La huelga del 26M fue un triunfo político, pero el proceso debe continuar con logros más concretos

27/04/2014
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El Frente Estudiantil por la Educación, la Cordinadora Democrática, la Plenaria de Centrales Sindicales y la Federación Nacional Campesina evaluaron el impacto de la huelga general y la marcha campesina del 26 de marzo último en Paraguay.
 
El pasado miércoles 9 de abril se realizó el conversatorio “Análisis de la jornada del 26 de marzo y perspectivas para el movimiento popular”, organizado por Base Investigaciones Sociales. Fue un espacio para evaluar el alcance y las líneas de análisis posibles tras las movilizaciones nacionales.
 
En la mesa de debate estuvieron Ana Portillo (Frente Estudiantil por la Educación), Roberto Colmán (Cordinadora Democrática), José Pineda (Plenaria de Centrales Sindicales), Teodolina Villalba y Marcial Gómez (Federación Nacional Campesina).
 
A continuación presentamos un resumen de los principales puntos del debate que se abrió entre los y las referentes de las organizaciones sociales y el público presente.
 
Sigue el desafío de la APP
 
Cada disertante explicó que para llegar a la huelga, en sus organizaciones se dieron procesos de debate, reflexión, sacrificios y relacionamiento con otros actores sociales y políticos. Hubo coincidencias en que el gran elemento articulador de todos los sectores fue especialmente el rechazo de la ley de Alianza Público Privada (APP) y de otras medidas económicas y políticas del gobierno de Cartes.
 
Se dijo, además, que el gran desafío que se levanta tras la huelga es conseguir derogar esta ley. Hubo puntos de vista en común entorno a que la huelga y la marcha fueron un éxito y lograron paralizar el país, lograron la simpatía del pueblo paraguayo, con un alto acatamiento nacional.
 
“Esta es una conquista muy importante para nosotros como organización, el pueblo asumió la huelga general. Muchísimos sectores del país se sumaron a la marcha, y también la gente por el trayecto salía a aplaudir a acompañar, nos pasaba agua, hielo”, dijo para ilustrar este escenario Teodolina Villalba.
 
El hecho político más importante
 
Otro de los fenómenos que se dio, de acuerdo a lo expuesto en el conversatorio, es que la realización y la organización de una huelga general conllevó necesariamente un proceso previo de reflexión al interior de las organizaciones.
 
Para José Pineda, la huelga fue el hecho político más importante del año, mientras que el dirigente sindical Julio López, también de la Plenaria de Centrales Sindicales,que participó como público en el debate, lo calificó como el hecho más importante de toda la era Cartes.
 
Y todavía de mayor importancia si se tiene en cuenta el contexto de crisis sindical, debilitamiento de gran parte del campesinado y retrocesos democráticos tras el golpe de Estado de 2012.
Unidad de acción
 
Roberto Colmán resaltó como uno de los logros la unidad de acción que se dio entre los distintos sectores sociales para la ocasión, y advirtió que la alianza entre ellas es la única vía para detener las medidas del gobierno actual.
 
Reconoció que el presidente Cartes no transigió en los reclamos que le hizo la huelga, pero que eso no significa que no haya sido un éxito. “Cartes no va a tener la tranquilidad que parecía tener para la consecución de sus objetivos de implementar estas leyes”, dijo en relación a las leyes aprobadas de APP, modificación de la ley de seguridad y otras respectivas al modelo productivo.
 
Dijo que la movilización de aquel día es un mensaje para la gente, de que sólo con movilizaciones es posible detener este proyecto del gobierno de Cartes.
 
Ajuste del sueldo mínimo
 
Pineda resumió en tres los logros principales, el reajuste del 10% del salario mínimo aún antes de la huelga, la unidad de acción, al menos coyuntural, de los actores sociales y el reflote del movimiento sindical. Si bien éstos fueron logros importantes, dijo, es necesario que los mismos se traduzcan en logros concretos.
 
“El movimiento sindical tiene que tener resultados. No sólo movilizaciones, sino resultados tangibles, para que la credibilidad de la dirigencia sindical tenga una mayor aceptación y compromiso. Las mediciones de nuestros compañeros se dan por cuestiones concretas, económicas o políticas, no solo por movilizaciones”, dijo.
 
Autocrítica sindical
 
También reconoció que el punto débil del movimiento sindical fue el no movilizar la cantidad de personas que creyó que podía movilizar. A pesar de esto, el acatamiento fue enorme en todo el país, y hubo instituciones estatales donde el ausentismo al trabajo fue del 80%, señaló.
 
En otro momento hizo una autocrítica señalando que todavía falta mucho para la unidad entre las centrales sindicales, que “todavía hay mucho egoísmo”. Prueba de ello, dijo, se dieron dos actos centrales el día de la huelga.
 
“Si no se da esa unidad, soy escéptico”, dijo en relación a la capacidad de forzar una derogación de la ley APP. También que es necesario conseguir una unidad entre los partidos que tienen representación parlamentaria para poder lograr la derogación de la ley.
 
Aportar desde la educación
 
Ana Portillo señaló la importancia de los y las estudiantes universitarios de debatir y organizarse para participar de la huelga, más todavía si se tiene en cuenta que el frente estudiantil es el primer espacio político para muchas personas. Dijo que fue crucial las reflexiones que hicieron antes de la movilización, porque les ayudó a sopesar los posibles escenarios que se podían dar.
 
Lo que la gente nos confió ese día
 
Teodolina Villalba y Marcial Gómez hablaron de los trabajosos preparativos de la marcha y la huelga, que se enmarcaron en la resistencia a las fumigaciones sojeras a partir del mes de octubre último.
 
Teodolina dijo que efectivamente el aumento del 10% del salario mínimo fue el primer logro, incluso antes de “venir” (a la marcha y la huelga de Asunción). “Hubo una conquista importante, el pueblo nos escuchó y se puso a nuestro lado y eso no podemos traicionar”, dijo.
 
También dijo que el gobierno de Cartes, que primero se mostró intransigente, tuvo que ceder en sus posturas en torno a la huelga, al ver la magnitud y el espíritu de acatamiento de la gente.
 
Marcial Gómez dijo que desde un principio la realización de la huelga, para la FNC, era innegociable. Y viendo el éxito de la huelga, ahora dicen que la derogación de la APP es innegociable. Dijo que esta derogación debe ser el requisito central para cualquier mesa de diálogo con el gobierno.
 
“Tenemos suficiente experiencia en nuestro país de que si hay fuerza de masa en la ruta, en la calle en la organización no hay el “no se puede”. Por ejemplo la derogación de la ley 1.615(ley de privatización de empresas públicas en 2002) no tenía nada que ver con ningún acuerdo entre los sectores políticos. De noche le obligamos a que se reúnan (…)”, dijo.
 
“Y eso nos espera -siguió diciendo- esa es la perspectiva. Lo que el pueblo confió en nuestras manos, lo que asumió al venir a nuestro lado durante la huelga, eso que aplaudió, está esperando ahora a ver cómo se desarrolla, nos está mirando”.
 
Dijo que en estas semanas estarán evaluando para luego ya volver a trazar las nuevas movilizaciones y estrategias políticas.
 
El público presente cuestionó, especialmente a los referentes sindicales de la mesa, que no se haya visibilizado mejor aquel día de la huelga y en el proceso preparativo el caso Curuguaty y todas las injusticias que rodean al mismo.
 
 
https://www.alainet.org/de/node/85099
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