Del Alca a las Bases: nueva estrategia de EEUU para Iberoamérica

29/09/2005
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(Transcripción literal de la conferencia dictada por la Dra. Ana Esther Ceceña en el Siese, Córdoba, Argentina, el 3 de septiembre de 2005, Seminario Iberoamericano de Estudios Socioeconómicos “Manuel Ugarte”)

Un gusto estar con ustedes. Me pidieron que hablara sobre la nueva situación en que se encuentra América Latina desde el momento en que las políticas que vienen de Estados Unidos - la manera como se está organizando para consolidar su hegemonía en el mundo- es una manera militarizada, mucho más que anteriormente, que lleva a reforzar las políticas que históricamente ha tenido Estados Unidos en este continente y que hoy parecen insuficientes como para garantizar el control que ellos pretenden, por lo que se pasa a la utilización mucho mayor de mecanismos militares. Y esto es así a partir del momento en que el mercado empieza a ser insuficiente para garantizar ese control. Ese momento se relaciona con los rechazos activos a planes económicos como el ALCA, el Plan Puebla-Panamá, y algunos otros bilaterales o regionales que se estaban tratando de echar a andar, y que en el momento en que son rechazados imposibilitan el paso tanto de inversiones, como la garantía de esas inversiones y también imposibilitan la monopolización relativa de estos territorios por parte de las empresas norteamericanas. Se plantea como un problema a la competencia mundial, pero también se plantea como un problema de disciplinamiento mundial frente a las poblaciones que están rechazando estos planes y rechazándolos a tal punto que logran detenerlos.

El Plan Puebla-Panamá fue uno de los primeros que recibieron ese rechazo y fue muy interesante porque se lanza como un gran proyecto supuestamente del gobierno mexicano -cuando asume la presidencia Vicente Fox- pero que, a pesar del bombo con que se echó a andar, fue un proyecto que nunca pudo funcionar, fue un plan que estaba casi hueco y que incluso los gobiernos centroamericanos se resistían a aprobar, pero por supuesto mucho menos todas las poblaciones que estaban en la zona, poblaciones casi todas ellas indígenas, para quienes el Plan Puebla-Panamá implicaba que les iban a construir carreteras en sus territorios, que iban a hacer represas, una serie de instalaciones de infraestructura que realmente iban a dañar sus condiciones de vida, a veces en comunidades que vienen de tiempos ancestrales. No estuvieron dispuestos a aceptarlo y junto a ellas, mucha de la población no indígena o mestiza de todas estas regiones, que sintió también que bueno, era realmente casi un ataque en despoblado, porque daba todas las garantías a los inversores y ninguna garantía a los países receptores. Ese plan se rechaza y se rechaza después de manera muy activa también el ALCA, se logra organizar una campaña en todo el continente en contra del ALCA y empiezan a tener problemas para avanzar en las negociaciones, se empieza a detener, no se firma cuando se quería firmar, y demás. Ahora, por ejemplo, se está tratando de reactivar otra vez la reunión, pero no es algo que esté resultando fácil. Estados Unidos, frente a esto, que eran sus proyectos de articulación continental en la medida en que piensan este continente como su plataforma de presentación ante la competencia mundial, es decir, su plataforma frente a la Unión Europea, al mundo asiático o a posibles competidores en el mundo –China como uno de los potenciales países hegemónicos que tiene al frente- lo que hace es decidir que tenía que usar otros mecanismos y esos otros mecanismos tienen que ver, por un lado, con garantizar para ellos el acceso a los recursos que hay en nuestro continente: el uso de estos recursos, el control o monopolización de esos territorios, y demás; por otro lado, con el disciplinamiento de las poblaciones que están rechazando estos planes, es decir, con el establecimiento de nuevas reglas, de nuevas leyes, de sistemas normativos distintos que tienden a plantearse como sistemas supra-nacionales en muchos casos. Es decir, siguiendo el esquema que estaba pensado con el ALCA, se pasa a acompañar los tratados de libre comercio -que son comerciales y de inversiones- con tratados de seguridad que acompañan a éstos y los garantizan. Hace algunos años ya, en la reunión de la CEA que tuvo lugar en México, Collin Powell decía muy claramente que no puede haber un tratado comercial si no hay antes un acuerdo de seguridad que garantice que las rutas van a ser bien cuidadas. Entonces, ese esquema lo están aplicando en todos los casos, y dicen bueno, allí donde se están estableciendo acuerdos -por ejemplo, bilaterales de inversiones- tiene que haber simultáneamente un complementariedad o el establecimiento de sistemas normativos compartidos, para garantizar que en cualquiera de los casos en que las inversiones se pongan en riesgo, se tengan los elementos para destrabarlas o echarlas a andar. Y entonces se pasó a un momento en que la militarización repunta nuevamente en el continente, que es un momento que, hay que señalar, coincide pero se adelanta al ataque de las Torres Gemelas. Si los planes de reordenamiento territorial, o de diseño de las redes de control militar del territorio, por lo menos de este continente, son anteriores al ataque de las Torres Gemelas, se aceleran con este ataque, porque este ataque sirve de justificación para legitimar aquello que no era fácil de establecer. Desde ese momento, se empieza a pensar en términos de cómo subdividir regionalmente el continente, cuáles son las problemáticas distintas de las regiones y como combinar maneras de utilizar estos planes, pero compartiendo el control con ejércitos de la región o con cuerpos de seguridad de la región, incluso modernizando estos cuerpos de seguridad.

