Diciembre: Distrito Federal, la Duodécima Estela. (Imagen Segunda: México DF, el Diciembre de Acteal o el por qué del País Vasco)
24/02/2003
- Opinión
Siguen piedra y nube recorriendo la ciudad y las obras que, se
adivina, se encaminan a levantar otra ciudad para los
poderosos, una que subordine a las "otras" ciudades.
Para asegurar esto, del norte revuelto y brutal López Obrador
ha importado el llamado "Plan Cero Tolerancia" (y con él
vienen el Robo Cop Guiliani y su guardia pretoriana). El plan
se basa en un artículo de los criminólogos G. I. Kelling y J.
Q. Wilson, de 1982: "Cristales Rotos". Según esto, existen
situaciones que favorecen la aparición y desarrollo del
crimen: "Hay un terreno abandonado, crece la mala hierba,
alguien rompe los cristales, los adultos ya no riñen a los
niños que hacen ruido, y éstos, así animados en sus andanzas,
se vuelven rebeldes, se van las familias, se va acumulando la
basura, la gente empieza a beber frente a las tiendas, un
borracho se cae en la acera y puede quedarse ahí hasta que se
recupere, los mendigos se dirigen molestando a los
transeúntes, y si hay mendigos, mañana llegarán los ladrones y
pasado los asesinos".
¿Siguió la lógica? Con este "impecable" razonamiento la
policía no persigue a los grandes criminales, sino a los niños
y jóvenes que pudieran convertirse en mendigos y borrachos,
que pudieran a su vez convertirse en ladrones y asesinos. Si
usted encuentra alguna semejanza con la doctrina de "guerra
preventiva" que alienta la guerra de Bush-Blair-Aznar contra
Irak, es porque es usted un mal pensado, ya que ésta es la
"ciudad de la esperanza". Aunque, claro, con este plan se
verán reducidas las garantías individuales, avanzará el
pensamiento conservador y toda solidaridad vecinal que no pase
por el Ministerio Público, será sospechosa de "delincuencia
organizada".
De lo que se trata, finalmente, es de construir un "cerco de
seguridad" en torno a la ciudad del Poder, un "cerco
preventivo" que deberá, para cumplir su labor, excluir o
recluir a los pobres de esta ciudad que son quienes hacen que
la urbe viva y camine.
Junto a esto, López Obrador trabaja en otra construcción: la
de un acuerdo con los grandes capitales de la industria y el
comercio. Para obtener su beneplácito, el jefe de gobierno
oferta una ciudad bajo control social y policiaco, además de
la infraestructura necesaria para la nueva metrópoli donde los
ricos no serán los primeros, sino los únicos.
Estos son los pasos: primero se señala que es necesario parar
la construcción de viviendas en las delegaciones de la
periferia del DF; luego se dice que es indispensable repoblar
las delegaciones del centro; inmediatamente se crea el
patronato Centro Histórico encabezado por Carlos Slim Helú;
luego se promueven tres grandes megaproyectos: el "corredor
financiero" (la calle de Reforma), el proyecto Alameda y el
proyecto Centro Histórico; finalmente se anuncia que Carlos
Slim está comprando terrenos y viejos edificios de toda esta
zona. Así, la construcción de vivienda popular se parará, bajo
el pretexto de que ya no es posible seguir creciendo hacia la
periferia. Al mismo tiempo tres delegaciones serán modelos de
lo que será la "Ciudad Global". El nivel de ingresos,
educación, servicios médicos, servicios de comunicación y
desde luego seguridad pública serán muy otros en comparación
con el resto de las delegaciones.
Carlos Slim Helú, el hombre más rico de México y de América
Latina, no está detrás de todo esto, sino al frente. En una
especie de biografía no autorizada ("Carlos Slim. Retrato
Inédito". Ed. Océano), el periodista José Martínez Mendoza
(que antes escribió la semblanza de Carlos Hank González), da
un perfil del señor Slim, quien se precia de ser un "self made
man", un hombre que ha cultivado con esmero la imagen de haber
empezado desde abajo. Pero probablemente se refiera a la
planta baja de su mansión, porque Slim entra a la lista de los
grandes millonarios después de comprar Teléfonos de México,
Telmex, en 400 millones de dólares, siendo que su valor era de
12 mil millones de dólares. ¿Quién fue el vendedor? Carlos
Salinas de Gortari. Desde 1984, cuando se asoció con otros
empresarios en Libre Empresa S.A. (LESA) que compraría las
paraestatales, Slim trabajó en la "amistad" con los políticos.
