Prevenciones para la migración laboral (I)
28/02/2007
- Opinión
La migración es un derecho de los seres humanos y se establece en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Pero, es adecuado prevenir. Actuar para resolver errores cuando fue posible evitarlos, es una acción a la cual se acude con frecuencia. Este aspecto señala la necesidad de proporcionar información relativa a las dificultades que deben enfrentar guatemaltecas y guatemaltecos trasladándose a Estados Unidos con el propósito de trabajar, utilizando territorio mexicano en forma indocumentada. Dar a conocer las situaciones de peligro que se presentan en el trayecto, puede evitar la acción de delincuentes, la extorsión de policías, evitar humillaciones, robos, ultrajes, violaciones… o perder la vida.
Los coyotes o polleros. Generalmente son hombres aunque, en la actualidad, también es una actividad desarrollada por mujeres. Trafican con seres humanos ofreciendo llevarlos desde sus lugares de origen hasta la frontera norte de México. Otros esperan a hombres y mujeres en los municipios fronterizos de Guatemala, especialmente en Tecún Umán y El Carmen. Sus operativos los inician al entregarles todo o la mitad del dinero que solicitan.
Se puede ubicar a los polleros o coyotes como personas sin ningún escrúpulo. Son embaucadores y criminales: simulan accidentes de cualquier tipo para huir; asimismo, en traileres o camiones colocan espacios para esconder migrantes en condiciones infrahumanas y, usualmente, los abandonan en cualquier estado mexicano o en el desierto estadounidense. En túneles abiertos en la frontera de México y Estados Unidos, los traficantes pasan migrantes, pero son instalaciones también utilizadas por el narcotráfico y para el trasiego de armas.
En Guatemala existen ofertas de coyotes o polleros para realizar el viaje a Estados Unidos utilizando lanchas rápidas. Salen de Ocós y después de navegar aproximadamente dos horas, traspasan a los migrantes a un barco camaronero o tiburonero. En ellos navegarán a un puerto mexicano para continuar el viaje. ¿Quién puede asegurar que realmente habrá una embarcación esperando a los migrantes? ¿Cuántas personas han muerto ahogadas en aguas del Pacífico? Además, la vigilancia costera de México y Estados Unidos es muy especializada por los problemas del narcotráfico. Las posibilidades de encontrar patrullas de marina son elevadas. A nadie de los migrantes se le coloca un chaleco para el eventual caso de caer al mar.
Siempre habrá una mentira en el lenguaje del pollero o coyote por la sencilla razón de que no pueden garantizar la seguridad del traslado. Tampoco asumen ninguna responsabilidad porque, además de su perversidad, son personas realizando actos ilegales. En cualquier momento pueden desaparecer pues su objetivo es quedarse con el dinero de quienes pretenden llegar a Estados Unidos. Ningún hombre, mujer o menores de edad, deben tener confianza en los traficantes de seres humanos.
No venda sus bienes ni haga préstamos. Para pagar lo relacionado con el viaje, hombres y mujeres necesitan dinero. Por sus condiciones de pobreza es difícil obtenerlo. Entonces, deciden vender o hipotecar bienes. También se realizan préstamos cuando no se tiene casa o carro, entre otros.
Las probabilidades de llegar a Estados Unidos se han reducido. Arribar a la frontera norte de México significa superar un indeterminado número de retenes mexicanos -algunos de ellos móviles llamados volantas-, la vigilancia y acciones de casi 32 instituciones mexicanas que se han atribuido la persecución a indocumentados aunque, según las leyes, únicamente el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Policía Federal Preventiva (PFP), pueden intervenir con relación a la migración laboral indocumentada. También han proliferado bandas de delincuentes dedicados a asaltar migrantes.
En territorio estadounidense, las guatemaltecas y guatemaltecos deben superar obstáculos como saltar una inmensa barda colocada en más de mil kilómetros de longitud o caminar por el desierto (con 40 grados en el día y temperaturas bajo cero en la noche). De igual manera, no ser capturados por la patrulla fronteriza, sortear la presencia de diferentes muros recientemente colocados junto a la presencia de “voluntarios” que se han organizado para combatir la migración laboral, y tener la suerte de no ser detectados por una tecnología moderna.
