Patria Grande

25/04/2016
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Con alegría y convicción me preparo para participar en un encuentro de Movimientos populares de toda América Latina y el Caribe, que se desarrollará prontamente en Lima. 60 delegados de 24 países, encabezados por el Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil, debatirán las necesidades y posibilidades de la formación política de los movimientos del continente.

 

La ocasión no puede ser más oportuna y necesaria. Actualmente en nuestra región, soplan lo que otrora el Che Guevara llamó “vientos de fronda”. Un repunte virulento de las derechas más reaccionarias y fascistas que afecta a todos nuestros países, desde el asedio golpista incesante en Venezuela hasta la segunda vuelta sin sobresaltos de los ultra neoliberales peruanos.

 

El caso más reciente y tal vez el más grave por sus eventuales consecuencias es el puesto en marcha golpe de Estado a la Presidente brasileña, Dilma Rousseff, bajo el mecanismo encubridor de una destitución pseudo legal hecha por la vía del Congreso. Sumando Brasil a la esfera derechista, se busca la desarticulación de Unasur y Celac, primeros instrumentos de integración regional soberana, sin injerencia legal de Estados Unidos, en doscientos años de repúblicas.

 

Estos hechos nos dan una lección muy clara y objetiva de que la vieja cuestión planteada por Bolívar, Mariátegui, Sandino y Allende, entre muchos otros y otras, sigue acaso más vigente que nunca. Nuestro continente, hoy como ayer, es un codiciado tesoro de recursos escasos que ansían los poderes fácticos globales, empezando por la injerencia norteamericana, que se permite dar lecciones de derechos humanos, mientras mantiene ese hoyo negro de los derechos que es la terrorífica cárcel ilegal de Guantánamo.

 

Como han hecho a lo largo de nuestra historia, aunque varían las formas y mecanismos, esos poderes buscarán destruir cualquier proceso de cambios serio y real en cada uno de nuestros países. Es errado e ingenuo creer que alguno de nuestros países, o alguna fuerza progresista, no sufrirán este asedio inmisericorde, si pretenden cambios auténticos hacia la soberanía y la justicia social. Si hay alguna posibilidad de cambios reales y duraderos en cualquier país de Nuestra América, será como parte de una región unida y fuerte o no será.

 

En esta hora histórica han de levantarse con responsabilidad voces como las del parlamentario andino, Alberto Adrianzén, que en entrevista del 22 de abril pasado en este mismo medio, señaló con toda claridad que de destituirse a la Presidenta brasileña, el gobierno peruano debe desconocer al usurpador, llamar golpe a lo sucedido y alinearse con Unasur.

 

Este 1 de mayo, los 60 delegados latinoamericanos tendrán un encuentro con el pueblo peruano, a las 6 de la tarde en Miró Quesada 360, el ingreso es libre. Vamos a recibirlos con un abrazo del tamaño de un continente y afirmar juntos que vamos a defender la Patria Grande.

 

Fuente: http://diariouno.pe/columna/patria-grande/

 

 

 

https://www.alainet.org/de/node/176994?language=en
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