Y después no limitó su círculo a los priístas, sino que lo
amplió incluyendo a panistas y perredistas, a intelectuales
críticos y artistas, a directores de medios de comunicación.
De la misma inteligencia y pragmatismo, Slim y López Obrador
pronto hicieron el "click" que no suele abundar entre
políticos y empresarios. Pero ambos saben que lo suyo no es
amistad. Son vecinos en Cuicuilco, tienen intereses comunes,
se ofrecen intercambios y, como comerciantes, fingen
cordialidad mientras revisan celosamente sus cuentas y, al
final de cada reunión, buscan en sus bolsillos para ver si no
falta nada.
No son pocos los intelectuales y políticos que se precian de
tener la amistad de Carlos Slim Helú. Algunos de ellos se
vanaglorian de "asesorar" al señor más poderoso de
Latinoamérica. Pero el señor Slim no tiene "asesores" ni
"amigos", tiene empleados. Sólo que algunos de ellos no lo
saben.
Uno de ellos es el señor Felipe González Márquez, ex
presidente del gobierno español y ahora edecán de los grandes
capitales europeos. El señor González realiza frecuentes
viajes a México para compartir con su "amigo" Slim su gusto
por la buena mesa, el cultivo de bonsáis, la fotografía y el
billar. Pero fue años antes, en 1995, y de la mano de Slim
Helú, que Felipe González, siendo presidente del gobierno
español, hizo "amistad" con otra persona: Ernesto Zedillo
Ponce de León. Para llegar a esos tiempos, vayamos antes al
pasado inmediato:
En el mes de septiembre del año 2002, horas antes de que el
fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la
contrarreforma indígena, se hiciera público, el EZLN supo cuál
sería el resolutivo y su significado: los tres poderes de la
Unión se habían unido para decretar la cancelación definitiva
de la vía del diálogo y la negociación para la solución del
alzamiento zapatista.
Empezamos a trabajar en una de las opciones que habíamos
contemplado desde finales del 2001: intentar a nivel
internacional lo que había fracasado a nivel nacional. Así, el
EZLN enviaría una delegación a Europa, con el fin de apelar
ante los organismos internacionales y, apoyado en quienes en
México y en el mundo simpatizan con la causa indígena, tratar
de conseguir el reconocimiento de los derechos y la cultura
indígenas. Se trataría de una marcha semejante a la del 2001,
pero con algo fundamentalmente diferente: si en la
movilización del 2001 el EZLN se limitó única y exclusivamente
al tema indígena, en la marcha internacional se ligaría ese
tema a las luchas que existen en el mundo, en particular las
que tienen que ver con el reconocimiento de las diferencias,
las resistencias y rebeldías, y, muy especialmente, con las
oposiciones a los preparativos guerreros que ya se habían
echado a andar contra Irak.
Pensábamos que Europa era un terreno donde el belicismo
internacional podría ser contrarrestado sacándolo de su
lógica, y que esto pudiera irradiarse al resto del mundo. No
era que nos sintiéramos con la capacidad de provocar ese
movimiento internacional, pero sí con las posibilidades de
contribuir, junto con otras fuerzas que ya se movían en la
Europa social, a que algo se echara a andar. Pensábamos que
era la oportunidad de participar más directamente en la
construcción de un mundo donde quepan todos los mundos. En
resumen, no iríamos a Europa de "bien portados", sino que
nuestra palabra sería de rebeldía. El problema era, claro,
cómo y cuándo ir. En ésas estábamos cuando el 2 de noviembre
del 2002, el día de muertos, una persona hizo contacto con la
Comandancia General a través de un propio.
Cumpliendo con lo acordado, no podremos decir mucho acerca de
esta persona, sólo que estuvo muy cercana a los círculos del
poder político y económico entre los años 1993 y 1996. Luego
de poner las condiciones en cuanto a discreción y secreto, el
mensaje de la persona decía, palabras más, palabras menos, que
tenía información que podía serle útil al EZLN. Y ahora cito
textualmente "Si les interesa, díganme. Se trata de Acteal".
