Conferencia Contra el Racismo en la ONU

01/10/2011
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Hoy, ser afrodescendiente significa tener una posición política-ideológica hacia dónde debemos marchar, entendiendo que el racismo es apenas una parte del problema
 
Como habíamos dicho en nuestro artículo “El diablo nunca duerme”, del pasado 8 de septiembre, se cumplió una década de la “III conferencia universal contra el racismo, la discriminación, la xenofobia y sus formas conexas”, realizada en la ciudad de Durban, Sudáfrica. Para el pasado 22 de septiembre se había convocado a una asamblea para conmemorar esa fecha y examinar avances, estancamientos y retrocesos del “Plan de acción de Durban”, pero una vez más, las antiguas potencias esclavista decidieron sabotearla, tal como ocurrió precisamente en Durban en 2001 y en Ginebra en el 2009. 
 
Países saboteadores
 
Cuando el presidente de Sudáfrica, el polémico Jacob Zuma, convidó a todos los países miembros de la ONU a discutir el tema racial, así como para conmemorar el décimo aniversario de la Conferencia de Durban, quienes expresaron su decisión de no participar fueron Alemania, Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y Canadá, pues ya ese tema no es “importante”… sin embargo, sabían que en el fondo se trataría el tema de las reparaciones por los crimen de lessa humanidad que significó la trata negrera y la esclavitud que estas antiguas potencias coloniales cometieron contra África y América Latina y que hoy la reproducen en el caso de Libia, cuando están asesinando a todos los hombres mujeres y niños de tez “negra”, desde Benghazi a Sirte. Sin embargo, la posición de Irán y Perú, entre otros, sostuvo la necesidad de asumir y examinar qué ha pasado en una década con dicho plan. Lo cierto de todo esto es que los mayores avances de la aplicación de la estrategia de Durban en la que se reconoce, sin el consentimiento de Estados Unidos, Israel, Inglaterra, el concepto afrodescendiente, impulsado por los movimientos sociales progresistas de las Américas y el Caribe, se viene implementando en esas mismas regiones donde se evidencia la necesidad de atacar el racismo en todas sus expresiones. A partir de Durban se abrieron espacios para afrodescendientes desde Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Cuba, Brasil, por solo mencionar algunos países donde la visión afrodescendientes se fue convirtiendo en una práctica político-conceptual, pese a que algunos ignorantes y detractores aun piensa que fue una creación “made in USA”.
 
Los retos que vienen
 
Este año, decretado por la ONU como el Internacional Afrodescendiente, es signado por una discusión ideológica que ha dado un giro al “ser” afrodescendiente más allá de un romanticismo” que pretende alejar a las y los afros de la dinámica política actual. Hoy, ser afrodescendiente significa tener una posición política-ideológica hacia dónde debemos marchar, entendiendo que el racismo es apenas una parte del problema y que la definición política y la construcción del modelo de sociedad que aspiramos a levantar no debe ser sobre la base de la dádiva o de la limosna, sino la inclusión plena bajo un concepto de derecho de ciudadanía y de autoreconocimiento pleno de nuestra diversidad y actores y sujetos de cambios permanentes. Hay que asumir posiciones claras ante las decenas de afrodescendientes asesinados en Colombia, así como saludar los avances con una profunda autocrítica del gobierno cubano ante el desconocimiento que tenían del racismo, creando la Comisión Nacional Contra el Racismo. Asimismo, debemos rechazar las manipulaciones realizadas por el presidente Lobo que hizo de la Cumbre “Regional” -no fue mundial- en Honduras en agosto de este año, por la cual recibió un honoris causas por el gobierno derechista chileno, dejando pintado en la pared a quienes se prestaron inconsciente o conscientemente para ese show mediático y creando un núcleo duro de la afroderecha en América Latina, con apoyo de la derecha Europea, USAID y Departamento de Estado de USA. También debemos condenar el racismo exacerbado que se develó en Brasil con el triunfo de Miss Angola, Leila López, dejando entrever que no basta crear leyes ni espacio públicos si no se asume una posición de mayor trabajo social, sobre todo en la educación y los medios de difusión masiva. Ser afrodescendientes es exigir para la Cumbre de jefes de Estados (sin USA ni Canadá) el 2 y 3 de diciembre en Caracas, donde se creará la Comunidad Latinoamericana y del Caribe, un espacio para más de 200 millones de afrodescendientes que aun viven en su mayoría en condiciones infrahumanas marcadas por la pobreza, la exclusión y el racismo.
 
- Jesús “Chucho” García
https://www.alainet.org/de/node/153005
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