Nacionalizar la economía
13/01/2015
- Opinión
En un discurso ante el Colegio de Economistas, el Dr. Maza Zabala expresó: .
“Existe, pues, el imperativo de rescatar el país. Nuestro primer deber – lo digo bien claro, con la voz segura y consciente el pulso de la mente – es la nacionalización de economía. Esta expresión puede ser interpretada de varias maneras, y por ello quiero precisar el significado que le atribuyo. Esencialmente consiste en poner bajo control nacional el sistema de producción, distribución y circulación de la riqueza” ….. “Las ramas estructurales de la industria de transformación, la agricultura, la banca, las finanzas, los seguros, el transporte, el comercio y otras actividades deben estar bajo control nacional. NO QUIERE DECIR ESTO QUE TODOS ESOS MEDIOS ECONÓMICOS VAYAN A SER POSEÍDOS Y ADMINISTRADOS POR EL ESTADO (Mayúsculas nuestras); quiere decir que la nación como un todo (Estado, empresarios, trabajadores) debe estar en posesión de esos medios y administrados efectivamente para su aprovechamiento, y que el capital extranjero debe ser limitado a una función marginal” (El economista ante el subdesarrollo, pág. 29, Instituto de Investigaciones económicas y sociales de la UCV)
Y tiene toda la razón. Todos los países que han alcanzado importantes niveles de desarrollo lo lograron a partir de del control nacional de sus economías.
La falacia de la globalización
Por supuesto que los voceros locales al servicio del imperio explican que ahora, con la llamada globalización, la situación es otra. Que es la era de los mercados abiertos y del fin de “falsos nacionalismos”.
Se olvidan estos agentes locales que los países que hoy son potencias económicas, desarrollaron sus industrias en el capitalismo joven, fundamentalmente en base al mercado interno. Esta etapa fue la que sirvió de base a Marx para sus estudios.
Luego la propia dinámica del crecimiento capitalista hizo que esas naciones entrasen en un período colonialista imperialista en el que cada una de ellas colonizaron países y territorios en el extranjero con el fin de que les proporcionaran materias primas necesarias para sus industrias y sirvieran a su vez de mercado para sus mercancías, como lo explicó muy bien Lenin en su obra “El imperialismo, fase superior del capitalismo”.
La lucha por el dominio de dichas colonias ocasionó las dos grandes guerras mundiales, tal como lo profetizó Lenin. Los efectos desastrosos de las mismas llevaron a dichas potencias al convencimiento de la imposibilidad de seguir con ese modelo colonialista y es cuando, impulsado por Estados Unidos, surge una nueva forma de imperialismo, basado en el dominio parcial de las economías de los países dominados a través de sus grandes transnacionales, que por efectos de la llamada guerra fría fue un neocolonialismo “light”, con algunas libertades económicas para sus colonias.
Con el fin de la Guerra Fría, y libre de posibles peligros, los países imperialistas se coaligaron y ayudados con un dominio tecnológico que el resto del mundo no poseía, se propusieron dominar el planeta en un plan que llamaron “Globalización” o “Neoliberal”, que buscaba de una vez por todas, que sus grandes transnacionales dominasen casi en forma absoluta la economía del resto del mundo.
Para ello trataron, y tratan de imponer en todo el mundo un conjunto de medidas políticas, económicas y sociales que les permitan alcanzar sus objetivos e impidan que los países dominados puedan desarrollar industrias y actividades económicas que compitan con sus emporios.
En Venezuela vimos cómo, con ese propósito en mente y con la ayuda de los gobiernos serviles de CAP y de Caldera-Petkoff se desmontaron todas las tímidas barreras proteccionistas existentes, se eliminó el PVP, forzaron al cierre o adquirieron todas las empresas con potencial para ser sus competidores en el comercio internacional, como Savoy, Viasa, Pampero, etc, etc. entre otras de las muchas medidas tomadas.
