PCS: sobre las alianzas y la unidad de la izquierda (marzo de 1993)

29/09/2015
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

Durante el VIII Congreso del Partido Comunista de El Salvador, PCS, realizado en marzo de 1993 en las faldas del cerro de Guazapa, fueron  ampliamente debatidos los temas de la política de alianzas y de la unidad de la izquierda. A continuación hacemos un resumen de la parte final del  documento base de esta discusión.

 

IV. La revolución democrática requiere muchos aliados

 

Considera que “una de las características del periodo de transición que está viviendo el país, consiste en que el cuadro general de las fuerzas sociales y políticas del país está en proceso de readecuación. La guerra alteró ese cuadro general de fuerzas produciendo frecuentes reacomodos, debilitó a fondo el viejo bloque de fuerzas en el poder y en general el sistema de alianzas en el campo de la derecha, que tenía como pilar fundamental a la Fuerza Armada. Paralelamente se ampliaron las posibilidades para el entendimiento entre las fuerzas sociales y  políticas opositoras a la dictadura.”

 

Agrega que “alrededor de la bandera de la solución política se configuró el CPDN (Comité Permanente del Debate Nacional) y se amplió el entendimiento en el  movimiento social de oposición al gobierno; surgió el bloque de los partidos políticos bajo la forma de la Interpartidaria; fue posible aglutinar un bloque internacional favorable  a la negociación y se abrieron cauces, aunque limitados y por motivaciones distintas, para ciertos entendimientos con empresarios y militares, todo lo cual hizo posible configurar un amplio consenso nacional e internacional de fuerzas a favor de la negociación e hizo posible la derrota de los sectores opuestos a la negociación.”

 

Analiza que “durante el período pasado, particularmente en los últimos cinco años, hemos hecho una riquísima experiencia de diálogos, consensos y concertaciones, que derivó en alianzas permanentes, temporales, coyunturales. El PCS considera que cada sector, cada partido y le FMLN mismo debe sistematizar esta experiencia y deducir su enseñanzas. La política de alianzas de la revolución democrática es un poderoso instrumento para el logro de su consumación que debe construirse con la participación de todos los protagonistas de esta rica experiencia, llena de variedad, creatividad y flexibilidad.”

 

El proceso electoral: un nuevo escenario para las Alianzas

 

Plantea que “el escenario para las alianzas ha estado situado en los acuerdos de paz. A medida que arranque el proceso de paz y se acerquen las elecciones mismas, el marco para las alianzas se trasladará  a ese nuevo escenario. Por eso estamos avocados a promover la concertación de entendimientos y pactos. Desde el punto de vista teórico habrá que guiarse por las orientaciones derivadas de la propia experiencia. En primer lugar, se debe establecer bien cuál es el campo de las alianzas que se necesita consensar y definir, alrededor de que aspectos o de que línea o programa se debe dar el consenso.”

 

La política de alianzas pasa por definir los términos y mecanismos políticos

 

Opina que “se debe empezar a trabajar cuanto antes en una política de alianzas orientada al logro de victorias electorales en 1994, definir los posibles términos de entendimiento con el movimiento social, un tratamiento especial con los cristianos conforme a la diversidad que le es propia. Acelerar el establecimiento de pactos con los partidos políticos, definiendo sus alcances y definir los mecanismos e instrumentos orgánicos y políticos a cuyo cargo debe estar encomendada la aplicación de la política pactada.”

 

Evalúa que “el quiebre del sistema de alianzas en el campo de la derecha que giraba alrededor de la Fuerza Armada, plantea  a los sectores de la burguesía el reto aún no resuelto de construir uno nuevo. El reacomodo de los sectores empresariales está en proceso y algunos de ellos buscan nuevas formas de entendimiento, distintas a las del pasado y con fuerzas que no pertenecen a su campo. Algunos de ellos están dispuestos a llegar a ciertos entendimientos con el FMLN, tal como ocurrió durante el proceso de negociación.”

