El problema no es la salida de Temer, sino con quién y cómo se lo sustituye

19/05/2017
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A un año del golpe que encabezó contra Dilma Rousseff, Michel Temer se balancea sobre la tela de una araña tras la difusión del audio que lo compromete con pagos a otro de sus socios en el golpe y la decisión del Tribunal Supremo de investigarlo. Temer aseguró que no renunciará, pero miles de brasileños salieron a las calles a exigir que se vaya y a pedir elecciones directas ya. Hoy el problema no es su salida, sino quién y cómo se lo sustituye.

 

El Tribunal Supremo Federal (TSF) de Brasil abrió este jueves una investigación contra el presidente de facto por obstrucción de la justicia, con base en una grabación en la que el mandatario supuestamente da el aval para que un empresario compre el silencio del ex presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, operador de la destitución de la ex presidenta constitucional Dilma Rousseff.

 

La grabación fue difundida por el multimedia oligopólico Globo, mentor y, al mismo tiempo, gestor del golpe

 

En capitales estatales y localidades a lo largo de 23 de los 26 estados (además del Distrito Federal) del país, se llevaron a cabo movilizaciones para exigir que se convoque a elecciones presidenciales ya, horas después de que al estallar el escándalo se presentaron al menos cuatro solicitudes de impeachment (juicio político) contra Temer, quien asumió el gobierno el 12 de mayo de 2016, cuando comenzó el proceso contra Rousseff.

 

El expresidente Fernando Henrique Cardoso –considerado como el autor intelectual del golpe juidicial-policial-parlamentario contra Dilma-, la cadena Globo y legisladores conservadores manifestaron su respaldo a la realización de elecciones indirectas para elegir al sucesor del actual gobernante y concluir el mandato el 31 de diciembre de 2018. Si lograran ese objetivo no sería otra cosa la prolongación del golpe a través de la proscripción de más de unos 120 millones de brasileños empadronados en el colegio electoral.

 

Los analistas nacionales internacionales coinciden en que haya o no elecciones directas depende, en buena medida de las movilizaciones del próximo domingo, para exigir elecciones inmediatas y definir un plan de emergencia popular, que muy posiblemente serán masivas.

 

“El gobierno se acabó”, sintetizó Alberto Goldman, vicepresidente del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) que hasta el miércoles era una de las dos fuerzas centrales de la coalición encabezada por el Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), de Temer. Cardoso, líder del PSDB, recomendó la renuncia de Temer.

 

Hasta la semana pasada la banca privada nacional y extranjera, y los fondos buitres eran fiadores del gobierno de facto, luego que éste les aseguró desmontar el sistema previsional y la legislación laboral. Hoy, el senador socialdemócrata Ricardo Ferraco, a cargo de la reforma laboral, anunció que el proyecto dejó de ser prioridad, y otro tanto ocurrirá con el jubilatorio que ni siquiera fue aprobado en Diputados.

 

Haciendo equilibrio en su tela de araña, Temer, convertido en presidente tras la destitución de su antecesora el 31 de agosto pasado, dijo en un discurso televisado que no renunciará. Ahora, el poder fáctico se apresura en construir una alternativa a Temer. La forma en que va a salir se decidirá en las próximas horas o días: renuncia, si lo juzgan en el Supremo Tribunal Electoral o incluso si aceleran los pedidos de juicio político que entraron en el Congreso

 

“Remover a la presidenta elegida democráticamente en nombre del combate a la criminalidad era una farsa, precisamente porque encumbraría a las facciones más corruptas, a los criminales más ocultos y a los bandidos, y les daría el control sobre el país sin haber ganado elecciones”, señaló el estadounidense Glenn Greenwald en su portal The Intercept.

 

Pruebas materiales irrefutables comprueban la naturaleza corrupta de la coalición de fuerzas que se ha apoderado del gobierno e imponen una agenda de reformas antipopulares, antinacionales y antidemocráticas, afirmó el PT en un comunicado. Agregó que el gobierno de Temer recurrió a las más nefastas prácticas para implementar las reformas, como sobornos y malversación de recursos públicos.

 

¿A quién en lugar de Temer?

 

Según la Constitución, si el presidente es depuesto, quien lo sustituye es el presidente de la Cámara, después el del Senado y por último el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF).

 

Pero el actual presidente de la Cámara, Rodrigo Maia (DEM), está siendo investigado por sobornos de 110 mil dólares en un proceso abierto por el magistrado del STF Edson Fachin a partir de la delación realizada por ejecutivos de la empresa Odebrecht en el ámbito de la operación Lava Jato.

 

Lo mismo ocurre con el actual presidente del Senado, Eunício Olivieira (PMDB), quién asumió el cargo el primero de febrero, y que aparece mencionado en tres delaciones de la operación Lava Jato.

 

Según el abogado y miembro de la Consulta Popular Ricardo Gebrim, si eso acontece, el Supremo Tribunal federal puede impedir que sean parte de la línea sucesoria, así como se hizo con el ex presidente del Senado Renan Calheiros (PMDB) el 7 de diciembre; lo mantuvo en la presidencia pero negándole la posibilidad de sustituir a Temer.

