El amargo anticipo de un futuro de hambre y sufrimiento?

La seguridad alimentaria bajo la amenaza del clima

29/11/2011
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El informe especial sobre fenómenos meteorológicos extremos y cambio climático que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés) ha publicado este mes hace una severa advertencia: los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes y, si no se emprenden acciones urgentes para reducir las emisiones, es probable que continúen aumentando en el futuro, tanto en frecuencia como en intensidad. El presente informe de prensa de Oxfam describe los devastadores efectos que algunos de los fenómenos meteorológicos extremos observados en 2010 y 2011 han tenido en la seguridad alimentaria a nivel global, regional y local, y sus graves consecuencias en las vidas y medios de vida de las personas pobres. Nuestro fracaso a la hora de hacer frente a la inestabilidad climática y sus efectos hoy, puede tener terribles consecuencias para la seguridad alimentaria del mañana. Para los gobiernos de todo el mundo, este es un llamamiento urgente a que, en las negociaciones de Naciones Unidas de Durban, emprendan las acciones necesarias para evitar que los fenómenos meteorológicos extremos observados en 2010 y 2011 no sean un amargo anticipo de un futuro de hambre y sufrimiento.
 
FENÓMENOS METEOROLÓGICOS EXTREMOS Y SEGURIDAD ALIMENTARIA EN 2010/2011
 
“Losfenómenos meteorológicos extremos observados en 2010, como las sequías en Rusia, China y Brasil o las inundaciones en Pakistán o Australia, han contribuido a incrementar la volatilidad de los precios de los alimentos hasta niveles que no habíamos observado desde la crisis del petróleo, hace 40 años. Desgraciadamente, esto podría ser solo un anticipo de lo que está por venir si en las próximas décadas se continúan acumulando en la atmosfera gases de efecto invernadero, lo que podría incrementar el riesgo de sequías, inundaciones y plagas, así como la escasez de agua para los sistemas agrícolas, ya de por si bajo un gran estrés.”
John Beddington, Asesor científico jefe del gobierno británico (marzo de 2011)[1]
 
Es muy probable que el cambio climático tenga un efecto pernicioso sobre la producción de alimentos principalmente por dos motivos. En primer lugar, porque los cambios paulatinos en las temperaturas y los patrones de lluvias influirán de forma negativa en el rendimiento de las cosechas. En segundo lugar, porque los fenómenos meteorológicos extremos, más frecuentes e intensos, causarán mayores pérdidas en las cosechas.
 
Hasta ahora, los investigadores se han centrado casi de manera exclusiva en el primero, estimando las futuras fluctuaciones de los precios de los alimentos a largo plazo sin tener en cuenta la volatilidad. El Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), así como otras entidades, afirma que el aumento de las temperaturas y el cambio en los patrones de lluvias contribuirán a un incremento estructural de los precios de los alimentos.[2] Un estudio comisionado por Oxfam a principios de este año sugería que los precios medios de alimentos básicos, como el maíz, podrían más que duplicarse, en comparación con 2010, en los próximos 20 años. Más de la mitad de dicho incremento se debería a cambios en las temperaturas y los patrones de lluvia.[3]
 
Pero esto es solo parte del problema. Unos fenómenos meteorológicos cada vez más extremos y frecuentes agravarán la situación provocando la escasez de alimentos y repuntes en los precios, desestabilizando los mercados y agravando el incremento estructural de los precios de los alimentos que los modelos actuales ya predicen.[4] No hace falta tener mucha imaginación para comprender lo que esto supondrá para las personas más pobres del mundo.
 
En 2010 y 2011, una serie de fenómenos meteorológicos extremos afectó a la producción y suministro de alimentos, contribuyendo a un aumento vertiginoso de los precios de los alimentos, además de destruir los medios de vida de muchas personas. En algunos casos, estos fenómenos llegaron a tener un efecto devastador en el mercado mundial, provocando el alza de los precios y afectando a la seguridad alimentaria a nivel mundial. Desde Rusia, donde la ola de calor de 2010 provocó un importante aumento de los precios del trigo a nivel mundial, hasta el Cuerno de África, que este año está viviendo una de las peores sequías de la última década, los fenómenos meteorológicos extremos han condenado a millones de personas al hambre.
 