 

V. La unidad del FMLN factor esencial para la Revolución Democrática

 

Sobre este tema el documento señala que “doce años de existencia del FMLN han demostrado que la unidad de la izquierda revolucionaria es factor insustituible para el avance de la lucha por la revolución. La unida fue puesta a prueba durante la Guerra Popular Revolucionaria, y no solo fue factor clave para que esta tuviera un victorioso desenlace negociado, sino que, a pesar de las dificultades, abrió las posibilidades para las iniciativas y el desarrollo de cada una de las organizaciones , y en consecuencia, para el fortalecimiento y desarrollo de la unidad misma.”

 

Concluye que “la vida demostró que la diversidad de opiniones y matices ideológicos y el protagonismo propio son legítimos, inevitables y compatibles con la unidad, pueden enriquecer el pensamiento y las destrezas prácticas del frente y fortalecerlo…La experiencia durante la guerra nos enseñó que la clave consiste en dos manifestaciones de madurez y voluntad política: 1) voluntad de no romper la unidad y2) voluntad de buscar arreglo de todos los conflictos por medio del consenso, con base al reconocimiento de los interés legítimos de cada quien, apartando la especulación subjetivista e ideologicista.”

 

Comparte que “durante la guerra vivimos momentos en extremo tensos y agudos al interior del FMLN. La unidad bajó a niveles muy precarios, pero la mantuvimos. Tuvimos muchas diferencias, a veces en asuntos estratégicos, pero siempre nos pusimos de acuerdo. El PCS considera que así debe continuar siendo. Debemos reconocer como algo inherente al FMLN las diferencias existentes entre sus distintas organizaciones miembros. El adecuado debate para el procesamiento de esas diferencias seguirá siendo el método para buscar en todo momento y circunstancia el consenso como medio de profundizar el desarrollo de la unidad.”

 

Subraya que “la legalización del FMLN como partido político de tendencias, con Programa, Estatutos y Principios comunes, es el inicio de una nueva y superior etapa de su unidad. Significa avance de  alcances estratégicos, también para el desarrollo de cada una de sus organizaciones en particular. Cada organización aprenderá a practicar una línea política elaborada en común, de conformidad con sus características, estilos y métodos propios.”

 

Y como PCS propone que la línea de la unidad en el FMLN debe basarse en las siguientes normas: “comunidad alrededor del Programa de la Revolución Democrática; del papel depositario de la confianza popular y del compromiso revolucionario del FMLN con el pueblo; respeto a la opinión de todos, de manera que las decisiones deben tomarse por consenso; derecho de los cinco partidos al protagonismo propio; respeto a la integridad de cada unió y a la integridad del conjunto; compromiso de todos a consensar la opinión y posiciones del FMLN antes de presentarla ante terceros; de promover el acercamiento y los intercambios directos; uso de las bilaterales; compromiso de observación de reglas en debate público.”

 

Sobre este último punto se destacan cinco situaciones para el complejo y urgente manejo político en la legalidad: “quien exprese opinión propia debe decirlo expresamente y no atribuirlas al FMLN; una vez el FMLN adopta una posición de consenso, esta debe ser respetada, acatada y practicada; cada organización debe autocontrolarse  y autoregularse en cuento a temas y oportunidad del debate público y a la forma y lenguaje de la polémica; ha de prohibirse y evadirse la táctica de difundir rumores denigrantes, y la deformación de las opiniones y posiciones de aquellos con quienes disentimos; y el debate debe realizarse sobre un fondo común en defensa de la unidad.”

 

Concluye que “la libertad de expresión, la opinión propia o discrepante al interior del FMLN y en público, y el procesamiento del debate de acuerdo a estas reglas, contribuyen a hacer del FMLN un partido con democracia interna, transparente para sus bases y para el pueblo. Estimula y permite que éstos se formen su propia opinión y participen en el debate buscando lo mejor para nuestra lucha revolucionaria; defiende y fortalece la unidad. Hace diferente y más confiable al FMLN.”

 

16 de septiembre de 2015

https://www.alainet.org/de/node/172711?language=en
America Latina en Movimiento - RSS abonnieren