No era la primera vez que gente disidente del gobierno nos
hacía llegar información, a veces cierta, a veces falsa, así
que le mandamos decir que podía enviarnos lo que supiera. Esto
es lo que reveló:
En los meses posteriores a febrero del año de 1995, fracasada
la traición de Zedillo al EZLN junto con la ofensiva militar
que la acompañó, y agotado el teatro de la detención de Raúl
Salinas de Gortari, los generales Renán Castillo (jefe militar
y gobernador de facto en Chiapas) y Cervantes Aguirre
(secretario de la defensa nacional) insistían en la necesidad
de activar a grupos paramilitares para enfrentarlos a los
zapatistas (Renán Castillo había estudiado con los
norteamericanos y Cervantes Aguirre estaba en tórrida luna de
miel con su homólogo estadounidense, así que la opción que
entonces llamaban "Colombia" tenía el respaldo del
Departamento de Estado norteamericano).
Sin embargo, Zedillo no acababa de decidirse. En ese mismo año
de 1995, aparece un personaje del gobierno español. "Íntimo
del Presidente", dice quien nos pasó la información, "asistió
a reuniones que no eran estrictamente sociales, sino que en
ellas se tocaban asuntos de Estado".
En una de ésas reuniones, Zedillo comentó sobre los zapatistas
y el problema que representaba acabar con ellos pues tenían a
la opinión pública de su lado. El personaje del gobierno
español dijo entonces que lo que había que hacer era destruir
la legitimidad de los zapatistas y después dar el golpe.
Zedillo le recordó al personaje la historia del 9 de febrero y
sus consecuencias. El español aclaró que no se refería a eso,
sino a que, si los zapatistas luchaban por los indígenas, pues
había que hacer que lucharan contra los indígenas. En España,
dijo el de ese país, hemos creado unos grupos para
contrarrestar el independentismo vasco. Zedillo dijo que sabía
de los GAL y que había una investigación para deslindar
responsabilidades gubernamentales en los secuestros y
asesinatos de etarras. El español no se apenó y señaló que
matar y secuestrar a asesinos no es un crimen, sino un favor
que se le hace a la sociedad. Y agregó que los GAL hacían más
cosas, como realizar atentados que luego se le atribuían a
ETA. Zedillo preguntó si el rey sabía de eso. El español
respondió: "El rey sabe lo que le conviene y finge que no sabe
lo que no le conviene" y añade que no pasa nada, que apenas
unos días de escándalo en la prensa y ya, que nadie va a
profundizar cuando los muertos son terroristas, que hay
decisiones graves que deben tomarse por razones de Estado.
Zedillo señala que eso no sirve aquí porque los zapatistas no
son terroristas. "Hágalos terroristas", dice el español y
prosigue: "Lo que hay que hacer es crear un grupo armado de
indígenas, hacer que se enfrente a los zapatistas, se pelean,
hay muertos, entra el ejército a poner en paz a todos y ya".
El español continúa "nosotros podríamos echarles la mano con
algunos consejos, en fin, algo de experiencia. Claro que
esperamos de su gobierno alguna cooperación a cambio, como la
extradición de etarras que viven en su país". Zedillo dice que
no es seguro que sean etarras. "Eso no es problema, dice el
español, nosotros nos encargamos de que lo sean". El español
agrega que su gobierno podría apoyar también al gobierno
mexicano en las negociaciones comerciales con Europa y termina
su argumentación con una frase: "Hombre, Ernesto, si en algo
somos expertos los españoles es en exterminar indígenas".
Hasta aquí la información que nos llegó. El resto se infiere
rápidamente: Zedillo ordena la activación de los grupos
paramilitares, el gobierno español da asesoría, y el gobierno
mexicano incrementa la extradición de supuestos etarras.
El 22 de diciembre de 1997, un grupo paramilitar marcha a
enfrentarse con los zapatistas. Éstos se repliegan para evitar
un choque entre indígenas y avisan a los no zapatistas de la
amenaza. En Acteal quedan "Las Abejas", desarmados y confiados
en que, siendo neutrales, nada les pasará. La carnicería
empieza y termina, mientras policías y militares esperan
pacientemente para entrar a "poner paz" en el "enfrentamiento"
entre indígenas. La verdad se descubre casi inmediatamente
gracias a los medios de comunicación. La noticia da la vuelta
al mundo y conmociona a todo ser humano noble. En Los Pinos,
Zedillo sólo repite "¿Por qué niños y mujeres?".
