Ampliación del Canal: Engaños, sobrecostos y precarización laboral

28/01/2014
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La ampliación del Canal de Panamá, es, sin lugar a dudas, una de las maravillas de la ingeniería del siglo XXI, que por diversas razones,  ya sean de dimensiones en el calado o la relevancia que vaya a generar en la economía global,  la hacen estar en el ojo del mundo marítimo internacional. Más aún, cuando el éxito o el fracaso podrían representar un gran impacto para la economía nacional, muchos medios de comunicación se han hecho eco de los últimos acontecimientos que se viven en la ampliación del Tercer Juego de Esclusas, por donde actualmente sobrevuela la incertidumbre y la irresponsabilidad de las partes involucradas. Y es que, desde mucho antes que se diera el referéndum para la Ampliación, diversos sectores como el Grupo de Trabajo del Canal de Panamá del Centro de Estudios Estratégicos CEE, así como el Centro de Estudios Latinoamericanos “Justo Arosemena” (CELA),  advertían de los riesgos de la construcción de un mega proyecto escuetamente planificado y sin una mayor consulta nacional que integrara a diversos sectores, sugiriendo  que no se omitiese ningún tipo de información a la nación. Es posible que hoy tengamos que recurrir nuevamente a esas advertencias para repasar el futuro que puede tener el mayor proyecto de construcción en nuestro país desde la reversión del Canal a manos panameñas.
 
Los engaños. En un artículo publicado en el 2006 (1), por el ex administrador encargado de la Comisión del Canal de Panamá,  Fernando Manfredo, se destacan algunos puntos que hacen referencia a las mentiras y engaños que nos vendieron con el “Si” de la Ampliación del Canal, y que hoy día estamos más próximos a que esas mentiras se conviertan en una triste realidad.
 
En los informes a la nación se ha hablado mucho sobre el impacto “positivo” que tendría la ampliación en la economía nacional durante su construcción y una vez finalizada la obra. En los estudios presentados en ese entonces,  se estimaba que actualmente de los más de mil millones de dólares que las empresas acreedoras habían prestado a Panamá, no más del 12% se quedaría en el país, el resto serviría para pagar importaciones de equipos, tecnología, materiales, contratos , así como entre otras cosas. La gran mayoría se ha ido en elevadísimos salarios y contratos a empresas subcontratistas, puestos por Grupo Unido por el Canal (GUPC), que no pudo solucionar pequeños trabajos,  como por ejemplo las especificaciones de concreto que solicita la Autoridad del Canal ACP.
 
También se hace mención a los miles de empleos que generaría esta obra, estos serian alrededor de 10 mil empleos permanentes. Pero actualmente las cifras que maneja la empresa Grupo Unidos por el Canal, son de menos de 8, 500 empleados, y solo si sumáramos los 5 años de trabajo en conjunto,  empleos  que han sido rotantes de acuerdo a las exigencias, siendo muy pocos los puestos permanentes.
 
Actualmente,  la empresa ha estado despidiendo a más de la mitad de sus trabajadores debido al conflicto que mantiene con la ACP y la demanda de paralización de las obras de construcción. Pero se sabe que, desde finales del 2012, la mano de obra extranjera ha aumentado. Recordemos que aunque el Código Laboral y la Convención Colectiva estipulan  que por cada 1 trabajador extranjero 10 deben ser panameños, en la ampliación se encontraba que esa cifra estaba sobreestimada alterando de forma tal la capacidad de contratación de mano nacional altamente capacitada.
 
Otras de las grandes mentiras en la que se ha incurrido es hablar de la rentabilidad de la ampliación a futuro, en la actualidad el Canal de Nicaragua ha dejado de ser un mito (2) y se perfila como uno de los principales rivales de la ampliación del Canal de Panamá, el canal nicaragüense podría estar parcialmente construido para el 2019, año en el que tendría capacidad para captar 416 millones de toneladas métricas, lo que representaría el 3,9% de la carga marítima mundial. Mientras que por el Canal de Panamá solo pasa el 2% de la misma actualmente.
 
Agujeros y sobre costos en la ampliación del Canal de Panamá
 
Los costos para la ampliación del Canal de Panamá desde sus inicios, han sido siempre una interrogante que la propia ACP no ha querido revelar y que explotarían más que nunca en la actual situación en que se presenta la empresa Grupo Unidos por el Canal y la Autoridad del Canal de Panamá. Durante el periodo del ex presidente Martín Torrijos, se estimaba que los costos estarían por los 2,500 millones de dólares y que éstos serían pagados a plazos por las empresas navieras. Posteriormente, grupos de ingenieros y consultores privados contratados por la ACP como el señor Guillermo Quijano, familia del actual administrador de la ACP y miembro de la junta directiva,  estimó el costo en “más de dos mil millones “lo mismo que hizo el ingeniero Rodolfo Sabonge, quien calculó que las dos nuevas esclusas “costarían 2 mil 553 millones de dólares”.  Francisco Miguez, coordinador del Plan Maestro, declaraba en 2006  que el costo de la obra se estimaba en 5 mil millones. La empresa APL-Drewry Shipping Consultants, empresa consultora de la ACP,  en un estudio estimó el costo entre 5 y 13 mil millones, tomando en cuenta siempre todos los imprevistos para este tipo de obras de construcción. Tengamos en cuenta que entre mayor es el tiempo para la culminación de la obra, mayor son los intereses y gastos que esta acoge.
 
La empresa ganadora de la licitación del Tercer Juego de Esclusas, la española Sacyr Vallehermoso,  ofertó con el precio más bajo y temerario del mercado:  (3) 118,880 mil millones menos que la oferta más próxima de la estadounidense Bechtel (4), 185,983 y casi 300 millones menos que la estimada por la ACP, todo esto para lograr el contrato que en su totalidad es de 5,200 millones de dólares.
 
