La última edición de la Cumbre de las Américas, realizada los días 10 y 11 de abril en Panamá ha sido el evento político más importante de los últimos tiempos en el hemisferio americano. Gobiernos y movimientos sociales de todo el continente, participaron activamente en un debate político de alto nivel, especialmente en lo que respecta a América Latina.

Y si bien, ya es la segunda ocasión que este encuentro cierra sin una declaración final, el contenido de las declaraciones de los jefes y jefas de Estado en torno a la recomposición de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, consolidó –contrariamente a lo que se temía- una posición latinoamericanista que refuerza la existencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Incluso, esta unidad abarcó también el rechazo al decreto norteamericano que declaraba a Venezuela como una amenaza para la democracia de la región. Hasta Manuel Santos, presidente colombiano, miembro de la Alianza del Pacífico, respaldó la posición de CELAC relativa al rechazo de la iniciativa estadounidense. Ni que decir los bolivarianos Correa y Morales, y la presidenta argentina Cristina Fernández, quienes además de respaldar a Cuba y Venezuela, colocaron otros temas clave para la política regional como los que giran en torno al tribunal de arbitraje entre Estados e Inversionistas (CIADI), que tienen en jaque a varios países de América del Sur.

Sin duda, la política se apoderó de la Cumbre de Panamá, que no tuvo espacio para discutir de la clásica agenda de libre comercio y otros aspectos importantes para Estados Unidos y Canadá. Se podría decir que ese espacio de encuentro de mandatarios ya no sirve, o se ha agotado como mecanismo de diálogo entre la actual CELAC y los dos colosos de Norte América. Desde ese punto de vista, la Cumbre de las América correría la misma suerte que la Cumbre Iberoamericana, que ya no representa un buen negocio para España y Portugal desde que en Santiago de Chile en 2013, se institucionalizó la cumbre CELAC-UE.

Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos (LATINDADD), Revista Economía Crítica Nº 24, abril 2015.