Tenemos lo que nos merecemos?

03/12/2010
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A estas alturas de la crisis sabemos bien qué ocurre, por qué y quiénes son los responsables. Y sabemos la solución, como también las propuestas de los diversos partidos que comulgan con el dogma neoliberal, causa mayor de la crisis. Y así conocemos el programa-catecismo neoliberal de esos partidos que nos quieren gobernar. Es diáfano. Más contratos laborales temporales (en detrimento de los fijos), supresión o reducción de la negociación sindical colectiva (que protege a los trabajadores), manga ancha para despedir sin costes o con costes muy bajos, despidos masivos de empleados públicos, rebajas de impuestos sobre los beneficios de las empresas, rebajas del impuesto sobre rentas del capital invertido (aunque sea especulativo), masiva privatización de empresas públicas (correos, transporte público), privatización de servicios del Estado aunque sean derechos humanos esenciales (sanidad, educación, protección social)...
 
No es un rumor. Lo sabemos porque lo vemos. En Gran Bretaña, el gobierno eliminará medio millón de empleos públicos, rebaja 20.000 millones de euros en partidas sociales, aumenta las tasas universitarias, recorta el acceso a viviendas sociales, mantiene el deterioro de la sanidad pública con más recortes y reducirá en 500.000 el número de quienes tienen derecho a pensión por incapacidad (enfermos de esclerosis múltiple, con trastornos mentales...).
 
En España, rebajan salarios de los funcionarios, congelan pensiones, desprotegen a los trabajadores con una reforma laboral, recortan partidas sociales, privatizan... En Francia, más de lo mismo. Y más de lo mismo en Italia, Portugal, Grecia... Sabemos sin error lo que significa la política neoliberal. Y, sin embargo, se vota y se da el gobierno a los partidos que adoran y aplican tal política.
 
En una de las zonas de España con gobierno autónomo, Cataluña, ha habido elecciones de diputados al parlamento autonómico. Ha vencido, cercana a la mayoría absoluta, una federación de dos partidos neoliberales, Convergencia i Unió. Y lo citamos aquí, siendo tan local, por ser esclarecedor ejemplo y botón de muestra de la sinrazón ciudadana de nuestros días.
 
CiU, siglas de dicha federación política, ha gobernado Cataluña durante veintitrés años hasta hace siete. Y así logró que Cataluña tuviera uno de los gastos públicos sociales más bajos de la Unión Europea, semi-privatizó la sanidad y la educación... Y ahora el analista Jordi García Soler ha recordado que Irlanda ha sido el modelo confeso de CiU. Uno de los ideólogos de esta conservadora federación escribió que “Cataluña debería observar el milagro económico irlandés con mucha atención, porque enseña el camino de cómo un país puede encontrar prosperidad y modernidad sorprendentes”. Prosperidad y modernidad. Veamos.
 
Irlanda, como han escrito los profesores Navarro y Torres, era el discípulo europeo aventajado del FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo. El país europeo con menos impuestos sobre el capital, menos gasto público y social, mayor privatización de servicios públicos, mercado de trabajo más desprotegido, mayores ayudas a la banca... Pero también el país de la zona euro con mayores desigualdades sociales; un país cuya economía, según Paula Clancy, directora de Action on Social Change de Irlanda, controlan treinta y nueve individuos cuyo centro de poder es la banca.
 
Irlanda, cuyo proclamado éxito se medía por el incremento vertiginoso del PIB, pero no por la disminución de desigualdades o el bienestar de los ciudadanos. Un país que nos permite comprobar las consecuencias reales de la austeridad neoliberal, un país que aprobó antes que nadie un duro programa de recortes, mientras ponía a disposición de bancos en ruinas decenas de miles de millones de euros...
 
Y, tras la orgía neoliberal, el rescate. Juan Torres nos recuerda que ahora la Unión Europea exige a la modélica Irlanda (contra lo celebrado y aplaudido hasta hace nada) que suba los impuestos para poder devolver el dinero que le presta. Por cierto, a un interés muy superior al del dinero que se entrega a la banca especuladora.
 
Pues bien, los millones de votantes catalanes (un pequeño país dentro de España en el extremo sudoeste de Europa), no salen a la calle para exigir enfrentarse de verdad a la crisis, pero dan el gobierno a una federación cuyo neoliberal modelo es Irlanda.
 
Uno empieza a temer que tenemos lo que nos merecemos.
 
- Xavier Caño Tamayo es Periodista y escritor
https://www.alainet.org/en/node/145990
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