El debate sobre los transgénicos
27/09/2004
- Opinión
A través del mundo entero se ha desatado una furiosa
polémica en torno a los cultivos y alimentos
genéticamente alterados, también conocidos como
transgénicos. Ecologistas, agricultores, intelectuales
y académicos progresistas, pueblos indígenas,
estudiantes, biólogos, agrónomos y ciudadanos comunes y
corrientes de todos los caminos de la vida, de los más
diversos rincones del planeta, sostienen que la
manipulación genética presenta serias interrogantes
sociales y ecológicas, las cuales sus proponentes no
han abordado de manera apropiada, o siquiera honesta.
Plantean que los transgénicos no son seguros, que se
trata de una tecnologia con riesgos inherentes, y que
implica nuevas formas de dependencia y dominación para
agricultores y consumidores.
Puerto Rico no es ajeno a este asunto. Gran parte de la
semilla transgénica que se siembra en Estados Unidos va
de nuestra nación. Ademas, documentos del Departamento
de Agricultura Federal (USDA) muestran que Puerto Rico
es uno de los lugares preferidos por las compañías de
biotecnología para realizar sus experimentos con este
tipo de cultivos. De hecho, aquí se han realizado más
experimentos agrícolas transgénicos por milla cuadrada
que en cualquier estado de EEUU con la posible
excepción de Hawaii. Por lo tanto, este asunto
concierne directamente a todos los puertorriqueños.
Expliquemos los conceptos básicos.
Todos los seres vivos transmiten sus rasgos a sus
descendientes mediante genes. El conjunto de los genes
de un organismo se conoce como su código genético o
genoma. Los genes de todos los seres vivos están hechos
de la misma sustancia: ácido desoxiribonucléico o ADN.
La premisa científica de la ingeniería genética es que
hay un gen correspondiente para cada rasgo, por ejemplo
un gen determina el color de los ojos de una persona
mientras que otro puede determinar su susceptibilidad a
alguna enfermedad, como la diabetes.
La ingeniería genética hace posible transferir genes de
una especie a otra, algo imposible mediante la
reproducción sexual o algún otro proceso natural. Por
ejemplo, ya es posible insertar genes de bacterias y
virus en el maíz, genes de pescado en el tomate, genes
humanos en el arroz y teóricamente no hay razón por la
cual no se puedan transferir genes de diferentes
plantas o animales al código genético humano. Se le
llama transgénico a un organismo al que se le han
insertado genes foráneos mediante esta tecnología.
No es ciencia ficción. En 1996 se cosecharon en Estados
Unidos los primeros cultivos transgénicos para uso
comercial y en los años siguientes el área sembrada con
estos creció de manera explosiva. Para el año 2002
había alrededor de 145 millones de acres en el mundo
sembrados con cultivos transgénicos. Hoy un 94% de los
cultivos transgénicos del mundo se siembra en cuatro
países del hemisferio americano: Estados Unidos (63%),
Argentina (21%), Canadá (6%) y Brasil (4%).
La gran mayoría de estos cultivos es de soya y maíz y
el resto es mayormente algodón y canola. En el año
2003, 80% de la soya, 70% del algodón, 60% de la canola
y 38% del maíz sembrados en Estados Unidos fueron
transgénicos. Aproximadamente 70% de los productos
procesados en los supermercados estadunidenses tiene
contenido transgénico.
Se nos dice que estos cultivos pondrán fin al hambre.
Pero los cultivos transgénicos actualmente
comercializados no fueron alterados genéticamente para
mejorar su contenido nutricional o su sabor. 75% de
ellos (soya y canola) fue alterado para ser resistente
a herbicidas, 17% (maíz y algodón) para producir un
veneno insecticida y el restante 8% para hacer ambas
cosas.
Los impulsores de la revolución genética son
ambiciosos; esperan en el futuro comercializar arroz,
trigo, papa, tomates, frutas, árboles, pescado, cerdos
y hasta césped transgénicos, y ya se está hablando de
trastocar el código genético humano.
