Terremoto en el Mediterráneo
02/06/2011
- Opinión
La región mediterránea, pero especialmente España, ha tenido otro sismo de regular intensidad que sumado al terremoto que hace algunos meses se produjo en su economía afecta directamente a otras áreas sensibles como lo político y lo social que ya ha aportado sus consabidas víctimas, tal cual es mismo Partido Socialista Español –PSOE- cuya pérdida de ayuntamientos en las últimas elecciones regionales fue evidentemente notoria y apabullante. Pero ello, solo fue consecuencia directa y automática del paro que se acrecentó notablemente en estos años y que arrastra tras de sí a miles de trabajadores españoles, escenario del cual es responsable únicamente el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, cuyo partido tiene un mote que le queda muy grande pues, en la práctica es tan obediente como lo sería el Partido Popular de Rajoy, hacia las recetas que les plantea el Fondo Monetario Internacional que no es más que la caja de resonancia de las oligarquías europeas como parte importante del imperialismo mundial y cuya ambición peculiar es la tendencia esperada que cumple fielmente con la ley de concentración y centralización de capitales. Y, para que ésta se cumpla es preciso desmantelar los consabidos estados de bienestar que un día fueron la joya de la corona de las “democracias” capitalistas del viejo continente.
Lo anterior ha sido un factor determinante y conducente para las protestas que hoy se llevan a cabo en las calles y plazas de las principales ciudades de España, especialmente, sin olvidar que también se han extendido estas demostraciones, aunque con menor cuantía, hacia los otros países de la zona euro, las cuales se han ido nutriendo con historias de abandono y desamparo de sus trabajadores que no encuentra trabajo y peor que eso, que ven cómo sus esfuerzos de años mozos se han ido por el agujero del desagüe al quedar sin un buen porcentaje de sus pensiones o del seguro de desempleo.
Y que se entienda bien, protestas que se nutren de miles de trabajadores que jamás imaginaron que ese desmantelamiento se daría. Nunca; pero que ahora ven impávidos como el capitalismo que una vez los hizo creerse pueblos mucho más civilizados, cultos y modernos que el resto, es tan funesto como lo ha sido en sus excolonias. Ahora están sintiendo lo que nosotros hemos sufrido por cientos de años y de lo cual hemos de sacar lecciones, ellos y nosotros: que tenemos que unirnos los trabajadores alrededor del mundo y utilizar para ello, lo que una vez fue un invento militar para sojuzgar y controlar como es el de la red global de comunicaciones.
No estaba equivocado Marx cuando junto a Engels hace casi doscientos años proclamaron a los cuatro vientos: ¡Proletarios del mundo, uníos!
Por si eso fuera poco, a ello se suma el último sismo: el que dejó las multimillonarias pérdidas que han tenido los agricultores íberos ante la negativa de Alemania de importar vegetales y legumbres de España por considerarlos infectados de una variante mortal de la bacteria E.coli que ya ha matado a 18 personas en Europa. A pesar de haberse retractado el gobierno alemán un tanto después, el mal ya estaba hecho y la economía peninsular sufrió ese tremendo remezón a su ya tambaleante y dañada estructura. Ahora, se suma Rusia al prohibir la importación de todo tipo de legumbres procedentes de la zona del euro lo cual afectará a los agricultores europeos occidentales.
Las réplicas del sismo español se siguen sintiendo y cada vez con mayor recurrencia.
Algo pasará muy pronto en los países costeros del mare nostrum y, me atrevo a decir, en la Europa entera pues las fallas tectónicas traspasan los Balcanes. Estén atentos porque el epicentro está en Libia, la indómita, por cuya variante los europeos se verán inmersos en una nueva guerra azuzada por sus propias oligarquías y el Imperialismo yanqui utilizándola como distractor para que los obreros asuman a aquella como la pagana de sus males. A Sarkozy por ejemplo le pican las manos por firmar el decreto de invasión a la nación africana.
Pero hoy, los trabajadores tienen la pelota en su cancha. Esperamos esta vez, metan gol y no se dejen poner el uniforme militar.
- Lic. Carlos Maldonado es Economista y Profesor en Historia por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Colectivo “La Gotera”
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