Las múltiples caras de la violencia en Latinoamérica
14/09/1999
- Opinión
En Bogotá, el 57 por ciento de los homicidios ocurre durante el fin de semana
y el 68 por ciento tiene lugar entre las seis de la tarde y la seis de la
mañana.
En Río de Janeiro, los lunes, seguidos de los sábados y los domingos, son los
días de más alta ocurrencia de violencia doméstica, y el horario de más riesgo
es entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde.
En Costa Rica, el 73 por ciento de los homicidios ocurre entre conocidos,
mientras que en Estados Unidos el 53 por ciento es entre desconocidos.
En América Latina, la mayoría de las víctimas de homicidio son hombres
jóvenes, el 69 por ciento de ellos tiene entre 15 y 29 años de edad.
En El Salvador, el 60 por ciento de los reclusos es menor de 30 años, y el 45
por ciento no ha completado el ciclo primario.
En Río de Janeiro, uno de cada tres niños ha sido víctima de asalto y la mitad
había presenciado alguno.
En Colombia, la tasa de homicidios de niños entre 10 y 14 años de edad se
duplicó entre 1979 y 1994.
En Santiago de Chile, más del 40 por ciento de las mujeres adultas con pareja
sufren abuso de algún tipo.
La violencia es un problema con múltiples caras. Estas cifras, producto de
diferentes investigaciones demuestran que el asunto requiere la intervención
urgente de las autoridades, que sólo la represión no ha detenido la espiral
violenta que se vive en la región y que estamos ante lo que algunos ya
califican de problema de salud pública. Todo esto formó parte de un amplio
debate en Río de Janeiro, a finales del mes de julio, en un seminario
patrocinado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Aunque hablamos de un fenómeno con diversas facetas, en América Latina la
violencia se dibuja según el estudioso chileno Iván Silva- en el mapa de las
carencias sociales y la exclusión económica y social, "subrayando la relación
perversa entre violencia, pobreza y desigualdad". Las mujeres, por otra
parte, figuran entre las principales víctimas y para ellas, según el mexicano
Rafael Lozano "la casa entraña mayor riesgo que la calle". Los niños, muchas
veces, están expuestos a una doble dosis violenta, en sus hogares y en las
escuelas, mientras que los hombres jóvenes latinoamericanos padecen de la
"epidemia de los homicidios", son aquellos que ejecutan los actos violentos
principalmente- y son los que más mueren, también víctimas del fenómeno, que
tiene características urbanas.
El combate desde lo local
El seminario del BID, que contó con la presencia de alcaldes y funcionarios
municipales de una decena de países, puso el hincapié en la acción local para
hacer frente a la violencia, pues sin la participación de autoridades locales,
la sociedad organizada y la población, difícilmente se encontrarán respuestas.
El tiempo de las macro políticas parece haber llegado a su fin, pues éstas
pusieron más enfasis en la represión, hecho que no en pocas ocasiones aumentó
el espiral violento que ha llevado a América Latina a ser la segunda región
más violenta del mundo y sólo superada por el África subsahariana.
"Los gobiernos regionales son importantes para integrar a las personas en la
sociedad como ciudadanos auténticos", dijo el presidente del BID, Enrique
Iglesias, quien admitió que la institución ahora es que empieza a prestar
atención al fenómeno y recalcó que se requieren intervenciones desde múltiples
sectores "para atacar un problema con múltiples caras".
"La violencia es un tema de toda la sociedad, y no sólo de los gobiernos, y
si toda la sociedad no se compromete, esta es quizás una batalla perdida",
aseveró Iglesias, quien recordó que la violencia que se vive en la región "no
es sólo el crimen en las calles, también es la agresión a los niños, las
mujeres, los ancianos, (acciones) institucionales, entre los jóvenes. Estamos
ante un fenómeno complejo, que muchas veces va más allá de lo visible".
Para invitados estadounidenses, como el ex director de la policía de San Diego
(California), Kenneth Fortier, un asunto crucial en América Latina, como
también lo ha sido en Estados Unidos, es la impunidad: "la violación de la ley
debe recibir el mismo castigo, sea cometida por una autoridad o una persona
pobre".
El también estadounidense Steven Levitt, profesor de la Universidad de
Chicago, planteó como problema la corrupción policial y aseveró que "no se
combate la violencia cuando el criminal está dentro de la policía, es
imposible combatir el crimen con efectivos policiales que sobornan y
extorsionan".
Violencia y desarrollo
De acuerdo con cifras manejadas en el seminario, en América Latina han
aumentado en un 40 por ciento el número de homicidios, en la última década.
En Río de Janeiro algunas investigaciones ya apuntan a estudiar las "pérdidas
socio-económicas" de la violencia, no sólo en términos de los prespuestos
públicos para hacer frente a la situación, sino también para remarcar que con
cada joven que muere violentamente, y la mayoría tienen entre 18 y 24 años,
la sociedad pierde un potencial de su desarrollo.
Según el BID, en algunos casos los altos presupuestos para combatir la
violencia se han convertido "en un obstáculo para el desarrollo" y hacen mella
en economías públicas ya de por sí golpeadas por la crisis y las políticas de
ajuste.
El caso colombiano resultó ser clave como ejemplo. Colombia es hoy el país
más violento de América Latina y la lucha contra distintos frentes violentos
que van desde el narcotráfico, la guerrilla, la delincuencia común y los
paramilitares, le significan al Estado gastos en materia de seguridad
equivalentes al 25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
"No es de sorprenderse que la violencia represente grandes costos para las
economías de la región. Estudios financiados por el BID en seis países de la
región, estiman que los gastos en la prevención y el tratamiento de la
violencia representan el 5,1 y el 24,9 por ciento del PIB, gastos que podrían
ser utilizados con fines más productivos. La violencia doméstica contra
mujeres, niños y ancianos impone costos adicionales. Un estudio realizado por
el BID sobre violencia doméstica contra la mujer demostró que sólo la pérdida
en los salarios de las mujeres golpeadas representa entre 1,6 y 2,0 por ciento
del PIB", recalcó el organismo durante el seminario en Río de Janeiro.
Partiendo de las diversas estadísticas y exposiciones hechas durante el
encuentro, el BID remarcó de forma clara que "la violencia es un obstáculo
serio para el desarrollo social y económico de la región".
************************
Tasas brutas de mortalidad por homicidios:
Argentina 5,2
Brasil 19,6 (Río de Janeiro 63,5)
Canadá 2,2
Colombia 74,4 (Medellín 248)
Costa Rica 4,4
Ecuador 10,1
España 0,5
Estados Unidos 9,9
México 19,2
Venezuela 12,1 (Caracas 76)
Porcenytajes del PIB sobre costos de la violencia social: pérdidas en salud:
Brasil 1,9
Colombia 5,0
México 1,3
El Salvador 4,3
Perú, 1,5
Venezuela 0,3
Pérdidas materiales:
Brasil 3,6
Colombia 8,4
El Salvador 5,1
México 4,9
Perú 2,0
Venezuela 9,0
A quien cree usted que le va bien la violencia en Colombia (encuesta entre
jovenes):
A los políticos 41%
A la gente rica 25%
A los vivos (oportunistas) 18%
a la gente deshonesta 17%
https://www.alainet.org/en/node/104490
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