Dentro de las regiones en que se establecieron, hay una muy importante que abarca todas las islas del Caribe que llegan a Venezuela, y de ahí subirían hasta México, por Centroamérica y que rodean el golfo de México. Ésta no está totalmente a cargo del Comando Norte que se estableció a partir del 11 de Septiembre, pero casi está dentro de él. Tiene una parte de las islas del Caribe nuestra, pero la lógica que tiene es la de la garantía del homeland, o sea, del territorio propio y del cuidado de la región de América del Norte. A partir de ahí, pasando al Cono Sur, va a haber una región que muy claramente se ha establecido, desde hace ya tiempo, pero que en el ´99 pasó a cobrar una nueva importancia, y que es la de la Cuenca amazónica con el eje en Colombia. Y a partir del momento en que se firma el Plan Colombia, es el momento en que se reorganiza toda esta región en torno a un eje en el que ellos logran colocar bases militares, tropas, tener presencia directa y activa en la organización incluso de los ejércitos de la zona. Y habría una tercera región, un poco más descuidada en estos tiempos, que es a la que hoy se le está dando mucha atención, que es la de Cono Sur. Por el Cono Sur estoy pensando en Chile, Bolivia, Argentina, Uruguay y Brasil. En la del Plan Colombia, evidentemente quedan incorporados Perú y Ecuador, Venezuela como punto y como amenaza y un poco Brasil. Pero la del Cono Sur estaba un poco menos trabajada, porque claro, el punto central del continente estuvo establecido en Colombia. Es decir, Colombia fue el primer eje continental que tuvo la militarización norteamericana, a partir de ahí se reforzaron el del Caribe y Centroamérica, y ahora el de la región Sur.

La región Sur tiene el eje, desde mi punto de vista, en Paraguay. Y creo que es muy claro hoy en día que en Paraguay es donde se ha logrado avanzar con políticas como las de la inmunidad de las tropas, que ya estaban desde antes, pero que hoy se refuerzan con las leyes antiterroristas, las leyes de detención a testigos, todas estas cosas que van al lado de la inmunidad y de la impunidad de las tropas y que hacen de Paraguay nuevamente, como en la época del Plan Cóndor –pues está en el centro geográficamente- digamos un centro muy importante de organización, de control, de disciplina local en esta región. Paraguay es también centro de la región en términos del aprovechamiento de riquezas naturales muy importantes, pues está al lado de la zona sur de Bolivia, donde están los energéticos bolivianos tan cotizados en los que tienen tanto interés en llevarlos hacia la zona de California, en Estados Unidos; está el acuífero guaraní, acuífero muy importante, muy grande, que tiene capacidad para alimentar a 360 millones de personas durante 100 años, dándoles 300 litros diarios de agua por persona. Es decir, es enorme realmente, es un acuífero que además se rellena, no es que se terminó el agua y se terminó, sino que en la medida en que no avancen todos los procesos de destrucción de las fuentes que lo alimentan, tendería a mantenerse con un uso racional, suministrar agua casi permanentemente a la población de América del Sur por lo menos.

Está Brasil del otro lado, que es un punto de interés muy importante y particular porque en este momento, por supuesto, mantienen una buena relación con Lula, que ha aceptado un montón de acuerdos y de reglas establecidas por los Estados Unidos. Pero es un país en el que el ejército de Estados Unidos no ha logrado hasta ahora hacer ejercicios militares, el ejército brasileño no lo ha permitido. En cambio, en el resto de los países latinoamericanos sí se les ha permitido -Argentina incluida- hacen ejercicios militares permanentemente. Desde el ´86, por lo menos en Paraguay y en la zona que baja por el río Paraguay y Paraná, hacia Argentina, en la zona de Zárate hay ejercicios militares constantemente, y los hay también en las costas, que son muy importantes para estos propósitos, porque son las que dan como la última envoltura del control militar. Vamos a tener una situación aquí en el Cono Sur en la que, con un eje en Paraguay, se organizan una serie de acciones y de posicionamientos de bases, de construcción de pistas de aterrizaje y demás. En Paraguay ya hay por lo menos cinco, la de Asunción se usa, pero además la pista “Mariscal Estigarribia” -que parece que casi se acaba de inventar hoy según algunos periodistas- tiene ya mucho tiempo funcionando como una gran pista en la que además, pueden aterrizar aviones de gran tamaño, como el B-52. Esa lleva rato siendo usada, y hay otras pistas que son un poco más pequeñas, pero que sirven para aviones militares, que están pegadas a la frontera con Brasil y Argentina, es decir, están establecidas de manera estratégica, tocando los puntos de agua más importantes y las fronteras más importantes con Brasil y Argentina. Pero además de esto, hay en la zona de Zárate, en Argentina, también desde hace por lo menos 5 años -que es lo que he estado trabajando muy meticulosamente- ejercicios militares constantes en toda la región, que además suben y bajan por el río, y son ejercicios militares muy interesantes porque han ido trabajando como en un programa evolutivo.