El clima desfavorable en algunos de los principales países exportadores fue una de las principales causas del aumento de los precios de los alimentos y de la inseguridad alimentaria en 2010 y 2011.[5] La delicada situación del mercado mundial hacía que los precios de los alimentos fuesen ya de por sí muy susceptibles a una posible interrupción del suministro.[6] Así, desde junio de 2010 y durante 10 meses, los efectos provocados por una serie de fenómenos meteorológicos extremos desataron una tormenta en los mercados.[7] Asimismo, en muchos lugares del planeta, el tiempo fue poco habitual para la época del año: o demasiado seco, o demasiado lluvioso, o demasiado caluroso o demasiado frío. Esto afectó a los cultivos, provocando una disminución en la producción de alimentos y, en consecuencia, un incremento de los precios.[8] Estos fueron los principales factores que provocaron el alza de los precios de los alimentos en 2010 y 2011, registrando un máximo histórico en febrero de 2011, de acuerdo con el índice de la FAO para los precios de los alimentos.[9] Afortunadamente, hoy en día podemos esperar buenas cosechas en muchos lugares y, debido a la incertidumbre económica, la demanda de alimentos ha disminuido dando un respiro al mercado alimentario.[10]
 
La producción de cereales se vio profundamente afectada durante este periodo. El pasado año, en los países en desarrollo la producción disminuyó un 8% debido a los fenómenos meteorológicos extremos. Éstos concentran el 70% del comercio mundial de cereales, por lo que esta disminución de la producción contribuyó de manera significativa al alza de los precios de los alimentos.[11] Sin embargo, el incremento de los precios fue desproporcionando en relación a la reducción del suministro. Entre algunos gobiernos cundió el pánico ante la posibilidad de que la escasez de cereales afectara a los controles de la exportación, amplificando aún más el alza de los precios.[12] Entre julio y septiembre de 2010, el precio del trigo aumentó entre un 60 y un 80%, alcanzando los 364 dólares por tonelada en abril de 2011, un 85% superior con respecto al año anterior.[13] A consecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, en 2010 las reservas de cereales de los países exportadores tradicionales cayeron en torno a un 25%, dejando a los mercados aún más vulnerables ante posibles fenómenos meteorológicos extremos.[14] 
 
Las personas más pobres destinan hasta un 75% de sus ingresos a la compra de alimentos. Para estas personas, el incremento de los precios de los alimentos a esta escala puede resultar catastrófico. Las familias se ven obligadas a llegar a acuerdos desesperados para poder alimentarse.[15] Según el Banco Mundial, el alza de los precios de los alimentos entre junio y diciembre de 2010 han sumido a más de 44 millones de personas en la pobreza.[16] Esto se suma a los 1.200 millones de personas que ya vivían bajo el umbral de la pobreza, es decir, quienes sobreviven con menos de 1,25 dólares al día.[17] Los elevados precios de los alimentos no sólo reducen el poder adquisitivo de los hogares pobres y consolidan la pobreza, sino que también afectan a los productores de alimentos más pobres. La elevada volatilidad de los precios de los alimentos incrementa la incertidumbre y disuade inversiones esenciales para incrementar la producción de alimentos y disminuir la vulnerabilidad de los productores más pobres.[18]
 
2010: Clima errático y alza de los precios del trigo[19]
Si observamos la incidencia de algunos de los fenómenos meteorológicos acaecidos en 2010 y las fluctuaciones de los precios del trigo, podemos observar como los repuntes de los precios del trigo se producen tras el impacto de uno de estos fenómenos, además de sus efectos exacerbados en el mercado y el pánico de los gobiernos.
 
EL PRESAGIO DE LO QUE ESTÁ POR VENIR
 
Existen varias razones por las que la producción mundial de alimentos se ve en dificultades a la hora de satisfacer la demanda existente. Además de la cada vez mayor competición por la tierra y el agua y de que cada vez más cultivos son destinados a la producción de biocombustibles, el aumento de la población mundial y el crecimiento económico están modificando las dinámicas de la oferta y la demanda. El informe del IPCC sobre fenómenos meteorológicos extremos y cambio climático es un amargo recordatorio de que es probable que el cambio climático traiga consigo temperaturas más altas, lluvias torrenciales y olas de calor, lo que aumentará el riesgo de crisis en la producción y suministro de alimentos y una mayor volatilidad de los precios, intensificando la incertidumbre e imprevisibilidad en la seguridad alimentaria mundial.[20] 
 
2010-2011: CUATRO FENÓMENOS METEOROLÓGICOS EXTREMOS EN DETALLE
 
Los siguientes ejemplos de fenómenos meteorológicos extremos ocurridos en 2010 y 2011, muestran como las condiciones climáticas extremas han contribuido al aumento de la inseguridad alimentaria a nivel local, regional y mundial.[21]  Más allá de si el ser humano es responsable del cambio climático o no, lo que está claro es que si no hacemos nada, el cambio climático solo empeorará una situación ya de por sí mala.
 
