Todos vienen a buscar; y nadie da…

El actual gobernador (demócrata) del estado de Virgina estuvo de visita en La Habana. El Sr., de cuyo nombre no ¿quiero?, acordarme, recibió una atención esmerada por parte de las autoridades de la isla. Fue recibido por un viceprimer ministro (Cabrisas) por el rector de la Universidad de La Habana y por las autoridades de la Zona de Desarrollo del Mariel.

A nuestro entender lo más interesante que comentó fue su deseo de que el presidente Obama visitase la isla para sellar como suyo el logro de la reapertura de las embajadas en las correspondientes capitales políticas de ambos países. Y el comienzo del proceso de normalización de dichas relaciones.

Si tenemos en cuenta las condiciones previas que impuso el mismo Barack Hussein Obama para materializar dicha visita posible, no hay dudas de que el gobernador de Virginia, llegó a Cuba con el objetivo de dar un “jamón” de apertura con los EE.UU. si el gobierno revolucionario le concediese aunque fuera un 10% de soberanía a los intereses angloestadounidenses. Si por lo menos se aceptase a las Damas de Blanco como un “partido” en la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Va resultando que las visitas de funcionarios estadounidenses a Cuba devienen en “pasarela política” que confirma que del lado de allá para acá “ellos” pueden cruzar mediante la estrategia diplomática del “jamoneo” para que la población y las autoridades cubanas aprecien lo sabroso del ambiente de la Florida para arriba; sin negociar más allá del filo de una uña. De Miami para abajo, el gobierno costarricense aún sufre el atoro de los migrantes cubanos convencidos en “subir” a toda costa.

De Key West para “abajo” garrote –embarrado con merengue-, diplomático. Las agencias cubanas de noticias comentan que el gobernador de Virginia, luego de dos días de visita a la isla, saldrá zancando para su estado con el objetivo de participar activamente en la campaña de Hillary Clinton por la presidencia de los EE.UU.

Así es que ciertos estudiosos en la isla ya tienen “proteína” para sus investigaciones acerca de las posibilidades de avance para el actual proceso de normalización de las relaciones bilaterales mediante intervenciones alternativas donde confluyan el campus universitario y ciertas visitas especializadas en péndulo con cariz de colaboración entre académicos. Va, y a lo mejor… se da el “anglo-milagro”.

Por lo pronto, las lágrimas oficialistas  no son para la capacidad de resistencia del pueblo y el gobierno cubanos durante más de medio siglo de bloqueo genocida contra la isla.

"El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha anunciado una serie de medidas ejecutivas destinadas a promover y regular las armas de fuego para reducir la violencia en el país.

Entre las medidas, Obama decretó que todas las empresas y negocios que vendan armas “deben tener licencias y hacer revisiones de antecedentes a los compradores”, si no podrán ser sometidos a la Justicia, informa la CNN. […] Además, el mandatario señaló a la oposición republicana, que rechazó “medidas de sentido común” para limitar la venta de armas a personas con antecedentes penales y problemas psicológicos. “El lobby de las armas puede mantener como rehén al Congreso, pero no puede tener como rehén a Estados Unidos”, sentenció. […] En un acto en la Casa Blanca, el presidente estadounidense entre lágrimas subrayó que el país ha vivido “demasiados tiroteos” masivos en los últimos años y que eso no ocurre en el resto de países desarrollados."[1](1)

Ni un improbable vendaval de lágrimas alcanzaría para atenuar el genocidio mediante una “cacería al negro”, aplicada –tras el exterminio de indígenas- a la llamada “minoría” afroamericana durante la acumulación histórica del “excepcionalismo” angloestadounidense.  Barack Hussein Obama no es ni negro, ni “marroon” ni Wasp; sino un activo de las agencias de inteligencia estadounidenses, que driba entre su rol dramático de Otelo que tiene como su Desdémona a la salvaje sociedad angloestadounidense, y el cambio de método que hoy utiliza un guante “blanco” para atenazar a Cuba y al resto de nuestra región por el cuello.

Echa una lagrimita de caimán en la Casa Blanca, mientras escoge la marca  de puros que fumará en el malecón habanero, y escucha como Maduro se fue “a bolina” en Caracas. De  ahí  su estrategia de enviar a todos los funcionarios que pueda a exhibirse en la “pasarela política” que pretende mantener de la parte de adentro del  bloqueo genocida contra la isla.

Nosotros no le daremos la “llave” de entrada. ¡Cocodrilo!