Con el establecimiento de la compañía AgReliant Genetics en el municipio de Santa Isabel se afianza el rol de Puerto Rico como laboratorio para experimentos con cultivos genéticamente alterados, exponiendo la isla a múltiples riesgos al ambiente, la salud humana y la integridad de nuestra agricultura, alertó el Proyecto de Bioseguridad de Puerto Rico. El establecimiento en la isla de empresas de biotecnología forma parte de la llamada "economía del conocimiento" que fomenta la actual administración, como se evidenció en el discurso del gobernador el pasado lunes. "Nos preocupa grandemente que el gobernador Aníbal Acevedo Vilá haya adoptado una política de 'fast track' para todo tipo de actividad relacionada con biotecnología en Puerto Rico, sin la más mínima cautela para determinar qué impactos negativos podrían tener sobre nuestra ecología, salud pública y agricultura", declaró el Proyecto de Bioseguridad. "La tecnología de la ingeniería genética es inherentemente riesgosa, inestable e impredecible", expresó el educador ambiental Carmelo Ruiz Marrero, director y fundador de la organización. "Hasta el día de hoy no aparece en la literatura científica un solo estudio independiente que diga que los alimentos genéticamente alterados sean sanos y seguros para consumo humano, por lo que hay que tratar estos nuevos productos con suma precaución". El Proyecto de Bioseguridad fue fundado en 2004 para educar a la ciudadanía sobre las implicaciones de los productos genéticamente alterados, también llamados transgénicos. Documentos del gobierno federal demuestran que, con la excepción de Hawai, ningún estado de la unión americana tiene tantas siembras experimentales de transgénicos por milla cuadrada como nuestra isla. La organización aconseja que Puerto Rico podría tener una agricultura ecológicamente sana, con justicia para el agricultor y en servicio del consumidor puertorriqueño, pero tal agricultura de avanzada no es compatible con el modelo que impulsa nuestro gobierno, que es ambientalmente riesgoso, intensivo en el uso de agroquímicos tóxicos y que rinde beneficios solamente a las grandes agroempresas transnacionales.