 
Julio-agosto de 2010: La peor ola de calor jamás registrada en Rusia
 
Cuadro de texto: El coste de la ola de calor rusa en Azerbaijan“Los últimos aumentos de los precios de los alimentos son mucho mayores que los anteriores; la harina costaba 14 AZN el año pasado, ahora 22 AZN. Ahora comemos menos variedad de alimentos y más pan" afirma Shakir Hasanov.Tayyub Ahmadov, casado y con tres hijos, dice “Gastamos de media el 70% de nuestros ingresos en alimentos, el  resto en la educación de nuestros hijos, transporte y calefacción. Si los precios de los alimentos fueran más bajos, podríamos enviar a mi hija mayor a la Universidad, como a ella le gustaría. Pero con estos precios, es prácticamente imposible”.Abril, 2011La mujer de Tayyup, Gulnara, y su hijo Farhad, desayunan.En Rusia, entre los meses de julio y agosto de 2010, las temperaturas superaron los 104 grados Fahrenheit (40 grados Celsius). La sequía y los incendios causaron numerosas muertes y la cosecha de verano se vio severamente afectada en el suroeste de Rusia, donde se cultiva la mayor parte de los cereales.
 
·         La ola de calor afectó a 43 regiones y destruyo 13,3 millones de acres de cultivos, un 17% de la superficie agrícola total, perjudicando a casi 25.000 granjas. La región del Volga, la principal región productora de cereales de Rusia, fue la más perjudicada, perdiéndose más de un 70% de las cosechas.
·         En total, la producción de trigo en Rusia en 2010 fue un 30% inferior a la del año anterior. 
·         La sequía también afectó a países vecinos, como Ucrania, donde la producción de trigo en 2010 fue un 20% inferior a la del año anterior.[22] Dado que los países de la antigua Unión Soviética concentran el 27% de la exportación mundial de trigo, el impacto de tales disminuciones se sintió en todo el mundo.
 
Las noticias sobre las pérdidas en las cosechas rusas en 2010 provocaron un fuerte aumento de los precios de los cereales a nivel internacional. Cundió el pánico en el mercado. Con el objetivo de proteger a los consumidores y los productores de carne locales, el gobierno ruso prohibió la exportación de grano lo que provocó un incremento aún mayor de los precios en los mercados internacionales.[23] Pronto, Ucrania estableció cuotas de exportación y Pakistán prohibió la exportación de trigo, mientras India prohibía las exportaciones de arroz, excepto de la variedad basmati. El elevado precio del trigo a nivel mundial repercutió de forma drástica en los precios del trigo en los mercados de muchos países:
 
·         La crisis en el suministro provocó un incremento exponencial de los precios del trigo en los mercados internacionales. Los precios del trigo a nivel internacional aumentaron entre un 60 y un 80% entre julio y septiembre de 2010, alcanzando los 364 dólares por tonelada en abril de 2011, un 85% superior al año anterior.[24]
·         Esto provocó un fuerte incremento de los precios del trigo en los mercados nacionales de varios países. Entre junio y diciembre de 2010, el precio del trigo aumentó considerablemente en Kirguistán (54%), Tayikistán (37%), Mongolia (33%) y Azerbaiyán (24%). En todos estos países, el trigo es uno de los alimentos básicos, especialmente para las personas pobres.[25]
 
El informe publicado por el IPCC en noviembre de 2011 sobre fenómenos meteorológicos extremos indica que las olas de calor y las temperaturas extremas serán, probablemente, cada vez más comunes a finales del siglo XXI.
 
“Es prácticamente seguro que en el siglo XXI aumentarán las altas temperaturas a nivel mundial (tanto en frecuencia como en magnitud) y, por el contrario, las bajas temperaturas extremas disminuirán. Es muy probable que la duración, la frecuencia y la intensidad de los periodos y las olas de calor aumenten en casi todo el mundo”.[26] 
 
Mayo 2011 – actualidad: El Cuerno de África experimenta la peor sequía en décadas
 
La terrible sequía que afecta al Cuerno de África ha afectado al limitado suministro de alimentos a nivel local y provocado un aumento desmedido de los precios. Algunas partes de la región están experimentando la mayor escasez de lluvias de los últimos 60 años. En un área caracterizada por una vulnerabilidad crónica, unos medios de vida precarios y un prolongado conflicto, esta sequía ha sumido a más de 13 millones de personas en una profunda crisis. El incremento de los precios se ha visto agravado por unas redes comerciales escasamente desarrolladas, unas infraestructuras inadecuadas y el incremento del precio de los combustibles.
 
·         En algunas zonas de Kenia se han perdido casi la totalidad de las cosechas. Se prevé que la producción nacional de maíz sea un 15% inferior a la producción media.[27] 
·         En Etiopía, la FAO estima que el 40% del ganado vacuno y el 40% del ganado ovino ha muerto.[28]
 
La mayoría de las personas del Cuerno de África se alimenta gracias a los alimentos que ellos mismos producen o a los alimentos básicos producidos en la zona en la que viven o en países vecinos y que no se comercializan en los mercados mundiales. Esto implica que el impacto localizado de los fenómenos meteorológicos extremos puede ser enorme.
 
