El desastroso manejo económico y financiero del Ecuador por el Ministerio de Economía frente a la crisis inducida y la pandemia del Covid-19.

Desde el mes de marzo que el gobierno declaró el estado de emergencia, los continuos desatinos, medias verdades y mentiras del ministro de Finanzas han sido la tónica en el manejo económico y financiero del Ecuador. El pago de la deuda y su manejo ha sido la cereza del pastel, ya que el ministro de finanzas ha incurrido en constantes mentiras. La verdad es que el Ministerio de Finanzas pagó USD 791 millones en el mes de marzo a los tenedores de deuda, se cancelaron USD 760 millones en margin calls y en el mes de abril se cancelaron por adelantado USD 936 millones, a lo que se agrega la constante “austeridad” en el sector público incluyendo el sistema de salud,[1] situación que no solamente la historia juzgará, por contemplarse como un delito en contra los miles de ecuatorianos fallecidos y contagiados, todo esto a pesar de las constantes recomendaciones de organismos internacionales sobre el no pago de la deuda y utilizar los recursos para el manejo de la crisis de salud.

Hace 14 días el mismo ministro de Economía anuncia la reestructuración de la deuda,[2] como algo que ya se encontraba efectivizado, pero como vemos al parecer esta es otra de las verdades a medias y mentiras que nos ha acostumbrado el Eco. Richard Martínez, según información de Financial Times y con una frase que lo resume todo “comenzaron a celebrar antes que la pelota estuviera en la red”,[3] no es sino hasta finales de este mes que se tendría la decisión por parte de los acreedores.

En reiteradas ocasiones el Ministro de Finanzas ha mencionado la responsabilidad que el país tiene sobre sus deudas, que las ha cumplido a cabalidad con los tenedores de bonos, contraponiéndose con las responsabilidades internas. Es decir, responsables no solo con actores externos sino con gran parte de los grupos económicos y de cámaras empresariales (la tenencia de bonos requiere de la disposición de grandes fortunas) e irresponsables con la población ecuatoriana, de recursos limitados, necesarios para mantener la reproducción de la vida y no el aumento de riqueza. En efecto, al sector público se les ha cancelado sus haberes con un retraso de 20 a 25 días desde el mes de abril y al momento todavía no ha cancelado los sueldos del mes de junio, retrasando continuamente la cadena de pagos en el país y beneficiando a los bancos con los continuos préstamos o avances de efectivo en tarjetas de crédito que los servidores públicos y empleados privados están realizando actualmente, los retrasos en las transferencias y asignaciones a los gobiernos autónomos descentralizados que a su vez contemplan delegación de más responsabilidades por la pandemia, responsabilidades que no han contemplado mayores recursos por parte de finanzas. De nuevo se observa a un gobierno responsable con grupos económicos y cámaras empresariales e imprudente con los trabajadores y la economía nacional.

La “falta de oportunidad” en las decisiones ejecutadas por el Ministerio de Finanzas nos lleva a un grave problema de liquidez y a un panorama oscuro que se proyecta con un decrecimiento de la economía ecuatoriana del 11% del PIB para este 2020 –según el FMI- (casi el doble de decrecimiento durante la crisis del año 1999 provocada por el sistema financiero), según datos de la Organización Internacional del Trabajo “en 2018, 296.000 personas perdieron su trabajo, en 2019, la cifra subió a 311.000 y hasta diciembre de este año la cifra sería de 850.000 desempleados”[4], con una economía sin la capacidad de generar fuentes de trabajo. Al mismo tiempo no existiría la posibilidad de migrar como ocurrió en la crisis financiera cuando millones de compatriotas básicamente fueron expulsados del país para asegurar una mínima sobrevivencia de las familias, generando remesas que actualmente sostienen la balanza de cuenta corriente en el Ecuador, pero que ahora no es posible porque el mundo se encuentra en recesión.

Es necesario rectificar, abordar los problemas estructurales con nuevas alternativas, el manejo de la liquidez del Banco Central del Ecuador, el dinero electrónico por el ente público, la liquidez doméstica, sostener el Estado, el cobro de las deudas a los grandes grupos económicos por parte del SRI, impuestos a la riqueza y patrimonio entre otras, disminución de tasas de interés, son alternativas que la Universidad Central del Ecuador y el Instituto de Investigaciones Económicas a través de la Facultad de Economía, planteó en marzo y mediante carta a la Asamblea Nacional en abril propuso para no perder la “oportunidad” del manejo de la crisis.

Desde la academia se solicita una discusión seria basada en investigaciones rigurosas y empíricas,[5] mismas que son necesarios para resolver la crisis económica y social actual que corrijan el pésimo manejo de la economía ecuatoriana, caracterizada por no generar políticas destinas a las grandes mayorías. Por tanto, es necesario un cambio de timón y así se puedan mejorar las condiciones frente a una destrucción social.

Notas

[1] https://coyunturauceiie.org/2020/03/28/los-recortes-cobran-factura-al-ecuador-la-inversion-en-salud-se-redujo-un-36-en-2019/

[2] https://www.primicias.ec/noticias/economia/ecuador-emitira-nuevos-bonos-globales-reestructuracion-deuda/

[3] https://archive.is/MZw7B

[4] http://www.pichinchacomunicaciones.com.ec/850-mil-personas-perderan-su-empleo-en-ecuador-en-2020-segun-proyecciones-de-oit/

[5] Recomendamos los análisis del Observatorio de la Dolarización y Ecuanómica: https://dolarizacion.ec/2020/07/19/al-servicio-de-la-deuda/ y http://ecuanomica.blogspot.com/2020/07/renegociacion-de-la-deuda-exitosa.html

Fuente:

https://coyunturauceiie.org/2020/07/21/editorial-el-desastroso-manejo-economico-y-financiero-del-ecuador-por-el-ministerio-de-economia-frente-a-la-crisis-inducida-y-la-pandemia-del-covid-19/