Gobierno de Trump. ¿Qué nos espera en la Región? (IV)

30/01/2017
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Cuarta parte

 

Hasta ahora, pareciera que la política exterior del nuevo inquilino de la Casa Blanca en Washington, se centra en afectar a México y sus habitantes. Declaraciones, desde las documentadas en anterior entrega, para conminar a ensambladoras y productoras instaladas en otros países, a retornar inversiones a territorio estadounidense –¿qué no es capital transnacional?- hasta la amenaza de un muro en la frontera México-estadounidense.

 

Razón aducida para el muro es evitar paso de indocumentados, el menor de los “delitos”, comparado con el narcotráfico provocado por la población consumidora, al otro lado de la frontera, cuyos proveedores son varios países de la Región. Del imperio para acá, hay fuerte trasiego de armamento de alto poder, hacia bandas de delincuencia organizada que afectan a millones de mexicanos y provocan muerte a muchos miles, que sin “deberla ni temerla” se cruzan en la “guerra” absurda e inútil que existe entre esos grupos y el gobierno, a todos sus niveles. 

 

Esta es solo la punta de lanza para algo más: la decisión de reconstruir el tejido económico-social en el país, reivindicando los postulados añejos del “Destino Manifiesto”, que lleven a E.U. nuevamente a ser la 1ª nación en el Planeta, involucrando a Latinoamérica y el Caribe y al resto del mundo. No son simples bufonadas, son piquetes de áspid, pretendiendo conocer la reacción de cada individuo o nación y por allí colar las negociaciones, tras analizar la ruta que seguirá el adversario.

 

Las intervenciones armadas podrían pasar al final de las acciones que aplicará el Sr. Trump. Hace décadas que E.U. es la suprema potencia militar del mundo, con gigantesco presupuesto de “defensa”, bases esparcidas por el mundo y acciones bélicas en diversas regiones. Bajo el gobierno de Obama, hubo notable incremento de éstas, directas o indirectas.

 

Al desintegrarse la Unión Soviética, principal adversario durante la “Guerra Fría”, Washington se enfocó en impedir el surgimiento de potencia alguna que obstaculizara el mundo unipolar dirigido por el imperio. Tal política activa en los gobiernos de Bush (hijo) y Obama. Bush “inventa” la “guerra preventiva”, excusa para acciones militares. Las inversiones del imperio y las vías marítimas para sus crecientes negocios comerciales a cargo de sus transnacionales, se protegen de esa forma. El predominio militar le sirve también para denegar a otros acceso a recursos y facilidades comerciales.

 

La relación economía-política en el exterior, de E.U. en su evolución arrastra a los gastos militares, que se hacen cada vez más necesarios para la retro-alimentación de su economía, trocándose en círculo vicioso: la militarización que era instrumento de defensa de intereses en el exterior, crece tanto que la economía interna no funciona sino en estado casi de guerra permanente.

 

En 2003, Bush decide intervenir en Irak, aduciendo falsos informes de que poseía armas letales. Así impulsa a la economía que no volvía a su vigor tras la Gran Recesión de 2008. Obama mantiene y acrecienta el gasto militar, -único con apoyo de demócratas y republicanos en el Congreso. La industria de “defensa” produce: misiles, bombarderos, destructores, portaaviones, sistemas de comunicación, etc. que permiten al imperio librar guerras de conquista, controlar recursos y extender su poder a nivel global.

 

Además, lo que se acrecienta por el vasto embudo tributario del Pentágono, representa tecnología importante e innovadora para la sociedad con destinos más allá de los militares. Ejemplos: el Internet, desarrollado por el Departamento de Defensa, 35 años antes de mudar a una tecnología rentable que, en los 90s se entregó a empresas privadas. Lo mismo la automación, aviónica, computación, satélites y más componentes de alta tecnología, desarrollada por el sector público de la economía –ese  recusado en nuestros países por seguir normas del Consenso de Washington-. Allí se investiga e innova; a una empresa privada le costaría demasiado y acabaría en bancarrota. Por ello dependemos de tecnología extranjera, tras demostrar hasta los años 70s del S. XX, que podíamos avanzar en ello.

 

En términos económicos el Pentágono cumple doble propósito: unidad para desarrollo de alta tecnología y “embudo” para canalizar fondos públicos a cajas privadas. Pocas cifras muestran el dinero implicado: en el 2014, el Departamento de Defensa otorgó 239 mil millones de Dls. en contratos de “defensa”. Lockheed Martin recibió $22 mil millones, Boeing $15, General Dynamics $12.4, Raytheon $10.5, Northrup Grumman $8.1, en mil millones.

 

Encuestas de opinión pública revelan que el estadounidense desea mengua en el gasto militar para llevarle a infraestructura, transporte, educación y salud, fundamentalmente. Quiere reducción en casi todos los sectores del estamento militar. Principal obstáculo: el “triángulo de hierro” (tripartito entre un grupo de interés privado, una agencia del gobierno y un comité del Congreso); allí un  particular pide apoyo al otro, para el beneficio mutuo.