·         En julio de 2011, los precios del sorgo en Somalia eran un 393% superior a la media de los últimos cinco años.[29]
·         También en julio de 2011, los precios del maíz en Etiopia y Kenia eran un 191% y un 161% superior a la media de los últimos cinco años, respectivamente.[30]
·         Aunque los precios han disminuido, aún están muy por encima de la media de los últimos cinco años.
 
Cuando los fenómenos meteorológicos extremos provocan alza de los precios a nivel local y regional, a menudo las personas pobres se enfrentan a un doble reto: hacer frente a un aumento de los precios de los alimentos cuando puede que hayan perdido sus casas, sus cultivos o su ganado como consecuencia directa del propio fenómeno. En el Cuerno de África, esta combinación tóxica de precios elevados y un escaso poder adquisitivo ha sumido a muchas personas en una profunda crisis. Uno de los grupos más afectados son los pastores nómadas. Decenas de miles de pastores han perdido el ganado del que dependían para generar ingresos por lo que no tienen dinero para comprar alimentos, por otro lado, escasamente disponibles.
 
Cuadro de texto: 30 días caminando para pedir ayuda“Muchas personas abandonaron el pueblo. Cuando nosotros nos marchamos, aún quedaban algunas. Las personas vienen aquí o a otros lugares de Etiopía. Nosotros llegamos hace cuatro semanas. Nos costó 30 días. Somos una familia de 20 personas, incluyendo a los pequeños.”“Nos fuimos por la sequía y el hambre. Teníamos cinco vacas y 15 ovejas pero todas murieron. Cuando la última murió, decidimos dejar nuestras casas y venir aquí.”“Antes también había sequías, pero no como ésta. No sé cuándo acabará”.“Durante el camino estábamos sucios y hambrientos. Sólo teníamos algo de maíz para comer. Caminamos con nuestros hijos pequeños a la espalda porque aún no pueden andar.”Cuadro de texto:Hussain Aden en su cabaña en el centro de tránsito para refugiados en Dolo Ado, Juwari, Etiopía, Julio de 2011.
 
 
A pesar de las incertidumbres que todos los modelos climáticos implican, en la actualidad podemos afirmar que si no se emprenden acciones urgentes para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, para 2080-2099 las temperaturas en la región aumentarán entre 3°C y 4°C en comparación con 1980-1999.[31] Asimismo, los patrones de lluvias son también imprecisos.[32]
 
El IPCC afirma con un alto grado de confianza en su informe sobre fenómenos meteorológicos extremos que, a lo largo del siglo XXI, las sequías se intensificarán durante algunas estaciones debido a unas menores precipitaciones en zonas como África del Sur, Europa del Sur y el área mediterránea, Europa Central, el centro de Norteamérica, América Central y México, y el noreste de Brasil.[33] 
 
Agosto – Octubre de 2011: Intensas lluvias monzónicas en el Sureste Asiático
 
En el Sureste Asiático, intensas precipitaciones durante la época del monzón y numerosos tifones han sumergido bajo el agua una extensa superficie de Tailandia, Cambodia, Vietnam, Laos, Myanmar y Filipinas, provocando la muerte de 1.100 personas y afectando a casi 10 millones de personas en toda la región.[34] 
 
·         Se estima que las inundaciones en el Sureste Asiático han afectado a 2,6 millones de hectáreas (un 6%) de tierra destinada al cultivo de arroz en toda la región
 
Afortunadamente, los efectos de las inundaciones fueron contrarestados por un aumento de la producción con respecto al año anterior en zonas donde las condiciones fueron más favorables. También existen unas amplias reservas de arroz.[35] Sin embargo, el impacto de las inundaciones en los precios de los alimentos a nivel local, en los medios de vida y en el poder adquisitivo de algunas de las personas más vulnerables es grave.
 
·         Los precios del arroz en Tailandia en septiembre de 2011 eran aproximadamente un 25% superiores a los de hace un año. En Vietnam, los precios en octubre de 2011 eran un 30% superiores a los de octubre de 2010 debido a las perdidas en las cosechas, las perturbaciones en los mercados y a un aumento de los costes del transporte debido a las inundaciones.[36]
·         En Camboya, en octubre de 2011, el precio del arroz se disparó un 19% en apenas un mes debido a las perdidas en las cosechas, el aumento de los costes del transporte debido a las inundaciones, el suministro de arroz para acción humanitaria y el presunto acaparamiento especulativo por parte de agentes privados.[37]
 
Así, las perdidas en los cultivos tendrán un fuerte impacto en los medios de vida de las personas más vulnerables. Muchas familias afectadas por las inundaciones dependen de la agricultura para alimentarse y obtener ingresos.[38] En Camboya, por ejemplo, donde quizás el 11% de los 2,5 millones de acres de tierra destinada al cultivo de arroz ha sido destruido,[39] se estima que muchos campesinos deberán endeudarse para hacer frente a las pérdidas, probablemente a unos intereses desorbitados. Los trabajadores jornaleros, sin tierras y sin sus medios de vida, son el grupo más vulnerable.
 