Los primeros ejercicios que se hacen son en las escuelas militares directamente, llevando, por ejemplo, estudiantes de los ejércitos de esta región hacia algunas escuelas de Estados Unidos. Allí hacen simulaciones de, por ejemplo, emergencias, desastres, algunas cosas así, como para empezar a trabajar en grupo y luego se van haciendo poco a poco en la misma región, en terreno. Y van siendo cada vez más complicados. En un caso, es llegar al lugar, reconocerlo. La siguiente vez, se supone que ya se reconoció y entonces se trata de ver cuáles son los problemas que tiene la población del lugar, y en el siguiente caso -todas son simulaciones- pensar que en este lugar la población toma, por ejemplo, la represa de Itaipú y la bloquea, y entonces, qué se haría en un caso así, cómo actuarían las fuerzas de seguridad y militares, y demás. Ese tipo de ejercicios se están haciendo constantemente en la zona, y bueno, son ejercicios que apuntan a un interés que me parece que es muy claro, y es el de tener un control muy seguro sobre los recursos de esta región. Y un control muy seguro en términos de las amenazas que está planteando la población, que de repente dice que los recursos son de la nación y los quieren para ellos. Junto con esto se ha trabajado, como les decía, en leyes antiterroristas, y estas leyes son complicadas en el sentido de que establecen que el problema no es un culpable, sino un sospechoso. Es decir, en las leyes antiterroristas se admite que el rango de operación de la ley va hacia el sospechoso, que puede incluso resultar completamente inocente. Ese tipo de reglamentaciones se establecen también en las operaciones de paz, como la que está en Haití hoy en día, operaciones que llegan con instrucciones de -en caso de que pueda haber un sospechoso que les parezca amenazante- pues dispararle, y son los reglamentos que se les entregan a los ejércitos de los países latinoamericanos que van a formar parte de estos cuerpos de paz. Lo mismo está estableciéndose en las leyes antiterroristas. Cabe decir que no todos los países las han querido firmar, pero que la mayoría tienen firmados ya varios convenios antiterroristas, si bien no todos llegan a este nivel, el de Paraguay sí y el de Argentina también.

Los que se refieren a la Triple Frontera están en estos términos, porque se considera una frontera muy peligrosa, y yo creo que es una frontera sobre todo muy interesante, por los recursos que están allí, pues es una frontera que está sobre el acuífero guaraní. Y porque además, el tratamiento de frontera como “frontera peligrosa”, permite pasar a un nivel superior de la legislación, que es el nivel de las legislaciones supranacionales, y entonces se está promoviendo una legislación supranacional que tiene que ver con la gestión de los recursos transfronterizos -en este caso, el agua- y que por supuesto, estaría por encima de las leyes nacionales que dicen que los recursos estratégicos de la nación son para los nacionales, etc, y que permitiría allí la inversión privada incluso de empresas que no sean de la región misma, es decir, de transnacionales. Por otro lado, en el caso del control de población, permitiría pasar también a legislaciones superiores a las nacionales que permitan incluso crear zonas como “de excepción” en las fronteras relacionadas con las leyes de inmunidad de tropas, y que de esta manera, funcionar a esas tropas sorteando los problemas de las legislaciones particulares para el tratamiento de sospechosos.

Bueno, en el caso que tiene que ver con la militarización, creo que estamos enfrentando un problema muy serio en América Latina, que pasamos a ser parte de esa lista de sospechosos y a perder derechos civiles y humanos en nuestros propios países. Todo esto motivado por la necesidad que tienen los Estados Unidos de defender sus intereses vitales –esa es la misión de sus ejércitos en Latinoamérica- dentro de los cuales está la de garantizar el acceso irrestricto a los recursos naturales, donde quieran que estén, en la medida en que les son necesarios para mantener sus condiciones hegemónicas. Así está establecido en los documentos del Departamento de Defensa, en los documentos del Departamento de Estado, y ha sido avalado por la ley patriótica, que incluso establece este tipo de reglas dentro del propio territorio de Estados Unidos.

El Cono Sur es una región muy rica, pero es una región que además geo-estratégicamente es muy importante porque es la punta del continente. Y una punta que, si lo pensamos en términos de movilidad militar o de tropas, permite un radio de acción mayor que el que implicaría trasladar una tropa por tierra, atravesando la parte sur del continente. La punta es una posición de por sí muy importante, pero además esa punta está al lado de la Antártida, que da esa misma característica pero en dimensión mundial. Además la Antártida misma es un lugar de riquezas muy grandes, un polo magnético, un concentrador de metales, de fósiles, de historia de la evolución de la vida en la tierra, con mucha riqueza en agua dulce, mucho más incluso que la que hay en lagos y ríos sobre tierra firme, y el polo que más agua tiene es el del sur y no tanto el del norte. Entonces, la Antártida también es una posición que interesa mucho y además es otro de los canales de paso de un océano a otro. Yo como canales de paso vería tres posiciones estratégicas: la de la punta, la del canal de Panamá y otra que es un canal natural que también hay en México, en el istmo de Tehuantepec, y que está en la zona del golfo de México, que es una zona petrolera, selvática, muy rica en recursos estratégicos, pegada a donde está el levantamiento zapatista, por cierto.