 

Este triángulo del complejo militar-industrial se integra por legisladores, empresas privadas y departamentos o agencias del Gobierno federal (Defensa, Energía, Seguridad Interior y la NASA). Sus negociaciones son meramente comerciales y de ganar-ganar. Allí se define –hasta ahora- la política internacional de E.U., inseparable de la importancia de la economía, que adquiere características de guerra. Ver: http://deslinde.co/el-creciente-militarismo-de-estados-unidos/

 

Por ello las “determinaciones ejecutivas” para la suspensión del TLCAN y el TPP, suenan violentas, fuertes, pero serán recusadas en estamentos oficiales, privados y militares de esa nación, dada la importancia que tiene para ellos el manejo de su economía de exportación-importación, vinculada con actos de guerra. En el caso del TCAN, que involucra a los tres países de Norteamérica -Canadá, E. U. y México- cada uno de ellos tiene sus propios intereses. Se trata de un instrumento que  estipula eliminación de aranceles, derechos de importación o tácticas comerciales proteccionistas, entre las naciones miembro. Para México es sana su revisión, dado que en los veinte y dos años de vigencia, hay luces y sombras que lo exigen.

 

El éxito se mide en muchos foros y audiencias, por el incremento en el volumen de comercio entre sus socios. Los defensores declaran positivo el Acuerdo. Sus críticos exhiben la fuga de empleos –preocupación no comprobada de Trump-, desplazamiento de campesinos mexicanos, erosión del poder adquisitivo de salarios en México, y efectos negativos en el medio ambiente y la infraestructura. La evidencia rutinaria muestra razones a considerar en ambas posiciones. Pero consolida la negativa a la apreciación, en un tuit de Trump: “México se ha aprovechado de los Estados Unidos por tiempo suficiente. Los masivos déficits comerciales y la poca ayuda en la frontera, muy débil, deben cambiar, AHORA!”. Que mejor oportunidad de revisión que la que se presenta ahora. Lo mismo ocurre con el TPP, que en la práctica apenas si está arrancando, con todos los vicios que se le critican al TCAN. Ver: http://www.e-veracruz.mx/nota/2017-01-27/politica/trump-ataca-de-nuevo-mexico-se-ha-aprovechado-de-los-estados-unidos

 

En cuanto a la pérdida de empleos en E.U. a raíz del TLCAN es apreciación errónea y mal intencionada. Las cifras son claras y en índices actualmente es menor el desempleo en el imperio, que lo era antes del Tratado. En un diálogo entre dos analistas estadounidenses, uno de Harvard, Simon Hedlin ‏@simonhedlin  y un seguidor de Trump .@JacobBanfield2, Hedlin responde a la pregunta sobre la afectación a los empleos: “Not many. The U.S. unemployment rate during the decade after NAFTA was actually lower than during the decade before NAFTA”. Respuesta técnica que circula en las redes estadounidenses. Ver: https://twitter.com/JacobBanfield2/status/825412796124897280

 

Pero junto a tales materias y formas burdas del gobierno estadounidense: para frenar inversiones a México y otros países, trabas recientes a la exportación agrícola mexicana (aguacate), presión para construir un muro en la frontera con México (circula video con apreciación en contrario de J.F. Kennedy)  y el acoso constante a migrantes indocumentados (con críticas de gobernadores estadounidenses y diversos diarios de importancia nacional, junto a analistas de ese país que apoyan un trato humano y justo), se acrecienta sustancialmente la agenda urgente entre E. U. y México.

 

Se exacerbó la situación, ante nueva declaración de Trump referida a la visita del presidente mexicano a Washington, el 31 de enero, cancelando éste último la reunión, con el argumento irrefutable de la dignidad nacional. Lawrence O’Donnell, destacado comentarista, sentenció: “Peña Nieto humilló a Trump”. “El mejor negociador en el mundo perdió en su negociación con el presidente de México, incluso antes de tener una sola reunión con él. Esa es la peor negociación que un presidente de E.U. haya tenido con un líder extranjero. Y entonces, en términos protocolarios, el presidente mexicano insultó al estadounidense al hacer público que fue su decisión personal cancelar la reunión con Trump”. Ver: http://www.e-veracruz.mx/nota/2017-01-28/politica/primera-negociacion-de-trump-fue-una-humillacion-para-mexico-analista     

 

El respeto debe prevalecer para hacer posible el diálogo. Esa es fórmula para cualquier negociación, con esenciales méritos en las internacionales y más entre jefes de estado o de gobierno. Puede considerarse que hubo retraso en la reacción del gobierno mexicano, pero no era para menos. En el país y el extranjero –con excepción abrupta y fines claros de congraciarse con Trump del 1er ministro israelí- se expresaron muestras de apoyo a la determinación de no acudir a la reunión, en redes de diversos sectores de la sociedad y la política, precisando que había sido una digna reacción.

 

Pero tal postura seguramente irá junto a una precisa estrategia –con planes alternativos- por parte de gobierno y pueblo mexicanos. Esperemos su inmediata concreción, consensuada entre poderes de la Unión y organizaciones de la sociedad (campesinos, obreros, empresarios, maestros universitarios y cualesquiera otros que ofrezcan puntos de vista). 