Mientras, los salarios de los trabajadores no cualificados tampoco han aumentado al mismo ritmo que los precios del arroz. El poder adquisitivo de los hogares pobres, incluso el de quienes no se han visto afectados directamente por las inundaciones, también ha mermado considerablemente.[40]
 
El reciente informe del IPCC sobre fenómenos meteorológicos extremos señala que es probable que las lluvias torrenciales sean cada vez más frecuentes en el siglo XXI en muchas partes del mundo, en especial en zonas tropicales y altas latitudes y, durante el invierno, en latitudes centrales y al norte. También es probable que las lluvias torrenciales asociadas a ciclones tropicales aumenten a medida que se produzca un calentamiento de la tierra.[41] Existe una mayor incertidumbre en torno a cómo afecta el cambio climático a las inundaciones ya que son muchos los factores que determinan si las inundaciones afectan a un área en concreto durante una época específica.[42]  
 
2011 - Afganistán se enfrenta a una grave sequía
 
A medida que el invierno se aproxima, más de dos millones de personas en Afganistán se enfrentan a una grave escasez de alimentos tras la terrible sequía que afectó al país a principios de este año. Debido a las escasas lluvias, las familias en las provincias afectadas por la sequía no han podido cultivar alimentos suficientes para sobrevivir al invierno. La nieve ha comenzado a caer y muchas zonas de montaña quedarán aisladas en las próximas semanas. Los habitantes de estas zonas, acostumbrados a vivir en difíciles condiciones, afirman que la sequía de este año lo ha destruido todo. Las reservas de alimentos son escasas y les preocupa cómo sobrevivirán en los próximos meses.
 
·         En las zonas afectadas por la sequía en el norte, noreste y oeste del país a principios de este año, la escasez de lluvias ha acabado con el 80% de los cultivos de trigo de regadío, dejando a las familias sin alimentos que comer.[43]
·         Se estima que la cosecha de trigo en Afganistán en 2011 es un 28% inferior a la de 2010.[44] 
 
De acuerdo con la FAO, los precios del trigo a nivel nacional – uno de los alimentos básicos del país – se ha ido incrementando desde junio de 2010, en parte debido a la sequía pero también debido al aumento de los precios del trigo a nivel internacional.[45]
·         El Programa Mundial de Alimentos (PMA) estima que los precios del trigo se incrementaron en un 19% entre junio y diciembre de 2010 a consecuencia del alza de los precios del trigo a nivel internacional.[46]
·         En julio de 2011 los precios del trigo y de la harina de trigo en las zonas afectadas por la sequía se habían incrementado hasta un 79% por encima de los niveles del año anterior.[47] 
·         Hasta un 60% de las personas más pobres de Afganistán trabajan en la agricultura y destinan, aproximadamente, la mitad de sus ingresos a comprar alimentos. En las zonas afectadas, esta crisis no solo afecta a sus carteras, sino también a sus estómagos.[48]
 
La situación ha empeorado debido al impacto de la sequía en los medios de vida de las personas afectadas por la sequía. La pérdida de los cultivos se ve agravada por la pérdida de pastos y el aumento de los precios del pienso, obligando a las personas a vender el ganado del que dependen para sobrevivir ante su incapacidad de alimentarlos. Un estudio liderado por Naciones Unidas muestra el grave impacto que esta sequía está teniendo en las comunidades: las escuelas cierran, la gente se ve obligada a emigrar en busca de comida y trabajo, y las familias más vulnerables deben endeudarse aún más para poder sobrevivir al invierno.[49] Mientras, incluso los más pequeños se ven obligados a trabajar más por menos dinero.[50]
 
La sequía que ha golpeado Afganistán en los últimos meses es un anticipo de lo que se espera que sea cada vez más común y más grave durante las próximas décadas a consecuencia del cambio climático. El Cuarto Informe de Evaluación del IPCC señala que se prevé que esta región de Asia Central experimente una disminución de la media de las precipitaciones, acompañada de estaciones extremadamente secas (primavera, verano y otoño) cada vez más frecuentes.[51]  De acuerdo con Naciones unidas, desde el año 2000 Afganistán ha experimentado ocho sequías de lenta aparición “que afectaron a una importante superficie, reduciendo de manera significativa la producción agrícola, [e] incrementando la aguda inseguridad alimentaria”.[52]
 