Así está más o menos la situación del despliegue militar que hay en este momento. La visita de Bush próximamente para la Cumbre de presidentes en Mar del Plata, está sirviendo como elemento de presión ante muchos de los países del sur para garantizar condiciones de seguridad para la visita de los presidentes, sobre todo la de Bush, y están presionando muy fuerte para incluso incrementar este tipo de medidas. La inmunidad se ha pedido no solamente en Paraguay, sino que se ha pedido en Argentina, en Perú, en Bolivia. Bolivia es un caso que les interesa muchísimo, porque es un caso paradigmático en términos de movilización, de organización de la población en la defensa de sus recursos y en la defensa de sus propias formas de entender su relación con el territorio.

La condición tan indígena de este país, hace que también el tipo de organización que hay para la defensa del territorio sea muy particular, muy de base, con un tejido social muy amplio, y ha estado deteniendo muchos proyectos privatizadores, como el del agua en Cochabamba y en La Paz. Ha detenido también la condena contra los sembradíos de coca, ahora, el convenio de los hidrocarburos para sacarlos del país, porque además el convenio era realmente leonino, entonces, Bolivia es un caso que los tiene muy preocupados y la posición en Paraguay es ideal como para rodearla, estar cerca del gas de Tarija, cerca del petróleo de Salta, cerca o sobre el acuífero guaraní, rodeando también Brasil, con la punta hacia Argentina, o sea, permite un control geoestratégico sobre la zona muy, muy importante. Entonces, no es el caso de Paraguay, creo que es el caso de todo el Cono Sur el que está en juego aquí, y bueno, ante estas nuevas amenazas que hay en el continente, se ha organizado una campaña por la desmilitarización de las Américas, que lleva ya un tiempo funcionando -muy modestamente porque realmente cuesta trabajo hacer esto- pero que ha logrado, entre otras cosas, detener un convenio que había con Brasil para establecer una base militar en la parte del Atlántico, justo donde se inicia la cuenca del Amazonas, y una base militar brasileña que se le había dado en concesión a Estados Unidos por parte del gobierno de Cardoso, que tenía las mismas características que la base militar de Manta en Ecuador, que las bases militares en Colombia, es decir, con control total por parte de Estados Unidos en ese territorio, con inmunidad total de las tropas, con entrada y salida de mercancías, tropa o lo que fuera, sin ninguna vigilancia ni supervisión por parte del país que acoge el convenio. Afortunadamente ése se logró echar atrás con esta campaña, pero bueno, es una de las tantas bases que están planeando poner y que están poniendo por todos lados.

Hay tres tipos de bases. Una es ese tipo de base donde se asientan completamente, con infraestructura, tropa, equipo de comunicación, etc. Otra es simplemente una base que está ahí y se usa, pero no dejan tropas establecidas en todo momento, sino solamente dos o tres operadores, aunque está siempre en condiciones de uso en caso de emergencia. Y otra que es como una posición no tan establecida, que solamente permite el paso por ahí y la reorganización de ejercicios o de tropas en caso que sea necesario. Entonces hay como tres niveles que tienen ellos, el primero una posición, el segundo una posición intermedia de uso circunstancial, y la tercera sólo para casos de emergencia. Pero como éstas es están estableciendo por todos lados. Cuando hacen ejercicios militares, dejan ya la zona más o menos trabajada para una base del tercer tipo, y están haciendo ejercicios militares todo el tiempo, en todas partes de América Latina, desde Guatemala hacia el sur. México no, porque con México hay un trato diferente, pero desde Guatemala hasta el Sur hay ejercicios permanentemente a lo largo del año, hay patrullajes en el mar que circundan toda esta área y que además tienen constantemente barcos de gran dimensión en puntos estratégicos, como para que operen como base militar en el mar fuera de las otras que están en los territorios. Esta es más o menos la situación tal y como yo la puedo ver.

Preguntas:

Pregunta: ¿Cómo podemos combatir las privatizaciones de nuestros recursos naturales por empresas transnacionales, como por ejemplo la del agua, si al mismo tiempo consumimos esa misma agua que se ha privatizado, embotellado, y que nos es vendida?

Ceceña: No podemos declararnos en huelga de todo... veo que se ha avanzado mucho en la privatización, en parte con cosas tan extrañas como esto, nos dicen “es que el agua está contaminada, no la consumas” y claro, no queremos consumir agua que esté contaminada, tenemos que comprar agua que no lo esté. Y de repente hay lugares donde el agua no estaba contaminada, pero ya se entró con ese discurso y estamos comprando agua de botellas, o sea que la privatización de algún modo la permitimos nosotros con eso. Tememos que dar esta batalla en otros niveles. Creo que ha habido muchas experiencias exitosas, algunas no tanto, pero que también tenemos que tomar como ejemplo, y que nos permiten ser más creativos o tener por lo menos ideas para enfrentar esto. Un caso muy interesante es el de Cochabamba. Cuando se privatiza el agua en Cochabamba, se hace un convenio entre el gobierno boliviano y la empresa Bechtel. Esta empresa es una gran transnacional en la que Dick Cheney el vicepresidente de los Estados Unidos, es socio y que últimamente aparece por todos lados, porque realmente creo que antes de que llegara este equipo gobernante no tenía tanta importancia. A ella le dieron, entre otras cosas, la reconstrucción de Irak, o sea, es una de las empresas elegidas para la reconstrucción, protegidas y privilegiadas. Y el pueblo de Cochabamba la echó fuera. La empresa entra y se e instala en la empresa que había ya de la municipalidad, y lo primero que hace es elevar las tarifas del agua. Ya con eso mucha gente se incomoda, pero la población actuó de manera muy inteligente, porque hubo quien se puso a estudiar el caso, a estudiar la ley, el convenio que se había hecho con la empresa, se vincularon los ambientalistas con los abogados, con los campesinos -que tenían además prácticas de distribución del agua por usos y costumbres y que con esta llegada de la empresa se cancelaban completamente. En esas prácticas había una cosa que era muy interesante, los pozos de donde estaban extrayendo el agua, si estaban en el terreno de la gente o de alguno de los campesinos, tenían una uso comunitario, es decir, de ese pozo se distribuía el agua a todo el área de la región o de la población campesina que había ahí, y ellos tenían determinado cómo hacerlo. Cuando se hace el convenio, resulta que estos pozos ya no los podían explotar ellos mismos, sino que pasaban a pertenecer a la empresa. Aún en su propia tierra la empresa tenía injerencia, y ellos tenían imposibilidad. Entonces los campesinos, los indígenas cocaleros, los que venían de la zona de Potosí o de la cordillera, todos se involucraron en la lucha. También la gente de los barrios donde no había agua se involucró ¿qué defendían? el agua, que es la vida y que realmente tenemos que defender todos. El acuífero guaraní es de todos nosotros, no solo de los que están parados allí en el territorio, es decir, a los bolivianos, los argentinos, también les interesa que ese acuífero se mantenga en buen estado.