 

En tanto, la situación internacional se tensa. La canciller alemana, Angela Merkel, criticó hoy -29 de enero- el veto temporal impuesto por Trump, a la entrada de ciudadanos de varios países de mayoría musulmana; mientras se generaliza en Berlín el rechazo a la política migratoria de la Casa Blanca. Merkel "está convencida de que la guerra…contra el terrorismo no justifica que se coloque bajo sospecha generalizada a personas en función de una determinada procedencia o religión", declaró el vocero del Gobierno, Steffen Seibert. Berlín "estudiará ahora qué consecuencias tienen esas medidas para ciudadanos alemanes con doble nacionalidad", lo que Merkel expresó a Trump en conversación, ayer entre los dos líderes. Tal determinación afectará -"Der Spiegel"-, al vicepresidente del grupo de diputados atlantistas del Bundestag (Parlamento federal), de origen iraní, Omig Nouripour, así ocurrirá con muchos otros funcionarios europeos de origen musulmán. La crítica cundió en Alemania y otros países europeos.

 

A la declaración del portavoz, siguió un comunicado consensuado,  por Berlín y Washington, al término de la conversación telefónica, en que se destacaba la "importancia fundamental" que ambos dan a la OTAN y al eje transatlántico. También se mencionan diversas cuestiones que trataron Trump y Merkel: la situación en Oriente Medio, el norte de África, relaciones con Rusia y el conflicto ucraniano y su determinación a cooperar más estrechamente en la lucha contra el terrorismo internacional.

 

Se destacaba, además, la invitación de Merkel a Trump a asistir a la cumbre del G20 -julio en Hamburgo- y la del presidente a la canciller para visitar Washington, sin fecha fijada. Días antes de asumir el cargo Trump había tildado de "error catastrófico" la política de refugiados de la canciller, en entrevista al diario alemán "Bild", calificando a la OTAN de "obsoleta".

 

En Berlín se acrecientan críticas al propósito de Trump de construir un muro fronterizo con México, que en la capital alemana remite a la división que partió la ciudad, durante décadas, en la Guerra Fría. "Berlín, la ciudad de la división europea, de la libertad europea, no puede permanecer en silencio mientras otro país planea edificar otro muro…sabemos mejor que nadie cuánto dolor provoca una división cimentada por un muro y alambradas", apuntó el alcalde-gobernador, Michael Müller. La caída del Muro de Berlín (1989) fue un "momento estelar" en el siglo XX, dijo Müller, quien instó a Trump a recordar la frase histórica pronunciada en 1987 por uno de sus antecesores, Ronald Reagan, ante la Puerta de Brandeburgo, cuando pidió al presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, que echara abajo el muro. Ver: http://www.elpais.com.uy/mundo/merkel-contra-trump-criticael-veto.html

 

Así las cosas, que se multiplican en críticas a posiciones y decisiones de Trump por todo el mundo, incitan a intensificar acciones por la unidad nacional al interior de nuestros países. En México corren por redes sociales propuestas para rescatar el derecho de los habitantes del país a decidir rutas en lo político, económico y social. Recordemos algunas: Se “viraliza” en el Whatsapp la colocación de la bandera mexicana; muchos analistas, políticos, investigadores, profesores, escriben sobre el tema con un sentido nacionalista. La población crea videos para pedir compra de alimentos y otros requerimientos familiares, de producción nacional –lo que nos salvará por la cantidad de químicos en enlatados y frescos de importación-; otros recomiendan a restaurantes mexicanos usar materiales comprados en mercados nacionales de producción nacional. Muchas más ideas y recomendaciones corren por las redes sociales y algunas estaciones de radio y TV que escapan al monopolio de la información. En E.U. latinos y de otros orígenes se agrupan para lograr “un día sin mexicanos” en comercios, producción industrial y agropecuaria como en servicios, ausentándose el día 1º de febrero y no comprando productos estadounidenses.

 

Pero falta un Programa Nacional, como el que hemos propuesto: que movilice la producción agropecuaria en ejidos, comunidades y pequeñas propiedades, paralizada y expulsora de la mejor gente a vejaciones o encontrar la muerte en su intento de incorporarse al “sueño americano” adonde los que ya están muestran enorme capacidad de trabajo, imaginación y amor a la tierra, que trabajan para otros. Un Programa con nueva visión de país, que recupere la lucha de nuestros grandes movimientos sociales –independencia-reforma y revolución- en condiciones que exigen los avances tecnológicos en la industria y el comercio, detenga y destruya las reformas que tanto daño directo hacen a la población.

 

Un Programa que nos una a Latinoamérica y el Caribe. Que supere la lejanía, el abandono a posiciones estelares de nuestra relación externa. Programa a la altura de las necesidades reales de un mundo, que en su derrumbe, nos está abriendo áreas de oportunidad enormes, para crear un nuevo Sistema de vida que impulse el bienestar de la humanidad. (Continuará).

 

Puebla, Pue.  29-enero-2016.   

 

V_barcelo@hotmail.com

 

https://www.alainet.org/de/node/183192?language=es
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