RECOMENDACIONES PARA LAS NEGOCIACIONES SOBRE EL CLIMA - COP 17
 
Los fenómenos meteorológicos extremos observados durante 2010 y 2011 han contribuido al aumento de la inseguridad alimentaria a todos los niveles. Son siempre las personas más pobres y vulnerables quienes sufren las peores consecuencias. Las incontables tragedias humanas tras los titulares de las noticias son tan solo una pequeña muestra de lo que el cambio climático puede depararnos en el futuro sino actuamos rápido. Ante un aumento en la frecuencia y la severidad de los fenómenos meteorológicos extremos, muchos países pobres se enfrentarían a graves problemas de seguridad alimentaria. Esto es otro factor a tener en cuenta a la hora de emprender acciones inmediatas para reducir las emisiones y buscar fondos para la adaptación y evitar, así, este terrible futuro.
 
En la COP 17 los gobiernos deben:
 
En materia de financiación:
 
·         Dar los pasos necesarios para poner en marcha el Fondo Verde para el Clima en 2013, e incluir disposiciones que garanticen que los países en desarrollo están al frente del fondo, que al menos el 50% de los fondos se destinen a adaptación y que exista una sólida representación de la sociedad civil y de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y las políticas del Fondo.
 
·         Comprometerse a incrementar la financiación a largo plazo (2013-2020) garantizando así que el Fondo Verde para el Clima no se convierte en una carcasa vacía de contenido y para que los países desarrollados asuman sus compromisos de aportar al menos 100.000 millones de dólares al año para el año 2020. Esto debe incluir:
o    Un compromiso para garantizar que no habrá un “vacío” en la financiación una vez finalice el periodo de “financiación inmediata” en 2012 y sí un aumento progresivo de la financiación hasta alcanzar los 100.000 millones de dólares, lo antes posible. 
o    Un compromiso que garantice una financiación inicial sustancial y a tiempo del Fondo verde para el Clima para su total puesta en marcha en 2013.
o    Un programa de trabajo claro y ambicioso para 2012 a fin de evaluar las fuentes de financiación a largo plazo para la lucha contra el cambio climático – incluyendo un aumento de las aportaciones presupuestarias de los Estados, además de fuentes innovadoras suplementarias – que impulsen la toma de decisiones en materia de financiación a largo plazo en el marco de la COP-18.  
 
·         Acordar los principios clave para un acuerdo justo sobre las emisiones del transporte marítimo para reducir las emisiones y recaudar fondos. Este acuerdo debe servir como guía a la Organización Marítima Internacional (OMI) para el diseño de un instrumento para la aplicación de un precio al carbono emitido por el transporte marítimo que tenga en cuenta el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, asegurando que los fondos se destinan tanto a compensar a los países en desarrollo por el ligero incremento de los costes del transporte que podrían sufrir como consecuencia de esta medida, como a proporcionar al menos 10.000 millones de dólares cada año para el Fondo Verde para el Clima.
 
En materia de mitigación:
 
·         Reconocer la existencia de una “brecha” e iniciar un proceso para acabar con la disparidad en las emisiones. Los gobiernos deben cuantificar el tamaño de esta “brecha” en las emisiones, identificar opciones para eliminar o minimizar el impacto de las lagunas jurídicas para la contabilización de las emisiones e incrementar sus objetivos de mitigación. Esto es especialmente aplicable a los países desarrollados, cuyos recortes propuestos podrían lograr, como máximo, una reducción de un 12-18% con respecto a los niveles de 1990 para 2020, en lugar del 40% necesario.
 
·         Comprometerse a contribuir de forma proporcionada al esfuerzo global para la mitigación de los efectos del cambio climático, necesario para mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C, pero intentando limitar el calentamiento a los 1,5°C ambicionados. Para esto es necesario que las emisiones alcancen su máximo en 2015 y se reduzcan en al menos un 80% con respecto a los niveles de 1990 para el año 2050.
 
En materia legal:
 
·         No abandonar sino desarrollar la arquitectura legal internacional existente para luchar contra el cambio climático a fin de integrar en ella el futuro régimen climático a nivel global. Esto debe incluir:
·         El compromiso de todas las partes a establecer nuevos objetivos para un segundo periodo del Protocolo de Kioto.
·         Un acuerdo de todos los países para aumentar sus objetivos de mitigación antes del 2020, de forma que queden establecidas en el marco de un acuerdo internacional jurídicamente vinculante.
 
La campaña CRECE de Oxfam hace un llamamiento a actuar a nivel global para arreglar un sistema alimentario fracturado en el que 925 millones de personas pasan hambre cada día. Esto podría empeorar ante unos recursos naturales (como la tierra) cada vez más escasos, el avance del cambio climático, y el aumento de la volatilidad de los precios de los alimentos. Averigua cómo podemos prevenir que esto empeore en http://www.oxfam.org/es/crece.
 
