El difícil camino de la unidad del centro izquierda
La más reciente encuesta de la firma Ivamer Gallup señala que los candidatos del centro tendrían 28 puntos en la intención de voto, y que Gustavo Petro, del Pacto Histórico, tendría un 38,3%.
- Opinión
Los recientes resultados electorales en Ecuador, en donde en medio de la división del centro izquierda Guillermo Lasso Lasso ganó en segunda vuelta frente al correísta Andrés Arauz; así como el inesperado resultado del Perú en que en primera vuelta y con bajas votaciones pasaron a la segunda ronda el candidato de la izquierda Pedro Castillo y la derechista Keiko Fujimori, han profundizado la discusión en Colombia de cara a las elecciones presidenciales y del Congreso, que se realizaran las primeras en mayo y las segunda en marzo del próximo año.
Este debate es saludable, necesario y urgente. Aquí me voy a ocupar de los argumentos principales que se han esgrimido por parte de algunos de los voceros del Centro Político, para tratar de argumentar que es mejor tener dos consultas y concurrir a la primera vuelta con dos candidatos uno del centro y otro de la izquierda. Debo decir que comparto la necesidad de la discusión y que el debate debe hacerse de manera pública, sin insultos y con altura, con argumentos más que con insultos y gritería (ver en particular el artículo de Humberto de la Calle).
En primer lugar, quienes hemos sostenido que la unidad debería darse sobre la base de un programa de transición democrática previamente acordado y debatido públicamente con la sociedad, y que el mecanismo de selección debería ser una sola consulta en marzo del próximo año en las elecciones del Congreso, no necesariamente estamos llamando a construir una unidad alrededor de Gustavo Petro. Puede que algunos de quienes sostienen esta postura lo piensen y actúen así, pero no es mi caso.
La consideración principal es que el adversario al que hay que derrotar es al uribismo y a su coalición, por lo que han representado para Colombia como opción política y como gobierno. Enemigos de la paz, instauraron la mentira y las falsas noticias en la política. Han deteriorado a las instituciones democráticas y en su ejercicio político han sido y son aliados de las mafias y de los clanes politiqueros regionales. Representan una alianza mafiosa enemiga de la paz, de la convivencia, impulsan la guerra, no esconden sus simpatías por el conflicto armado y se han apoyado en los grupos paramilitares. Han deteriorado seriamente a las instituciones democráticas que usan como una verdadera secta.
Han además propiciado una alianza con los más grandes conglomerados económicos y financieros del país, a quienes mantienen con todo tipo de dádivas y privilegios y con quienes cogobiernan para mantener su respaldo, de paso negando los derechos de los trabajadores a quienes han pauperizado con regresivas reformas laborales.
Han representado además los intereses de las multinacionales, a quienes dan todo tipo de ventajas, y son los más conspicuos representantes del modelo neoliberal extractivista entre nosotros. Son un verdadero riesgo y peligro para las instituciones democráticas en nuestro país. Por eso son el adversario principal y por eso todos los demócratas, tanto los del centro como los de la izquierda, debemos trabajar con denuedo y con tesón para derrotarlos democráticamente. Para garantizar que sean derrotados se requiere de la unidad, de la alianza, de la convergencia alrededor de un programa de transición democrática que requiere el país, y de una candidatura única que represente esa unidad. Ese acuerdo debería garantizar en pie de igualdad todas las garantías, tanto a Gustavo Petro como a Sergio Fajardo, a Humberto de la Calle, a Jorge Enrique Robledo, a Angela María Robledo y a los demás candidatos, para hacer una consulta sin vetos ni exclusiones.
Se dice que la idea de ganar en primera vuelta es distante, pero no lo creo así. Estoy de acuerdo con De la Calle en que el uribismo y el régimen al que hay que derrotar no esta moribundo. Es fuerte. Son fuerzas muy poderosas tanto en lo económico, dado que contarán con el respaldo de los principales grupos económicos del país, como en los medios de comunicación de los que son dueños y controlan a sus anchas ahora más que en el pasado.
