto porcentaje de jóvenes afuera del sistema educativo y obviar a un plebiscito multitudinario; no tiene precio alguno?
Llamarlo simbólico, por el solo hecho de no poseer carácter vinculante, es caer en el mismo error de que lo constitucional en lo único en esta vida que posee el valor de la legitimidad. Eso no es así, y de ningún modo. Un reclamo masivo y popular, posibilitado a costa de meses de trabajo y organización, le da una cuota de legitimidad, que ni la mismísima constitución chilena, posee en estos días.
Se hace muy difícil creer que en un momento como el actual, con tanto consenso demostrado nacionalmente acerca del horizonte que debe encauzar la educación pública, con el bajo nivel de popularidad oficial de Piñera, y con un continente latinoamericano apelando a la unidad, al trabajo en conjunto, y en pleno crecimiento; la indiferencia sea algo gratis, que nadie deba pagar.
Gajardo señaló que se elaborará un informe descriptivo de la votación, que posteriormente será entregado al presidente Piñera, al Ministerio de Educación, a diputados, senadores, representantes del Servicio Electoral y al presidente de la Corte Suprema de Justicia.
Agencia Periodística de América del Sur (APAS)
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