NOTAS


[2] Nelson, Gerald C. et al (Dic. 2010) Food security, farming and climate change to 2050: Scenarios, Results, Policy Options, IFPRI;  van der Mensbrugghe, D., I. Osorio-Rodarte, A. Burns, J. Baffes (2011) ‘Macroeconomic environment and commodity markets: a longer-term outlook’ in P. Conforti  (ed) Looking Ahead in World Food and Agriculture: Perspectives to 2050. FAO: Rome; Hertel, T.W., Burke, M.B., Lobell, D.B. (2010) ‘The Poverty Implications of Climate-Induced Crop Yield Changes by 2030’ Global Environmental Change 20, 577–585 Estima el aumento de los precios agrícolas como resultado del cambio climático y el crecimiento de la población, combinados con un escaso crecimiento de la producción agrícola.
[3] Willenbockel, D. (2011) Exploring Food Price Scenarios Towards 2030 with a Global Multi-Region Model. Oxfam Research Report.  Las estimaciones sobre los precios se basan en las tendencias observadas en 2010 y no en las actuales.  Para más información: http://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/note-food-price-scenarios...
[4] Más allá de su impacto inmediato en la producción, los fenómenos meteorológicos extremos pueden provocar el pánico en los mercados, incrementando los precios aún más (para más información: Ward, Karen, et al., ‘Wheat’s Up’, HSBC Global Research,9 August 2010). Los agricultores dudan a la hora de sembrar si creen que sus cultivos pueden ser destruidos. Los comerciantes pueden acaparar alimentos ante una posible escasez en el futuro. Los exportadores pueden imponer restricciones en un intento de proteger el suministro para sus ciudadanos. Toso esto contribuye a incrementar la inseguridad alimentaria.
[5]Para más ejemplos: FAO (June 2011) Food Outlook: Global Market Analysis;  Development Committee (2011) Responding to Global Food Price Volatility and Its Impact on Food Security. Joint Ministerial Committee of the Boards of Governors of the Bank and the Fund on the Transfer of Real Resources to Developing Countries; and Trostle et al. (2011) Why Have Food Commodity Prices Risen Again? A report from the Economic Research Service, USDA
[6] Aunque las reservas de alimentos se han recuperado desde 2008, aún son escasas. El frágil equilibrio entre oferta y demanda implica que cualquier amenaza para el suministro tiene un efecto directo sobre los precios.
[7] Los principales factores a largo plazo que producen un mercado inestable son  (I) la demanda asociada a la población y el crecimiento de los ingresos per capita, unidos a (ii) un descenso del crecimiento medio de la producción como resultado de una menor inversión en el desarrollo e investigación de la agricultura, (II) un aumento del precio de la energía que no solo incrementa los costes de la producción agrícola y el transporte sino que además fomenta la creación de incentivos (IV) para la siembra de cultivos destinados a los biocombustibles, además de (V) la depreciación del dólar estadounidense ante otras divisas.
[8]  Trostle et al. (2011) Why Have Food Commodity Prices Risen Again? A report from the Economic Research Service, USDA p17
[10] FAO (Nov 2011) Food Outlook: Global Market Analysis
[11]Development Committee (2011) Responding to Global Food Price Volatility and Its Impact on Food Security. Joint Ministerial Committee of the Boards of Governors of the Bank and the Fund on the Transfer of Real Resources to Developing Countries.
[12]Ibid.
[13] FAO Crop Prospects and Food Situation September 2010: http://www.fao.org/giews/english/cpfs/index.htm; and FAO Global Food Price Monitor June 2011: http://www.fao.org/giews/english/gfpm/
[14] See Trostle et al. (2011) Why Have Food Commodity Prices Risen Again? A report from the Economic Research Service, USDA
[15]Hossain N. and Green D. (2011) Living on a Spike: How is the 2011 food price crisis affecting poor people? Oxfam Research Report
[16] World Bank,  Food Price Watch, February 2011, Box 1: Estimating the Poverty Impact of Recent Food Price Riseshttp://www.worldbank.org/foodcrisis/food_price_watch_report_feb2011.html
[18] CFS (Oct 2011) CFS 37th Session, Policy Roundtable, Food Price Volatility, Rome Oct 2011, p.3
[19] Analysis drawn from: ‘What’s driving the wheat price spike?’ Financial Times http://www.ft.com/cms/s/0/ef6b05e8-ac47-11df-a532-00144feabdc0.html#axzz1c00nzLpS; Fears grow over global food supply, September 2 2010, Financial Times; Queenslands floods - http://www.ibisworld.com.au/common/pdf/QLD%20floods%20special%20report.pdf.