Aún fresca la sangre de Acteal, entrevistado por el periodista
mexicano Luis Hernández Navarro (La Jornada, 10 de marzo de
1998), Felipe González se expresaba así de la matanza: "Eso
siempre crea una tremenda conmoción. Vivimos en esa
globalización mediática que genera impactos. México tiene la
grandeza de que una cosa así es una noticia explosiva y que
preocupa. Situaciones muchísimo más graves en otras latitudes
no merecen portadas de periódico, o no llegan a pasar esas
barreras de la comunicación." Así que todo es un problema de
exageración de los medios…
¿Era Felipe González Márquez la persona que platicó con
Zedillo sobre los GAL, los paramilitares y la extradición de
vascos? ¿Era alguien de su gobierno? Algunos recuerdos
arrancados de calendarios anteriores:
1995: en España, el Tribunal de Conflictos faculta al gobierno
de Felipe González a no entregar documentación vinculada con
los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Fundados el 6
de julio de 1983, los GAL tienen responsabilidad en cuando
menos 40 atentados con 28 muertos, entre 1983-1987. En octubre
de 1995, Ernesto Zedillo se reúne en privado con Felipe
González en Bariloche, Argentina, en ocasión de la V Cumbre
Latinoamericana.
En 1996, enero: los acusados por la guerra sucia contra ETA se
quejan de que todo el asunto de los GAL es una conspiración
para "derrocar" al entonces presidente Felipe González. El
PSOE mantiene a José Barrionuevo, ex ministro del interior
procesado, junto con el ex secretario para la seguridad del
Estado Rafael Vera, por su actividad terrorista, en la lista
de candidatos a diputados. Ernesto Zedillo Ponce de León viaja
a España en su primera visita de Estado a ese país.
En febrero: Es detenido Jaime Iribarren, parlamentario de
Herri Batasuna, acusado de quemar una excavadora. También en
esos días es detenido Jon Idígoras, líder de Batasuna, por
órdenes del juez Baltasar Garzón que lo quería vincular a la
organización Euskadi Ta Askatasuna (ETA). Entre los
antecedentes "criminales" de Idígoras está el haber entonado
una canción nacionalista durante una visita del rey Juan
Carlos a Guernica, en 1981. Circula un video donde integrantes
de ETA plantean una propuesta negociadora con el Estado
Español. Felipe González desestima los sondeos que dan ventaja
al PP sobre el PSOE. En marzo, el PSOE de González pierde las
elecciones frente al Partido Popular de Aznar. El cantante
hispano "Raphael" manifiesta sus esperanzas en Aznar: "Estoy
seguro que sabrá hacer justicia a la memoria de Franco".
Julio de 1996: la justicia española condena a 122 años de
cárcel a José Koldo Martín Carmona, deportado por México en
noviembre de 1995. Junto con Lourdes Churruca, Koldo fue
acusado de tres atentados que no produjeron víctima alguna. En
esas fechas 3 jóvenes vascos eran juzgados por haber
incendiado una camioneta de la policía. Las penas pedidas para
ellos oscilaban entre los 111 y los 592 años de prisión.
En este año sale a la luz el libro "Roldán-Paeza, la conexión
suiza" del periodista Juan Gasparini. El libro revela algunos
aspectos de la corrupción al interior del gobierno de Felipe
González, en particular sobre Luis Roldán, ex director de la
Guardia Civil. Entre las empresas corruptoras está la compañía
Siemens. Uno de sus abogados, Ulrich Kohlí, además de venderle
minas antipersonales a Saddam Hussein, lavó dinero para la
familia Salinas de Gortari. Felipe González sale en defensa de
su "amigo" Carlos Salinas de Gortari elogiando sus políticas.
1998, julio: José Barrionuevo y Rafael Vera, vinculados a los
GAL, son condenados a 10 años de prisión. Durante el proceso
Felipe González compareció como testigo y aludió, en repetidas
ocasiones, a la razón de Estado como justificante de
determinadas decisiones graves en situaciones críticas.
En marzo de 1999, una foto periodística (La Jornada. Pedro
Valtierra) presenta a Zedillo saludando a Felipe González bajo
la mirada complaciente del ex primer ministro israelí Simón
Peres.
En octubre del año 2000, Zedillo come con Felipe González en
un lujoso restaurante de la colonia Polanco, en la Ciudad de
México.