Los riesgos
¿Y cuál es el problema entonces? ¿Qué peligros pueden
traernos estos nuevos productos? La Agencia Federal de
Alimentos y Medicamentos (FDA) y las transnacionales de
la biotecnología (como Monsanto, Dow, Syngenta y
Aventis) nos aseguran que no hay ningún riesgo a la
salud o al medio ambiente. Pero tengan en cuenta lo
siguiente:
En 1998 el renombrado científico Arpad Pusztai, del
Rowett Research Institute de Escocia, analizó papas
transgénicas que producían una toxina insecticida
llamada lectina GNA y encontró que los niveles de
nutrientes en ellas estaban muy fuera de lo normal,
algo totalmente inesperado. Por ejemplo, algunas tenían
20% menos proteína que las papas normales.
El doctor Pusztai alimentó un grupo de ratas con estas
papas. Sus sistemas inmunológicos se perjudicaron. Los
órganos de algunas de estas ratas bajaron de peso,
incluyendo el hígado, los testículos y el cerebro.
Otras tuvieron crecimiento descontrolado en las células
de su sistema digestivo, lo cual podría ser un síntoma
precursor de cáncer. Dado que la lectina GNA es
inofensiva a los mamíferos, Pusztai dedujo que los
efectos dañinos son causados por el proceso mismo de
alteración genética de las papas.
Tras divulgar esta información en la prensa, Pusztai
fue objeto de una campaña de calumnias. Pero en febrero
de 1999, 23 colegas científicos de 13 países publicaron
un memorando de apoyo a Pusztai y a las conclusiones de
su estudio.
El año pasado una veintena de destacados científicos de
siete países, que abarcan las disciplinas de
agroecología, agronomía, biomatemática, botánica,
química médica, ecología, histopatología, ecología
microbiana, genética molecular, bioquímica nutricional,
fisiología, toxicología y virología. incluyendo el Dr.
Pusztai, formaron el Grupo de Ciencia Independiente y
presentaron un informe sobre los cultivos transgénicos
en el que afirman lo siguiente:
* No se ha demostrado que los transgénicos sean
seguros. Animales de laboratorio alimentados con estos
alimentos han desarrollado deformidades severas.
* "Los peligros más graves de la ingeniería genética
son inherentes al proceso mismo", dice textualmente el
documento. Por ejemplo, en 2001 se creó
"accidentalmente" un virus letal para el ratón en el
curso de un experimento aparentemente inocente e
inocuo.
"Técnicas nuevas permiten crear en el laboratorio, en
cuestión de minutos, millones de virus recombinantes
que nunca han existido antes. Los virus, bacterias y su
material genético, que son causantes de enfermedades,
constituyen los principales materiales y herramientas
de la ingeniería genética, así como de la fabricación
planificada de armas biológicas."
* "Existen pruebas experimentales de que ADN
transgénico ha sido absorbido por bacterias del suelo y
del intestino de voluntarios humanos." Dado que algunas
de estas secuencias contienen genes que otorgan
resistencia a antibióticos, estos alimentos podrían
dificultar el tratamiento de infecciones.
* "Se sabe que el ADN transgénico puede saltar al
genoma de células de mamíferos, aumentando la
posibilidad de cáncer. No puede excluirse la
posibilidad de que alimentar a animales con productos
transgénicos, como maíz, puede acarrear riesgos, no
solamente para los animales sino también para los seres
humanos que consumen los productos animales."
"La FDA no fiscaliza los alimentos transgénicos",
declaró el grupo ecologista estadunidense Amigos de la
Tierra USA en un informe publicado en 2003. Según el
documento, lo que tiene la agencia es un proceso de
"consulta voluntaria" que le permite a las
corporaciones biotecnológicas decidir cuáles pruebas de
seguridad llevarán a cabo, si alguna, y cómo se
ejecutarán. "La compañía determina cuáles datos, si
algunos, son compartidos con las autoridades
reglamentadoras. De hecho, la compañía hasta determina
si va a consultar con la FDA o no."
Los alimentos transgénicos que ya estamos comiendo no
están etiquetados como tales, por lo tanto no tenemos
manera de identificarlos o evitarlos, y tampoco se
puede hacer un estudio epidemiológico para ver qué
efectos podrían tener sobre nosotros. Por eso los
críticos de la ingeniería genética reclaman que se
etiqueten estos productos.
(Publicado en el semanario puertorriqueño Claridad, 16
de septiembre 2004)
https://www.alainet.org/en/node/110619?language=es
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