[20]Development Committee (2011) Responding to Global Food Price Volatility and Its Impact on Food Security. Joint Ministerial Committee of the Boards of Governors of the Bank and the Fund on the Transfer of Real Resources to Developing Countries
[21] En 2010 y 2011 hubo además inundaciones en Australia, Sri Lanka y Pakistán, y sequía en Argentina.
[22] Cifras en USD.  La producción de trigo de Rusia fue de 61,8 millones de toneladas en 2009 y de 41,5 millones de toneladas en 2010, de acuerdo con las cifras oficiales. La producción en Ucrania fue de 20,9 millones de toneladas y de 16,8 millones de toneladas en 2010 de acuerdo con las cifras oficiales. http://www.pecad.fas.usda.gov/2009 
[23] Para más información: Welton G. (2011), The Impact of Russia’s 2010 Grain Export Ban, Oxfam Research report
[24] FAO Crop Prospects and Food Situation September 2010: http://www.fao.org/giews/english/cpfs/index.htm; and FAO Global Food Price Monitor June 2011: http://www.fao.org/giews/english/gfpm/
[25]World Bank (Feb 2011)Food Price Watch
[26] IPCC (2011) Managing the risks of extreme events and disasters to advance climate change adaptation, p10 : “Es muy probable (90-100% de probabilidad) que la duración, frecuencia y/o intensidad de los periodos y olas de calor aumenten en todo el mundo. De acuerdo con los escenarios de emisiones A1B y A2, es posible que se produzca ‘un día de los más calurosos en 20 años’ cada dos años (66-100% de probabilidad) a lo largo del siglo XXI en la mayoría de las regiones del mundo, excepto en las altas latitudes del hemisferio norte, donde es probable que esto se produzca cada cinco años. En el escenario B1., esto se producirá cada cinco años y cada diez años, respectivamente.”  
[27]FSNWG, ‘Emergency in the Horn of Africa’, Horn and Eastern Africa, September 2011
[28]OCHA (Sept 2011) ‘Horn of Africa Drought Crisis, Situation Report No. 12, 2 September 2011
[29] WFP (July 2011) “The Market Monitor: Trends of staple food prices in vulnerable countries” Issue 12
[30] WFP (July 2011) “The Market Monitor: Trends of staple food prices in vulnerable countries”  Issue 12
[31] IPCC (2007) Fourth Assessment Report: The Physical Science Basis Chapter 11, p 868
[32] Gore T. and Hillier D. (Aug 2011) Briefing on the Horn of Africa Drought: Climate change and future impacts on food security, Oxfam, p3
[33]IPCC (2011) Managing the risks of extreme events and disasters to advance climate change adaptation, p 11
[34] USAID (2011) South East Asia – Floods, Factsheet #3
[35]USDA – FAS (2011), Circular Series WAP 11-11, November 2011
[36] FAO (Nov 2011) Global Food Price Monitor
[37] WFP (Oct 2011) Cambodia Food Price and Wage Bulletin. Además de esto, la reciente implementación de un nuevo subsidio a la producción de arroz en Tailandia ha incrementado los precios para la exportación tailandesa, aumentando así la demanda regional de arroz camboyano, y la presión sobre los precios del arroz en  los mercados domésticos – See FAO (Nov 2011) Global Food Price Monitor
[38] Ver los efectos en Camboya a modo de ejemplo: USAID (2011) South East Asia – Floods, Factsheet #3
[39] UN in Cambodia, 18 November 2011, Flood Season Situation Report #7: http://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/SITREP%237_181111.pdf
[40] WFP (Oct 2011), Cambodia Food Price and Wage Bulletin
[41]IPCC (2011) Managing the risks of extreme events and disasters to advance climate change adaptation, p10
[42]IPCC (2011) Managing the risks of extreme events and disasters to advance climate change adaptation , p12
[43] UN led Emergency Food Security Field Assessments, second round, Nov 2011
[44] USAID (June 2011) Afghanistan Food Security Alert, 20 June 2011 and http://unama.unmissions.org/Default.aspx?tabid=1741&ctl=Details&mid=1882&ItemID=15380
[45] FAO brief on Afghanistan, 12 August 2011: http://www.fao.org/giews/countrybrief/country.jsp?code=AFG
[46]World Bank (Feb 2011) Food Price Watch.It should be noted that reliable data on pricesin Afghanistan is notoriously difficult to obtain
[47] FAO brief on Afghanistan, 12 August 2011: http://www.fao.org/giews/countrybrief/country.jsp?code=AFG
[49] UN led Emergency Food Security Field Assessments, second round, Nov 2011
[50] Oxfam programme staff reports
[51] IPCC (2007) Fourth Assessment Report: The Physical Science Basis, section 11.4.3.2
[52]United Nations (2011) Afghanistan: 2011 Consolidated Appeal Emergency Revision in Response to Drought 
https://www.alainet.org/de/node/154354?language=es
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