Lo que no se quería mencionar en las cúpulas de la ACP es que esta empresa venía oliendo mal o podrida desde adentro (3)  puesto que traía una larga cola de arrastre financiero, que no es de sorprenderse las ansias por lograr este contrato sin importar que después se dieran sobre costos o precios inflados, cuando en declaraciones el presidente de Sacyr argumentaba “ Que si era necesario cotizar hasta 10% menos y que en el camino tendrían 5 años para corregirlo o 1883 días para ser exactos”, después vendrán las modificaciones, las adendas, y las exigencias por sobre costos encareciendo todo hasta un 40% más de lo estipulado. ¡Sorpresa! Estamos en algo parecido.
 
En la actualidad los costos totales y de operación son una sorpresa para la gran mayoría de la población panameña ya que,  a medida que pasa el tiempo,  éstos se van incrementando, sin importar si dentro del contrato existe la cláusula de penalización por días de retraso. La empresa GUPC mantiene la postura que se le paguen 1,600 millones de dólares para poder continuar las obras, pero la ACP se niega puesto que las justificaciones que defiende Grupo Unidos por el Canal no tienen sustento ni fundamento sólido. Hasta tanto todo este litigio termine y la obra,  por igual sabremos los costos reales de esta “aventura” que se proyecta culminarse , según los expertos más realistas, para el 2016, cuando debería haber estado para el centenario del Canal en octubre de 2014.
 
Flexibilización y precarización laboral
 
Considero necesario hacer una pequeña reflexión en este punto puesto que los medios no lo hacen ni creo que tengan intención de hacerlo. De acuerdo a las modificaciones hechas al Código Laboral panameño, este se puede dar a interpretaciones como en muchos otros casos con el único fin de beneficiar a las empresas contratista. La flexibilización laboral en la Ampliación del Canal de Panamá está generalmente amparada por el Código Laboral, pero la sutileza de la flexibilización hace que no sea del todo perceptible. Pero, es toda una realidad lo que sufren cientos de trabajadores hombres y mujeres y de la que se ha hecho poco registro , más aún cuando la cualidad de la precarización laboral postmoderna es su capacidad de ser asimilada y ser cuasi imperceptible.
 
Contratos de trabajo por obra determinada inconclusos y sin justificaciones mayores que la remoción de personal,  son entendidos como parte de unas condiciones que violentan los derechos de los trabajadores al trabajo;   adicional a esto, condiciones de trabajo inseguro, insalubres, poca seguridad laboral y salarios no acordes con el tipo de trabajo;  la paga es fuera del tiempo correspondiente, entre otras situaciones. En la actualidad,  la precarización laboral irrumpe modificando todas las relaciones de trabajo dejando una serie de consecuencias graves para el trabajador.
 
Hasta la fecha se han podido registrar alrededor de 10 huelgas dentro del proyecto de Ampliación del Canal de Panamá, siendo la primera, a meses de haberse iniciada la obra. Siendo la huelga de mayor duración la originada en enero del 2012, (4)  en la que,  alrededor de 5 a 6 mil trabajadores de las zonas del Atlántico como la del Pacífico dejaron sus labores por una semana y se volcaron a exigir el pago de salarios atrasados así como de sus horas extras, salarios caídos, al mismo tiempo que una mayor seguridad laboral  y  mejores condiciones de trabajo.
 
En el conflicto,  servía como mediadora la Ministra de Trabajo, Alma Cortés, quien  sin bien conocía de las situaciones que se vivían dentro del proyecto,  poco es lo que hacía en cuanto a las reclamaciones de los obreros en conjunto con el sindicato de trabajadores de la construcción.
 
En conclusión,  el proyecto, que es joya y bastión de la Autoridad del Canal de Panamá ACP,  está haciendo “aguas” y es menester que toda la información sea dada a la población panameña, esto fuera posible si existiese realmente un plan nacional de desarrollo que involucrase a todos los sectores, un plan que quedó  ausente en el referéndum del 2006, donde más del 60% de la población voto un “SI” con un gran vacío y desconocimiento de los que se estaba proyectando desde las diferentes cúpulas de interés económico.
 
No se puede esconder lo que se había pronosticado hace un par de años, porque conflictos como los que están sucediendo con la empresa GUPC, los sobrecostos, inflaciones y atrasos en las obras de construcciones pudieron ser previsibles desde muchos antes del 2011, esperemos que esos costos adicionales no vayan a ser trasladados a la población panameña, pero quizás estoy siendo un poco soñador, lo más probable es que así suceda y terminemos pagando todos estos sobrecostos de una empresa española y sus ramificaciones que,  en su destino de conquistas de divisas,  logre “engañar” a todo un país de espejos y concreto.
 
Carlos Escudero Núñez
Sociólogo y miembro del Colectivo Voces Ecológicas COVEC
 
1 Manfredo Fernando, 2006, Panamá, Revista Tareas # 123, pág. 51.
 
2 La construcción del Canal de Nicaragua es una realidad que inicia en diciembre del 2014.
 
3 Según el medio digital Americaconomica.com Sacyr Vallehermoso para inicios del 2011 tenía una deuda que ser refinanciada por alrededor de 4 mil 900 millones de euros ($6 mil 557 millones), “La constructora estaba pasando por un mal momento económico, por lo que sus acreedores solicitan garantías adicionales que avalen el pago, en este caso la filial que construye la ampliación del Canal de Panamá”.
 
4 Obreros de GUPC paralizan labores, 16 enero 2012/ La prensa.com
https://www.alainet.org/de/node/82708?language=en
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