La OMC o el capitalismo en crisis permanente

17/08/2018
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

Según el último indicador de las perspectivas del comercio mundial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), publicado el 9 de agosto, la expansión del comercio probablemente se seguirá ralentizando en el tercer trimestre de 2018. El dato más reciente de la OMC (100,3) está por debajo del valor anterior (101,8) y ligeramente por encima del valor de referencia para el índice (100), lo que apunta a una ralentización del crecimiento del comercio en los próximos meses en consonancia con las tendencias a medio plazo.

 

Esta pérdida de dinamismo refleja la atonía de los índices parciales, que incluyen datos sobre los pedidos de exportación y la producción y venta de automóviles, lo que puede obedecer al aumento de las tensiones comerciales. Debemos recordar que en el WTOI se actualiza cada trimestre y en él se combinan una serie de índices relacionados con el comercio que permiten conocer oportunamente la dirección del comercio mundial en un momento dado y su evolución probable en un futuro cercano. De este modo, la OMC puede anunciar puntos de inflexión en el volumen de comercio mundial de mercancías.

 

Complementa las herramientas existentes, como las previsiones comerciales de la OMC a largo plazo y otras publicaciones estadísticas. El WTOI proporciona una cifra global de desempeño en relación con la tendencia. Una cifra de 100 indicaría que el comercio está creciendo conforme a las tendencias recientes, una cifra superior a 100 sugeriría un crecimiento superior a la tendencia, y una cifra inferior a 100 un crecimiento por debajo de la tendencia.

 

La insuficiente reacción de la inversión empresarial a las políticas económicas expansivas, en especial las monetarias, y el bajo crecimiento del volumen de comercio internacional, son señales inquietantes en casi todas las economías avanzadas.

 

Sin olvidar que entre mediados de octubre de 2017 y mediados de mayo de 2018, los miembros de la OMC introdujeron más medidas restrictivas del comercio que en el período de examen anterior (de mediados de octubre de 2016 a mediados de octubre de 2017), según el informe de mediados de año del Director General sobre los hechos ocurridos recientemente en relación con el comercio, presentado a los miembros el 25 de julio 2018, en una reunión del Órgano de Examen de las Políticas Comerciales.

 

Si bien es cierto que los miembros siguieron aplicando más medidas de facilitación del comercio que medidas restrictivas del comercio, el valor del comercio abarcado por las medidas restrictivas aumentó y el valor abarcado por las medidas de facilitación disminuyó. El informe pone de relieve este cambio de tendencia y el hecho de que está teniendo lugar en un momento de intensificación de las tensiones comerciales y de la retórica asociada, lo cual debe ser motivo de preocupación para la comunidad internacional.

 

Recordaremos que, en la presentación del informe, el Director General Roberto Azevêdo señalo que: "El mensaje que transmite el informe que hoy nos ocupa es serio. Estamos yendo en la dirección incorrecta, y al parecer cada vez más deprisa. Están en juego el crecimiento, el empleo y la recuperación. Insto a los Miembros a que reconozcan la gravedad de este informe y sus conclusiones. Necesitamos que se adopten medidas inmediatas que distiendan la situación. Continuaré trabajando con todos los Miembros en esta dirección". Concluyendo con la siguiente advertencia “Esta situación debería preocupar a la comunidad internacional”.

 

En el informe se pone de manifiesto que, durante el período examinado los miembros de la OMC aplicaron 75 nuevas medidas restrictivas del comercio, consistentes, entre otras, en incrementos arancelarios, restricciones cuantitativas, impuestos a la importación y regulaciones aduaneras más estrictas, lo que significa una media de casi 11 nuevas medidas al mes y supone un aumento con respecto al promedio indicado en el informe anterior, que era de 9.

 

 En consonancia con las conclusiones de informes precedentes, el valor del comercio abarcado por las medidas de facilitación de las importaciones (107.300 millones de dólares EE. UU.) es mayor que el del abarcado por las medidas restrictivas de las importaciones (84.500 millones de dólares).

 

 Aunque este es un dato positivo, la relación entre el valor del comercio abarcado por las medidas de facilitación de las importaciones y el abarcado por las medidas restrictivas, que en el informe de noviembre de 2017 era de dos a uno a favor de las medidas de liberalización, ha disminuido considerablemente en el período objeto de examen. Según diversas fuentes, este dato resulta muy preocupante; de ahí la necesidad de seguir vigilando la situación.