Entonces, ese involucramiento, la manera como trabajaron, no hicieron una organización rígida, hicieron una coordinadora en la que había voceros de todos los sectores y donde cada vocero expresaba el parecer de su sector, se hacían permanentemente asambleas con la población, incluso en plaza publica. Se negociaba con el gobierno en el palacio y en la plaza estaba toda la gente de Cochabamba, y los de la coordinadora salían al balcón y les decían “nos están proponiendo esto, qué hacemos”, fue realmente un trabajo muy colectivo y el gobierno tuvo que echar abajo el convenio. Lo de la base de Alcántara es otra manera de pelear las cosas. Hubo una movilización dentro de Brasil muy grande, ahí el MST y su estructura participó muy fuerte y fue muy importante, pero también participaron otras ONGS, organizaciones sociales, y además hubo una lucha latinoamericana. En América Latina se organizó una carta que se le mandó a Lula, que estaba en su primer momento de gobierno, y entonces se lo presionó mediante esa carta en la que se le explicaba, incluso con mapas, dónde estaba la base, dónde estaban las otras, qué importancia tenía esa, qué peligros para ellos y para el resto, y bueno, se echó abajo con eso. Cada caso es diferente, pero si se ha logrado ganar en esos casos, pues se logrará también en otros. En Chiapas, por ejemplo, cuando se desató el levantamiento zapatista, había proyectos para privatizar el petróleo que hay en esa zona, proyectos para el aprovechamiento productivo de la selva, que era realmente una privatización de la selva que hay ahí, pues se pensaba poner represas en los ríos y generar electricidad, bueno, todo eso se detuvo con el levantamiento. Y es un levantamiento indígena, de un pueblo muy pobre, analfabeto, sin vacunas, con las peores condiciones. Se levantaron e impidieron que eso ocurriera. Entonces, creo que si nos las ingeniamos hay manera de echar atrás esas cosas, y sobre todo de impedir que avancen. Yo creo que hoy la batalla está más en el terreno de impedir que avancen las leyes de inmunidad, estos convenios con el resto de los países, en echar atrás el de Paraguay si se puede, impedir que pasen estas leyes antiterroristas -porque no son contra terroristas, sino contra la población en general- en fin, en ver cómo podemos impedir esto en cada caso. Son batallas particulares y al mismo tiempo universales, y tendríamos que usar las experiencias particulares para echarlas a andar.

Pregunta: Usted mencionó a Chile, me gustaría su opinión al respecto.

Yo lo que sé de Chile es que las relaciones entre el ejército norteamericano y el ejército chileno son muy, pero que muy buenas. Constantemente hay ejercicios militares, incluso convocados por Chile, que se hacen en las costas chilenas, en la zona norte particularmente. Cuando hablo de ejercicios militares, estoy hablando de estos ejercicios conjuntos en que participa Estados Unidos junto con varios países de la región, Chile, Bolivia, Brasil, Argentina y Paraguay son los que más han estado participando. Hasta donde yo sé, no hay bases militares en Chile, pero sí hay una lista muy grande de militares chilenos que van a estudiar a Estados Unidos, y bueno, con los ejercicios militares, son parte de esos seminarios de adiestramiento que tienen en mar, en tierra, en ríos. Estos seminarios se hacen incluso en colaboración con las universidades. Yo tenía datos de que el Centro de Estudios Hemisféricos del Departamento de Estados Unidos tenía un convenio de colaboración con la universidad del Salvador, aquí en Argentina. En Chile no sé con cuáles pueda tener, pero ahí hacen también seminarios para militares, y muchas veces también para civiles que según las instrucciones o manuales, son para funcionarios de los gobiernos de América Latina, en los que se dan cursos de geopolítica, de seguridad, de reglamentación supranacionales en términos de seguridad, y todas estas cosas. Chile participa en Haití en las misiones de paz y en otras misiones, y en los ejercicios que se hacen en otras regiones de América Latina.

