Chile: ¿Hacia una verdadera Asamblea Constituyente?

Ante la ola de contagios de la Covid-19, que llega a niveles inéditos en Chile, el presidente Piñera presentará una reforma legal para que las elecciones se lleven a cabo el 15 y 16 de mayo, la que necesita de los votos de dos tercios del Parlamento.

01/04/2021
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El año pasado 2020, escribimos un artículo sobre Chile llamado: “Chile se encamina hacia un nuevo y profundo ciclo político”, donde luego de hacer una breve historia y consecuencias del modelo neoliberal en Chile, nos preguntamos: ¿Hacia dónde va Chile?

 

En el mencionado artículo recordamos, y ahora lo hacemos igualmente, que en la Consulta Popular hacia la redacción de una nueva Constitución para Chile, el 78,27% de los ciudadanos votaron en el plebiscito y aprobaron iniciar este proceso. Decíamos que sería un proceso largo y tedioso, aunque monumental, desmontar la vieja Constitución de Augusto Pinochet.

 

La nueva Constitución chilena será redactada por una Convención Constituyente, compuesta por 155 miembros electos por votación popular, el 11 de abril del 2021.

 

Estos constituyentes tendrán 9 meses, para presentar un nuevo texto constitucional, pudiendo ser ampliado por 3 meses más, en una sola oportunidad. De esta manera, a mediados de 2022, el país vivirá un nuevo plebiscito de salida para aprobar o rechazar la nueva Constitución.

 

Veamos las etapas del Proceso Constituyente, que tiene a Chile en este momento histórico:

 

15 de noviembre de 2019: Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución.

 

24 de diciembre de 2019: Reforma constitucional que modifica la Constitución vigente para incorporar el itinerario y reglas del proceso constituyente.

 

29 de marzo de 2020: Presidente convoca, vía decreto, al plebiscito de entrada del 25 de octubre de 2020.

 

25 de octubre de 2020: Plebiscito en el que se decide si se aprueba o rechaza la idea de una Nueva Constitución; y cuál sería el órgano que la redacte.

 

11 de abril de 2021: Elección de Convencionales Constituyentes.

 

Mayo o junio de 2021: Instalación de la Convención Constituyente.

 

Hasta 9 o 12 meses después: Convención aprueba un nuevo Texto Constitucional.

 

Aproximadamente 60 días después (agosto de 2022 aproximadamente): Plebiscito para aprobar o rechazar nueva Constitución.

 

Ya estamos a pocos días de celebrarse este paso histórico en la vida política de Chile. Aunque al momento de estar redactando este artículo, surge la eventualidad, que ante la ola de contagios de la Covid-19, que llega a niveles inéditos en Chile, el presidente Sebastián Piñera, presentará una reforma constitucional para que las elecciones se lleven a cabo el 15 y 16 de mayo, la que necesita de los votos de dos tercios del Parlamento. La oposición, sin embargo, anunció que exigirá al Ejecutivo nuevas medidas sanitarias y de ayuda económica, a cambio de respaldar la medida en el Congreso. Veremos que sucede…

 

No obstante, la anterior eventualidad, deseamos compartir algunos elementos de tan importante hecho político para la institucionalidad y para la nacionalidad chilena.

 

  1. Lo cierto es que desde que se propuso la fecha del 11 de abril 2021 para la elección de los Constituyentistas redactores del nuevo texto Constitucional, no ha habido mucha atención periodística y/o comunicacional de tal evento, por lo menos en América Latina, no sabemos si esto pasa al interior del país. Dejamos esta inquietud-pregunta para su reflexión…

 

  1. Algunos sectores del país señalan que en verdad en Chile no se está en un Proceso Constituyente, que no hay una Asamblea Constituyente, ya que lo “acordado” por los partidos políticos de derecha e izquierda, es celebrar una Convención Constitucional. Agregándose además, que la dicha Convención Constitucional, aprobará la nueva Constitucional con el quorum de dos tercios, que deja en entredicho la verdadera soberanía popular de la Convención.

 

Parece ser una traición al pueblo chileno, que demanda una Asamblea Constituyente, con todas las potestades para redactar y someter a votación popular (apoyo masivo de un pueblo), un asunto de especial importancia para la Nación, como lo es una Constitución nueva.

 

Ojala este 11 de abril, preferentemente, le toque al pueblo chileno, iniciar y decidir su destino al escribir con su mano, con verdaderos redactores del pueblo, la primera Constitución democrática de la historia de Chile.

 

  1. Otro acuerdo entre las partes fue que el texto Constitucional será escrito sin amarras a la actual Constitución; es decir que, en ausencia de acuerdos sobre algún punto, no se mantendrá el articulado del texto actual. Sin embargo, la condicionante de la derecha, para ceder dicho punto fue establecer como límites el respeto a la definición de Chile, como una República democrática, el respeto a los DDHH, a todos los tratados internacionales suscritos y a las sentencias judiciales ya ejecutoriadas.

 

Cosa que ha significado un punto de conflicto, toda vez que pone en cuestión el alcance soberano del proceso.

 

  1. Otros cambios u “acuerdos” han sido,  dada la presión del feminismo, la incorporación de la paridad de las y los constituyentes; se encuentran en debate los escaños reservados para los pueblos originarios y se flexibilizaron los requisitos para la participación de independientes en el proceso, pues el modelo de elección replica la elección de congresistas, que favorece la electibilidad de los partidos políticos.

 

¿Qué está en juego en el proceso constituyente?

 

Primero, no se trata del cambio de un texto constitucional por otro, sino de la construcción de una Constitución con implicaciones materiales, tanto en relación a la sociedad actual de Chile, como en relación a los alcances de los cambios: la posibilidad de cambiar la orientación neoliberal del modelo actual, de superar ese orden político, social y económico nefasto.

 

Segundo, debe ser la oportunidad para abrir un proceso de transformaciones, que exceda al propio debate del texto. Las expectativas sociales son altas y, para no acumular frustración social, las fuerzas de cambio enfrentan el desafío de compatibilizar medidas de corto plazo, que tengan implicaciones materiales inmediatas, con cambios estructurales que excedan el propio debate constitucional.

 

Temas y/o cambios de la Constitución actual

 

  1. ¿Qué país se desea diseñar?

 

  1. ¿Qué significa un nuevo Pacto Social?

 

  1. Discutir nuevamente la Regla Fiscal.

 

  1. Lo exclusivo del Ejecutivo en temas como el Presupuesto.

 

  1. La independencia del Banco Central.

 

  1. Soluciones para 30 años de desigualdad económica-social.

 

  1. Una de las grandes demandas es la necesidad de redefinir la noción patriarcal, colonial y hetero normativa de familia, heredada históricamente de las constituciones autoritarias, que se han impuesto al país desde 1833 en adelante, y que ha sido una fuente de discriminación, exclusión y persecución a importantes sectores de la sociedad.

 

En definitiva, la discusión constituyente en Chile está abierta, por lo que la manera cómo se definirán a las familias democráticamente, es quizás unos de los puntos más importantes que se tienen que dar, ya que muestra cómo nos vemos a nosotros/as mismos realmente, y no como la elite conservadora ha querido que nos veamos por siglos.

 

Entonces, para que pueda significar la apertura de un proceso de transformaciones sociales profundas, el debate y la acción deberán exceder el plano institucional y reconducirlo hacia los diversos sectores populares.

 

Desde la calle, Chile debe comenzar a reescribir su historia, dejando en el basurero de su historia a los Pinochet, los Lagos, los Bachelet, los Piñera y otros tantos.

 

 

https://www.alainet.org/de/node/211648?language=en
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