El 25 de octubre del 2001, el periodista Raúl Trejo Delarbre,
en "Sociedad y Poder", señala que PRISA (española) y TELEVISA
(mexicana) formalizaron la incursión del dinero español en la
radio mexicana. Asisten el presidente Fox y los presidentes de
Televisa y PRISA, además de Carlos Slim Helú, Felipe González
Márquez y Lino Korrodi. Se violó así el artículo 31, inciso
VI, de la Ley Federal. Estuvo también presente Juan Luis
Cebrián, autor del libro sobre Felipe González "El futuro ya
no es lo que era", y consejero delegado de PRISA.
En Febrero del 2000, Zedillo realiza su segunda visita oficial
a España. En la cena con Aznar, Zedillo recuerda su encuentro
con el ahora presidente del gobierno español a finales de 1994
y agradece el apoyo de España en las negociaciones del Acuerdo
de Libre Comercio entre México y la Unión Europea. El rey y
Aznar agradecen a Zedillo la "colaboración" de México en la
extradición de presuntos etarras.
A lo largo del sexenio de Ernesto Zedillo, 1994-2000, varios
ciudadanos vascos fueron deportados a España acusados de
pertenecer a ETA, hay testimonios en Amnistía Internacional de
que fueron torturados.
En diciembre del 2002, el juez Baltasar Garzón sale en defensa
del rey, Felipe González y José María Aznar a quienes define
casi como "próceres de la democracia".
En Febrero del 2003, Aznar viaja a México para entrevistarse
con Vicente Fox. Los medios manejan que el viaje se debe a que
el español tratará de convencer al mexicano de que apoye la
guerra en Irak. La verdad es otra: Aznar viene a México para
convencer a Fox de que no deje a los zapatistas viajar a
España.
(Informaciones tomadas del periódico mexicano "La Jornada",
años 1996-2003, periodistas Pedro Miguel, Luis Javier Garrido,
Marcos Roitman, Kyra Nuñez, Jaime Avilés, Armando G. Tejeda,
Rosa Elvira Vargas y Luis Hernández Navarro. Agencias
Informativas AFP, ANSA, EFE, REUTER, IPS, AP)
Cotejadas las informaciones, el EZLN decide que el proyecto de
ir a Europa debe iniciar en territorios del Estado Español y
tocar el tema del País Vasco. Pensaba así plantear las
interrogantes obvias que se derivan de esto y las
responsabilidades del gobierno español.
Queda así respondida la pregunta que muchos se hacían: "¿Por
qué el EZLN se mete en el tema del País Vasco?" Fue el
gobierno español el que metió el tema vasco en la lucha
indígena en México, no nosotros.
Los zapatistas consideramos entonces nuestro deber ir a España
para demostrarles al rey, a Felipe González, a José María
Aznar y Baltasar Garzón que mienten con eso de que "si en algo
son expertos los españoles es en exterminar indígenas" puesto
que seguimos vivos, resistiendo y rebeldes.
Nosotros no podíamos provocar una matanza en España, pero sí
un debate. Así pensamos en la iniciativa "Una oportunidad a la
palabra". Estaba, además, el problema de que el tema vasco era
tabú entre las fuerzas progresistas y sólo podía ser tocado
para condenar el terrorismo de ETA, olvidando cuidadosamente
dos cosas: una, el terrorismo de Estado; y otra, que ETA no es
la única fuerza que lucha por la soberanía de Euskal Herria.
No ignoramos entonces que tocar el tema vasco podía causar
resquemores, pero consideramos que era nuestro deber hacerlo.
Además los zapatistas teníamos otras preguntas que esperaban
respuestas. El 17 de noviembre del 2002, en la presentación de
la revista mexicana "Rebeldía", advertimos sobre el deber e
insinuamos a dónde se dirigía nuestra palabra. Días después
lanzamos una provocación que tenía como objetivo principal a
Felipe González. Fallamos en provocar a Gonzáles, pero en su
lugar cae, herido en su ego, el juez Baltasar Garzón. La carta
al Aguascalientes de Madrid señalaba ya la intención zapatista
de ir a Europa y tocaba el tema vasco. Después pasó lo que
pasó.
El EZLN nunca se propuso mediar en el conflicto vasco, ni
mucho menos decirle a los vascuences lo que deberían de hacer
o dejar de hacer. Sólo pedimos una oportunidad para la
palabra.
Nuestra propuesta pudo haber sido torpe o ingenua o ambas
cosas, pero nunca fue deshonesta, ni quiso ser irrespetuosa.
No es nuestro modo.
Esa fue la intención zapatista, sin dobleces ni acuerdos "en
lo oscurito". La información que recabamos pensábamos hacerla
pública cuando avanzáramos en las demandas penales ante los
organismos internacionales.
