El proceso de cambio en Chile ya no se puede retrasar
10/12/2013
- Opinión
Si Michelle Bachelet triunfa debe recoger el desafío y con su experiencia abrir el camino para una nueva sociedad chilena.
El próximo 15 de diciembre el electorado chileno votará, en segunda vuelta, entre Michelle Bachelet o Evelyn Matthei, quién será la Presidenta de Chile, durante los 4 años siguientes que se inician en marzo de 2014. Esta decisión es consecuencia de los resultados obtenidos el 17 de noviembre, en la primera vuelta, entre las distintas ocho opciones presidenciales ofrecidas al electorado. Bachelet obtuvo un 47% y Matthei un 25%, por lo cual es muy probable que la primera, con facilidad gane para ser elegida.
La gran mayoría de los chilenos ya que no gozan de los beneficios económicos relatados. Los niveles de desigualdad son enormes, éticamente inconcebibles. Mas del 80% de los 18 millones de chilenos no recibe estas ganancias
Chile, ha tenido un período post-Pinochet bastante curioso. En el plano económico, una expansión importante. Desde 1990 a la actualidad su renta per-cápita ha pasado de 5000 a 20.000 dólares anuales. Sus tasas de crecimiento anuales rondan el 5%; la inflación está en el 3%; se crean puestos de trabajo y la inversión privada en el 2013 fue del 27% de PIB. Se podría afirmar, el país ideal. Sin embargo, la gran mayoría de los chilenos no opina así, ya que no gozan de los beneficios económicos relatados. Los niveles de desigualdad son enormes, éticamente inconcebibles. Mas del 80% de los 18 millones de chilenos no recibe estas ganancias. La diferencia entre el mayor y menor ingreso personal está en 250, que es lo que ganan los ricos, comparados con los pobres. Desde el punto de vista político, el país se sigue rigiendo por la Constitución de 1980, impuesta durante la dictadura de Pinochet, en sus aspectos fundamentales. Las elecciones periódicas están basadas en el llamado sistema binominal que garantiza un poder de veto a la coalición que obtenga sólo un tercio de la votación. Esto ha significado que la Derecha se haya casi igualado en número de representantes en el Senado (38 son el total) y en la Cámara de Diputados (120 son el total), con las fuerzas de centro-izquierda. Es decir, no funciona la representación popular proporcional, que caracteriza a las democracias. La propia Constitución fija quórums muy difíciles de alcanzar para modificar legalmente la mala situación de la educacion, la salud, la previsión social y naturalmente los impuestos. Para hacer modificaciones en la Constitución de 1980, los quórum requeridos son casi imposibles de alcanzar sin un acuerdo con la Derecha, que defiende los privilegios que esta le otorga.
La Concertación de Partidos por la Democracia, que ha gobernado durante 20 años no ha tenido voluntad política para modificar estas situaciones, y ha caído en la trampa de incorporarse al sistema, haciendo suyos muchos de los planteamientos de la Derecha. Quienes lucharon contra la dictadura Pinochetista y aquellos ciudadanos de pensamiento democrático, que no toleran los privilegios y las grandes desigualdades, han buscado alternativas, apoyados en el fuerte movimiento de los estudiantes y en la exigencia de una Asamblea Constituyente, al margen de los tradicionales partidos políticos, que modifique la Constitución.
En torno a Bachelet se ha configurado una coalición llamada Nueva Mayoría, que tiene como novedad la incorporación a ella del Partido Comunista. Los resultados electorales, del 17 de noviembre de este año, le han otorgado 68 diputados y ha acumulado 21 senadores (en esta elección se elegía sólo una parte del Senado). Esta nueva representación le permite abordar con éxito algunas cosas importantes: educación, salud, reforma laboral y tributaria, sin necesidad de modificar la Constitución. Para abordar, esta otra cuestión, fundamental para el futuro democrático del país, requerirá diálogos y acuerdos con sectores de la Derecha, en especial del Partido Renovación Nacional, que en algunas ocasiones se ha distanciado de la extrema y pinochetista Derecha, o recurrir al plebiscito con participación de toda la ciudadanía. Difícil y complicada tarea para Bachelet y Nueva Mayoría, porque los procesos de cambio ya no se pueden retrasar ni menos transar.
En aquellas personas y dirigentes que apoyaron a Marco Enríquez, Marcel Claudee incluso Aldo Parisi, que fueron categóricos en la necesidad de cambios importantes y significativos, se ha estado poniendo el énfasis en cuestiones, que creo, siendo verdaderas, dificultan el avance de la gran mayoría del pueblo hacia estos objetivos. Se hace mucha mención de la gran abstención que se produjo en la primera vuelta electoral, cosa habitual en todos las elecciones desde 1990, y que debe ser un aspecto, muy preocupante en cualquiera democracia cualquiera sean las causas que lo origina. Desgraciadamente, esta afirmación es también mencionada por personeros de la Derecha para descalificar el eventual triunfo de Bachelet. Por otra parte, hay muchos factores, para esperar, incluso, una mayor abstención en la segunda vuelta.
Chile puede comenzar a vivir un nuevo ciclo económico y social a partir del 15 de diciembre del 2013. Esto requiere un firme compromiso de” Nueva Mayoría” y Bachelet con los cambios, que no son el ”primer paso al socialismo” como augura, entronizando el miedo, la Derecha; sino que son medidas básicas en un sistema realmente democrático, en que el énfasis se ponga en la mejoría de las condiciones económicas de los pobres, y el país recupere su autonomía e independencia para disponer de sus riquezas mineras y otras. Educación, Cultura, Salud, Mapuches, Medio Ambiente, etc., etc. Son tareas y programas postergados, necesarios y vitales. Vencer a la Derecha, su ideología y el régimen político entronizado por ella. Vencer las reticencias, los miedos y el espíritu conservador hegemónico en la Concertación. Dar paso a la juventud y a las nuevas generaciones que empujan el cambio. Propósitos difíciles de cumplir, pero, que si no se hacen hoy, alejan por mucho tiempo las expectativas de un sistema político, democrático, justo e igualitario. Bachelet, si triunfa, debe recoger el desafío y con su experiencia abrir el camino para una nueva sociedad chilena.
- Oscar Soto, autor de "Allende en el recuerdo"
https://www.alainet.org/de/node/81575
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