Un experimentado oficial de la CIA como futuro embajador norteamericano en Guatemala

05/06/2011
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La suspicacia de algunos, rumores a viva voz y especulaciones basada en informaciones filtradas por diversas fuentes, corroboran que entre cielo y tierra no existe secreto alguno: el hasta este momento segundo jefe de la misión diplomática norteamericana en España, Arnold A. Chacón, será nombrado embajador de Estados Unidos en Guatemala en sustitución del demagogo Stephen McFarland. Todo parece haberse cocinado tras bambalinas en Washington entre la Secretaria de Estado Hillary Clinton y el presidente Obama, y anunciado, en el más absoluto secreto, el pasado 24 de mayo de 2011, en una reunión que tuvo el Secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Arturo Valenzuela, en costa Rica y en que participaron los embajadores estadounidenses en Centroamérica: Anne Andrew (Costa Rica), Vinai K. Thummalapally (Belice), Mari Carmen Aponte (El Salvador), Stephen McFarland (Guatemala), Hugo Llorens (Honduras) y Phyllis Powers (Panamá).
 
El oscuro motivo de esta reunión, en la que además de anunciar el arribo de Chacón, tuvo como finalidad analizar las medidas más eficaces para que EE UU fortalezca su hegemonismo y protagonismo en la región. No en balde, acompañaron a Valenzuela en esta cita, además del ministro consejero interino de Estados Unidos en Nicaragua, Matthew Roth, otros funcionarios de alto rango como la Subsecretaria Adjunta de Estado, Julissa Reynoso, el Subadministrador de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Mark Lopes, y el asesor del Departamento de Estado, Daniel Erickson.
 
Violencia e intromisión yanqui en Centroamérica
 
El aumento de la violencia en Centroamérica, el inusitado repunte del narcotráfico, el trasiego incontrolado de drogas y armamento de todo tipo, el aumento de los niveles de organización de las fuerzas populares y su búsqueda de alternativas novedosas en su enfrentamiento a las oligarquías tradicionales, preocupan seriamente a la Casa Blanca y la movida táctica de sustituir al “benevolente y carismático” Stephen McFarland y colocar a un agresivo funcionario diplomático como Chacón, sospechosamente coligado a la CIA, hacen que las fuerzas democráticas y de izquierda en Guatemala deban albergar serios recelos sobre lo que se avecina.
 
No es un secreto para nadie la existencia de un obcecado interés norteamericano de cuidar su traspatio centroamericano, llegando incluso a promover invasiones como la de Panamá, golpes de estado como en Guatemala, Honduras y otras naciones, guerras sucias como la librada contra Nicaragua, así como todo tipo de tropelías en nombre de la “democracia”. Han contado con el consentimiento de las oligarquías tradicionales y de las grandes transnacionales que operan y explotan impunemente, en un saqueo permanente, los recursos naturales de esos países y semi esclavizan a los pobres, hundiéndolos en un destino en que el futuro es, simplemente, un agujero negro, cargado de incertidumbre y miserias.
 
Todo el tinglado represivo de la nación norteña, encabezado por la CIA, el FBI y la USAID, ha actuado en esa dirección. Este aparato del crimen institucionalizado se ha encargado de la capacitación de los principales represores, de la organización y financiamiento de escuadrones de la muerte, del abastecimiento ilimitado de armamento y, particularmente, de propiciar la desaparición selectiva de los mejores y más valiosos dirigentes revolucionarios, intelectuales, líderes obreros, estudiantiles y campesinos, así como la persecución de periodistas y comunicadores cuyo único delito es la búsqueda de la verdad. Prueba de ello, en su momento, fue el Programa Internacional de Asistencia y Entrenamiento para la Investigación Criminal (ICITAP), mediante el cual Departamento de Estado destinó fondos para capacitar policías represores en Guatemala y otras naciones. Esto volvería a ocurrir durante la administración Reagan y, últimamente, con George W. Busch, cuando se logró que la USAID volviera a involucrarse en el sostenimiento de los órganos represivos en Latinoamérica a partir del 2002. El Plan Mérida abrió las puertas a una mayor injerencia norteamericana en la articulación de la represión, lo que alcanzó su clímax con la Iniciativa Interagencial de Contrainsurgencia de Estados Unidos, un engendro creado en el 2009 entre la CIA y el State Department, que hace de la USAID la humanitaria fachada de un criminal propósito represor. Las nuevas intenciones de militarizar la región centroamericana so pretexto de combatir el narcotráfico y la violencia, las expuso con claridad el propio Jefe del Comando Sur de las Fuerzas Armadas norteamericanas, general Douglas Fraser, al declarar: “El Triángulo norteño de Guatemala, El Salvador y Honduras es la zona más letal del mundo fuera de las zonas de guerras activas”.
 
