EU/Occidente, globalización rapaz

08/06/2015
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Durante la llamada globalización, moderna por su faceta neoliberal, surgida entre los países occidentales tras la caída del Muro de Berlín (1989) y la URSS (1991), que llegara al principio del fin con la crisis económica de 2008 y estalló en el principal Estado promotor (Estados Unidos), se gestaron los instrumentos de su propia destrucción.

 

Es decir, con el pretexto de sostener el crecimiento de la economía y contener —sin conseguirlo— la profundización de la debacle en su propio territorio capitalista, la elite mundial del 1% más rico de planeta echó mano de los principales operadores de los estados sobrevivientes [todos, como el G-20, los presidentes como Obama y Cameron, el Congreso de EU, la Unión Europea en el viejo continente, la Reserva Federal, el partido Republicano, el Pentágono; otros como la OCDE, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la ONU; los órganos de espionaje CIA, DEA], para justificar por medios propagandísticos el uso de métodos perversos para hacer negocios como invasión a terceros por los recursos, las drogas, venta ilegal de armas, etcétera, bajo estandartes viejos como los tratados comerciales, la democracia, la libertad, el derecho internacional, la paz mundial; ahora en pro de la seguridad nacional y contra el terrorismo árabe musulmán, por aquello del “choque de civilizaciones”.

 

Pero además, durante la globalización la economía mundial se financiarizó —nuevamente partiendo de EU—, impulsando el uso de herramientas como los derivados en las bolsas de los principales mercados bursátiles —lo que aceleró la volatilidad, léase fraudes como Enron—, y la máquina de imprimir dinero —mejor conocida como flexibilización cuantitativa— para el rescate de grandes bancos en quiebra como Lehman Brothers, porque dejarlos caer era como permitir la destrucción de los soportes mismos, como han sido consideradas las instituciones financieras. Algo que nunca se pensó y menos se hará a estas alturas ya, hacer algo por la recuperación de la economía real, pero principalmente poner trabas a toda esa estratagema neoliberal, o parafernalia estructural pervertida que vuelve más ricos a los ricos; además de justificar los métodos de guerra contra los enemigos de la aviesamente llamada todavía civilización actual.

 

Pues bien, a estas alturas del partido todo camina patas arriba. Digamos lo menos: para sobrevivir, el capitalimperialismo, financiero y especulador en decadencia, ha sido capaz de pervertir sus mismos principios. Es decir, que el capitalismo en su fase de predominio del capital financiero como fachada, en el fondo está practicando los peores vicios, las políticas más aviesas, volcándose contra la propia civilización que le ha dado vida, cobijo y sustento. Contra los propios países, sus trabajadores, la población, los sectores sociales en general. En contra de todo aquello que le ha permitido construirse, alimentarse, como los recursos naturales, el planeta en su conjunto.

 

A lado de falsas banderas con las que se ha asesinado, invadido y apoderado de grandes territorios y reservas naturales, se han sostenido las guerras como los métodos más eficientes y efectivos del enriquecimiento ilícito. Como los viejos imperios en decadencia así está actuando EU —y el mundo occidental en general—, que no conoce otro método que la destrucción por las armas como país en permanente guerra. Es el proceder de todo imperio. Eso le implica, le llevará a su hundimiento.

 

El problema es que EU/Occidente se justifica culpando a otros, a terceros por sus fallas. Pero no nos dejemos engañar. La trampa es espejismo. De eso está construido el edificio de la globalización neoliberal. Por ello tira la piedra y esconde la mano. Y cuando la verdad es dice recula; cuando se descubre vil traidor. La guerra contra Irak se basó en una mentira, dicho hoy. Pero se asesinó a millones. La destrucción de las Torres Gemelas resultará falsa bandera, como tantas otras. EU quiere más, porque no quiere derrumbase solo.

 

Correo: sgonzalez@reportemexico.com.mx

https://www.alainet.org/de/node/170198?language=en
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