Quiérase o no Norcorea es potencia nuclear
- Opinión
La política norteamericana de "presión máxima y compromiso" contra la República Democrática Popular de Corea (RPDC) se basa en que Washington no reconoce a esa nación asiática como Estado nuclear. Pero, ¿por qué es tan importante esto si Corea del Norte, como es sabido por todo el mundo, sí es un Estado nuclear?
Según el Tratado de no proliferación nuclear (TNP), solamente los cinco países que tenían armas nucleares cuando entró en vigor el Tratado en 1970 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Unión Soviética y China), se reconocen internacionalmente como Estados nucleares. El Tratado les obliga a reducir sus arsenales nucleares hasta su eventual eliminación y exige de los demás signatarios que renuncien a la posesión de armamento atómico.
No importa que las cinco potencias nucleares estén, 47 años después, muy lejos de alcanzar su compromiso de desarme y que Estados Unidos esté gastando este año mil millones de dólares en la modernización de su arsenal nuclear. Lo que más interesa a Norteamérica del TNP es el párrafo que precisa que, aparte de los cinco poseedores del arma nuclear reconocidos oficialmente, ningún otro país puede acceder a ella.
Y, por sobre todas las demandas de Washington, la prioritaria es la que parte de que la posesión de armamento nuclear por Corea del Norte y su programa de misiles constituyen una afrenta a esta doctrina y, en consecuencia, como país violador debe ser castigado.
Pero ocurre que hay otros tres países poseedores de armas nucleares que forman parte del TNP y en ello radica la mayor hipocresía en la postura de Estados Unidos, que no objeta que India, Pakistán e Israel posean bombas atómicas.
En un artículo reproducido por la revista digital Counterpunch, Gregory Elich, miembro de la Junta Directiva del Instituto de Investigación de Jasenovac y el Consejo Asesor del Instituto de Política sobre Corea, al analizar esta situación, advierte sobre la raíz de este conflicto y sus probables próximas consecuencias. Cuando comenzó el año, dice Elich, Corea del Norte se hallaba en una posición bastante vulnerable, entre la retórica agresiva de Trump y ciertos importantes aspectos técnicos pendientes de ser puestos a punto en su programa nuclear y misilístico.
Con armas convencionales, Norcorea se considera capaz de disuadir, con la amenaza de grandes daños, a Corea del Sur, pero en un conflicto mayor los estragos a las fuerzas de Estados Unidos serían relativamente leves, sobre todo si Washington lanza un primer fuerte ataque contra la capacidad militar de Corea del Norte.
De ahí que no resulta creíble que lo que la RDPC ha estado probando recientemente sea un misil balístico intercontinental capaz de llegar al territorio de Estados Unidos. Ha sido un misil balístico de alcance medio basado en tierra. Esto confirmaría su estrategia defensiva consistente en demostrar capacidad de lanzar un arma nuclear y aptitud para atacar a aviones de combate de la base naval estadounidense en Guam, así como a un portaaviones frente a las costas coreanas, con los misiles antibuques que recién han estado desarrollando y que destacan por su maniobrabilidad y precisión.
Los norcoreanos han estudiado experiencias de Yugoslavia, Irak y Libia y llegaron a la conclusión de que una pequeña nación que dependa sólo de armas convencionales no puede disuadir un ataque por parte de los Estados Unidos. De ahí que Corea del Norte califique de "medida de legítima autodefensa para proteger la soberanía y la existencia de la nación" a su programa nuclear.
Estados Unidos tiene como principio fundamental de su política exterior de confrontación disponer de condiciones para atacar a cualquier país y evitar que ellos tengan los medios para defenderse. La necesidad de detener el programa norcoreano de misiles nucleares y de largo alcance de norcoreano no se basa en el temor a que la RDPC lance un misil balístico intercontinental hasta su territorio, sino a que tenga un eficaz elemento de disuasión nuclear cerca de sus costas, con serias implicaciones para su política regional si otros países lo imitaran para afirmar su supervivencia.
Elich argumenta que los recientes lanzamientos de misiles por Corea del Norte no plantean una amenaza a la seguridad de la población estadounidense, como afirman los medios corporativos, sino para los cálculos estratégicos de Estados Unidos en la región.
Para Pyongyang la opción es simple. Si se desnucleariza, corre el riesgo de sucumbir ante el estrangulamiento económico impuesto por Estados Unidos. Si abandona su programa nuclear, se hace más vulnerable a los ataques de Estados Unidos. Y ellos recuerdan el caso de Libia tras el abandono de su programa nuclear.
Estados Unidos anuncia que no entablará conversaciones con Pyongyang a menos que ésta se desnuclearice sin condición previa, lo que, según Elich, cierra toda posibilidad de solución diplomática. Solo quedaría esperar que el presidente surcoreano, Moon Jae-in, persuada a Estados Unidos a que adopte un enfoque más realista en aras de una solución viable para la disputa nuclear.
Julio 13 de 2017
Manuel E. Yepe
Publicado originalmente en el diario POR ESTO! de Mérida, México.
Blog del autor: http://manuelyepe.wordpress.com/
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