 

Por lo que respecta a las medidas comerciales correctivas, en el período examinado se registró un ritmo estable en la iniciación de investigaciones por parte de los Miembros de la OMC y un aumento del número de terminaciones. Las investigaciones iniciadas en materia de medidas comerciales correctivas representaron el 40% de todas las medidas comerciales adoptadas durante el período objeto de examen, y casi el 80% de ellas eran investigaciones antidumping.

 

Se calcula que el valor del comercio abarcado por las investigaciones iniciadas en materia de medidas comerciales correctivas que se recogen en este informe asciende a 52.700 millones de dólares EEUU, esto es, casi el doble del valor correspondiente registrado durante el mismo período en 2016-2017. En cuanto al valor del comercio abarcado por las terminaciones con respecto a medidas comerciales correctivas durante el período examinado, se estima en 6.800 millones de dólares.

 

La otra cara del informe

 

Los informes se suceden antagónicamente a las soluciones manifestadas por los gobiernos por esos creemos que es necesario primeramente precisar la causa de las crisis y los factores que pueden actuar como marco propicio para que se desencadenen. A pesar de la ira que se pueda desatar para los defensores del capitalismo neoliberal, no me voy a privar de un útil imprescindible “el marxismo” para tratar de entender o explicar el casino que nos gobierna.

 

El marxismo parte del criterio de que las crisis económicas son fenómenos inevitables por cuanto su causa principal radica en la propia esencia del régimen capitalista y ellas mismas son una manifestación de las contradicciones del sistema, en primer lugar, de la que definió Marx como su contradicción económica fundamental, la contradicción entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación capitalista.

 

Es decir, las contradicciones inherentes al modo capitalista de producción provocan la aparición tarde o temprano de la crisis, que actúa como una forma de ajuste violento de los desequilibrios existentes, constituyendo un mecanismo de autorregulación del sistema que convierte a las crisis como algo inevitable.

 

Durante muchos años, los teóricos defensores del sistema capitalista -en los cuales están inmersos la mayoría de los intelectuales de estas organizaciones- se empeñaron en ignorar el carácter inevitable de las crisis. Pero la realidad no se puede ocultar eternamente y se impone, a tal punto que ya todos reconocen el “carácter cíclico” de la economía capitalista.  Sin embargo, muy pocos reconocen que las crisis son una enfermedad crónica del Capitalismo y que, por lo tanto, su desaparición sólo es posible con la desaparición de este sistema. El problema es que nunca leyeron a Marx, nunca les intereso entrar en una discusión profunda sobre las deshumanizaciones del sistema que defienden.

 

Resumiendo, la teoría económica de Marx aporta dos conclusiones fundamentales en relación a las crisis económicas: en primer lugar, las crisis económicas surgen del mismo desarrollo del capitalismo, como una solución a las desproporciones que inevitablemente se reproducen como consecuencia del patrón de acumulación del sistema y, por lo tanto, son inevitables.  En segundo lugar y derivado de lo antedicho, mientras exista el Capitalismo, existirán las crisis económicas, sin importar las medidas que tomen los Gobiernos para tratar de evitarlas.  Por lo tanto, estas sólo desaparecerán cuando el Capitalismo no exista.

 

La economía mundial navega por las aguas turbias de la globalización capitalista, con más factores de incertidumbre, o al menos más relevantes, que los que había al empezar el año. También lo hace con un ritmo de crecimiento relativamente reducido, tanto entre las economías emergentes como entre las más avanzadas. El promedio de las previsiones de crecimiento de la economía mundial supera ligeramente el 3% para este año.

 

Por otra parte, el giro proteccionista que prometió Donald Trump afecta gravemente al comercio internacional. La economía China, en el centro de atención de algunos de los nombramientos de Trump, no está en la mejor posición para intensificar contenciosos que amenacen la continuidad de su más moderada expansión actual y su cada día más precaria estabilidad financiera. El nivel de endeudamiento ha crecido a un ritmo excesivo en los últimos años, difícil de asimilar en ausencia de un crecimiento suficiente.

 

Y la dependencia del resto del mundo de lo que ocurra en las dos mayores economías es muy significativa. Tanto para los países emergentes, pero también, para Europa. Pero “tout va très bien madame la marquise»: la factura ya sabemos quiénes las pagan.

 

Eduardo Camin

Periodista uruguayo, miembro de la Asociación de Corresponsales de prensa de la ONU. Redactor Jefe Internacional del Hebdolatino en Ginebra. Asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

 

 

 

 

https://www.alainet.org/de/node/194792?language=en
America Latina en Movimiento - RSS abonnieren