Pregunta: Decías que México tiene una forma distinta de relacionarse desde el punto de vista militar con Estados Unidos, que no hay bases militares norteamericanas en México, y que eso también lo diferencia del resto de América Latina, ¿a qué se debe?

Ceceña: Por un lado, se debe a que en realidad tienen militarizada toda la frontera. Pero por otro lado, ahora hay un acuerdo de seguridad con América del Norte –se acaba de firmar hace un mes o dos- en el que se comprometen a que la seguridad quede a cargo de una empresa multinacional conformada por los tres países –Canadá, Estados Unidos y México-. Y eso permite que las fuerzas de seguridad de Estados Unidos controlen no sólo la frontera norte, sino las costas, los aeropuertos, la frontera sur... Entonces tenemos fuerzas multinacionales, gente de FBI, militares, en fronteras o en aeropuertos. El caso de México tiene el agravante de que fue hasta hace poco el lugar de paso del narcotráfico, y hoy es uno de los grandes productores de droga. Entonces la presencia de la DEA también es muy importante en México, y entonces bueno, hay cantidad de convenios de colaboración. Por ejemplo, en la ciudad de México hay régimen de tolerancia cero, y quien lo estableció, quien hizo los diagnósticos y los estudios, fue Giuliani, el que era gobernador de Nueva York. O sea, la presencia es constante.

Pregunta: Me gustaría, ya que está aquí, que hiciera una breve reseña sobre el tema de la representatividad institucional y la crisis en Latinoamérica, precisamente en Ecuador, Bolivia, y Argentina recientemente, en donde vemos que los conflictos sociales adquieren ya no un método de solución del lado del campo nacional y popular, a través de una dirigencia armada, sino a través de un método asambleario, como usted contaba respecto a Bolivia, en Cochabamba, yo creo que eso es muy fuerte. Me parece que esto ha sido tomado un poco de la experiencia zapatista, esto de no andar obedeciendo, de convencer y no vencer.


Ceceña: Yo creo que hay experiencias diversas y combinadas, porque lo que sí logró en parte el neoliberalismo, y en parte las mismas prácticas de las organizaciones políticas, es que el sistema político entrara en crisis a partir de un cierto momento, que yo creo que se agudiza precisamente con el levantamiento zapatista en el ´94, y de ahí se va como en cadena hacia el resto de América. Es una crisis del sistema político, porque lo que está ocurriendo es que los partidos políticos se convirtieron en parte del aparato y no en voceros de la sociedad. Entonces, hay una crisis de representatividad muy fuerte que se combina también con un cuestionamiento a las formas internas de trabajo, de partidos, sindicatos. Lo que los movimientos empiezan a cuestionar respecto de estas organizaciones clasistas o de este tipo, es por un lado, que son muy estrechas, porque la realidad con el neoliberalismo cambia, digamos que la clase se modifica un poco, y sale de lo estrictamente obrero o laboral–industrial. El proceso de producción capitalista se derrama sobre la sociedad en su conjunto y entonces hace que muchos otros actores sociales se involucren con este proceso, y esos actores no están representados en las organizaciones clasistas tradicionales, no están en los partidos, las mujeres son parte de eso, los campesinos -que eran muchas veces despreciados porque son portadores de ideas pequeño burguesas o atrasadas- y demás. Hoy, por ejemplo, los campesinos tienen una presencia muy importante, dadas las condiciones actuales de desarrollo del capitalismo. Entonces eso hace que haya un cuestionamiento muy fuerte hacia las instituciones organizativas y que se empiecen a construir otras nuevas, que están en proceso y que se construyen incluso con miedo a institucionalizarse, a que se vuelvan rígidas. La gente dice “no queremos tener estatutos, lo que queremos es poder hacer cosas”. En la práctica se van organizando, se diluyen otra vez, lo que se está peleando en este momento no es algo relativo a la producción solamente, sino a la producción y a la reproducción. Entonces el espacio de pelea pasó de la fábrica a la casa, al territorio, al barrio, a lo cotidiano. Cuando pasa esto, hay otras formas de organizarse, en las que participan mucho más estos otros actores sociales que no estaban en la fábrica, como las mujeres, los ancianos, los jóvenes, todos estaban en otro ámbito. Hoy estos ámbitos están combinados, y hace que se piense en otra forma de organizarse. Por supuesto pone en cuestión el sistema político en general, de repente ahí hay organizaciones que se están intentando readecuar, se están criticando a sí mismas, y que logran empatar con parte de este proceso. Hay otras que no lo han entendido y que quedan ahí como parte del conflicto. En Ecuador, el problema es que esto no se ha roto, y se mantienen viejas estructuras con nuevas formas, y bueno, están llevando a una crisis tras otra. Hay que preguntarse porqué esos partidos ya no sirven.

Pregunta: Estos nuevos movimientos, ¿son los una continuación de los movimientos nacionales y populares Latinoamericanos?

Ceceña: Yo diría que son movimientos sociales y políticos en general, que parte de lo que cuestionan es esto de la política, qué es, dónde está y dónde se juega. Parte del cuestionamiento al sistema político es esto de que aparentemente lo que están proponiendo es “se hace política sólo en estos ámbitos” y lo que dicen ellos es “no, se hace política en todos los ámbitos”. Por eso yo hablaba de lo cotidiano, también se hace política allí, también se construye socialidad, y ahí es donde se está transformando la sociedad.