 

Quien tiene buenas posibilidades de asumir interinamente la presidencia es la titular del STF, Carmen Lucia quien debería convoca a elecciones indirectas en un plazo de 30 días. O sea, quien elegiría el sustituto de Temer sería el Congreso Nacional, de acuerdo a lo previsto por el artículo 81 de la Constitución para casos en los que el presidente o el vice abandonan el cargo tras dos años de mandato.

 

La realidad es que hoy, el poder fáctico, el campo golpista aparece dividido. En el golpe de 1964, y en el período de gobierno de Cardoso de 1994, la burguesía estaba unida, tenía un comando único, un proyecto de país y una retaguardia importante en el capital estadounidense. Hoy carece de un proyecto de país y perdió la retaguardia estadounidense (se alineaban con Hilary Clinton), y pelean por salvaguardar, cada uno, sus intereses económicos y financieros particulares. Para Gebrim, la delación de O Globo es parte de un guion sospechoso. Recuerda que Cármen Lúcia se reunió a puertas cerradas el día 9 con un grupo de 13 empresarios, tres de ellos miembros del Consejo de Desarrollo Económico y Social, conocido como “Conselhão”, formado en noviembre del año pasado por Temer. Son empresarios de bancos, telecomunicaciones, hoteles, compañías aéreas, inmobiliarias, del papel y la celulosa. “Probablemente Cármen Lúcia ya sabía de esta grabación cuando se reunió con el PBI brasileño la semana pasada”, indicó Gebrim.

 

En el “Conselhão” participaron Chieko Aoki, presidente de la red Blue Tree Hotels; Luiza Trajano, dueña de la red Magazine Luiza; y Pedro Wongtschowski, presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo Industrial (Iedi). Los otros participantes fueron Betania Tanure, consultora de BTA; Candido Bracher, presidente del Itaú Unibanco; Carlos Schroder, director-general de la Red Globo; Décio da Silva, presidente del consejo de la WEG; Flavio Rocha, dueño de las tiendas Riachuelo; Jefferson de Paula, CEO de ArcelorMittal; Paulo Kakinoff, presidente de la empresa de aviación Gol; Rubens Menin, fundador y presidente del consejo de administración de la MRV Ingeniería; Walter Schalka, presidente de Suzano Papel y Celulosa; e Wilson Ferreira, presidente de la Eletrobras.

 

El poder fáctico y golpista insiste en elecciones indirectas, en las que cualquier partido puede presentar su candidato dentro del plazo legal establecido, para ser votado por los diputados y senadores federales. Simultáneamente, la oposición dentro del Congreso (PT, PC do B, PSOl, PDT, y PSB), tramita una propuesta de enmienda constitucional que propone elecciones directas inmediatamente.

 

La catedrática Carol Proner, de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), insiste en que “la transición para el Estado Democrático de Derecho debe ser hecha por los legítimos perjudicados, que son los trabajadores y los movimientos sociales, y no por un nuevo golpe. La población está atenta, con mucha cautela”, señaló.

 

Conscientes de las dificultades, la Central de Movimientos Populares, el Frente Brasil Popular y el Frente Pueblo sin Miedo, apuestan al crecimiento de la propuesta de “Directas ya”: “Defendemos que se cambie la Constitución con carácter de urgencia y que no se hagan elecciones indirectas”, afirmó Raimundo Bonfim, coordinador general de la CMP.

 

Joao Pedro Stedile, coordinador del Movimiento de Trabajadores sin Tierra señaló que el plan del Frente Brasil Popular es primero, bajar a los golpistas y suspender todas las medidas legislativas que vienen tomando contra el pueblo, para luego tener un gobierno de transición, que convoque a elecciones presidenciales para octubre de 2017, y que se discuta una forma de tener una reforma política inmediata, que garantice la voluntad del pueblo, y se elija un nuevo Congreso.

 

Otro punto, añade Stedile, es que el nuevo gobierno asuma el compromiso, ya en su campaña, de convocar una Asamblea Constituyente exclusiva para construir un nuevo modelo democrático de régimen político-electoral en el país.

 

De forma paralela, los movimientos populares están construyendo un “Plan Popular de Emergencia”, que incluye más de 70 medidas que el gobierno de transición y el nuevo gobierno deberían implementar para sacar al país de la crisis económica, social y política.

 

La última crisis confirma que los golpistas carecen de comando único, divididos entre el poder económico (representado por Meirelles, el ministro de Hacienda, los grandes empresarios como los Batistas de JBS); el grupo del PMDB que manejan las leyes (el líder del gobierno en el senado Romero Jucá, el ministro de la Casa Civil Eliseu Padilha, el jefe de la Secretaría General de la Presidencia, Moreira Franco), y un grupo ideológico compuesto por Globo, y el Poder Judicial, con muchas contradicciones entre ellos.

 

Es por eso que tampoco tienen claro ahora a quién colocar en lugar de Temer y darle credibilidad a un gobierno de transición, mientras tratan de que no se desborde la movilización popular en las calles (¿quizá con mayor represión?). Su primera labor parece ser invisibilizar al expresidente Lula da Silva, quien lidera todos los sondeos. Pero no logran “inventar” un nuevo Collor de Mello o un Fernando Henrique Cardoso mientras Temer se balancea en su tela de araña.

 

Juraima Almeida

Investigadora brasileña, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

 

 

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