África… solidaridad e integración
01/09/2013
- Opinión
A lo largo de la conferencia fuimos revelando al público que estaba muy atento, cómo íbamos hilvanando los procesos de integración de nuestra América como el ALBA, Unasur y Mercosur bajo un manto de soberanía donde dejamos fuera a quienes por años nos creían su patrio trasero
En nuestro libro, aún por publicar, “El proceso de reconversión ideológica en África subsahariana o desromantizar África”, hablamos de los diez problemas dejados por el colonialismo y la dependencia, iniciados formalmente con la famosa conferencia de Berlín (1884-1885), cuando los occidentales se repartieron arbitrariamente este extenso continente
Crecimiento, no es igual a desarrollo. Crecimiento a secas, es decir sólo ingresos y no apuntalar hacia el beneficio de la población se convierte en anticrecimiento, es decir en antidesarrollo
Esta semana fui invitado a dictar una conferencia magistral por el Instituto de Relaciones Internacionales de la cancillería angolana sobre las relaciones entre África y América, donde estuve acompañado por el Dr. Alberto Neto y Manuel Palanca. Con la participación de un nutrido público compuesto de profesores, estudiantes, personal diplomático e investigadores, pudimos analizar los procesos de independencia en África y su relación con las Américas y el Caribe. No faltaron las reflexiones sobre la situación de conflictos permanentes que viven la mayoría de los países de África subsahariana, sin dejar de lado el tema de la llamada Primavera Árabe que aun sigue afectando a los países de África del norte, teniendo como objetivo central desestabilizar por completo a Argelia, como en un momento preciso y a la cañona hicieron con Libia.
Tampoco faltaron, en nuestro diálogo con el público, las comparaciones entre los ejemplos de democracia participativa, soberanía y distribución de la riqueza destacado los modelos venezolanos, ecuatorianos y bolivianos y la “Nova Gobernanza” impuesta por los países occidentales a África.
Problemas que dejaron el colonialismo y la dependencia
En nuestro libro, aun por publicar, “El proceso de reconversión ideológica en África subsahariana o desromantizar África”, hablamos de los diez problemas dejados por el colonialismo y la dependencia, iniciados formalmente con la famosa conferencia de Berlín (1884-1885), cuando los occidentales se repartieron arbitrariamente este extenso continente.
Estos diez problemas, según nuestro criterio son: los conflictos étnicos; los problemas religiosos conflictivos (musulmanes-católicos-mesianismo y las religiones tradicionales); los problemas fronterizos; la mal llamada piratería energética; la lucha por minerales estratégicos (cobalto-uranio, diamantes entre otros); la adopción forzada de la “Nova gobernanza” impuesta por occidente sin tomar en cuenta las diferencias culturales hacia el interior de cada país; el tráfico de drogas utilizando a África (Guinea Bissao-Cabo Verde-Mali) como puente hacia el abastecimiento de más ocho millones de consumidores de cocaína en Europa; el problema del cambio climático que azota cuatro veces más severamente a África que el resto del planeta; el SIDA; la desnutrición y la deforestación.
Crecimiento, antidesarrollo y alternativas
En la África subahariana en la última década, se ha notado un crecimiento económico marcadamente energético, sobrepasando algunos países el 10% anual.
Petróleo y gas son los recursos energéticos que países como Angola, Nigeria, Mozambique, Gabón, Chad, entre otros han repuntado mientras que otros como Etiopía han tenido un alza más sostenida por el desarrollo agrícola o turístico como en un momento determinado lo tuvieron países del África del norte como Egipto y Túnez, hoy lamentablemente en una espiral de la violencia casi insostenible. Crecimiento, no es igual a desarrollo. Crecimiento a secas, es decir solo ingresos y no apuntalar hacia el beneficio de la población se convierte en anticrecimiento, es decir en antidesarrollo.
Petróleo y gas son los recursos energéticos que países como Angola, Nigeria, Mozambique, Gabón, Chad, entre otros han repuntado mientras que otros como Etiopía han tenido un alza más sostenida por el desarrollo agrícola o turístico como en un momento determinado lo tuvieron países del África del norte como Egipto y Túnez, hoy lamentablemente en una espiral de la violencia casi insostenible. Crecimiento, no es igual a desarrollo. Crecimiento a secas, es decir solo ingresos y no apuntalar hacia el beneficio de la población se convierte en anticrecimiento, es decir en antidesarrollo.
¿Qué hacer con ese crecimiento económico para lograr un desarrollo sostenible, participativo? Ante esa pregunta de los participantes, dimos el ejemplo de nuestro país donde la ecuación de la entrada de los recursos petrolero va dirigida al pueblo en educación, salud, participación en las tomas de decisiones. Pusimos un ejemplo de que el 80% de los ingresos petroleros se transforman en indicadores de desarrollo, en empeñarnos en lograr los objetivos del milenio. El público entusiasmado expresaba su deseo que Venezuela y los países como Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua eran un ejemplo a seguir, pues el pueblo es el objetivo central del crecimiento económico.
Integración con dignidad
A lo largo de la conferencia fuimos revelando al público que estaba muy atento, cómo íbamos hilvanando los procesos de integración de nuestra América como el ALBA, Unasur y Mercosur bajo un manto de soberanía donde dejamos fuera a quienes por años nos creían su patrio trasero. Pero también destacamos el ejemplo digno que Angola ha dado al mundo para sostener su soberanía en diferentes luchas sin cuartel que dejó cerca de cinco millones de desplazados y más de un millón de muertos… fue un costo muy elevado para lograr la soberanía y su independencia después de 41 años de guerra. Angola fue uno de los ejemplos más altos de la solidaridad con la participación de casi medio millón de cubanos en batallas como Kifangondo, Ebo, Kangamba y Cuito Cuanevale donde se derrotó a las fuerzas racista sudafricanas, la liberación de Namibia, la estabilización de la naciente Zimbawe y la liberación de Nelson Mandela. Pero simbólicamente, Fidel, para poner de relieve la nueva integración, la nueva solidaridad humana, la calificó como un “huracán afrolatinoamericano” como parte de la deuda moral que tenemos los pueblos de este lado del Atlántico donde fueron desterrados nuestros ancestros africanos por casi 500 años de trata negrera. Desde Venezuela el comandante presidente Hugo Chávez Frías, con el internacionalismo bolivariano) iniciaría una nueva etapa del relacionamiento entre África y América del Sur, junto con Lula (Brasil) y Obasanjo (Nigeria) a través de la Cumbre África-América del Sur (ASA) de la cual se han realizado tres cumbres (2006-2009 y 2013).
https://www.alainet.org/de/node/78889
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