El acto central para conmemorar el 1° de Mayo en Nicaragua, se ha transformado en los últimos años en una actividad de gobierno, a la que participan las principales federaciones y confederaciones sindicales afines al gobierno sandinista y la ciudadanía en general. Muchos son los y las jóvenes, con sus banderas, mantas y consignas, bailando y cantando las canciones testimoniales de la Revolución sandinista, y los temas históricos de la lucha latinoamericana.

 

Una tarde de alegría en la que la gente no acostumbra esperar grandes anuncios por parte del presidente Daniel Ortega, sino un momento para sentirse parte de un proyecto y de un proceso en marcha, aunque en medio de una situación y crisis política y económica complicada, cuyas perspectivas no dejan de generar cierta preocupación.

 

No obstante, este 1° de Mayo ha sido algo diferente, algo que las decenas de miles de asistentes al evento no esperaban.

 

No hubo espacio para los discursos de los principales dirigentes sindicales, acostumbrados a arengar las masas. Solo el Presidente de Nicaragua habló. Fue directo al grano y en menos de una hora, finalizó la actividad que se desarrolló en la rebautizada Plaza de las Victorias, en la céntrica Carretera a Masaya, el corazón comercial de Managua.

 

Después de haber fustigado las "nuevas políticas de dominación y opresión" implementadas por los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea, a través de la imposición de Tratados de libre comercio, Tlc, o Acuerdos de asociación, AdA, en los que "no quieren dialogar, sino sentarte y obligarte a aceptar sus propuestas", el presidente Ortega anunció importantes reajustes salariales, en el marco de “un espíritu de restitución de derechos”.

 

Un bono de 529 córdobas (25 dólares) mensuales, con mantenimiento de valor, a partir del mes de Mayo, que será el doble en diciembre integrándolo al aguinaldo, beneficiará a más de 120 mil trabajadores y trabajadoras de los sectores de la educación, salud, policía, ejército y otros entes públicos.

 

Además, aseguró el subsidio para el sector transporte, garantizando de esa manera el mantenimiento de las actuales tarifas urbanas e interurbana para más de 2 millones de nicaragüenses. Y el subsidio energético para todas aquellas familias que consuman menos de 150 Kw. mensuales (730 mil familias no se verán afectadas por el alza energética que se dará a partir del mes de Mayo).

 

Millones de dólares no presupuestados que saldrán de los fondos ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) y que ya desataron las acostumbradas críticas de una oposición, nacional e internacional, que en lugar de hacer propuestas alternativas prefiere seguir con sus campañas de miedo y terror, presentando al mundo un futuro negro y apocalíptico para el país.

 

 

Y no es que este gobierno no haya tenido sus contradicciones y sus lados obscuros. El cambio repentino en los últimos meses de ministros y directores de entes y empresas públicas, en sectores sensibles como la educación, salud, agua y combustibles/energía, son una señal clara.

 

Así como también la actitud reacia a hablar y a transparentar el flujo de dinero que se origina de la venta del petróleo venezolano, principal fuente económica para los proyectos sociales del actual gobierno.

 

O el delicado tema de la reelección presidencial y el nombramiento de 25 altos cargos de poderes e instituciones del Estado, que en las semanas pasadas generaron fuertes conflictos en la capital y que dan una idea de lo que le espera al país a lo largo de este año pre electoral y en el 2011.

 

Este 1° de Mayo, el presidente Ortega necesitaba dar una señal clara a la población, tratando de contrarrestar con más medidas concretas la propaganda negra de la oposición (es indudable que este gobierno, en medio de una crisis económica sin precedentes y un constante acoso político, haya hecho cosas importantes para los sectores más marginados del país).

 

Una fecha que se conmemoró en medio de ataques indiscriminados de los sectores que adversan al gobierno.

 

Datos sin fuentes y no contextualizados sobre desempleo, aumentos de tarifas y de los índices de pobreza, titulares de periódicos y programas de televisión apocalípticos sobre las condiciones del país y de los trabajadores, marchas de maestros pidiendo mejores salarios (esas mismas organizaciones magisteriales que firmaban aumentos ridículos al salario mínimo durante los gobiernos de Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños).

 

También, reuniones entre la autodenominada sociedad civil y la embajada norteamericana. Esa misma embajada que, después de haber anunciado la suspensión del programa de la Cuenta del Milenio, ahora amenaza con suspender los proyectos de USAID si el gobierno no transparenta la ayuda venezolana, incluyéndola en el Presupuesto de la República.

 

Y si eso fuera poco, las bancadas de la oposición en la Asamblea Nacional, incluyendo al Mrs (Movimiento Renovador Sandinista) y cuatro de los siete miembros de la Junta Directiva de ese poder del Estado, enviaron una carta al secretario general de la Oea (Organización de los Estados Americanos), José Miguel Insulza, apelando a la Carta Democrática Interamericana y pidiendo una intervención inmediata de esta organización, por "la alteración del orden constitucional que afecta gravemente el orden democrático en Nicaragua".

 

Ante esta situación y la persistente conducta injerencista de gobiernos extranjeros, el presidente Ortega remarcó en su breve discurso la necesidad de que los países latinoamericanos se unan.

 

"Los pueblos han despertado y se están uniendo", para contrarrestar "estas nuevas formas de dominación y opresión que están creando los gobiernos de Estados Unidos y Europa, a través del comercio", concluyó Ortega al solidarizarse con los trabajadores y trabajadoras que en el mundo luchan por el trabajo.

 

- Giorgio Trucchi - Lista Informativa "Nicaragua y más"