Pregunta: Yo creo que uno de los principales problemas de los partidos políticos se debe a que la gente no se mete en la problemática del país. Pero también creo que no lo hace por falta de información y por el manejo que hacen los medios de comunicación. No mucha gente sabe esta problemática de las bases norteamericanas en Latinoamérica, yo creo que se tendría que abrir más el juego a las universidades, las secundarias, a crear los medios para que puedan tomar conciencia de esta realidad. Quizás estamos bombardeados por información innecesaria y superflua, y no tenemos información real, no sé que piensa usted.

Ceceña: Yo creo con respecto a esta cuestión de la militarización, que una de las cosas más peligrosas -más que las bases- es transmitir una concepción del mundo en la que todos somos enemigos. Esta concepción surge de la misma competencia capitalista, tú para triunfar en la competencia capitalista tienes que eliminar al competidor. Bueno, este mismo criterio de que el mundo es un campo de batalla, que estamos rodeados de enemigos, reales o potenciales, y de que para desenvolvernos allí tenemos que contar sólo con nuestras fuerzas, porque además no podemos confiar en nadie, la idea de Rambo, se está transmitiendo constantemente en los medios. Cuando nos cuentan lo que está pasando, por ejemplo, en Nueva Orleáns, hay algo muy interesante. Ahora el peligro es la gente, están saqueando para comer, como puede ser.... colocan a la gente, que son los damnificados, como los enemigos peligrosos. Eso y el convencimiento de que nuestro principal problema hoy en día es la seguridad, no lo era hasta que ellos empezaron a militarizar. Es un sentido de la vida en sociedad que rompe la sociedad, eso es lo que hay que combatir muy fuertemente. Y eso es lo que hay que trabajar en las escuelas y con los chicos, y trabajar en el barrio sobre todo, sólo así se puede construir seguridad o libertad, entre nosotros, no teniendo un policía al lado. La única manera de hacer o combatir contra este aumento de los cuerpos de seguridad, es diciendo “nosotros no necesitamos de estas cosas, nos entendemos entre nosotros, no desconfiamos”.

Pregunta: Decías que hay una campaña modesta por la desmilitarización en Latinoamérica. ¿Por qué no comentas un poco acerca de esto, qué es lo que están haciendo y qué es lo que se podría llegar a hacer?


Ceceña: Bueno, la campaña surgió hace unos años, en un encuentro que hubo en la Habana contra el ALCA. Hay gente de muchos países del Latinoamérica, pero a lo sumo dos de cada país, somos muy pocos. Lo que hemos hecho es trabajar el caso de la militarización tratando de hacer conciencia en todos lados, de difundir información. Estamos haciendo investigaciones permanentemente sobre esto, recogiendo información de la gente que vive alrededor de donde se han establecido bases militares. En el caso de Ecuador, por ejemplo, con la base de Manta que se puso en el ´99, la población de los alrededores dice que les han dañado completamente el entorno porque por el lado de los cuarteles siempre hay prostitución e inseguridad, y entonces ya no pueden dejar ir a los niños solos a la escuela, no pueden usar su comunidad libremente, sin contar con la contaminación que provocan, pues los soldados son muy irrespetuosos. Recogemos estos testimonios, los difundimos, yo en particular he trabajado cartográficamente el problema de la militarización, los recursos y los conflictos. Estamos terminando de hacer una cosa que vamos a difundir en CD, son mapas interactivos para que la gente pueda ver qué hay en cada lugar, cómo hacer. La campaña es algo abierto a la que se pueden incorporar todos. La página es “www.desmilitarizacion.info” o “www.nuestraamerica.info”, allí están todos los datos de la campaña. Pero bueno, la idea es que tomemos conciencia de esto, pues el problema es de todos, no solo de los que investigamos. En el caso de ustedes, con la cumbre que se les viene, pues creo que van a tener que hacer algo al respecto.

Pregunta: Nosotras estamos investigando sobre la doctrina de la Seguridad Nacional. Tenemos mucha información, pero a la hora de sistematizarla, nos encontramos con el inconveniente de que es muy general, no encontramos datos más concretos, y bueno, esto lo complica. Sí vemos que hay una continuidad, a partir de la finalización de la Segunda Guerra en adelante, donde Estados Unidos establece dos conceptos que son clave, el de la “seguridad interna” y el de la “frontera ideológica”. Esa frontera ya no es una nación, puede abarcar cualquier nación, región, y el enemigo puede ser interno, y si es interno quién es, y entonces surge la cuestión del ser nacional, lo foráneo es el comunismo, el socialismo... estas últimas instalaciones que se están haciendo, y la militarización de la zona, cómo lo ves, ¿es parte de esa doctrina que se está actualizando o es algo nuevo que tiene un origen distinto?