La carrera de Arnold Chacón y su tramas como espía
 
Según el sitio de la embajada de los EE UU en España: “Arnold A. Chacón es el Ministro Consejero de la Embajada de Estados Unidos de América en Madrid, desde el 11 de agosto de 2008. Anteriormente, laboraba como Director para Asuntos Andinos, responsabilizado con los temas de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, dentro de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental en Washington, DC. Antes de eso, entre los años 2005 y 2007 fue Vicesecretario Ejecutivo del Departamento de Estado. Cumplió misión como Ministro Consejero en la Embajada de Estados Unidos en Quito.”
 
Su amplia carrera cobertura diplomática, que empleó como fachada para su trabajo como jefe de Estación de la CIA, lo ubicaron también en la Oficina de Asuntos de Europa Occidental, el Centro de Operaciones y la Misión de Estados Unidos ante la ONU en Nueva York, sí como en Honduras, Chile, México, Italia y Perú. Reclutar experto de agentes para la CIA y la DIA norteamericanas, laboró en el programa de becas de la Asociación de Ciencia Política de Estados Unidos, adscrita a la Comisión de Servicios Armados de la Cámara de Representantes.
 
Arnold Chacón es oriundo de Denver (Colorado). Se tituló en Asuntos Internacionales en la Universidad de Colorado y estudió Derecho en la Universidad de Michigan. Su esposa, Alida, también pertenece al Servicio Exterior de Estados Unidos. Son padres de tres hijos.
 
Se sabe, sin lugar a dudas, que Arnold Chacón, como Director de Asuntos Andinos y sucesor de otros como Descazo y Shapiro, mantuvo una acritud manifiesta, como sus antecesores en el cargo, contra la Revolución Bolivariana.
 
Detrás de esta descripción hay toda una vida dedicada a las oscuras confabulaciones, al más burdo espionaje, a la manipulación de gobiernos, a desarrollar conflictos artificiales, a la compra de voluntades, a preparar a aquellos que criminalizarán las políticas gubernamentales, a fortalecer e implementar los planes hegemonistas imperiales, a tapar embrollos y ocultar violaciones a la legalidad internacional y, sobre todo, a confundir a aquellos que ingenuamente creen que Estados Unidos combate realmente al terrorismo y busca soluciones verdaderamente democráticas en el mundo.
 
Hace algunos días, específicamente el 3 de mayo de 2011, Chacón concedió una entrevista a la televisión Española (TVE) en que se regocijaba sobre la supuesta eliminación física de Osama Bin Laden. Toda su declaración estaba dirigida a contrarrestar las serias dudas que levantó el operativo realizado por los Seals en Pakistán. Para congraciarse con los dirigentes españoles, declaró: “Es un gran día para EEUU y damos las gracias a aliados como España que ha estado con nosotros desde el inicio en la lucha contra el terrorismo, que es tan importante”.
 