Por eso, frente a los críticas que de todos lados nos hicieron
señalando que por qué nos metíamos en algo que desconocíamos,
respondimos que sabíamos más del asunto vasco que lo que
muchos pensaban, a saber, la conexión País Vasco-Chiapas, es
decir, la conexión entre el terrorismo de Estado español y el
mexicano, el terrorismo internacional pues.
Si ahora revelamos esto que sabemos es porque hemos decidido
cancelar nuestro viaje a la península ibérica.
Nuestra iniciativa era limpia y honesta (como aval moral
tenemos a nuestra propia historia), pero pronto se vio rodeada
de la condena y la incomprensión de quienes se dicen
progresistas, los cuales, presionados por los medios, no
quisieron esperar a ver el desenlace. Para ellos sólo tenemos
un sentido reproche y nada más, porque el rencor no se
alimenta contra quienes, pudiendo ser mezquinos, han sido
generosos en otras ocasiones.
La derecha hizo su trabajo y benefició a la propuesta pues, a
fuerza de satanizarla y satanizarnos, la dio a conocer y
provocó un debate que no tenía precedentes.
Del lado de la "izquierda" alguien se atrevió, de manera ruin
y mezquina, a sugerir que el deslinde que el EZLN hizo frente
a ETA era una condición del gobierno español para permitir el
viaje de la delegación zapatista a tierras ibéricas. Nuestro
deslinde del terrorismo de izquierda no es nuevo, viene desde
la fundación del EZLN, hace casi 20 años, y aún de antes.
Si debemos abstenernos de participar en el encuentro "Una
oportunidad a la Palabra", no es porque nos desvelen las
críticas, reproches o acusaciones mezquinas. Se debe a que no
podemos, en términos de nuestra ética, participar en un
encuentro que no contará con el aval de TODAS las fuerzas
nacionalistas del País Vasco y que corre el riesgo de
convertirse en un tribunal que juzgue a los ausentes, en lugar
de ser un espacio de discusión y reflexión sobre los caminos
del País Vasco.
La responsabilidad de no haber logrado convocar a las fuerzas
vascas es única y exclusiva del EZLN, en particular de quien
es su vocero: Marcos (sin el grado militar, para quienes no
gustan de eso). Nuestras palabras (o nuestro modo, como
decimos nosotros), en lugar de convocar, hirieron a muchas
personas honestas y nobles en el País Vasco. Aunque no fue
nunca nuestra intención, eso ocurrió. Lo lamentamos de veras.
Queremos pedirles una disculpa sincera a todas las personas
del País Vasco a quienes lastimamos. Ojalá y algún día puedan
honrarnos con su perdón, porque el perdón entre hermanos no
envilece.
Respecto al reto a debatir que nos lanzó el juez Garzón, hemos
esperado el tiempo suficiente. El juez Garzón, a pesar de ser
el retador, prefirió guardar silencio. Así demostró que es
bueno para interrogar a prisioneros torturados, para
fotografiarse con los familiares de víctimas del terrorismo y
hacer campaña de auto promoción para el premio Nobel de la
Paz, pero que no se atreve a debatir con alguien medianamente
inteligente. Y no porque uno sea más hábil con la palabra,
sino porque Garzón aduce leyes donde faltan las razones. Antes
acusamos a Garzón de ser un payaso grotesco. No era cierto. Es
sólo un hablador y un cobarde.
Queremos agradecer especialmente a las organizaciones de la
izquierda abertzale, Herri Batasuna y Askapena, que fueron las
únicas que respondieron positivamente a nuestra iniciativa (o,
cuando menos, las únicas que nos lo hicieron saber), así como
a las personas que a título individual o en colectivos, en el
País Vasco, en el Estado Español, en Italia y en México,
acogieron con interés y honestidad nuestra propuesta.
Tal vez algún día nuestras palabras aprendan a reflejar el
cariño, el respeto y la admiración que sentimos por el pueblo
vasco y por su lucha política y cultural.
Tal vez algún día se pueda realizar ese encuentro y, dándole
una oportunidad a la palabra, se encuentren los caminos al
mañana de independencia, democracia, libertad y justicia que
el pueblo vasco, y todos los pueblos del mundo, se merecen.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, 24 de febrero del 2003.
Día de la Bandera Mexicana.
https://www.alainet.org/en/node/108124
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