Ceceña: Iban en esta dirección, lo que no quiere decir que se mantengan igual que como estaban. Hay en todo este proceso elementos que nos permiten ir periodizando, pero también hay pautas de continuidad. Estados Unidos es un Estado que funciona como Estado del mundo, tiene pautas de largo plazo, no se piensa en términos de gobiernos que se suceden y van cambiando. Ellos tienen en claro que son la nación, que tienen una misión histórica, y sobre esa base trabajan. Demócratas o republicanos, lo que cambia es el matiz, pero no las pautas de largo plazo. Tienen trazado un gran proyecto para cumplir su misión en el mundo, para que el mundo sea como ellos piensan que tiene que ser, democrático en el sentido en que ellos lo entienden, y que garantice la seguridad de la propiedad privada, por ejemplo, de la libertad de mercado. Eso es lo que orientan estas políticas de seguridad. En el 2003 se publicó un trabajo muy interesante, que es de uno de los ideólogos del ejército de Estados Unidos, de la Armada. Allí hace un balance donde dice bueno, en realidad, si vemos el mundo hoy, tenemos que evaluar que problemas tiene. El mundo está dividido en tres partes: una que es la parte organizada, disciplinada, segura, que es por supuesto Estados Unidos, Europa, el mundo desarrollado que sigue los patrones de la OMC, del FMI, lo dicen así. Luego hay una parte del mundo que es amiga, que responde a estas iniciativas, pero que de repente se les van un poco de las manos, pero que puede ser considerada dentro del área segura. Y hay una gran parte del mundo que es lo que ellos llaman la “brecha crítica” que es la zona de ingobernabilidad, la zona insegura, la de los Estados fallidos, donde el problema es que los propios Estados no logran disciplinar a las poblaciones, entonces no se respetan las reglas de la OMC, hay contrabando, corrupción, todas estas cosas que evaden reglas. Pero el problema no es la corrupción, sino que hay movimientos en estos lugares.

 Este hombre hace un diseño de toda un área en el mapa del mundo que es un área muy interesante, porque abarca todo el territorio donde están los recursos estratégicos, abarca Chile sino que baja por Bolivia, hasta Paraguay, hace como un bracito, sube y rodea Brasil, porque Brasil y Argentina no entran. Brasil y Argentina y Chile son esa segunda categoría, que son Estados que ellos piensan que incluso les sirven de enlace con los otros, que pueden servir como correa de transmisión, de disciplinadores regionales. Entonces los han estado trabajando de esta manera, y en el otro, en el caso de la brecha crítica, son países que requieren de una intervención directa. Lo plantean en términos de que como son Estados fallidos, requieren de un Leviathán externo, el de ellos, y desde ahí va a implantar las reglas, y las van a hacer cumplir aunque sea militarmente, o sea a través de los propios cuerpos de seguridad internos pero conectados directamente con estas reglas. Ese es un balance que se hace muy recientemente y que actualiza la doctrina de Seguridad Nacional, que la lleva a dimensiones terribles y están avanzando sobre ese mapa. Cuando uno ve cómo han ido trabajando, las posiciones militares, dónde se han recrudecido los servicios y todo eso, están siguiendo las pautas del mapita. Ahí estaba muy claramente marcado como el brazo que va de Colombia, hacia la parte sur. Algunos otros elementos de periodización son el informe presentado por el Secretario de Defensa del Congreso en el año ´98, ése es muy interesante porque marca cuál es la importancia de la asimetría y de considerar las guerras asimétricas como las guerras del siglo XXI, y la importancia pasa por cómo manejar esas asimetrías en su beneficio. Se empiezan a preocupar porque ven que el enemigo ya no es un Estado, es algo inasible, es como un virus, y lo identifican con la población que tiene capacidad para producir armas biológicas, armas químicas, con un pequeño laboratorio, todo eso lo consideran la amenaza fundamental desde ese momento. La cuestión también es cómo generar una estrategia de guerra, de control, que no sea una guerra entre estados, sino a través de los estados contra ese enemigo difuso.

Pregunta: Europa en su conjunto o algún país europeo en particular, ¿juega algún rol frente a esta estrategia militar?

Ceceña: Hay dos países o tres que juegan un rol muy importante, que son España, Gran Bretaña e Italia, pero no frente, sino junto con. En América Latina se acercan un poco a través de, por ejemplo, el apoyo al plan Colombia. Hay una parte que hace la Unión Europea que se supone que es de apoyo para el desarrollo y cosas así, y está lo de las Malvinas, coparticipan también en investigaciones sobre tecnología y cosas de este tipo en la Antártida. Pero yo diría que más bien ellos juegan fundamentalmente en la otra área, en Asia y África, ahí es donde están colaborando más. Estados Unidos no les deja entrar, es doctrina Monroe, donde están los utiliza, pero apenas puede los saca.

Pregunta: ¿Algunas ONGS o algunas agrupaciones políticas europeas pueden ser de importancia para trabajar con las bases de la población?


Ceceña: En Colombia, que tiene la característica de que es un país en guerra desde hace 50 años, y eso da muchas posibilidades, tienes ONGS trabajando en la selva colombiana por todos lados, y muchas son europeas. Entonces van, hablan con las poblaciones, sacan testimonios de para qué usan tal hierba y demás, se las llevan y las patentan. Y eso lo trabajan más o menos juntos, no hay una competencia allí. En la tecnología genética Estados Unidos tiene una ventaja total, entonces todo los demás ya asumieron que no van a competir, y se enganchan en ese carro. Hay muchas ONGS allí, hay muchos antropólogos trabajando con los indígenas, haciendo cosas horribles, porque la verdad que lo que están haciendo es contra-insurgencia, hay que fijarse, hay ONGS y ONGS. El Banco Mundial financia muchos de estos proyectos.
https://www.alainet.org/en/node/127372?language=es
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