Las tragedias del 11 de septiembre en Chile y USA tienen los mismos autores

13/09/2009
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Vietnam, Irak, Honduras, las bases en Colombia, son partes de una estrategia: la conquista, el enriquecimiento, la permanencia, del conjunto de las burguesías mundiales capitaneadas por el imperio.
 
En este momento Afganistán, vía de petróleo, está invadido por unos cuarenta países y cien mil soldados.
 
La destrucción del proceso revolucionario que encabezaba Salvador Allende fue obra de Washington con los capitalistas y militares locales y regionales. Había que matar al Presidente y a todos los consecuentes. Lo mismo que hicieron en otros pueblos de América Latina.
 
No escapan a ser víctimas los propios norteamericanos. (1) Hay serios indicios que los ocupantes de las Torres Gemelas de Nueva York fueron sacrificados por el petróleo iraquí y el argumento para intervenir junto con los socios desarrollados, en cualquier lugar del mundo persiguiendo terroristas. Un alto funcionario de Obama lo dijo y debió renunciar por la presión del poder real norteamericano, que no se molesta en explicar por qué se encontró nano-thermite, un explosivo que se usa en demoliciones controladas, en el polvo que dejaron los edificios, no se vieron los restos del avión que habría impactado al Pentágono, o hablaron por celulares con familiares pasajeros secuestrados cuando no existía la tecnología para esa comunicación…  
 
La vida de civiles asesinados por su propio estado serviría de pretexto para avanzar hacia la dictadura. El 11-S permitió la Patriot Act que faculta para encarcelar por tiempo indefinido sin acusación, defensa, juez, conocimiento de la familia, ni habeas corpus, en lugares desconocidos.   
 
Ese ataque sospechoso justifica también el año 2007 una legislación con anexos secretos, que por seguridad da al presidente la potestad para asumir el control de los otros dos poderes del Estado en caso de una “emergencia catastrófica” determinada por él mismo.
 
El plan de los capitalistas corporativos es prepararse para el futuro caos que significarán el cambio climático, las grandes migraciones, las revueltas populares, el aumento de la población, la falta de agua, de comida, de minerales…  
 
Es la determinación de que puedan morir o padecer la falta de lo indispensable millones de personas, menos los ciudadanos privilegiados de los países ricos.
 
Su estrategia para que los combustibles, minerales, campos de cultivo, selvas, queden bajo su dominio, a cualquier precio, incluso el dolor de los suyos que no sean inmensamente ricos.  
 
La única salida humanista es la que defendían Allende y el pueblo que lo acompañaba: el control de la economía por el estado para lograr la sustentabilidad, la solidaridad y la cultura para todos. El socialismo.
 
Las víctimas de Nueva York ni siquiera tuvieron el consuelo de morir por un ideal mejor. Pero el pueblo norteamericano debe ir aprendiendo de qué es capaz el poder que lo somete, de matar a los Kennedy, invadir territorios, bloquear a Cuba, dejar millones de muertos en Asia y África, lanzar dos bombas nucleares sobre ciudades civiles… Ningún presidente puede detener esas tragedias criminales sin la presión, conciencia, organización y lucha de sus pueblos.
 
Allende y miles de sus compañeros fueron asesinados, pero la necesidad de su meta revolucionaria vive en espera del futuro. Los capitalistas están en el poder ahora. Es posible que no sea por siempre. Depende de los socialistas y los pueblos.     
 
- Rómulo Pardo Silva, www.malpublicados.blogspot.com
 
Notas
 
1. Ver Entrevista con el profesor de filosofía del derecho José Luis Gordillo sobre el 11-S, "Lo más prudente es pedir una nueva investigación, pero la hipótesis más plausible es la del golpe de Estado" Salvador López Arnal http://www.rebelion.org/noticia.php?id=91207
https://www.alainet.org/en/node/136338?language=es
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