Varios cables secretos sacados a la luz pública por Wikileaks denunciaron la labor de Chacón como jefe de la estación CIA en Madrid. Apenas tomó su cargo de Ministro Consejero de la embajada norteamericana, Chacón se dedicó a buscar información según lo demuestran varios cables de Wikileaks, como el cable sobre la cúpula militar nombrada por España, identificado con el número 173674 y emitido el 14 de octubre de 2010, donde realiza una caracterización sobre los principales mandos militares españoles. En otro cable, identificado como 171424, emitido el 25 de septiembre de 2008, Chacón repasa, con representantes españoles, varios aspectos de la actualidad militar y de la lucha contra el terrorismo, para evaluar la disposición de España a mantener su apoyo en las guerras que libra EE UU en Irak y Afganistán. Otros temas tocados con Luis Cuesta, del Ministerio de Defensa Español, fueron la política española hacia la OTAN, Rusia, la piratería de somalíes, los vuelos ilegales a Guantánamo y otros. Otra de sus fuentes ha sido la propia Ministra de Defensa de España, Carme Chacón, de quien ha recibido el favorecimiento frente a su rival dentro del Consejo de Ministros español, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Estados Unidos vio en esos momentos a la inexperta Carme Chacón como una aliada en sus políticas militaristas en Europa y el Medio Oriente.
 
Experto en realizar recepciones diplomáticas para acceder a informaciones confidenciales, en las que sabiamente sonsaca a militares y altos jefes gubernamentales, Arnold Chacón declaró el 2 de julio de 2009, en una recepción con motivo de la fiesta nacional norteamericana: “El reto de nuestro país es la lucha eterna para alinear nuestras acciones con nuestros ideales, unir nuestros sueños con nuestras realidades. Como ha dicho el propio Presidente Obama: “Esa es la verdadera genialidad de América, la fe en los sueños sencillos de su pueblo, la insistencia en los pequeños milagros”.
 
“Un nuevo Presidente y Administración en Washington ofrece oportunidades para hacer frente conjuntamente a retos de política internacional -- como son Irak, Afganistán, Irán, la no proliferación nuclear, la crisis financiera -- imagínense cómo podremos aprovechar nuestra ya fuerte hermandad y aún mejorarla.”
 
Vinculado con la política anticubana y anti bolivariana de su gobierno, aunque cauto ante la prensa, cuando en una entre vista concedida a La Vanguardi.com, el 2 de abril de 2009, se le preguntó sobre Cuba, respondió con evasión: “Ciertamente es importante pero los canales diplomáticos han estado hasta ahora más ocupados con Afganistán-Pakistán y Kosovo-los Balcanes.” Era una manera deliberada de ocultar todo el entarimado de guerra mediática contra estas naciones y de no comprometerse al respecto.
 
Tal vez uno de los momentos más álgidos para Arnold Chacón fue la implicación directa de su persona, denunciada por Wikileaks en varios cables sacados a la luz, en los que se presenta como continuador de la labor de zapa de la embajada norteamericana para torpedear procesos legales en curso relacionados con las causas ‘Guantánamo’, la muerte del camarógrafo José Couso y las denuncias sobre los vuelos de la CIA sobre territorio español. En un artículo firmado por Carlos Yarnoz el 30 de noviembre de 2010 y titulado “Políticos y fiscales españoles colaboraron en la estrategia”, el periodista declara: “La Embajada de Estados Unidos en Madrid ha desplegado en los últimos años importantes recursos para frenar o boicotear las causas judiciales abiertas en España contra políticos y militares estadounidenses presuntamente involucrados en casos de torturas en Guantánamo, crímenes de guerra en Irak o secuestros en los vuelos de la CIA. La legación diplomática estadounidense ha dejado constancia escrita de esa actividad en algunos de sus miles de documentos secretos, clasificados o reservados a los que ha tenido acceso EL PAÍS.”
 