En Estados Unidos a los migrantes indocumentados se les captura y deporta. En México, se les asegura y devuelve. En ambos casos -o por haber sido engañados por los polleros o coyotes- hombres y mujeres perdieron su dinero. La realidad, entonces, adquiere otras características pues deben enfrentarse responsabilidades con más pobreza.
Carlos Cáceres R. - Colaboración especial para Incidencia Democrática.
Fuente: Incidencia Democrática (Guatemala)
http://www.i-dem.org
Los coyotes o polleros. Generalmente son hombres aunque, en la actualidad, también es una actividad desarrollada por mujeres. Trafican con seres humanos ofreciendo llevarlos desde sus lugares de origen hasta la frontera norte de México. Otros esperan a hombres y mujeres en los municipios fronterizos de Guatemala, especialmente en Tecún Umán y El Carmen. Sus operativos los inician al entregarles todo o la mitad del dinero que solicitan.
Se puede ubicar a los polleros o coyotes como personas sin ningún escrúpulo. Son embaucadores y criminales: simulan accidentes de cualquier tipo para huir; asimismo, en traileres o camiones colocan espacios para esconder migrantes en condiciones infrahumanas y, usualmente, los abandonan en cualquier estado mexicano o en el desierto estadounidense. En túneles abiertos en la frontera de México y Estados Unidos, los traficantes pasan migrantes, pero son instalaciones también utilizadas por el narcotráfico y para el trasiego de armas.
En Guatemala existen ofertas de coyotes o polleros para realizar el viaje a Estados Unidos utilizando lanchas rápidas. Salen de Ocós y después de navegar aproximadamente dos horas, traspasan a los migrantes a un barco camaronero o tiburonero. En ellos navegarán a un puerto mexicano para continuar el viaje. ¿Quién puede asegurar que realmente habrá una embarcación esperando a los migrantes? ¿Cuántas personas han muerto ahogadas en aguas del Pacífico? Además, la vigilancia costera de México y Estados Unidos es muy especializada por los problemas del narcotráfico. Las posibilidades de encontrar patrullas de marina son elevadas. A nadie de los migrantes se le coloca un chaleco para el eventual caso de caer al mar.
Siempre habrá una mentira en el lenguaje del pollero o coyote por la sencilla razón de que no pueden garantizar la seguridad del traslado. Tampoco asumen ninguna responsabilidad porque, además de su perversidad, son personas realizando actos ilegales. En cualquier momento pueden desaparecer pues su objetivo es quedarse con el dinero de quienes pretenden llegar a Estados Unidos. Ningún hombre, mujer o menores de edad, deben tener confianza en los traficantes de seres humanos.
No venda sus bienes ni haga préstamos. Para pagar lo relacionado con el viaje, hombres y mujeres necesitan dinero. Por sus condiciones de pobreza es difícil obtenerlo. Entonces, deciden vender o hipotecar bienes. También se realizan préstamos cuando no se tiene casa o carro, entre otros.
Las probabilidades de llegar a Estados Unidos se han reducido. Arribar a la frontera norte de México significa superar un indeterminado número de retenes mexicanos -algunos de ellos móviles llamados volantas-, la vigilancia y acciones de casi 32 instituciones mexicanas que se han atribuido la persecución a indocumentados aunque, según las leyes, únicamente el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Policía Federal Preventiva (PFP), pueden intervenir con relación a la migración laboral indocumentada. También han proliferado bandas de delincuentes dedicados a asaltar migrantes.
En territorio estadounidense, las guatemaltecas y guatemaltecos deben superar obstáculos como saltar una inmensa barda colocada en más de mil kilómetros de longitud o caminar por el desierto (con 40 grados en el día y temperaturas bajo cero en la noche). De igual manera, no ser capturados por la patrulla fronteriza, sortear la presencia de diferentes muros recientemente colocados junto a la presencia de “voluntarios” que se han organizado para combatir la migración laboral, y tener la suerte de no ser detectados por una tecnología moderna.
En Estados Unidos a los migrantes indocumentados se les captura y deporta. En México, se les asegura y devuelve. En ambos casos -o por haber sido engañados por los polleros o coyotes- hombres y mujeres perdieron su dinero. La realidad, entonces, adquiere otras características pues deben enfrentarse responsabilidades con más pobreza.
Carlos Cáceres R. - Colaboración especial para Incidencia Democrática.
Fuente: Incidencia Democrática (Guatemala)
http://www.i-dem.org
https://www.alainet.org/en/node/119750?language=es
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