En fin, se desnacionalizó la economía.
Esta es una realidad mundial que se ha ido estableciendo con más o menos éxito. Por supuesto que Chávez estaba consciente de esta situación, y es lo que explica su fervorosa defensa de las tesis de la multipolaridad y de la integración latinoamericana, como vías que permitan alcanzar el desarrollo y control nacional de la economía en circunstancias tan adversas.
Por supuesto que los voceros locales al servicio del imperio explican que ahora, con la llamada globalización, la situación es otra. Que es la era de los mercados abiertos y del fin de “falsos nacionalismos”.
Se olvidan estos agentes locales que los países que hoy son potencias económicas, desarrollaron sus industrias en el capitalismo joven, fundamentalmente en base al mercado interno. Esta etapa fue la que sirvió de base a Marx para sus estudios.
Luego la propia dinámica del crecimiento capitalista hizo que esas naciones entrasen en un período colonialista imperialista en el que cada una de ellas colonizaron países y territorios en el extranjero con el fin de que les proporcionaran materias primas necesarias para sus industrias y sirvieran a su vez de mercado para sus mercancías, como lo explicó muy bien Lenin en su obra “El imperialismo, fase superior del capitalismo”.
La lucha por el dominio de dichas colonias ocasionó las dos grandes guerras mundiales, tal como lo profetizó Lenin. Los efectos desastrosos de las mismas llevaron a dichas potencias al convencimiento de la imposibilidad de seguir con ese modelo colonialista y es cuando, impulsado por Estados Unidos, surge una nueva forma de imperialismo, basado en el dominio parcial de las economías de los países dominados a través de sus grandes transnacionales, que por efectos de la llamada guerra fría fue un neocolonialismo “light”, con algunas libertades económicas para sus colonias.
Con el fin de la Guerra Fría, y libre de posibles peligros, los países imperialistas se coaligaron y ayudados con un dominio tecnológico que el resto del mundo no poseía, se propusieron dominar el planeta en un plan que llamaron “Globalización” o “Neoliberal”, que buscaba de una vez por todas, que sus grandes transnacionales dominasen casi en forma absoluta la economía del resto del mundo.
Para ello trataron, y tratan de imponer en todo el mundo un conjunto de medidas políticas, económicas y sociales que les permitan alcanzar sus objetivos e impidan que los países dominados puedan desarrollar industrias y actividades económicas que compitan con sus emporios.
En Venezuela vimos cómo, con ese propósito en mente y con la ayuda de los gobiernos serviles de CAP y de Caldera-Petkoff se desmontaron todas las tímidas barreras proteccionistas existentes, se eliminó el PVP, forzaron al cierre o adquirieron todas las empresas con potencial para ser sus competidores en el comercio internacional, como Savoy, Viasa, Pampero, etc, etc. entre otras de las muchas medidas tomadas.
En fin, se desnacionalizó la economía.
Esta es una realidad mundial que se ha ido estableciendo con más o menos éxito. Por supuesto que Chávez estaba consciente de esta situación, y es lo que explica su fervorosa defensa de las tesis de la multipolaridad y de la integración latinoamericana, como vías que permitan alcanzar el desarrollo y control nacional de la economía en circunstancias tan adversas.
https://www.alainet.org/de/node/166778
Del mismo autor
- Una propuesta sencilla para acabar con la mega inflación y con la creciente desigualdad social 08/05/2018
- Agotamiento de reservas de petróleo de EEUU hace inevitable planes de intervención militar 16/03/2018
- Es ahora o nunca 26/05/2016
- El dólar paralelo 01/04/2015
- Guerra avisada… 03/02/2015
- El mito del esquisto 03/02/2015
- La devaluación, mecanismo de empobrecimiento 23/01/2015
- Especulación: la madre de los problemas económicos 22/01/2015
- Los enemigos del desarrollo 15/01/2015
- Cómo afrontar el reto de controlar nuestra economía 14/01/2015