Infinitas son las posibilidades de la Integración

La diplomacia del Sur es una realidad

01/09/2010
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Los países de UNASUR conformaron una Secretaría Técnica que asistirá a Haití. Un nuevo escenario regional con proyecciones globales. En el centro de atención, la nueva América del Sur.
 
En otro contexto y en otra época podría hablarse de invasión. No sería la primera vez en la historia que algún país se aprovecha de la debilidad de otro para fijar presencia en su territorio al solo efecto del saqueo. Sin embargo, en el caso haitiano, la actitud de la UNASUR da pie para creer en una realidad distinta.

UNASUR como nuevo sujeto de política regional fue potenciado desde la asunción del ex presidente argentino Néstor Kirchner al frente de Secretaría General. La resonancia de la gestión emprendida fue de tal magnitud que el propio gobierno de Estados Unidos no tuvo más remedio que hacerle llegar su reconocimiento. 

Para despejar cualquier duda, el flamante titular de la secretaría técnico-política de la UNASUR en Haití, Rodolfo Mattarollo lo expresa con claridad: “nuestra acción es respetuosa de la independencia y la soberanía haitiana".

Matarollo cuenta con una extensa trayectoria en materia de Derechos Humanos -desempeño funciones en la ONU y otros organismos internacionales- y será la cabeza directora de la Secretaría Técnica y Política de la UNASUR, que desde el 31 de agosto funciona en Puerto Príncipe.

La Secretaría Técnica y Política está integrada por representantes de Brasil; Argentina; Venezuela; Chile y Ecuador y deberá coordinar los aportes del bloque en la reconstrucción haitiana. 

En esta tarea se ha fijado como urgente motorizar el envío de los 100 millones de dólares de ayudas que Sudamérica se comprometiera a aportar –restan aún 30 millones- sin perjuicio de otros 200 millones adicionales que podrían gestionarse durante su presidencia.

Parte del dinero será utilizado para financiar el programa “Pro-Huerta”, iniciativa que desde Argentina fuera ideada por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y que cuenta ya con el apoyo de los gobiernos de Japón y Canadá.

El Programa Autoproducción de Alimentos Frescos o Pro-Huerta, está basado en los principios de la agricultura orgánica y va dirigido a una población en condición de pobreza, que enfrenta problemas de acceso a una alimentación saludable, promoviendo una dieta más diversificada y equilibrada mediante la autoproducción en pequeña escala de alimentos frescos por parte de sus destinatarios. El conjunto de prestaciones brindado se concreta en modelos de huertas y granjas orgánicas de autoconsumo a nivel familiar, escolar, comunitario e institucional.

El aporte monetario de la UNASUR ha sido refrendado por el presidente Pro tempore del organismo -el mandatario ecuatoriano Rafael Correa- quién aseguró que el organismo regional pretende “inaugurar una nueva forma de cooperación Sur-Sur, con la conciencia plena que los protagonistas de la reconstrucción de Haití no son los cooperantes, es el pueblo haitiano".

Correa y el presidente de Haití, René Preval, acordaron que la UNASUR también contribuirá con el Plan de Acción diseñado por el gobierno haitiano para la reconstrucción de la infraestructura urbana y productiva; reducir la vulnerabilidad de la población y consolidar las capacidades de respuesta frente a las inundaciones y huracanes. También se contemplan ayudas para reforzar las instituciones democráticas en el proceso de reconstrucción del país.

La participación de UNASUR llega a Haití en momentos en que la situación continúa siendo de emergencia nacional y en el que la ayuda internacional prometida –10 mil millones de dólares en cinco años- no llega completa ni con la celeridad que la situación requiere.

Esta demora ha impedido la adopción de medidas concretas para salir del estado de emergencia que azota al país desde el terremoto del 12 de enero.

Según datos aportados por el primer ministro haitiano Jean-Max Bellerive, en Haití todavía hay 700 mil personas en la calle, de un millón que quedó a la intemperie como consecuencia del terremoto.

Si bien la comunidad internacional se comprometió a enviar partidas de dinero para la ejecución de planes de reconstrucción, sólo una pequeña fracción ha sido efectivamente entregada.

Debe recordarse que expertos en evaluación de desastres naturales de la ONU y de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) consideraron después del sismo que se necesitarían unos 8 mil millones de dólares, solo para llevar al país al estado –paupérrimo- que tenía antes de la catástrofe.

Es posible que la justificación de los retrasos se encuentre en el estado deficitario de las economías occidentales. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea se encuentran sumergidos en una crisis financiera que parece profundizarse con el correr del tiempo y cuya salida aparece lejana.

Según datos suministrados por el ministro de Economía de República Dominicana, Temístocles Montás, sólo 11 de 29 proyectos iniciales de ayuda cuentan hoy con financiación asegurada, por un monto de 625 millones de dólares.

Los planes restantes sólo tienen respaldo monetario parcial o nulo a pesar de las promesas efectuadas por la comunidad internacional -en los encuentros celebrados en Nueva York y Punta Cana- de desembolsar como ayuda 5.300 millones de dólares durante 18 meses

Esta situación realza el compromiso solidario adoptado por la UNASUR en el sentido de fijar presencia frente a la adversidad y el abandono internacional que padece el pueblo haitiano.
 
APM | Agencia Periodística del Mercosur | http://www.prensamercosur.com.ar/apm
Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
 
https://www.alainet.org/en/node/143940

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