La más reciente encuesta de la firma Ivamer Gallup, publicada esta semana, señala que los candidatos del centro tendrían 28 puntos en la intención de voto si las elecciones fueran hoy (Fajardo 15,9%, Juan Manuel Galán 4,4%, Humberto de la Calle 4,0%, Jorge Enrique Robledo 3,7%, no aparecen otros candidatos del Centro) y que Gustavo Petro tendría 38,3%, aunque no aparecen otros precandidatos del llamado Pacto Histórico. En la política los resultados no siempre son la suma aritmética de los posibles aliados, pero las cifras ayudan tanto a entender la situación como a tomar las mejores decisiones. Estas cifras muestran que la alianza o acuerdo podría apalancar un triunfo en primera vuelta.
También concuerdo con De la Calle en que la derecha aún no perfila un candidato fuerte que seguramente tendrá. En la encuesta de Invamer, sumados los de la derecha tendrían un 29% de intención de voto, que seguramente tenderá a incrementarse. Esto apenas está comenzando.
No veo que una alianza entre el Centro Político y la izquierda deje desguarnecido al Centro. Por el contrario, en una sola consulta el Centro tendría todas las posibilidades de competir con Petro, a condición de que supere su fragmentación que es hoy lo predominante. El centro debería trabajar por presentar un solo candidato a la consulta, lo cual es posible si se obra con sensatez y se realiza un proceso con base en una o varias encuestas por ejemplo.
Y en cambio comparto plenamente con de la Calle que tanto Petro como su entorno hacen poco por la unidad cuando se dedican a descalificar al centro y a insultar a sus precandidatos. Se requiere poner por encima de los egos y de los pequeños intereses los intereses del país y de sus gentes en primer lugar y trabajar por un debate sin insultos, privilegiando los acuerdos programáticos y la defensa del interés público, que es lo que esta demandando la coyuntura.
Por el otro lado no comparto la lectura triunfalista de los amigos y militantes del Pacto Histórico. Son una fuerza muy importante que no puede ser desconocida y que es fundamental pero nada esta ganado y no veo que solos puedan ganar en primera vuelta. Van a depender, si llegasen a pasar a segunda vuelta, de los votos y del respaldo del centro. La historia de las elecciones de 2018 no debería repetirse.
Y al revés, si un candidato del centro pasara a segunda vuelta, este debería contar con el respaldo de las fuerzas de la izquierda. Y eso también debe trabajarse si el escenario es el de dos candidatos enfrentados en primera vuelta. El voto en blanco no debería repetirse en las próximas elecciones presidenciales. Lo que está en juego es la sobrevivencia de las instituciones democráticas, hoy seriamente debilitadas por el uribismo en el poder.
Y una nota final es hay que trabajar por lograr que la masa abstencionista que supera en las elecciones presidenciales el 45%, disminuya. Hay que trabajar porque se inscriban todos los que puedan votar. Un aumento de la tasa de participación favorecerá ampliamente a los candidatos del centro izquierda. Hay que hacer ese trabajo.
Pedro Santana Rodríguez es Director de la Revista Sur
Del mismo autor
- Elecciones parlamentarias: coaliciones y expectativas 04/03/2022
- La extradición del temido Otoniel 25/02/2022
- Alianzas, coaliciones y programa en las elecciones en Colombia 18/02/2022
- Corte Constitucional constata incumplimiento al Acuerdo de Paz 04/02/2022
- Colombia: la respuesta autoritaria a la protesta social 31/01/2022
- Colombia: la batalla por el Congreso de la República 13/12/2021
- El deterioro institucional y el proceso electoral en Colombia 17/09/2021
- Colombia: corrupción, violencia y elecciones 10/09/2021
- Uribe: en busca de la impunidad 27/08/2021
- La necesaria transición democrática en Colombia 20/08/2021