La violencia de la palma aceitera

09/03/2010
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  • Opinión
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El monocultivo de palma africana o aceitera, cuyo aceite se usa para hacer una variedad de productos que van desde cosméticos hasta biodiesel, viene acompañado de masiva destrucción de la biodiversidad y violencia, como demuestran casos en Colombia y Honduras. "El aceite o biodiesel de palma africana tienen la violencia como aditivo", informa la organización sindical Rel-UITA. "La depredación ambiental, la represión a las comunidades indígenas y campesinas, y el antisindicalismo son algunas de las huellas de la identidad violenta del cultivo industrial de palma africana."
 
Recientemente 185 de los 200 trabajadores de la finca de palma Palo Alto en Colombia optaron por afiliarse a un sindicato, y fueron reprimidos a balazos por mercenarios. "Dispararon a cara descubierta, desafiantes, desde la arrogancia de quien sabe que en Colombia la impunidad alimenta las armas y la cacería de sindicalistas está abierta todo el año." En 2009 fueron asesinados 37 dirigentes sindicales en Colombia, ese año siete de cada diez sindicalistas asesinados en el mundo fueron colombianos.
 
Los trabajadores reclaman el pago de salarios, primas, cesantías, los intereses de esas cesantías, el subsidio familiar y siete años de cotización al seguro social.
 
"Estos esclavos modernos ganan en promedio 230 dólares, unos 30 dólares por debajo del salario mínimo. Según la Central Unitaria de Trabajadores, en Colombia se necesitan dos salarios mínimos para que una familia no se muera de hambre", denuncia Rel-UITA. "Es muy difícil entender cómo en esas condiciones feudales de trabajo y de extrema violencia, el desarrollo de la Palma Africana favorecerá el progreso de la gente y de su calidad de vida, como lo afirma el presidente Álvaro Uribe. La Palma Africana, en Colombia y el resto del mundo, lo único que reparte, hacia abajo, es violencia y pobreza."
 
"No hay cultivo que haya desplazado más campesinos en Colombia que la Palma Africana. Es el 'napalm' del Plan Colombia: quemando la selva, quemando la gente y a todo derecho... Uribe quiere que Colombia sea en 2020 'la Arabia Saudita del biodiesel'. Nos lo imaginamos: un gran desierto, una monarquía oligárquica y un marketing millonario llamando a utilizar los 'bio-combustibles' colombianos para salvar al planeta."
 
Una situación similar ocurre en la región del bajo Aguán en Honduras, donde hay un violento conflicto agrario en una plantación de palma africana de más de 20 mil hectáreas de extensión. El ex-presidente constitucional Manuel Zelaya había tratado de resolver el conflicto mediante un decreto legislativo y negociaciones entre las organizaciones campesinas, los empresarios y el Instituto Nacional Agrario.
 
Pero el golpe de estado en 2009 puso fin a las negociaciones. El Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA) se hizo cargo entonces de la lucha por recuperar las tierras usurpadas por los empresarios, quienes habían participado del derrocamiento de Zelaya.
 
"Con el apoyo solidario de la Resistencia, los integrantes del MUCA iniciaron la recuperación de esas 20 mil hectáreas y fueron víctimas de tres desalojos violentos por parte del Ejército y la Policía, que dejaron un saldo de varios heridos", informa Rel-UITA. "Pese a la represión sistemática, el MUCA sigue firme en la defensa de sus derechos sobre las tierras en conflicto, denunciando al mismo tiempo las continuas violaciones a los derechos laborales de los trabajadores en las plantaciones de Palma Africana y la situación de extrema pobreza en la que vive la población de la zona."
 
"Los monocultivos sustituyen bosques tropicales u otros ecosistemas, provocando una grave deforestación, que trae aparejada la pérdida de biodiversidad, inundaciones, el agravamiento de las sequías, la erosión de suelos, la consiguiente contaminación de los cursos de agua y la aparición de plagas por la ruptura del equilibrio ecológico y cambios en las cadenas alimentarias; además pone en peligro la conservación del agua, de los suelos, de la flora y de la fauna", dice una declaración internacional en contra del monocultivo de palma africana, endosada por sobre 250 organizaciones de sociedad civil del mundo entero. "La degradación de los bosques disminuye sus funciones en materia climática y su desaparición afecta a la humanidad en su conjunto."
 
"Actualmente la deforestación en el mundo es la segunda fuente de contribución a los niveles crecientes de dióxido de carbono en la atmósfera. La expansión de los monocultivos de palma aceitera se ha hecho en muchos países a costa de la degradación y quema de las turberas así como de la deforestación."
 
FUENTES:
 
Gerardo Iglesias- Rel-UITA. "Palma africana y derechos humanos: el agua y el aceite" 11 de febrero 2010. http://www.rel-uita.org/sindicatos/palo_alto/el_agua_y_el_aceite.htm
 
Giorgio Trucci. "Palma ensangrentada", 12 de febrero 2010. http://www.rel-uita.org/agricultura/palma_ensangrentada.htm
 
Salva la Selva. Declaración internacional en contra del 'maquillaje verde' de los monocultivos de la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible. 13 de octubre 2008. http://www.salvalaselva.org/news.php?id=1067
 
Para más información:
 
- Carmelo Ruiz Marrero es un periodista ambiental independiente y analista ambiental del Programa de las Américas del CIP (www.ircamericas.org), un becado (fellow) del Oakland Institute y (senior fellow) del Environmental Leadership Program, además de fundador y director del Proyecto de Bioseguridad de Puerto Rico (bioseguridad.blogspot.com). Su página web bilingue (carmeloruiz.blogspot.com) está dedicada a asuntos globales de ambiente y desarrollo.
https://www.alainet.org/en/node/139908
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