EU pretende invadir Libia
28/02/2011
- Opinión
Lo dicho antes: después que Estados Unidos puso el ojo en Libia, ahora está a punto de poner la bala. Es decir: llegar en el plazo más corto con todo el peso militar que sea necesario, principalmente por mar a esa zona sur del Mediterráneo para tratar de controlar la revuelta, más lo que se derive. Es decir, el futuro de los yacimientos energéticos de ese país petrolero del norte de África, y de paso incidir también militarmente en la geopolítica regional, para impedir cualquier tendencia proárabe y antiisraelí que ahí pudiera surgir de la posible forma de gobierno que los pueblos decidan instalar después.
En otras palabras. Con todo y que a la Unión Europea no le conviene que las revueltas le traigan pérdidas en cuanto al abastecimiento de petróleo libio; geopolíticamente hablando Estados Unidos le tomará ventaja a sus aliados europeos con el traslado de su fuerza militar —el portaaviones que está en el Mar Rojo puede llegar en semanas, junto a un submarino, infantes de marina y helicópteros—, y con ello justificar una “ayuda” que nadie en la zona le está solicitando. Pero sobre todo porque a EU no le conviene perder el control, otrora en manos de los dictadores que gobernaban autocráticamente y sin traba alguna proporcionaban los energéticos demandados por la industria de los países desarrollados.
Así, bajo el pretexto de apoyar a las masas que están echando de sus palacios a los dictadores en varios países, con especial interés en Libia que tiene acorralado a Muammar Kadafi [la oposición decidió marchar sobre Trípoli ayer lunes desde dos frentes; este y oeste], EU oculta el interés geoestratégico de formar parte de cualquier recomposición tanto en ese país como en cualquier otro en donde se han desatado las revueltas en las últimas semanas. Lobo con piel de oveja.
Todavía más, queda claro que por mucho sigilo y justificación que le ponga el presidente Barack Obama o su cuerpo diplomático a su proceder en Libia, llegará con sus arsenales bajo el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas, de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), o sin ellos. Eso, cada día que pasa, queda más claro.
Y las justificaciones tampoco faltan. Las proporciona la irreversible caída del dictador Kadafi, y la debilidad “institucional” propia de la sociedad civil libia que, más allá de las tribus dominantes en las distintas regiones del país, carece de partidos políticos, de sindicatos independientes y otras agrupaciones sociales, luego de cuatro décadas de control férreo por parte de su presiente dictador Kadafi.
Por cierto que serán los líderes tribales quienes desempeñen un papel importante en la reconstrucción en la era postKadafi. Porque el reto es grande: crear un gobierno provisional en tanto se convoca a elecciones libres, y sobre todo para reinventar a su país, elaborar una nueva Constitución; plantear una ruta de transición —¿hacia dónde?, eso lo decidirán—. En todo esto, es claro que algunos generales del ejército, que ahora está participando en la sublevación antiKadafi, jugarán ciertamente algún papel central. ¿Transición hacia la democracia o imposición de un gobierno títere con el apoyo de EU, como sucedió en Irak y Afganistán? Entretanto ya se formó en Bengasi (este) un “Consejo Nacional de ciudades liberadas”.
De cualquiera de los escenarios en los que se intente la reestructuración libia, es claro que los promotores de las protestas de hoy, entre ellos estudiantes, sabrán definir y decidir la ruta y hasta dónde permitir la intromisión de los estadounidenses. Así como impedir que su país sea utilizado como simple trampolín contra los demás países donde ahora florecen luchas revolucionarias, o al menos antidictatoriales. Pero es claro que EU hará presencia militar con el garlito de prestar “ayuda humanitaria” al pueblo libio y a los migrantes a Egipto o Túnez por causas de la violencia desatada por los mercenarios de Kadafi. Pero el tinte será intervencionista a todas luces.
Entre tanto, los embajadores de la UE decidieron sancionar a Kadafi con el embargo de armas, el congelamiento de bienes y la prohibición de visas, “por la violenta represión contra la población civil”. Medidas que apuntan a reforzar las determinaciones de Naciones Unidas del pasado sábado, y a debilitarlo todavía más de lo que ya está. No hay mal que dure cien años ni pueblo que lo aguante. Pero al primero se puede encimar un segundo. Ese es un riesgo para la región.
Hay ideas al interior de EU que tiran línea sobre la incursión militar. Del pasado viernes 25 data la siguiente reflexión, publicada en The New York Times. Es de Bruce W. Jentleson, profesor de políticas públicas y ciencias políticas en la Universidad de Duke; asesor del Departamento de Estado en 2009-2011. Dijo, entre otras cosas, en su artículo “Preparación para una opción militar”, que la parte más difícil fue tomada con decidir “no apoyar al régimen” de Kadafi. Lo urgente, conseguir que esté fuera del poder o detener la violencia.
Apoya la idea, Jentleson, que si bien es necesario el apoyo del Consejo de Seguridad, resulta insuficiente. Eso ya lo sabemos, como ocurrió previo a la invasión de Irak, cuando EU decidió solo. Y otros como Gran Bretaña, Francia o España, lo siguieron. Pero por eso la idea de Obama de contar con “una gama de opciones”. Porque en esa idea meten cualquier cosa. N obstante, agrega el comentarista en el Times: “Tenemos que trabajar con las fuerzas del cambio, sin tratar de controlarlos… vamos a tomar en serio la seguridad energética…” de EU. Y esa es la preocupación de fondo.
De las ideas a los hechos. Ayer, 28, el mismo diario estadounidense dijo que “Estados Unidos prepara opciones militares a Libia”. El Departamento de Defensa “prepara una amplia gama de opciones”. En eso trabajan los estrategas militares; una acción militar como “asistencia humanitaria”. Buscarán el apoyo de la ONU y la OTAN, así como el involucramiento de soldados de Francia e Italia. EU no sólo tiene experiencia en ataques rápidos, como en Kosovo u otros países de África, “El ejército estadounidense tiene una gran fuerza de combate y buques de guerra y aviones de carga disponible en toda Europa”.
O sea, que EU se prepara para invadir Libia. En el terreno de la diplomacia, Hillary ya habla de la era postKadafi en Ginebra. La alta comisionada de DH de la ONU, Navi Pillay, de “no bajar la guardia”, ante el riesgo de “represalias violentas contra civiles” por hombres de Kadafi. Nada tontos, en Tobruk al este, la compañía libia controlada por los rebeldes, la Arabian Gulf Oil anunció en The Wall Street Journal, que “las exportaciones de crudo están a punto de reanudarse”. Acciones como ésta desactivarían cualquier pretexto de invasión de EU.
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