Arnold Chacón fue uno de los artífices de esa labor de penetración que le permitió disponer de amplia información sobre la marcha de las causas judiciales y contó con la colaboración de autoridades del Gobierno, entre ellos fiscales, para bloquear o dilatar cualquier acusación o proceso en marcha. Una prueba de ello es el Informe confidencial elaborado por Chacón el 17 de abril de 2009, en que se dice: “El adjunto al embajador les puso de relieve que el asunto era muy grave para el Gobierno de EE UU y les pidió que tuvieran informada a la embajada de cualquier novedad”.
 
Chacón usó el chantaje con funcionarios gubernamentales españoles tal como lo demuestra uno de los cables de Wikileaks firmado por él, el número 200357, en donde recomienda al se recomienda al Departamento de Estado usar como ventaja la preocupación del gobierno español por perder su nivel de alianza con EE UU.
 
Sin embargo, Chacón paso tragos amargos en algunos momentos, tal como ocurrió cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, a través de la Dirección General para Norteamérica, le solicitó aclaraciones sobre la publicación del retrato robot de Osama Bin Laden, sobre la base de una foto del diputado de la Izquierda Unida (IU) Gaspar Llamazares. Chacón Buscó a Llamazares y se disculpó ante él, prometiéndole que se realizaría una exhaustiva investigación.
 
Su oscuro pasado diplomático
 
Los escándalos en los que se ha visto involucrado Arnold Chacón no solo han sucedido en España. Ecuador fue escenario de un escándalo ocurrido por un Acuerdo firmado por Chacón como Jefe Adjunto de Misión de la Embajada de Estados Unidos en ese país, el 5 de septiembre de 2003, con el entonces canciller ecuatoriano Patricio Zuquilanda, el que tuvo lugar sin conocimiento público. El secreto y oneroso acuerdo otorgó al Comando Sur norteamericano el derecho de construir y dirigir tres centros de acopio en las costas del Pacífico, supuestamente para estudiar el fenómeno natural de “El Niño”. Chacón se valió de las fuertes influencias de la CIA y la US Army en Ecuador en esos momentos, para lograr este acuerdo a las espaldas del Congreso Ecuatoriano, en franca violación del Artículo 161 de la Constitución de Ecuador. Esta violación, tal como ocurrió con la instalación de la base de Manta, fue una de las genialidades de Chacón como comprador de voluntades, ya que se sabe que en esa etapa, como jefe de la estación de la CIA, fue el encargado de repartir altas sumas de dinero a las instituciones policiales y militares de ese país, cosa que ya es una costumbre y cuyos montos han aumentado hasta el 2011. Los famosos tres centros de acopio eran, en realidad, estaciones de monitoreo y espionaje puestas a mano de los militares norteamericanos.
 
Un año antes, el 6 de noviembre de 2002, Chacón firmó otro dudoso tratado con Jaime Santillán Pesantes, entonces Director General de la Corporación Aduanera Ecuatoriana, conocido como Acuerdo de la Ayuda Mutua Aduanera (CMAA), el 6 de noviembre de 2002, con la clara intención de vulnerar el acceso de armamento y otros medios de espionaje, con la supuesta intención de prevenir el contrabando y la violaciones aduanales.
 
Para el 1 de febrero de 2001 Arnold Chacón actuó como Consejero Político de la Embajada de Estados Unidos en Perú y se encargó de la estación de la CIA en ese país.
 
Conclusiones
 
Mucho se desconoce todavía sobre el futuro embajador de Estados Unidos en Guatemala, pero los secretos de su vida como oficial de los cuerpos de inteligencia norteamericana ya no son un secreto. Su presencia en Guatemala constituye un peligro en la medida en que, mediante una pretendida ayuda para combatir a la violencia y al narcotráfico, se utilice a este artífice de conspiraciones para planificar, organizar y dirigir la persecución y represión de las fuerzas de izquierda, para actualizar al odiado y añejo Plan Cóndor en el país chapín, que traigan solo desapariciones selectivas, salvaje represión contra aldeas enteras y luto para ese valioso pueblo.
https://www.alainet.org/en/node/150257?language=es
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